![]() ![]() Dos matrimonios de Cádiz de viaje estival en Suiza. Agosto 2.015 ✏️ Blogs de Suiza
Apuntes de las experiencias antes y durante nuestra semana de viaje en Suiza, Agosto 2.015.Autor: Tritongades Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (9 Votos) Índice del Diario: Dos matrimonios de Cádiz de viaje estival en Suiza. Agosto 2.015
01: Viaje a Suiza, real-life I. Los preparativos
02: Viaje a Suiza, real-life II. Cádiz-Málaga-Zurich-Thun
03: Viaje a Suiza, real-life III. Zermatt-Matterhorn-Grindelwald
04: Viaje a Suiza, real-life IV. Cascadas Staubach y Trümmelbach, Mürren. Berna.
05: Viaje a Suiza, real-life V.Reichenballfallen,Aareschlucht.GlaciarRodano.Meiringe
Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 9
Es Viernes, y tras el pequeño descanso de la tarde anterior, las fuerzas se han recobrado y ambos “matrimonios de Cádiz” se disponen a disfrutar del penúltimo día que les queda en Suiza. Hoy acometen una jornada alejada de las esplendidas cumbres de Los Alpes pero sin abandonar la montaña; hoy es un día más urbano, mezcla de Naturaleza y ciudad: recorrido en barco por el Lago de los Cuatro Cantones, subida al Monte Pilatus y visita a Lucerna.
Los quehaceres matutinos se desarrollan con normalidad; los aseos reglamentarios se cumplen disciplinariamente; las reconstituciones, restauraciones y rehabilitaciones corporales se realizan con presteza y reciben el premio por parte del espejo. Acto seguido: la salida tempranera para comprar pan que sustente el tentempié del día; hoy tienen el que han llamado “Bocadillo Gourmet”, hecho a base de melva canutera de Tarifa en aceite de oliva con el pan untado con Lemon Curd y unas rodajas de tomate. ![]() A dos días de dejar Suiza tienen jamón ibérico y queso manchego de más, por hacen un pequeño bocadillo extra para cada uno. Cuando preparaban el viaje, decidieron dedicar un día a Lucerna y su lago visitando el Monte Pilatus en detrimento del Monte Rigi. No les fue fácil decidir entre ambos promontorios: en contra de Pilatus mayor coste, en contra de Rigi menores vistas y atractivos. Así pues, la decisión se sustentó en la filosofía del “poyá”: poyá que hemos venido hasta aquí pues…..eso. Sobre las nueve de la mañana ya estaban en marcha. Desde Frutigen a Lucerna tardan algo más de una hora en recorrer los aproximadamente cien kilómetros que los separan. Aparcaron en un gran parking junto a la estación de trenes y se dirigieron a la Oficina de Turismo en la fachada lateral de la estación de trenes. Allí revisaron las diferentes opciones y tomaron la más práctica: el Circuito Dorado. ![]() En barco navegando por el lago de los Cuatro Cantones hasta Alpnachstad, desde allí en tren cremallera subiendo hasta el Monte Pilatus, para después bajar en teleférico hasta Kriens y, por último, montar en autobús para volver a Lucerna. Aplicando el descuento del 50% de la tarjeta Swiss Pass Half Fare la broma asciende a 53 francos suizos, unos 49 euros. ![]() Aquí en Suiza, el precio de los trasportes públicos no es ninguna broma, ni aún con los descuentos que se puedan conseguir. Justo cruzando la plaza desde la puerta principal de la estación de trenes se encuentra el muelle de embarque, tiene diferentes atraques y, buscando en un monitor dieron con la puerta concreta. En el embarcadero número uno comienza el recorrido de LUCERNA a ALPNACHSTAD con algunas paradas intermedias. Tras una “cola del mes de Agosto”, en la que trataron sobre el asunto de donde elegir el asiento: en la proa (delante) o en la popa (detrás), a estribor (derecha) o a babor (izquierda), accedieron al barco y tomaron asiento en la proa. Hace calor y el Sol cae de pleno en toda la cubierta, sin posibilidad de resguardo anti-rayos ultravioleta uno de