Estambul: ver para volver... ✏️ Blogs de Turquia

Este año a la hora de preparar las vacaciones empezamos, como casi siempre, buscando vuelos que estuvieran dentro de nuestro presupuesto, a cualquier lugar del mundo al que no hubiéramos ido. Después de mucho skyscanner dentro de las fechas de nuestras vacaciones, nos decidimos por Estambul sin saber muy bien que nos íbamos a encontrar. Nos habían hablado más o menos bien del sitio y el vuelo desde Madrid estaba bien de precio (167€ por persona, con Iberia) así que, destino elegido: Estambul.
Con el vuelo comprado para finales de julio, necesitábamos hotel, siguiente investigación que nos lleva a la primera sorpresa agradable sobre la ciudad: hay muchísimos alojamientos, de todos los tipos, por muy buen precio y con una valoración buenísima (de 8,5 en adelante en booking, que es la página por la que siempre nos guiamos) con las referencias de booking y la del foro los viajeros, y teniendo en cuenta localización y disponibilidad para nuestras fechas, nos decidimos por el hotel Seraglio, en sultahamed, un hotel muy coqueto y estupendo por 90€ la noche.

Para quién le surja la duda sobre si alojarse en la zona antigua o en la zona nueva, yo sin dudarlo recomendaría la antigua. La zona nueva es como la de todas las ciudades. La zona antigua tiene un encanto especial, con las mezquitas, el imán llamando a la oración y súper turística. Nosotros en ningún momento tuvimos la sensación de que fuera un sitio inseguro ni nada por el estilo y hay muchos bares donde poder cenar o tomarte un té o una copa después de cenar. Para quien quiera bares de copas o algo más tipo discoteca la verdad es que no vi ninguno (tampoco los busqué) pero en ese caso quizás sí que es mejor la zona nueva.

Si tenéis la oportunidad de ir durante el Ramadán, aprovechadla. Al ponerse el sol hay un ambiente muy alegre por Sultahamed. Además no hay que preocuparse por la hora de cierre de las mezquitas, están abiertas hasta la última oración (que me parece que es sobre las 11 de la noche o algo así)

Y tras las recomendaciones una queja en voz muy alta para que la prediquéis por el mundo de los viajeros y turistas: todos queremos la mejor foto del sitio donde hemos estado, pero bajo mi punto de vista no todo vale. Si hay una reja que pone “Turista por favor no pase de aquí” ¿Por qué nos empeñamos en pasar un metro más allá para hacer la foto? De verdad, la foto es la misma y no hay necesidad de molestar a nadie. Si hay un letrero que pone “por favor no hacer fotos a los fieles rezando” ¿Por qué siempre hay alguien con un pedazo de objetivo fotografiando gente? Creo que es deber del viajero respetar todo lo posible el sitio en el que está. Evidentemente, lo “grito” por aquí porque me dieron ganas de gritárselo a algunos (y no lo hice) allí.

Bien pues… ¡Disfrutemos de Estambul!

