Riviera Maya (del 31 de mayo al 7 de junio de 2015) ✏️ Blogs of Mexico

El primer día de un viaje siempre es el más emocionante, pues sólo la ilusión por llegar al destino hace que vayas muy contento. Pero al mismo tiempo también es agotador puesto que las 11 horas de avión de Madrid a Cancún se hicieron muy largas...
Ya en el aeropuerto, nos reunimos con las otras parejas que habíamos conocido en el foro (habíamos hecho un grupo de whatsapp) facturamos, nos tomamos un café y ya fuimos directos para la puerta de embarque, fue todo bastante rápido y sin incidencias.
Una vez en el aire ya, nos levantamos y fuimos a hablar varias veces con nuestros amigos foreros, pero aún así se hace largo igualmente.
Gracias a las indicaciones del foro llevábamos algo de picar en el equipaje de mano, puesto que ya sabíamos que en pullmantur (ahora wamos) la comida no era muy buena.
Nos sirvieron una comida a las 5 de la tarde, pasta de primero y arroz super amarillo y seco de segundo, y cuando quedaban 2 horas para llegar, un snack que consistía en un pequeño bocadillo de jamón y queso, que no estaba muy bueno, pero cuando hay hambre todo vale.

Los asientos del avión están muy pegados al de delante y no puedes estirar las piernas del todo. además nos comunicaron que no habría películas durante el vuelo por avería del reproductor. Menos mal que con las ganas de llegar todo importa menos, pero he de decir que no fue de los mejores vuelos que he tenido.

Llegamos a Cancún sobre la hora establecida, la recogida de maletas fue bastante rápida y el semáforo verde!! (fui un poco pilla y vi que el de la derecha acababa de salir rojo a los que iban delante así que pensé que no podría salir 2 veces seguidas rojo y así fue)
Una vez fuera encontramos a nuestra agente de Wamos y subimos en el autobús que nos llevaría a Palladium. En 2 horitas ya estábamos en el hotel.

Nos recibieron con un cóctel de bienvenida y un check-in súper rápido. Nos había tocado la villa 66 del riviera. Nos llevaron a nuestra habitación en trenecito (papamóvil maya que dicen ellos) y nada más entrar por la puerta alucinamos con la habitación ¡era como la mitad de mi piso! jacuzzi al lado de la cama, sofá con mesa, 2 butacas con una mesita, cama king size...
Nos cambiamos de ropa y fuimos al buffet que nos quedaba más cercano (el Kabah) a cenar algo. Para llegar a éste tuvimos que llevar el mapa que nos dieron al hacer el chek-in, y siguiendo las indicaciones que se encuentran por el camino, llegamos sin problema atravesando el manglar, ¡qué pasada!
Llegamos al buffet en 7 minutos caminando tranquilamente. Cenamos algo y a dormir que el día fue duro.

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Como me ocurre en todos los viajes con huso horario diferente, me afectó el jet lag y a las 2 de la mañana ya estaba despierta (nos habíamos acostado sobre las 11) puse un poco la tele y conseguí dar otra cabezada hasta las 4. Era de noche y no me quedaba otra que esperar a que se hiciese de día. Le comenté a mi marido por qué no íbamos a ver el amanecer a la playa pero él quiso seguir durmiendo. Luego me enteré que una de las parejas de amigos foreros fueron a gravar el amanecer y nos pasaron una foto muy bonita.

Sobre las 6 ya era de día y ahí si que me levanté y salí a la terraza, pero cual fue mi decepción al ver el día nublado, muy gris, completamente cubierto de nubes, además el suelo y la vegetación se veían mojados. Había llovido de noche.

Nos levantamos, fuimos a desayunar al ya conocido buffet Kabah, y alucinamos al ver el hotel de día. Atravesar los manglares es increíble, nos encontramos con la fauna del lugar muy comentada ya por otros foreros. Pasar los puentes por encima del río del hotel, ver las otras villas con palapas... qué puedo decir, me he quedado enamorada del palladium.

Sobre las 8:30h ya estábamos en la piscina nadando. Pues aunque estaba todo cubierto, sigue haciendo calor.
Nos comunicamos por whastapp con las otras parejas que estaban en el palladium (bendito wifi) y se acercaron a darse un baño con nosotros. Con la mala suerte que sobre las 10 empezó a llover intensamente, había una tormenta de mil demonios y ya no paró de llover en todo el día.

¿qué hacer en Riviera si llueve? pues beber cócteles, probar el jacuzzi de la habitación y poco más realmente, puesto que la animación del hotel brilla por su ausencia. (bien podían hacer algo bajo techo).

Así que aprovechamos para ir a cenar tempranito a un temático, en este caso probamos el rodizio, el brasileño. Había leído comentarios negativos de este restaurante, así que como no me suelo fiar de estas cosas, pues cada uno tiene sus gustos, allá fuimos.
He de decir que nos gustó mucho, la atención muy buena, la mesa muy romántica y las carnes que nos iban trayendo muy jugosas y ricas. Yo había probado un rodizio en mi ciudad y no me había gustado nada, pero no tengo nada negativo que decir de este. Solo que pasé un frío de mil demonios, tanto que hasta me puse mala y tuve que recurrir a los antibióticos que me había llevado en la maleta. Ponen el aire acondicionado a 15 grados, así que como consejo os recomiendo llevar chaqueta, fular y lo que consideréis oportuno en todos los sitios que tengan aire acondicionado.

Habíamos quedado en ir a la white party después de cenar junto a las otras 2 parejas de foreros pero con el frío que cogí me tuve que ir directa para cama.