los maridos, el de piel más caucásica, recordó la visita al Matterhorn y los efectos sobre su frente y cara que provocaron los rayos del Sol, por lo que, rápidamente, se embadurnó de crema con protección máxima, y se confeccionó un pseudoturbante con un gran pañuelo que llevaba su esposa. Una imagen, podemos decir: peculiar; ande yo protegido, ríase la gente. El trayecto por el lago viene a durar unos 60-80 minutos; y como todos los paisajes en Suiza, son dignos de exaltación: un lago celeste, grande y tranquilo rodeado de montañas con sus riberas salpicadas de bonitas casas y embarcaderos coquetos. Vamos de postal de lagos suizos, suizos. ![]() En ALPNACHSTAD al desembarcar cruzan la carretera hacia el frente, donde está la estación del tren cremallera. No tiene perdida, sólo se dejan llevar por la manada de turistas que se dirigen al mismo lugar. Al llegar, antes de pasar a la pequeña explanada, te dan un cupón con coloración diferente según el turno asignado para acceder al tren y, justo unos diez minutos antes de la salida abren la entrada al vagón. Mientras esperan han comprado un par de botellitas de agua en un pequeño bar dentro de las instalaciones: (no os asusteis advierto) a 5 francos suizos la botellita, algo mas de 4,8 euros; la botella de cerveza hubiese costado igual. Sin comentarios: ![]() Habían leído que es el tren cremallera con mayor pendiente del mundo, y que debían sentarse en el lado derecho mirando hacia abajo para poder contemplar las mejores vistas. ![]() Se produce otra “cola del mes de Agosto”, tiempo que dedican, por un lado a observar a tanto turista sudoroso y ansioso por llegar, llegar, a donde sea, pero llegar. Hay turistas que solo quieren llegar, llegar para poder decir “yo estuve allí”, llegar para verlo, verlo y fotografiarlo, y ya está, no quieren más; son turistas en perpetuo tránsito hacia el lugar de postal. Hoy abundan los norteamericanos, se les conoce por las chanclas que llevan ellas, ya puedan llevar falda o pantalón no desisten de sus cómodas chanclas playeras (sobre todo sin proceden de la costa Este); ellos prefieren las zapatillas Nike con pantalones cortos; ambos, ellos y ellas, acostumbran a ser de talla King Size. El otro entretenimiento “en la cola” es observar como intercambian los vagones para que la maquina ocupe el lugar designado; a los suizos les encantan los trenes y las operaciones ferroviarias. Se les nota. Ascender por las laderas es toda una atracción en si misma, no sólo se paga el trasporte, pagas el viaje en si mismo. La ascensión en todo un motivo turístico. Mientras ascienden, el esposo más Wikipedia-dependiente y con mayor retentiva para cuestiones poco prácticas, les ameniza la subida con la leyenda del Monte Pilatus de Lucerna. Cuenta la tradición que el emperador Tiberio César encadenó a Poncio Pilato como castigo por haber condenado a Jesucristo. No olvidemos que Lucerna es una de las pocas ciudades suizas que se mantuvo católica frente a la revolución protestante de Ulrico Zwinglio, más o menos el Lutero suizo. Pues bien, Poncio Pilatos se suicidó y su cuerpo fue arrojado al Tíber. El río se rebeló contra el cadáver provocando grandes inundaciones, por lo que los romanos sacaron el cuerpo de Pilatos y lo arrojaron más lejos aún, al rio Ródano, donde volvieron a producirse inundaciones. Entonces buscaron un lugar más apartado y poco poblado, dado que existía el riesgo de repetirse las manifestaciones; para ello eligieron un pequeño lago en la región del Oberalp, lugar lejano en la antigua Helvética, donde no había mucha gente que pudiera quejarse y, arrojaron allí, definitivamente, el cadáver. Y Poncio volvió a las andadas, con lo que la gente de Lucerna vivía asustada por las furias de Pilatos. Además, ahora