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Salimos de Barajas a las 10.40, y tras un viaje sin incidentes con Iberia llegamos puntuales a nuestro destino a las 15.50, hora turca (GMT+2). Tras pasar el Control de pasaportes y Visado, que previamente habíamos hecho por internet (15€ por persona) entramos por fin en suelo turco y recogimos la maleta. El hotel incluía en el precio recogida en el aeropuerto y traslado, así que nos pusimos a buscar nuestro nombre en el mar de carteles que había expuestos en la salida. Nos costó un poco porque había muchos y además habían cogido mi segundo apellido en vez del primero (cosas de ser españoles y tener 2...) pero finalmente allí estaban. Nos montamos en una Mercedes Vito muy nueva y nos llevaron al hotel tan rápido como el tráfico permitió (unos 45 minutos)
Antes de seguir, un par de comentarios: me pareció todo un acierto tener contratado el servicio aeropuerto-hotel. Siempre me he buscado la vida para llegar del aeropuerto al hotel y en este caso, de no haber estado incluido lo hubiera hecho también, pero la verdad es que es una comodidad, te ahorras tiempo y fatigas en un sitio que no conoces y no hay complicaciones con taxistas que desconozcan el hotel (algo que por otra parte en un sitio tan enorme como Estambul tampoco es de extrañar) “Mini punto” pues para el hotel y no lo habíamos visto aún.
El segundo comentario va relacionado con el tema del cambio de dinero. Es bastante habitual y lo he leído en más de un diario que acostumbremos a cambiar moneda en el aeropuerto nada más bajar del avión. Está claro que si se piensa coger un taxi no hay más remedio, pero sino es mejor esperar a llegar al centro de la ciudad que hay más competencia y el cambio está mucho mejor. Como dato, nada más salir vi un cajero de ING DIRECT, por sí a alguien le sirve y quiere probar. Nosotros no lo usamos, así que desconozco como es la comisión, pero estar, estaba. En este tema nosotros al final descubrimos que lo mejor era sacar dinero de los Akbank (un banco rojo, hay muchos por el centro) no te avisan de la comisión, lo cual al principio me mosqueó un poco, pero tras comprobarlo después, resulta que ellos no te aplican comisión, así que el cambio era mejor incluso que en el mejor puesto del Gran Bazar ( 1€-2'80 TL sin comisión) Sólo depende de la comisión que le aplique su banco español a cada uno por sacar en el extranjero... La tarjeta de crédito intentábamos usarla siempre, pero la verdad es que salvo en los restaurantes, que nunca nos pusieron problemas, en los demás sitios no solían aceptarla.

Llegamos al hotel, que estaba a unos 100m de la mezquita azul (Segundo mini punto antes de entrar) y nos ofrecieron una bebida de bienvenida mientras nos hacían el check-in y nos daban un mapa con las principales atracciones turísticas. El hotel Seraglio es un hotel pequeñito en la Zona de Sultahamed, se encuentra en una calle en la que sólo hay hoteles y restaurantes que parecen todos del mismo estilo. Éste da para dos calles, en una de ellas tiene la puerta principal con la recepción y por la otra está el bar y la terraza en la que puedes tomar el desayuno o la merienda que dan por las tardes. Después de que el señor de recepción nos hiciera un pequeño planning con lo que podíamos ver cada día, subimos a la habitación a situarnos un poco. Le dimos una “sustanciosa” propina en euros al chico que nos subió las maletas a la habitación (2€) Le dijimos que no habíamos cambiado pero nos dijo que aceptaba euros sin problema. Enseguida nos lanzamos a la calle para no perder ni un minuto en esa ciudad tan increíble.

Nos dio tiempo a entrar en la mezquita azul y a llegar hasta el Gran Bazar, aunque no entramos porque ya estaban recogiendo. Lo que sí hicimos fue entrar a la mezquita que hay a la entrada del Gran Bazar ya que nos la encontramos de camino y por ser Ramadán no cerraba a la hora habitual. Entre unas cosas y otras, se hizo la hora de cenar, así que decidimos buscar el famoso Enjoyer para empezar con buen diente el viaje turco. Lo encontramos a él y a su famoso Antonio. Como había leído que había gente que reservaba mesa , estábamos buscando un plan B por si acaso cuando llegáramos no había sitio. Me sorprendió la poca gente que había. De hecho en la terraza solo estábamos nosotros y otro grupo de españoles. Cenamos muy bien, la comida estaba muy rica y bien de precio acostumbrados a los precios españoles. Para los turcos seguramente les resultará un poco caro. De vuelta al hotel y por casualidad, pasamos por la zona del hipódromo… ¡qué buen ambiente! Es muy curioso ver a todas las familias disfrutando de la comida una vez que se pone el sol, paseando por los kioskos del hipódromo, entrando y saliendo de la mezquita azul. Con mucho ánimo para descubrir la ciudad a fondo al día siguiente, nos fuimos a dormir, que el día había sido largo y el siguiente había que aprovecharlo.