En relación a la white party, como cayó agua en cubos todo el día, nos imaginamos que no lo harían en la playa, pero nadie avisó nada en ningún momento. Tuvimos que ir al lobby a preguntar, y hasta ellos no lo tenían muy claro. Finalmente se realizó en el teatro del Riviera.
Como comprobaríamos más adelante, la información en ese hotel brilla por su ausencia, sobre todo en lo relativo a la animación. Si quieres enterarte de algo, pregunta a varios trabajadores diferentes y contrasta... Según nos dijeron nuestros amigos que se alojaban en otros hoteles, a ellos les pasaba lo mismo. Información cero.

Tras un día de tormenta y super deprimente, lo único que me animaba es que al día siguiente teníamos la excursión a Chichén con Andrés de la Mora.

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Tal como habíamos hablado por whatsapp nos recogieron a las 6:30 de la mañana en el lobby de nuestro hotel. Puede parecer muy temprano, pero el tiempo se aprovecha de diferente forma en Riviera.
Fuimos recogiendo al resto de foreros por otros 2 hoteles y sobre las 7 y poco ya estábamos en camino a Chichén.
Íbamos en una furgoneta con capacidad para 16 personas, con lo que conocimos a un par de parejas más de las que luego nos hicimos amigos y quedaríamos más adelante en el hotel, en otras excursiones...

Nuestro guía no fue Andrés, si no Manuel, a Andrés lo conocimos más tarde, pues iba con otro grupo y vino a presentarse. Como decía Manuel, Andrés es el patrón.
Manuel es genial, nos contó muchas cosas durante el trayecto a Chichén. Tenía muy buen rollito con su compañero, Martín, el conductor de la furgo. Hicieron muchas bromas y la verdad es que son los dos geniales.

Una vez en Chichén, nos explicó que las compras allí eran baratas, pero que había que regatear (algo que odio...) y por supuesto todo lo relativo a la gran cultura que construyó el templo de Kukulcán, el juego de la pelota y todos los monumentos que hay en Chichén que no es poca cosa.
Tras la explicación, nos dejó unos 40 minutos de tiempo libre, para comprar recuerdos o realizar más fotos.
Al llegar temprano no había mucha gente y eso se agradece, ya que cuando nos íbamos entraban varios grupos numerosos.
El clima nos coincidió regular también. Muy nublado, hacia calor, pero no en exceso.

Tras la borrachera de información sobre los mayas nos dirigimos al cenote Ik -kil que queda pegado a Chichén. Supongo que si hubiese hecho mucho calor y sol agradeceríamos el baño fresquito, aunque no fue el caso, bañarse en un cenote siempre es estupendo!!

Nos dejó 40 o 50 minutos en el cenote, no recuerdo bien. El tiempo sobra porque aparte de saltar desde las escaleras no hay nada más que hacer allí. No se ve el fondo pues tiene 40 metros de profundidad.
Yo no me atreví a tirarme desde tan alto, pero todos los chicos de nuestra excursión se tiraron, grabaron vídeos y demás.
Os aconsejo comprar una cámara acuática, le sacaréis partido seguro.

A la hora establecida subimos a la superficie y comimos en el propio cenote, en un buffet que hay allí mismo. Estaba a tope de grupos, esto no me gustó mucho, pues yo pensé que iríamos a otro sitio. La comida no estaba muy buena, tampoco había variedad, yo apenas comí, y las bebidas no estaban incluidas (algo que ya sabíamos con anterioridad)

Tras la comida nos dirigimos a Ek Balam, es una antigua ciudad maya, en medio de la selva. A mi me encantó!!
Como siempre, Manuel nos explicó curiosidades acerca de las edificaciones y luego nos dejó tiempo para subir los 106 escalones del templo más alto.
Increíble!! me gustó muchísimo más que Cobá. A la mitad de los escalones me di la vuelta y guau!! qué vistas!! selva hasta donde te llega la vista. Nos hicimos selfies en grupo en la cima y un montón de fotos, subiendo, bajando etc.
Lo único negativo que le veo a esta excursión es ir justo después de comer, porque subir y bajar tanto escalón con el estómago haciendo la digestión...


Tras el subidón de las vistas de Ek Balam nos dirigimos a una aldea maya. Personalmente yo me sentí fatal, se veía que todo estaba preparado, nos llevaron a una choza donde había dos mujeres haciendo tortillas con guacamole, huevo etc, luego otra choza contigua donde tenían hamacas (que vendían luego) y otra que era la tienda para que comprásemos si queríamos.
Lo único bueno fue darle los regalitos a los niños que por otra parte se ve que están más que acostumbrados a hacerlo todos lo días... de hecho, cuando nosotros nos íbamos llegaba otro grupo de turistas.

Después de nuestra breve estancia en la aldea, nos dirigimos al hotel, al cual llegamos sobre las 8. Estábamos preocupados por si no llegábamos a la cena de lunamieleros que teníamos a las 9, pero finalmente nos dio tiempo a ducharnos etc.

La cena fue al aire libre, en la terraza del buffet la laguna, al final el tiempo nos dio tregua y a pesar de que llovió por la tarde, la noche quedó buena y disfrutamos de la cena sin aire acondicionado.
Nuestra sorpresa al llegar fue que 2 parejas más de nuestro grupo también tenían la cena, estaban en otra mesa. Le pedimos si nos podían poner juntos y al final cenamos los 6 en amor y compañía

El menú no fue nada del otro mundo, comida sencilla y escasa y la atención de los camareros fatal (algo que nos acompañó durante toda la estancia)
Pero el hecho de cenar juntos y al aire libre ya nos gustó.

Como siempre, después de cenar, derechitos para cama, pues el cansancio de todo el día no nos dejaba ir a los espectáculos del hotel.

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