le dio por aparecerse, sentado en medio del lago, los Viernes Santos durante la Pasión. Al lago lo llamaron el Lago de Pilatus y, obviamente al monte, el Monte de Pilatus. A mediados del siglo XVI las manifestaciones comenzaron a disminuir, y en 1.585, el sacerdote de Lucerna, acompañado de un grupo de paisanos valientes, subió hasta el Monte Pilatus para desafiar al fantasma. Tiraron piedras al lago, removieron el agua y se metieron en ella, pero el fantasma no reaccionó. Ni mu. Para asegurarse de que el fantasma de Poncio Pilato no podría continuar con sus travesuras, en 1.594 fue excavada una brecha en la pared del estanque para evacuar toda el agua y comprobar la desaparición del cadáver. No fue hasta 400 años más tarde, en 1.980, cuando se atrevieron a cerrar la brecha, y desde entonces el lago vuelve a contener agua, pero esta vez tranquila sin los enfados del espectro. Ya no está el fantasma pero se mantiene su nombre: Monte Pilatus. Con estas que llegaron a la cima del MONTE PILATUS, al bajar del tren desembocan en un gran salón con amplios ventanales al valle por el que han ascendido. El nivel del desarrollo turístico de Suiza se muestra al completo en lugares como este, a pesar del dificil acceso han construido toda una infraestructura con restaurantes, tiendas, servicios e instalaciones varias. Pero hete aquí, que justo tras los grandes ventanales, en un gran saliente de la montaña hay un loco del parapente se dispone a lanzarse al vacío, todo un espectáculo que no se pierden. Con la decepción producida por la falta de estampamiento del parapentista con la pared de la montaña, salieron a una gran terraza desde la que suben y bajan, como cabras, por las escaleras que llevan a un pico o a otro desde donde apreciar las vistas al lago de Lucerna Hoy estan de suerte, por una de las caras más escarpadas y empinadas del monte van subiendo dos escaladores en escalada libre, esto es, usando solo las manos y los pies, concretamente chico y chica con las manos manchadas del blanco del talco. Suben con destreza mientras una masa de turistas los observan, fotografian y graban en video. Nada, nada, suben hasta el pico sin contratiempo alguno. Acaba la diversión, y uno de los esposos le comenta al otro: “te has fijado lo bien, pero que muy bien, escalaba ella, lo bien que movia los brazos y las cachas,….., oy perdón, quiero decir las piernas”. De tanto subir y bajar escalinatas se les ha abierto el apetito, y en un espacio preparado con unas mesas a modo de merenderos, de los que, por cierto, hay pocos en Suiza, se disponen a dar cuenta del picnic: bocadillo gourmet, barrita de cereales y miniciruela suiza sisada en el desayuno-buffet del hotel. Descansan un poco en la terraza sentados en unas cómodas hamacas puestas para el común disfrute, el Sol aprieta y da un respiro cuando se oculta tras las nubes altas.
[align=left]Comienzan la bajada en el telecabina hasta KRIENS, están a una cierta altura y la cabina se balancea, balanceo amplificado cada vez que se acercan a un poste de enlace. Hacen parada en FRÄKMÜNTEGG, donde ofrecen a la chavalería muchas actividades, entre ellas una tirolina, pasos a cierta altura entre árboles y, el tobogán Rodelbahn de 1.350 mts. Ambos “matrimonios de Cádiz” son de natural intrépidos, pero hoy no están por la labor, comentan sus recuerdos de la tirolina de Portugal, en Pena Aventura Park, cerca de Galicia. Vuelven al telecabina y bajan hasta KRIENS donde tienen que tomar el bus 1, siguiendo las señales en azul
![]() Con las señales, un poco de orientación y el resto de turistas que buscan lo mismo que ellos, dan con la parada del autobús y tras recorrer un corto trayecto llegan hasta LUCERNA, lugar de partida, junto a la estación de trenes.