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Con el itinerario preparado en mente gracias a "los viajeros" aunque sin cerrar demasiado los días para tener algo de libertad e ir incorporando planes imprevistos, nos tomamos el súper desayuno del hotel y salimos decididos a comernos Estambul. Aunque todo el mundo recomendaba ir temprano a los sitios más turísticos para evitar colas, decidimos comprar la museum kard para evitarnos las colas y madrugar algo menos que para eso estábamos de vacaciones. Mi consejo es que no os agobiéis pidiendo la tarjeta por internet ni comprándola en el aeropuerto. Delante de santa Sofía hay dos furgonetas que las venden, y al menos cuando nosotros fuimos no había cola para comprarla. Si hubiera habido cola lo suyo es acercarse al museo arqueológico, que está al lado y seguro que no hay cola para entrar. La verdad es que según lo que nosotros pensamos ver y las pocas colas que nos encontramos la tarjeta no compensó demasiado, pero como de todas formas tampoco es que fuera mucho más caro (10TL arriba o abajo daba igual) la compramos igualmente para asegurar. Lo que no me gustó fue que no me dejaron pagar con tarjeta, a pesar de que tenían allí el datáfono en la furgoneta. La tarjeta cuesta 85TLpor persona, para 3 días, y con ella se puede entrar a santa Sofía, topkapi y harén, museo arqueológico, museo del islam, museo galata (que no es la torre galata) y algo más que no recuerdo ahora mismo. Como digo, es más recomendable por el tema de asegurar el no esperar colas que por el ahorro en sí mismo.
Total, que compramos la tarjeta y nos dirigimos directamente a ver el palacio Topkapi, ya que era lo que más tiempo se llevaba. Entramos directamente y nos fuimos hacia el harén, aunque no había demasiada gente y no creo que ese día estuviera muy masificado, pero de todas formas como es lo más bonito, estuvo bien empezar por aquí. Entre palacio y harén (impresionantes ambos) se nos hizo la hora de comer, así que salimos en busca y captura de un kebab. De camino, entramos en santa Irene (que también podía visitar se con la tarjeta) Nos impresionó a pesar de no estar demasiado ambientada por dentro, porque fue lo único que vimos que había conservado la forma de nuestras iglesias. Hoy en día se usa como sala de conciertos.

Comimos en un sitio pequeño que vendía kebabs en la calle de Yerebatán sarayi (cisterna): dos kebabs de pollo y 2 coca colas , 15 TL. El último día volvimos a comer a este mismo sitio, porque fue el kebab que más nos gustó de todo el viaje. Después de comer, aprovechamos para entrar en la cisterna, que dentro se estaba fresquito y la hora de la siesta en verano es igual de penosa en todos los países del mediterráneo. La cisterna también impresiona, sólo de pensar lo enorme que es, la época en la que se hizo, el hecho de que sea subterránea… La entrada a la cisterna no está incluida en la museum kard, así que hay que pagarla aparte. No permiten pagar con tarjeta ni admiten dólares ni euros, así que hay que llevar “cash” para entrar. De ahí salimos hasta el Gran Bazar, con la única intención de verlo, ya que en el hotel nos habían recomendado no comprar en el mismo porque es un sitio exclusivamente turístico en el que los precios están bastante inflados. El Gran Bazar es muy grande y merece la pena entrar, verlo y pasear un rato por allí, pero también agobia. Además, nosotros que no somos muy de regatear, nos lo tomamos como un paseo más por la ciudad. Cotilleamos un par de cosas en un par de puestos, para poder comparar después pero nada más. Según nuestra experiencia es mucho mejor comprar en los puestos cerca del bazar de las especias, los precios son más bajos y en muchos casos "fixed price". También se ven muchos turcos por allí haciendo compras (en el Gran Bazar no se ve ni uno) así que por algo será. El plan después era ir al hotel a descansar un rato para volver a salir por la noche, pero acabamos perdiéndonos y aparecimos en Eminonu, así que, ya que estábamos, nos sentamos un rato en la plaza de delante del puente galata a tomarnos un zumito, a probar las delicias turcas y a descansar. Al tema del zumo nos aficionamos bastante, tomarte un zumo de naranja natural fresquito (en un puesto al que íbamos mucho le ponían hasta cubitos) por 1tl (0,33€) es algo que hay que aprovechar. Una cosa que comentar ya que hablamos del zumo. Encontraréis muchísimos puestos ambulantes que venden zumo de naranja recién exprimido. No soy mucho de comer en puestos ambulantes, pero como la naranja la exprimen directamente delante de ti no encontré mucho problema para escrupulosos como yo… Algunos te vendían, incluso por el mismo precio (1 TL) una botellita de agua rellena con de zumo... Una buena idea a priori porque además podías guardártelo para luego... Pues bien... Vimos a uno que cogía las botellas de agua de la basura para rellenarlas de zumo... (menos mal que yo no había comprado zumo en botella…) No quiero decir que lo hagan todos, pero ahí queda el dato, por si a alguien le interesa.

