4 días en Provenza ✏️ Blogs de Francia

Quien vaya a Provenza encontrará una zona encantadora y que reúne lo que a mí me parecen las características típicas de esta zona de Francia: pueblos con encanto, buena comida, buen vino, los típicos mercados provenzales, buen tiempo (sobre todo en verano, de ahí que sea un destino vacacional típicamente francés) y naturaleza.

Hay que reconocer que no es una zona barata, aunque esto es variable...si eres un bon vivant, encontrarás en esta zona mil y un caprichos en los que gastar; siempre habrá algo, ya sea comida, vinos o decoración; si el presupuesto no da para tanto, siempre se puede ajustar y disfrutarla igualmente teniendo en cuenta que las comidas y el alojamiento son algo más caros que en otras zonas de Europa y que en España.

Estamos en una zona privilegiada del país, por su localización y por su clima y además es perfectamente accesible desde España; para los del norte es fácil llegar en coche, Ryanair ofrece vuelos a muy buen precio y desde 2014 se puede llegar en AVE hasta Marsella, por lo que las oportunidades para hacer una escapada son ilimitadas.

Particularmente tengo la enorme suerte de disponer en la zona de alojamiento sin coste gracias a un familiar, por lo que el diario de esta escapada de 4 días no incluye muchos datos sobre alojamiento y apenas referenciaré algún lugar donde comimos o cenamos. Sobre todo indicaré las rutas que hicimos.

El viaje lo hicimos por avión con la compañía Ryanair, en un vuelo que nos costó 52€ comprado con un mes de antelación. El coche lo alquilamos en la opción que te da Ryanair cuando haces el check in; habíamos mirado precios en comparadores y esta opción fue la más barata, todo un descubrimiento para futuros viajes en los que solemos coger el alquiler por otro lado; así alquilamos un Nissan Micra de martes a sábado por 89€. Desde el aeropuerto de Marsella a la zona de Carpentras donde estaba el alojamiento había una hora y cuarto de viaje por autopista de peaje (6€ aprox.)

Las fechas elegidas para viajar fueron del 9 al 13 de septiembre, con una meteorología suave, un calor menos intenso que en agosto, temporada en la que visité Provenza con anterioridad. Algún día hizo algo de viento, pero es muy típico en la zona, sobre todo al atardecer, cuando comienza a soplar el mistral.

Gastos básicos:

Vuelo: 52€/persona
Alojamiento: Casa familiar
Coche: 89€
Gasolina: Un depósito 50€ aprox.
Peaje: 12€ aprox.
Visitas a monumentos 40€/persona

---

Elegimos esta ruta el primer día empujadas por las ganas de comenzar visitando un mercado provenzal. Miramos con antelación en internet los calendarios de mercados y vimos que Saint Remy tenía un mercado bastante grande y que merecía la pena visitar los miércoles, así que allá nos fuimos, a la ciudad donde nació Nostradamus y donde Van Gogh también vivió durante un par de años. Aparcamos a la entrada del pueblo y el mercado estaba a un paseo de 10 minutos, así que ahí nos pusimos a callejear y a observar la intensa vida de los mercados y los puestos en los que todo, absolutamente todo, es apetecible. A la vista de que no sabíamos si encontraríamos otro mercado de similares características hicimos acopio de viandas (quesos, salchichón, jabones y otros cuantos caprichos) y es que como digo...hay tentaciones para todos los gustos.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

El jabón de Marsella es una de las cosas más típicas de la zona. En cualquier mercado habrá unos cuantos puestos dedicados al famoso jabón con un alto porcentaje de aceite de oliva en su composición. El original no tenía diferentes olores, pero hoy en día hay mil y un tipos de jabón. De la misma forma están las hierbas provenzales, la sal de la Camargue, los encurtidos, los vinos...un festival para los sentidos, sobre todo para los que disfrutamos de la comida como una parte más de los viajes.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Cuando acabamos de ver el mercadillo vimos la catedral de Saint Remy, en la que su exterior contrasta totalmente con el interior, bastante deteriorado, pero con un órgano impresionante. También es curioso el altar de roca en el que se venera a la virgen de Lourdes.

Viendo que se nos echaba la hora de comer encima, buscamos un restaurante y recalamos en l’industrie donde comimos el menú del día: ensalada y pollo asado con bebida con un precio en torno a los 18€ -20€. La comida no tenía nada del otro mundo, pero comimos bien y el trato fue muy bueno.