Lucerna, la mayor ciudad del centro de Suiza, es una de sus ciudades más atractivas. Durante la Reforma, lideró la resitencia católica en Suiza. Hoy el mayor soporte de su economía es el turismo. Compacta y fácil de recorrer, cuenta con un magníficamente conservado casco antiguo peatonal en la orilla norte del río Reuss, al cual podemos acceder cruzando el KAPELLBRÚCKE (puente de la Capilla) que lo encontramos a la izquierda de la estación de tren. ![]() Desde la parada del autobús, junto a la estación de trenes han cruzado al frente y a la izquierda hacia la avenida arbolada, paralela al rio, que lleva hasta el Puente de la Capilla.
El KAPELLBRÜCKE, puente peatonal cubierto del siglo XIV, es el puente de madera más antiguo de Europa, símbolo de Lucerna. Bonitamente decorado con flores. Hace calor y buscan, sin encontrarlo, un sitio por el que bajar al rio con la intención de poner los pies a remojo en la que imaginan fresquitas aguas. Nada de nada, esto se mira pero no se mete los pies. El puente que cruza en diagonal el rio Reuss formaba antiguamente parte de las fortificaciones de la ciudad, en su centro se une a la WASSERTURM, torre octogonal, que ha servido de faro y prisión.
En frente tenemos la ALTSTADT, el casco antiguo, defendido por una muralla por su flanco Norte, conserva su distribución medieval y muchas fachadas originales están pintadas con frescos de colores.
![]() Una vez cruzado el rio, siguen por la BRUGGLIGASSE hasta el MUSEGGMAUER (museo de la muralla), las murallas con una extensión de 850 metros se extienden desde el rio hasta casi el lago. Cuenta con 9 torres, subir a la Torre de Vigilancia. Siglo XV. Para ser sinceros, las han visto desde lejos, pues les da un tremenda pereza, subir por aquellas calles, con la solana que está cayendo. Han vuelto sobre sus pasos para dejarse llevar por la sombra de las fachadas buscando la KAPELLPLATZ y su fuente rematada con la esfinge de FRITSCHI, personaje asociado a la primaver y figura central del famoso Carnaval de Lucerna, asociado a la primavera y la fiesta. [/align] ![]() Como genuinos gaditanos que son, se dicen: si a esta gente les gusta el Carnaval de Febrero, esta gente tiene que ser buena gente-
A poco de caer la tarde, llegan hasta la arteria principal del centro comercial, la calle HERTENSTEINSTRASSE, y se espetan: han conseguido que todas las calles comerciales de todas las ciudades se parezcan, con tanta franquicia y tanto postureo del tres al cuarto. Al final de la calle van a dar con un entrelazamiento de avenidas y un nudo de tranvías: la Alpenstrasse, Zurichstrasse y Lowenstrasse. Desde aquí continuando por la DENKMALSTRASSE se encaminan hacia la LÖWENPLATZ, un poco enrevesado, pero más o menos es como un pequeño parque de una barriada de las afueras de cualquier ciudad. En el pequeño parquecito, esculpido en la roca viva de la pared del montículo que lo limita, se encuentra el LÖWENDENKMAL una inmensa figura de un león moribundo atravesado por una lanza (1.821) frente a un pequeño estanque donde se refleja. El esposo Wikipedia-dependiente entra en acción: esta escultura del “León Moribundo” es un homenaje a la Guardia Suiza, concretamente a la fidelidad y la valentía de las tropas mercenarias suizas, que pesar de ser conscientes de su derrota inminente, son fieles a la palabra comprometida y, entran en una lucha desigual para caer diezmadas. Narra lo acaecido en la defensa del Palacio de las Tullerías en 1.792 en la Revolución