Con las pilas repuestas, buscamos la entrada a Nurosmaniye camii. Es rara… más por el sitio en el que está (rodeada de un mercadillo gigante) que por el interior en sí mismo. Como todavía sobraba algo de tiempo y fuerzas nos encaminamos a Eminonu para hacer el crucero por el Bósforo, era un día tan bueno como cualquier otro, estábamos en el sitio y en el lugar, así que… Hicimos el de Turiol, 12TL, una hora y media, saliendo a las 8, vimos el atardecer a la ida y la ciudad de noche a la vuelta. No tiene pérdida, lo vais a ver nada más llegar al puente Gálata. Por la ciudad hay muchos sitios y mucha gente que te vende el crucero, aunque todos son más caros. Yo creo que es mejor acercarse directamente al muelle cuando os apetezca y comprarlo allí, aunque es verdad que creo que mi viaje fue bastante atípico para el tema de colas ya que no me encontré ninguna en ningún sitio, así que no sé si la situación de que se agoten las plazas del barco podría llegar a darse. Es que es un paseo muy bonito que te sirve para hacerte una idea del tipo de ciudad que es Estambul. Se ven los palacios que están en ambas orillas, y la extensión de la ciudad. También que hay sitios muy muy pijos que no tienen nada que ver con el ambiente que hay en la zona antigua. En el barco puedes beber té u otras bebidas y comprar bocadillos. De vuelta, bastante rendidos, entramos a Benyazit cammii ¿por qué no? Ya que estábamos, eso que teníamos visto. Entre unas cosas y otras se nos había pasado la hora de cenar, aunque como en la mayoría de los sitios turísticos no tenían demasiado inconveniente en darte de comer en ningún sitio, fuera la hora que fuera. Los bocadillos de caballa eran una posibilidad, pero somos de sitio de costa donde la caballa es bastante típica así que decidimos saltarnos una de las turistadas y nos fuimos andando hacia la Zona de Sirkeci para cenar en uno de los muchos restaurantes que hay por allí. Comimos en uno típico para guiris, que no estuvo mal pero que tampoco era el Enjoyer (creo recordar que un pelín más barato también pero poca cosa) pero a esas horas se agradecía una silla al aire libre, algo de comida caliente y un poco de fresquito. Además el bar de al lado tenía wifi abierta, así que aquello era muy parecido al paraíso.  Para terminar de aprovechar el primer día, nos compramos un helado, con "ice cream show" incluido. Os recomiendo que no veáis vídeos ni nada antes de ir, el factor sorpresa lo hace bastante divertido. Los helados turcos tienen una textura bastante curiosa, no están malos pero por supuesto nada que ver con los italianos. A mí la textura me recordaba a algo así como si congelas Nocilla. Cuando dijimos de volver al hotel, siempre pasando por la plaza Sultahamed para disfrutar de esa maravillosa vista también de noche, hacía más de 15 horas que habíamos salido y los pies ya se estaban empezando a resentir...

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