Desde allí, tomamos el camino hacia Les Baux de Provence, pero a la salida de Saint Remy nos topamos con las ruinas grecorromanas de Glanum, uno de los mayores yacimientos de Francia. No teníamos en mente parar, pero le dimos una oportunidad y mereció totalmente la pena, sobre todo para hacerse una idea de cómo era una ciudad romana, las vistas desde la colina de todo el conjunto son muy recomendables. El precio de la entrada fueron 7,5€. La visita a Glanum nos ocupó algo más de una hora, pero si se ve con detenimiento o se realiza una visita guiada, se puede invertir más tiempo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Desde Glanum nos encaminamos a Les Baux de Provence, donde íbamos a disfrutar de una de las visitas que más ganas tenía de ver: Les carrieres de lumieres. Hay que pasar de largo la entrada a Les Baux y seguir las indicaciones para llegar al parking gratuito. Les carrieres de lumieres es un espectáculo de luces y sonido basado en pinturas proyectado sobre las paredes de una cantera. Cada año el espectáculo es distinto, este año estaba dedicado a Klimt y Viena. La entrada costó 10€ y yo creo que merece la pena sumergirse en esa experiencia. Las canteras son tan grandes que las proyecciones son espectaculares y los cuadros te envuelven. Muy bonito, la verdad. Además del espectáculo de Klimt hay otra proyección más corta que está bien, pero que tampoco aporta mucho.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Cuando acabamos de ver la proyección nos acercamos a ver el pueblo de Les Baux...como ya eran las 6 de la tarde se podía aparcar tanto en los parking de la entrada como en los márgenes de la carretera de acceso al pueblo. Eso sí, el precio era igual para todos: 5€ que te permiten aparcar durante todo el día...contando con que la visita al pueblo fue de una hora y que salvo que te quedes a comer, no hay mucho más que hacer allí, hagan cálculos de cómo de saneados tienen que estar los presupuestos municipales...pero bueno, es el precio de ver uno de los Plus Beaux Villages de France, es decir: uno de los pueblos más bonitos de Francia y además, con toda la razón, Les Baux es un pueblo monumento por el que merece la pena callejear y además tiene un castillo que se puede visitar (se puede adquirir la entrada combinada junto con la entrada a les carrieres de lumieres), pero que nosotros no visitamos.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Dejamos Les Baux atrás para encaminarnos al último destino del día: Arles, donde llegamos al atardecer. Eso no nos permitió más que darnos una vuelta por la ciudad para ver el anfiteatro por fuera, visitar la plaza donde está el café Van Gogh, acercarnos a la orilla del Ródano y visitar el hospital de Arles (ahora llamado Espace Van Gogh) donde el pintor estuvo ingresado, que a esas horas ya había cerrado sus puertas.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

A pesar de que la temperatura de la noche es muy agradable y que Arles es una ciudad importante, fuera de la Place du Forum donde está el famoso café del toldo amarillo, no hay apenas gente. Está claro que las costumbres francesas distan bastante de las españolas en cuanto a ritmos de vida.

---

El primer destino de hoy será Rousillon, otro de los Plus Beaux Villages de France, que linda con el Parque Nacional del Luberon. Es característico por su color ocre. El pueblecito es encantador y sobre todo, llama la atención la gama de rojos que podemos encontrar en sus edificios y en sus calles. Aparcar aquí es algo más barato, 2€ por todo el día. Aquí nos topamos también con el mercado semanal, mucho más pequeño que el de Saint Remy, pero también muy coqueto. Existe la posibilidad de realizar un camino llamado “Sentier des ocres” con 30’ o 60’ minutos de duración y que cuesta 2,50€. Roussillon es un pueblo encantador y los paisajes merecen la pena.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Para comer elegimos Apt, una ciudad cercana más grande sin mucho que reseñar, pero donde paramos a comer en un restaurante recomendado en la Lonely Travel, el restaurante Thym, te Voilà. Llegamos un poco tarde, aproximadamente a las 14 horas, pero ya se sabe lo que ocurre con los horarios de comida europeos...Comimos lo que quedaba del menú del día porque estaban cerrando la cocina y no pudimos hacer casi sobremesa porque cerraban el restaurante, así que lo de menos fue finalmente la comida.

Desde Apt nos dirigimos hacia la zona de Gordes y Abadía de Senanque. La zona de la Abadía es preciosa y siempre que voy me recuerdo a mí misma que en alguna ocasión hay que ir en julio, a deleitarse con los campos de lavanda que recolectan los monjes y que ahora están pelados. La Abadía tiene parking gratuito y además de darse una vueltecita por los campos, se puede visitar, eso sí, cuidado con la indumentaria porque en la entrada expone bien clarito el largo de los pantalones, faldas y mangas requeridos a los turistas. No entramos, pero la abadía es cisterciense, por lo que su interior es un ejemplo de suma austeridad. Lo que sí se puede visitar es la iglesia que ya nos muestra la sencillez con la que viven.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Ponemos camino a Gordes, otro de los Plus Beaux Villages de France de este viaje cuya vista exterior como “pueblo colgante” es digno de ver. Yendo en coche se puede apreciar que es una zona donde deben refugiarse un montón de personas con un alto poder adquisitivo. Se intuyen casas espectaculares tras las vallas de las fincas y no es de extrañar, la zona es preciosa. Dentro del pueblo el paseo es agradable, calles adoquinadas y un mirador.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Ya está atardeciendo y decidimos dirigirnos a la Fontaine de Vaucluse. Son casi las 7 de la tarde y cuando llegamos aparcamos el coche en la entrada y ni nos molestamos en pagar con la hora que es; los comercios que están a lo largo del paseo ya están cerrando y en el camino hacia el nacimiento del río Sorgue tampoco hay mucha gente, pero la temperatura y la tranquilidad son perfectas para la visita.

Cuando llegamos, tal y como habíamos previsto, de la fuente no emana agua (es la más caudalosa de Francia), pero tras la época de lluvias sí lo hace y debe ser espectacular. Es un lugar rodeado de un halo de misterio, puesto que se desconocía dónde estaba el fondo hasta que una cámara tripulada lo alcanzó. Incluso Jacques Cousteau se sumergió para tratar de encontrarlo. En la Fontaine de Vaucluse también puede visitarse un molino de papel.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Antes de volver al alojamiento paramos a cenar en una pizzería de Bedoin, un pequeño pueblo sin mucho que reseñar salvo que es el lugar elegido por muchos ciclistas para afrontar la subida al Mont Ventoux de casi 2000 m., donde han tenido lugar algunas de las etapas más duras del Tour de Francia. La montaña, que se puede ver desde muchos puntos de la zona, va cambiando de tonalidad conforme va ascendiendo hasta que en su pico no existe vegetación, sino un paisaje casi lunar. Es muy emocionante ver el esfuerzo de los ciclistas en llegar a la cima.

---