Viaje a Riga desde Bergen con estancia de cinco días en la capital letona. Visita a museos y algún que otro lugar especial. Autor:Pompi92Fecha creación:⭐ Puntos: 4.8 (9 Votos)
Nuestra siguiente parada era el Latvian Peoples Front Museum, pero abría algo más tarde que lo que hemos llegado, así que nos hemos decidido por ir a una de las iglesias.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
St. Peters Lutheran Church es una de las iglesias que podemos encontrar en la parte “vieja” de la ciudad. Está iglesia tiene bastantes cosas interesantes. La primera de ellas es un mirador al que se puede subir para poder ver Riga bajo tus pies. 5€ es lo que hay pagar, y la verdad es que creo que merece la pena. Solo voy a poner dos pegas: las barras que hay por seguridad que rompen un poco las vistas y que si hay mucha gente puede que agobie algo. Nosotros hemos tenido suerte, y al coger el ascensor no hemos tenido que esperar cola, y arriba había la gente justa para poder andar a nuestra bola. Al bajar en cambio, había una cola de unas 15-20 personas… seguro que no disfrutas de las vistas igual.
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Otra de las cosas interesantes que tiene la iglesia, es que el mirador fue destruido durante la WWII. Hay un pequeña exposición de fotografías y un video de la recosntrucción. Impresiona ver como trabajan a esas alturas con muy poca seguridad.
Una vez con los pies en el suelo, nos hemos dirigido al ya mencionado museo la gente de Letonia. Parece pequeñito, pero hay cuatro-cinco pisos llenos de objetos y lugares que tienen algo que ver con la independencia de Letonia sobre la URSS. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la cadena humana que construyeron desde Tallin hasta Vilnius, pasando por Riga y atravesando los tres países Bálticos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Otra de las cosas que me ha gustado del museo, es que hay muchas cosas para tocar e interactuar, objetos de la época que no están dentro de vitrinas o entre vallas. Por ejemplo, los teléfonos contaban algo, eso si, hablaban en letón, así que vete tú a saber que decían. Y sí, como no podía ser de otra manera, hemos aprovechado para hacer el idiota un rato.
Nuestra siguiente parada ha sido la Cat House, uno de los emblemas y símbolos de Riga. Es un edificio que en la parte más alta del tejado tiene gatos negros, de ahí viene el nombre de “Cat House”. Según cuenta la leyenda, el poner un gato negro mirando a la plaza fue la forma en que el mercader dueño de la casa expresó su desagrado hacia los miembros del Gremio que le habían denegado su ingreso en el mismo. Tras una larga batalla legal, el mercader logró entrar en el gremio y lo cambió de posición.
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La casa está situada al final de una de las calles más bonitas de la ciudad en mi opinión, con un bonito parque donde hay muchos bares y restaurantes, y la verdad es que tampoco muy caros teniendo en cuenta que es el centro de la parte vieja. La calle se llama Meistaru Iela.
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Hemos dado un par de vueltas más por las calles de alrededor, ya buscando un sitio donde poder comer.
El sitio elegido para saciar nuestro apetito ha sido una pizzería que se encuentra en una de las esquinas de la plaza de la Catedral. El lugar se llama Charlis pizza, y está bastante bien.
En principio nos ha llamado la atención porque hemos visto una mini-carta con platos muy baratillos, a unos 3-4€. Cada día sirven dos platos a elegir. Nos ha parecido buena idea, así que nos hemos sentado.
El camarero nos ha traído la carta, que aparte de los platos esos, estaba llena de pizzas. Sorprendentemente, hemos encontrado una oferta en medio de la carta con una rebaja del 66% en el precio de algunas pizzas. La verdad, es que no nos lo creíamos mucho, así que le hemos preguntado un par de veces al camarero, por si le habíamos entendido mal.
Podías elegir entre una pizza de 20 o 30 cm, empezando por un 1.5€ la más simple y acabando por alrededor de los 6.5-7€ la que más condimento tenía. Nosotros, acostumbrados a no poder comprar nada en un restaurante en Bergen, nos hemos ido por lo alto, cogiendo las de cerca de los 5€ o así. Hay que aprovechar.
La comida nos ha salido por unos 7€ o así, la pizza y la cerveza de medio litro, que la verdad nos ha sabido a gloria. Primera vez en meses que como algo fuera de casa y no me dejo el riñón para pagarlo.
Un sitio que recomiendo, por sus bajos precios y la calidad de la comida, aunque simplemente sea pizza.
Después de haber recuperado fuerzas, nos tocaba seguir andando. Primero nos hemos dado una vuelta por la Catedral y su plaza, y luego hemos ido para el “museo de las barricadas de 1991” en las que se recrea y se enseña lo ocurrido durante ese año en Riga.
