He decidido agrupar los dos últimos días en Delhi bajo la misma etapa para no alargar más este, casi eterno, diario.
Durante los dos días, entre otras cosas, seguimos con nuestra ronda a las tiendas y al frenético regateo con los vendedores por todas las partes de la ciudad que pudimos y supimos.
En la guía de Lonely Planet recomiendan una tienda llamada Fabindia. Tienen sucursal en Connaught Place. Nos cuesta Dios y ayuda encontrarla ya que está en un primer piso y es realmente pequeña pero nos mantemos firmes hasta hallarla. Sin embargo, el esfuerzo no se ve recompensado ya que no encuentro nada fuera de lo común y los precios no son baratos, precisamente
Regateamos un par más de zapatillas para mi colección de "merceditas indias" en el mercado callejero (mitad tibetano, mitad de todas partes) que hay en Janpath, pero el señor está duro y no hay forma de bajarle. Finalmente me compro las mismas en uno de los emporios de Sansad Marg. Más baratas y hasta con fundita colorista para transportarlas. Un apunte: Son una monada, además de cómodas, y estoy supercontenta con ellas. Por si las véis, las hay de muchos colores y dibujos (aunque siempre llevan una buena paleta de colores) y son como de tela.
Otra tienda que recomiendan en la guía es Anokhi. Antes de ir a la India había entrado en su página web y me había gustado mucho lo que había; aunque no sabía cómo serían los precios. Aún así, decidida a seguir probando suerte con los pantalones indios y animada por Jose, nos montamos en autorickshaw y le damos la dirección de un Centro comercial en el que Anokhi tiene sucursal. Se llama Santushti. En la guía lo define como "un apacible refugio verde, salpicado de ostentosas boutiques". Se encuentra en la zona diplomática de Delhi. A medida que nos acercamos, el bullicio y el caos de la Delhi conocida hasta el momento desaparecen. Ante nosotros, espléndidos hoteles salpican las anchas avenidas en las que apenas hay coches. Estamos en Delhi? Sí, estamos "en la otra Delhi".
Nuestro vehículo se detiene ante un control. Es el acceso al centro comercial. Varios "seguratas" nos piden la documentación. Después de observarla, nos dejan pasar. Con toda la dignidad del mundo entramos con el autorickshaw en aquel vergel. Lo dejamos en el parking y nos frotamos los ojos porque aún dudamos si aquéllo es real. Si las avenidas me habían sorprendido, lo que encuentro aquí dentro me deja perpleja. La definición de "apacible refugio verde" es casi una vulgaridad; aquéllo no es un refugio, es el mismísimo PARAÍSO. Tras las verjas nos encontramos con un oasis repleto de vegetación diversa. Hay un plano enorme con la disposición de los diferentes comercios. Un sendero empedrado nos guía hasta las primeras tiendas. Las llamadas "boutiques" por la Lonely resultan ser un conjunto de construcciones que imitan a pequeñas cabañas con estilo a las que se accede rodeados de más vegetación y de gráciles sendas. Encontramos la de Anokhi rápidamente. Es preciosa. Las personas que atienden son muy amables y les voy preguntando mientras me ayudan a elegir. No me gusta comprar y odio ir de tiendas, pero en Anokhi... hice una excepción
El estilo de Anokhi mantiene los colores y la estética oriental, adaptada un poco al gusto occidental siendo la calidad de los tejidos excelente. La relación calidad-precio es también extraordinaria: más barato que Fabindia y de mejor calidad. No hace falta decir que me lo quedo TODO, TODO Y TODO!; incluso cojo algunas camisas "repes" para mi hermana. Pululando por la tienda, veo unas chaquetitas de pana fina en rojo y negro... Lo habéis adivinado, "pa España se vienen, pa España se van".
Como la tarjeta aguanta todavía, le pregunto a la dependienta por unos modelos que vi en la web. Me dice que lo que tienen ellos allí es de la nueva temporada pero que en la sucursal que hay en el centro comercial del Khan, puede que tengan algo. Como no está muy lejos, decidimos acercarnos. Me da pena no poder pasear más por el resto de las tiendas del complejo, pero desgraciadamente hoy es nuestro último día en Delhi y no nos podemos demorar más. Así que cargados de bolsas y con más dignidad aún que cuando entramos, nos montamos en el autorickshaw y le damos la nueva dirección.
Llegamos en un momento. Este centro ya es más normalito. Se trata de diferentes bajos que comprenden varias manzanas. En algunos tramos, volvemos a ver algún que otro agujerito "callejil". Hemos vuelto a Delhi, jejej. También se ve mucha más gente que en el otro, aunque también puede ser debido a que han pasado algunas horas. TEMPUS FUGIT y de qué manera! :roll:.
La tienda es más pequeña pero los diseños abundan. Agrupados por tonos se disponen por toda la habitación. No veo nada de lo que vi en la web. De repente un abrigo llama mi atención. Es reversible: negro por una cara, morado por la otra. Me enamoro automáticamente y otro que se viene PA ESPAÑA! También tienen unas libretas artesanales y las compramos para pequeños detalles con el personal. Bueno, creo que la jornada de shopping ha llegado a su fin. Y es que ya no puedo más! Al hotel para dejarlo todo preparado y a por la última cena en el Saravana. Sí, vale! ya sé que tenemos Saravanaadicción pero... id, id y probadlo! Ya me contaréis
Nos despedimos del personal del hotel agradeciéndoles el trato recibido y abandonamos con tristeza el obscuro callejón que da al mercado de las bicicletas.
Hasta siempre Old Delhi, NAMASTE.
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