CROACIA y BOSNIA en 7 DÍAS ✏️ Blogs de Europa Oriental

Vaya por delante que la descripción de este viaje es idónea para aquellos que les guste visitar diferentes lugares en poco tiempo. Ahora bien, si eres de los que prefiere descansar varios días en un mismo lugar no me responsabilizo de lo que vas a leer a continuación.

Comenzamos a preparar el viaje con muy poca antelación. Lo que nos empujó a visitar Croacia no fue otra cosa que unos precios muy competitivos a la hora de buscar destino. Encontramos un vuelo desde Barcelona a Zágreb y vuelta desde Dubrovnik por 130 €. A partir de ahí comenzamos a trazar una ruta de norte a sur en siete días con la idea inamovible de visitar Bosnia, el país vecino.

El día de salida sería el 05/09 y de vuelta el 12/09. Echando la vista atrás he de reconocer que nos faltaron días para disfrutar de las maravillas que ambos países ofrecen pero al menos tenemos una ligera percepción de lo que por allí se cuece. El regusto final es la intención de volver algún día y tomarnos con mayor calma las islas.

La intención inicial era la de visitar alguna isla. Tras mirar foros, guías y webs decidimos optar por la Isla de Brac y la de Kórcula. Dejaremos la movida de Hvar para otra ocasión. Dado que sólo disponíamos de una semana tuvimos que renunciar a la península de Istria en favor de Bosnia.

Otro de los puntos que no podíamos dejar pasar eran los Lagos de Plitvice y Dubrovnik que, como luego veremos, no nos entusiasmó tanto como esperábamos.

El vuelo salía del Prat a las 21:00 h con llegada a Zágreb a las 23:00.En el aeropuerto de Zábreg nos esperaba nuestro Fiat Punto reservado con Sixt por 170€ la semana. No nos hace mucha gracia llegar a una ciudad por la noche pero no quedaba otro remedio. Emprendimos el viaje desde el aeropuerto hasta Zágreb. Aproximadamente media hora. Llegamos a Zágreb bastante desorientados ya que no disponíamos de Gps en el coche y con el mapa de la ciudad no era suficiente. Tras dar vueltas por la ciudad por fin encontramos nuestro Motel. Situado cerca de la catedral el precio era de 50 € por habitación para dos aunque como pudimos comprobar era perfectamente para 4.

Con ganas de comenzar nuestra ruta nos fuimos a dormir.

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Amanece en Zágreb muy nublado con la clara intención de llover pero durante toda la mañana se resiste. Abandonamos el Hostal y nos disponemos a visitar la parte alta de Zágreb. Sólo disponemos de la mañana ya que tenemos pensado salir de la ciudad sobre las 12:00.


En tres horas visitamos lo imprescindible con parada obligada a desayunar en uno de sus famosos cafés. El ambiente en la calle invita a llevarse un recuerdo sensacional de la ciudad. Mercados de frutas, gente animada vestida con sus trajes regionales bailando en corro y edificios antiguos con mucho encanto. Se percibe la cercanía a ciudades centro-europeas. Sin prisas pudimos contemplar el casco antiguo de la ciudad. Justo cuando nos íbamos comenzaba a llover.


Emprendimos la ruta con destino a los Lagos de Plitvice. La idea era llegar sobre las 15 horas y ver los lagos pero el tiempo no jugaba a nuestro favor. Durante todo el trayecto vimos como las nubes cada vez eran más oscuras y no paraba de llover. Tras un par de horas conduciendo llegamos a Irinovac. Un pequeño pueblo dónde teníamos reservada noche en el hotel Sedra. Tras hacer la entrada vimos que iba estar muy complicado acercarse a los lagos ya que no paraba de llover y la niebla dificultaba la visión pero aún así y dada la proximidad de Irinovac a los lagos (10 km aprox) decidimos probar suerte. La entrada 1 a los lagos estaba cerrada y en la 2 nos dijeron que todo estaba inundado y dado que eran las 16 horas y el tiempo no podía ser peor optamos por volver al hotel y pasar la tarde en la habitación. La abandonamos nada más que para salir a cenar a un restaurante de carretera donde la comida no podía ser más insulsa. No había mucho para elegir.

Nos fuimos a dormir con la esperanza de que al día siguiente el mal tiempo diera tregua y nos dejara disfrutar de los lagos.

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Nada más despertarnos lo primero que hacemos es correr la cortina y comprobamos que el tiempo sigue siendo parecido al del día anterior aunque al menos no llueve por lo que decidimos si o si entrar en los lagos.

Aparcamos el coche en el parking (no gratuito) y nos dirigimos a la Entrada 1. Tras hacer una cola de 10 minutos y pagar las 55 Kunas por persona nos disponemos a entrar al parque. Nada más comenzar la ruta la belleza del paisaje hace acto de presencia mostrando una de las más impresionantes cascadas del parque. Estamos en lo alto y decidimos acercarnos a ella. El agua de los lagos es de un verde que llama la atención. Agua transparente que invita a darse un chapuzón aunque las nubes no terminen de irse.




El día anterior ha llovido demasiado y varios caminos están completamente inundados. Al principio tratamos de evitar esos caminos, luego bordearlos hasta que finalmente se hacía imposible y decidimos meter las zapatillas en el agua de los caminos y así poder andar con más facilidad. El agua estaba congelada pero nos sentíamos como niños.



Los lagos inferiores son preciosos pero no tienen nada que envidiar a los de la zona superior. Tras subirnos a un barco que nos lleva a los superiores apreciamos que hay muchas más cascadas en esta zona. El día sigue nublado pero no llueve. Si las vistas de los lagos son un escándalo en día grís no quiero ni pensar lo que deben con el sol en todo lo alto.



Tras cuatro horas de caminata que se hacen con total tranquilidad llegamos al sitio donde cogemos el bus que nos acercará a la entrada 1 no sin antes reponer fuerzas con una hamburguesa de pollo en el puesto que hay de comidas rápidas. El trayecto en el bus no es más de 15 minutos pero nos toca caminar un poco más hasta la entrada 1. Sobre las 16:00 h emprendemos la ruta hasta Zadar.

Llegamos un par de horas más tarde y lo primero que hacemos es ubicar el apartamento que tenemos reservado. Está en pleno centro de Zadar. Al lado del foro y muy cerca del órgano de mar. No nos damos cuenta que en la reserva nos indica que hemos de ir a una dirección distinta para recoger las llaves. Aprovechamos para curiosear por las calles de Zadar. Una ciudad pequeña de la costa dálmata con encanto. No hay una gran afluencia de turismo a pesar de sus mayores atracciones: el órgano de Mar y el saludo al sol que se encuentran al final del paseo marítimo y que, tras acomodarnos en el apartamento, fuimos a contemplar.



La puesta del sol es preciosa. Al parecer Hitchcock era un enamorado de la misma en Zadar. El órgano de mar slo constituyen pequeños orificios situados en el suelo al final del paseo que generan un ruido especial cuando las olas chocan por debajo produciendo lo que podría llamarse melodías. Al lado del órgano se encuentra el saludo al sol. Un circunferencia de cristal que se ilumina con la puesta del sol y crea efectos que hacen las delicias de los fotógrafos.

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Tras ver la puesta de sol y relejarnos un poco en el paseo fuimos a cenar a uno de los sitios que recomienda la lonely planet: Fosa. Algo caro pero bastante exquisito. El pescaso estaba delicioso bien acompañado de un vino croata. Salimos del restaurante y dimos una vuelta por Zadar de noche. Contadas ruinas romanas se suceden con locales más modernos. Una ciudad tranquila para pasar no más de un día.

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