Francesa, motivo por el que se ve esculpida la flor de lis en el escudo donde descansa la cabeza del león. De mil soldados quedaron trescientos en pie. Ambos “matrimonios de Cádiz” cansados están sentados en un banco de madera estratégicamente colocado para apreciar la belleza del pequeño estanque y de la triste figura del león herido de muerte; esperan a que un grupo de japoneses llegados en impetuosa estampida tras la apertura de puertas de su autobús, hagan en dos breves y ansiosos minutos todas las fotos de rigor, y despejen la línea de visión de una puñetera vez¡¡¡¡. ¡¡¡¡Vaya tela, con los chinos estos que están en todas partes¡¡¡¡¡. El día ha sido muy caluroso y han bebido mucha agua, más de lo habitual, con lo que las necesidades fisiológicas en menor cuantía reclaman la dedicación de las vejigas y las uretras. Se produce un peregrinaje miccional hacia el sucio wáter maloliente público que existe en el parque y, que les obliga a jugar al juego de “a ver cuánto tiempo tardas en no respirar mientras meas”. Las condiciones higiénicas del receptáculo no son nada propias de unas tierras tan aseadas y cultas como las suizas; en fin, una guarrada. Pero en defensa de las autoridades sanitarias municipales de Lucerna podemos imaginar que no son pocos los problemas higiénicos con los que encuentran dado que han colocado, sin texto alguno, el siguiente cartel dentro de los baños públicos. Con estas, la noche se va viniendo con lo que dirigen sus pasos (iba a escribir al paseo marítimo, pero aquí no hay mar; tampoco es un paseo fluvial porque no es rio; seria al paseo lacuestre, pero me suena a caballo, a ecuestre, más que a lago) digamos pues, que dirigen sus pasos a la orilla del lago para tranquilamente buscar el parking donde estacionaron por la mañana su estupendo coche de alquiler. En el camino comentan que han dejado sin visitar algunas iglesias, entre ellas la IGLESIA DE LOS JESUITAS y la VILLA TRIBSCHEN, donde vivió Richard Wagner acompañado de su mujer Cosima desde 1.866 a 1.872. La iglesia la dejaron en la ribera frente al casco antiguo cuando el calor apretaba y decidieron buscar la sombra de las calles del centro. La visita a la Villa Tribschen fue desechada porque tendrían que ir expresamente en su busca y se encuentra retirada del centro. La villa que ahora está convertida en el RICHARD WAGNER MUSEUM y tiene estancias con muebles e instrumentos originales, fue donde el compositor escribió parte de Tritan e Isolde, y enteramente Los maestros cantores de Nuremberg y Sigfrido; y comenzó a escribir El crepúsculo de los dioses. El día ha sido largo, mucho trote y mucho calor, aún les queda los cien kilómetros de vuelta, y más de uno está flexionando el cuello para dar el gran cabezazo en el trayecto de vuelta. Etapas 7 a 9, total 9
Sábado, último día de trasiego en Suiza. Durante la semana se han ido acumulando los pequeños requerimientos familiares y las preocupaciones domesticas reclamando, cada día un poco más, la presencia parenteral en el domus. Tener hijos, sean infantiles o adolescentes, y dejarlos en casa, acompañados o solos, mientras se hace un viaje vacacional tiene un umbral de tolerancia que no es conveniente sobrepasar; la indulgencia se va perdiendo, poco a poco, día a día, hasta llegado un momento en el que apremia volver a casa. Esta mañana en el desayuno los comentarios giran en torno a esa cuestión, con lo que con cierta alegría menguada se acomete el último día de libertad: mañana toca volver.
