El último día nos levantamos temprano para aprovechar la última mañana que teníamos por aquellos lares. Era el último día de Ramadán y fiesta nacional, en el hotel nos avisaron de que habría muchas tiendas cerradas. Salimos directamente para volver por dentro la mezquita azul. Después de ver varias, me encantó volver a entrar porque pude darme cuenta realmente de lo impresionante que es. No sé por qué, pero en este último día sí que se notaba que había colas en todos los sitios turísticos y en la propia mezquita tuvimos que esperar para entrar.
Después nos acercamos hasta la Pequeña Santa Sofía que nos la habíamos dejado atrás los días anteriores. No pudimos entrar, estaba cerrado y no encontramos ningún horario ni nadie a quién preguntarle. No pasa nada, otra excusa más para volver. Recorrimos tranquilamente la zona de Sultahamed y bajamos hasta el puente Gálata volver a ver la imagen de la zona antigua que se tiene desde allí. No sé cuántas veces lo he repetido ya a lo largo del diario, pero es que es espectacular. Hicimos las últimas compras, y volvimos para el hotel, pasando antes a comprar un rico kebab por el mismo sitio donde comimos el primer día. Esto se acababa y quedaba la parte más pesada del viaje: la vuelta…
Volvimos hasta el hotel y nos pidieron un taxi que nos llevara hasta el aeropuerto. Por 42 TL nos dejó en el aeropuerto en un tiempo record, cuando llegó me sentí como Fernando Alonso cruzando la línea de meta… Tampoco íbamos tan justos! Como curiosidad decir que quisimos darle una propina al taxista y no la aceptó, dijo que le diéramos sólo lo que marcaba el taxímetro. Una pena por otra parte, porque para las pocas liras que nos quedaban no nos merecía la pena ni volver a cambiarlas…
En fin, aquí acaba el diario de nuestro primer viaje a Estambul… Está claro que no será el último. ¡Queda mucho en Turquía por visitar!