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Parecía un museo muy interesante, y sí, digo parecía porque no nos hemos enterado de nada. Está todo en letón, y claro no hay quien entienda una palabra. Había una señora cuidando del museo que no tenía ni idea de inglés, lo intentaba pero nada. La señora me ha caído bien por lo menos, hacía lo que podía. Pobre Pepe, ha habido un momento en el que yo me metido en una sala y le he dejado ahí comunicándose con la señora. En cuanto he oído su magnífica e interesante conversación no he podido contener la risa. Vete tú a saber que le decía la señora!!!
La segunda parada ha sido las tres casas de estilos totalmente diferentes conocidas como “Three Brothers”. Las casas fueron construidas en distintas épocas, lo que hace que todas tengan su propio estilo. En una de ellas se encuentra el museo de arquitectura. Nosotros hemos pasado de ello, y nos hemos metido en la “Catedral de St. Jacob”, una iglesia que fue construida por el año 1200 y en la que se hicieron los primeros servicios luteranos de Letonia. La entrada es gratuita.
Antes de ir a otro de los museos, nos hemos dado una vuelta por Troksni iela, que es la calle más estrecha de todo Riga, y siguiendo para adelante, hemos llegado a la “Puerta Sueca”, que fue una de las puertas de la muralla que rodeaba Riga en la época. Ahora, es la única puerta que queda de aquellos tiempos.
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La siguiente parada ha sido la Powder Tower y el museo que está al lado: el Museo de la Guerra. Es un museo muy grande, con siete pisos, en los que hay salas clasificadas por épocas, empezando por la era medieval, la segunda guerra mundial y la situación de hoy. Un museo interesante, en el que hemos pasado un buen rato.
Como cosa curiosa voy a decir, que me he sentido perseguido como cuando entras en un chino y tienes a la colega todo el rato detrás para que no robes nada. Pues así hemos tenido a una señora en tres salas!!! No sé, igual pensaba que me iba a llevar uno de los cañones metidos en el bolsillo!! Lo mejor de todo, es que daba vueltas como si la cosa no fuese con ella, “disimulando”. Era salir de una sala, entrar en otra y ahí aparecía. Daban ganas de ir pasando de una sala a otra todo el rato. Eso sí, a su favor tengo que decir que no tenía nada mejor que hacer la pobre. Vaya aburrimiento.
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Luego nos hemos ido hasta el río pasando por el Castillo de Riga. Desgraciadamente estaba en obras, y no hemos podido ver mucho. En la orilla del rio se encuentra “El Gran Kristaps”. Es un monumento en honor de la leyenda de como se creó Riga.
Según ésta, el gigante escuchó llorar en medio de una tormenta a un niño que quería pasar al otro lado. Era su trabajo, ayudar a la gente a cruzar el río.Cada vez que avanzaba, el niño era más pesado, y para cuando llegó a la orilla estaba tan cansado que se durmió, con el niño al lado. Al día siguiente, donde estaba el niño había una bolsa de dinero, con el cual se fundó la ciudad. Algo así es.
Aprovechando el calorcillo que ha hecho, pues nos hemos sentado un buen rato por ahí a tomar el sol, para después andar un ratillo por al lado del río.
Hemos dado el día por terminado, pero de camino al hostal hemos hecho dos paraditas más. La primera de ellas ha sido en el “Monumento de la Libertad”. Fue construida en 1935 y aunque durante la ocupación de los soviéticos no fue destruida, estaba totalmente prohibido colocar flores bajo castigo de arresto y deportación. De 9 de la mañana a 6 de la tarde hay dos soldados custodiando el monumento, y en la base suele haber flores y velas. Los cambios de guardia son cada hora durante el horario ya mencionado. Para cuando nosotros hemos llegado ya era demasiado tarde, así que tendremos que verlo otro día.
Nuestra siguiente parada ha sido el lugar de la merienda.
He leído mucho sobre las repúblicas bálticas y tienen lo que me encanta, una historia larga y con una fuerte influencia de la época comunista y un buen patrimonio cultural. Y también letonas, eso es mejor aun. Mis cinco estrellas.
Hola, estoy preparando mi visita a Riga, y veo que para salir del aeropuerto hay que coger el autobús 22.
Según Maps tengo que coger el autobús 22 y luego el 53.
¿Alguien sabe si el ticket de este autobús, que es algo más caro que el de 90 minutos, sirve también para hacer el trasbordo, o hay que sacar otro ticket para el segundo autobús?
Ranisa, no sé la respuesta, pero, si tienes el hotel en el centro histórico te diría que no hagas transbordo, usa solo el 22 . El centro de Riga no es muy grande y no tendrías que andar mucho.
Ranisa, no sé la respuesta, pero, si tienes el hotel en el centro histórico te diría que no hagas transbordo, usa solo el 22 . El centro de Riga no es muy grande y no tendrías que andar mucho.
Hola, voy para finales de año a Riga, me recomendáis algún sitio para cenar? Si alguien ha pasado allí fin de año claro
Para fin de año no se....para comer en cualquier día, Lido, siempre resulta bien. Hay varios por la ciudad, tipo self service, la comida es buena y el precio es correcto.