El desayuno ha sido atendido por la dueña del pequeño hotel, (deducen que el Sábado es el día elegido para el descanso del personal) que se muestra muy agradable y solícita; les ha ofrecido huevos pasados por agua o en revuelto y más zumo natural. También hoy han cambiado los huéspedes, los que les acompañaron en el desayuno días anteriores han desaparecido y han sido sustituidos por otros. Llevan casi una semana en el hotel y los espacios con las personas que los ocupan se han hecho familiares. Terminan de preparar el picnic del día: han comprado pan de molde y han hecho “sándwich mixto plus” con una planta de jamón york, queso emmenthal y la segunda planta con jamón york y salami, aderezado con lechuga y rodaja de tomate. Han abandonado los zapatos de trekking y la ropa montañera para adoptar una vestimenta, diríamos, modelo turista urbano-veraniego: pantalones cortos y zapatos cómodos. Hace calor. Ya que disponen de la tarjeta Swiss Half Fare Card han decidido tomar el tren desde INTERLAKEN hasta ZURICH. Con el descuento del 50% de la Swiss Half Fare Card la broma asciende a 69 francos suizos (aprox. 64 euros) el billete de ida y vuelta. ![]() Han estacionado el coche en el parking del gran centro comercial frente a la estación de trenes INTERLAKEN WEST, pero antes de aparcar han comprobado el horario del parking, sin imaginar la sorpresa que tendrían más tarde al volver a recogerlo. Toman un tren directo a Zurich, que más tarde comprueban que es un tren alemán que continúa viaje al país germano. Es temprano, hace calor y el tren va atestado, completamente lleno, lleno de pasajeros y de maletas por todos lados, tanto que no encuentran asiento a excepción del vagón-cafetería. Por aquello de evitar que alguien les reclame el asiento piden un café americano, acaban de desayunar y realmente no se les apetece nada, pero terminan pidiendo un café solo americano. Si, efectivamente, para no perder la costumbre: son 5 francos suizos. Aviso a navegantes: El revisor pasó pidiendo y marcando los billetes. Si los has sacado con algún descuento te piden la tarjeta de acreditación. Es frecuente que en todos los trenes viajen revisores. En poco más de una hora han llegado a la estación central de Zúrich; una inmensa estación bulliciosa y limpia. Ambos “matrimonios de Cádiz” son de los que cuando salen del hotel llevan todas las tareas fisiológicas hechas, pero sin embargo, adolecen de vejiga, llamemos “intranquila” mejor que neuropatía, y de natural son visitadores de los aseos públicos; en fin, que son meones redomados. Tras la visita correspondiente para aliviar las necesidades fisiológicas excretoras en menor cuantía salen de la estación por la puerta principal, la que da a la plaza con el monumento a insigne empresario emprendedor suizo: Alfred Escher. ![]() Se han dejado llevar por la corriente de los viandantes y cruzan la plaza a la salida de la estación hasta la gran avenida que tienen al frente, BAHNHOFSTRASSE. ![]() Al poco de recorrer la avenida encontraron una de las tiendas de la famosa chocolatería Läderach donde compraron una pequeña cajita de chocolates para hacer una pequeña celebración conmemorativa. Un pequeño detalle, a 12,50 francos suizos (algo más de 11 euros). ![]() Entran en algunas tiendas más para curiosear que para otra cosa, tiendas de regalo y boutiques de lujo (bolsos y demás fruslería de alto copete); y por último se sientan en una pequeña terracita con algo de sombra pues el calor aprieta. ¡Qué suerte! el café cuesta 3,40 francos suizos, unos 3 euros, bingo!! el café más barato de Suiza que han encontrado. ![]() La BAHNHOFSTRASSE es una gran avenida comercial con sus tiendas de relojes suizos y sus oficinas de bancos suizos. Se huele el dinero negro. ![]() En fin, el Golfo Pérsico, el petróleo, el petróleo que es negro, algo negro en Zúrich. En la pequeña plaza arbolada frente a la iglesia y, mirando al canal de Zúrich, deciden acometer las viandas, hoy: sándwich mixto plus. Tras dar cuenta del sándwich recorren la misma avenida en sentido contrario hacia la estación, y justo en la plaza BAHNHOF PLATZ, a la izquierda encuentran una cafetería de mantel y servilleta de paño, una cafetería de postín centroeuropea, donde deciden tomar un café. A pesar de la apariencias, los cafés y el trozo de tarta sacher que toman no les sale más caro que en cualquier otro lugar. Dan por concluida la pequeña visita a Zúrich, hace mucho calor y están algo cansados. Toman el tren de vuelta con la intención de bajar en THUN y alquilar una bicicleta con la que recorrer la ribera del lago THUNERSEE. Las bicicletas se alquilan en la misma estación de trenes, pero hete aquí, que el horario es un poco rígido. Son algo más de las 3 de la tarde y las bicicletas hay que devolverlas antes de las 5, con lo que no pueden alquilarla. Para hacer esta actividad lo ideal es alquilarlas por la mañana temprano. Otra vez será. Se adentran en Thun, con la suerte que se la encuentran en fiestas, hay mucha gente por las calles donde han montado tenderetes de todas clases. Cruzan el OBERE SCHLEUSEBRÜCKE, puente de madera adornado de flores, no sin antes, disfrutar un rato con los intentos de surf que hacen algunos chicos aprovechando la fuerza del rio al pasar por los pilotes del puente Tras la refrescante visión se dirigen a la OBERE HAUPTGASSE pues las terrazas de la ribera del rio están atestadas de turistas. En esta calle coqueta encuentran un pequeño bar con una pequeña terracita en el segundo nivel de la calle donde se aposentan para libar la cerveza suiza. Al poco la calle se va animando y las barras portátiles que han montado comienzan a emanar efluvios de salchichas glaseadas y panes untados en queso derretido. Deciden pasear por la calle y al llegar a la plaza del ayuntamiento, RATHAUS PLATZ, encuentran un escenario con un grupo gritando o cantando según criterios diferentes. Buscan mesa. Compran comida asiática, unos fideos con verduras hechos al wok que resultan muy apetitosos. Cerveza a 6 francos suizos, pagando otros 6 francos por el vaso de plástico duro que al devolverlo te reintegran. Que le vamos a hacer, estos suizos hasta para hacer las verbenas populares usan precios suizos. El cansancio y las cervezas los aletargan, descansan un poco sentados, dan un par de brincos al son de algo que parece ser música bailable y cantando bajito deciden ir hasta la estación de trenes. Ya ha anochecido y es muchísima la gente que está entrando en la ciudad para la fiesta. Toman el tren para INTERLAKEN WEST y al llegar se encuentran el aparcamiento del centro comercial cerrado. Tal como suena, es sábado y, han cerrado el centro comercial y el aparcamiento. Son las 10 de la noche, un pequeño escalofrío recorre las espaldas de “ambos matrimonios de Cádiz” que les hace palidecer. El conductor asevera: yo miré le horario del parking y ponía: 24 hours open, o sea, que open es abierto, hasta aquí llego. Andan por delante de los cristales del centro comercial totalmente apagado, aquello está más solo que una sucursal de banco a final de mes. En un pequeño recodo de la acera topan con una pareja de vigilantes, y nunca mejor dicho, lo de pareja, pues son hombre y mujer, por las edades podrían ser madre e hijo. Él no era precisamente Philip Marlowe pero ella sí comprendió rápidamente la situación y, echando mano de su radiotransmisor, hizo aparecer a otro vigilante, al parecer jefe del tinglado, que igualmente, sin hablar ni papa de inglés, pero usando el lenguaje de los signos, los condujo hasta el parking. Alivio estaban remozando y pintando el parking; habían cerrado para facilitar los trabajos. Les abren la puerta de salida para el coche y, todo por señas, le dicen que no hay que pagar. O sea, tras el susto, se han librado de pagar el estacionamiento de todo el día. Esto en Suiza no es ninguna broma: un día entero de parking. Etapas 7 a 9, total 9
Con la rutina de los horarios, ambos matrimonios de Cádiz, se han apresurado a hacer las maletas, recoger un poco la habitación (no vayan a decir que somos muy desordenados), bajar a desayunar, pasar por caja del hotel (recuentos mentales de los gastos generales del viaje); hoy no han ido a comprar pan ni han organizado ningún picnic, han cargado las maletas en el coche, puesta la dirección del aeropuerto en el navegador y, ya se encaminan prestos en el coche.
De combustible van más bien justitos, así que cargan el tanque; aquí en Suiza, para no ser menos, el diésel también está algo más caro que en España, a 1,53 francos suizos el litro (aprox 1,45 euros el litro). ![]() En unas 2 horas recorren el trayecto desde Frutigen al Aeropuerto de Zurich (unos 180 kms). Justo en el aeropuerto vuelven a repostar en la gasolinera, para dejar el tanque del coche de alquiler lleno y evitar el excesivo recargo por no dejar el combustible al máximo de capacidad del tanque. ![]() Dejar el coche en el edificio del parking 3 es todo un ejercicio de malabarismo: lee las indicaciones que casi no existen, manten el ritmo del trafico para que no achuchen demasiado, no hagas ninguna maniobra brusca no vayas a terminar en el chapista. En fin, que dieron 2 vueltas para encontrar el escondido parking 3. Allí dejas el coche y las llaves y te largas. O sea, que se fían de ti y tú te tienes que fiar de ellos. Hasta luego Lucasssssssss. El aeropuerto de Zúrich es bastante grande y requiere de un poco de paciencia y seguir bastante bien las indicaciones para llegar a facturación, de allí pasar los controles y encontrar la puerta de embarque. Una vez hecho todo eso dos cometidos: 1º) tomar algo, es casi la 1 de la tarde y se echa de menos el picnic ![]() Aquí en el aeropuerto seguimos con la misma inercia: una Coca-cola 5 francos suizos. 2º) terminar con las pocas monedas suizas que les quedan comprando algo mas de chocolate Lindt El vuelo es tranquilo y pasa rápido leyendo a duermevela. Al llegar a Málaga, en el pasillo de salida hacia la recogida de equipajes, un miembro o miembra de “ambos matrimonios de Cádiz” alerta al resto: “oye que nos hemos venido y no le hemos comprado a los niños chocolate Toblerone y fijaros que aquí están más baratos que en Suiza; ¿por qué no se los compramos? ![]() ![]() El temible aparcamiento del aeropuerto fue solventado con anterioridad con la oferta de Aena, con lo que la friolera de 142 euros por siete días de estancia la que pudieron dejar en 48 euros. Alucinante el efecto que tiene estar informado, pero cierto como el sol que te alumbra. www.aena.es/csee/Satel... rking.html Para hacer mas llevadero los casi 250 kms de distancia a Cádiz, hicieron una alto en el Area de Servicio de La Palmosa, en Alcala de los Gazules, concretamente en el Restaurante Los Corzos. Allí volvieron a relajarse a la hora de pedir un café con leche, el precio iba a ser sensiblemente menor: 1,10 euros el café. ¡Viva España! ![]() El viaje ha ido fenomenal; caro pero excepcional. Naturaleza y paisajes merecedores de una visita. Quizás se requieran más días para dedicarlos a patear por los senderos, a disfrutar de atardeceres y vistas increíbles. Aire libre y paseos en unos marcos incomparables. Si se estudian bien las diferentes posibilidades se podrían evitar algunos tickets y gastos. Con esta etapa, la última,damos por concluida nuestra aportacion a la web. Esperemos que sea de utilidad, al menos, la misma que a nosotros nos ha sido los diarios que hemos consultado para organizar nuestros viajes. Muchas gracias Os dejamos el link a nuestro blog donde podreis encontrar mas fotos y las recetas de los bocadillos del viaje. elpretildelmuelle.blogspot.com.es/ Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada miró al soslayo, fuese y no hubo nada. "Al túmulo del rey Felipe II en Sevilla". Miguel de Cervantes. Etapas 7 a 9, total 9
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (9 Votos)
![]() Total comentarios: 6 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |