Esto no es un diario de un viaje por Bélgica como tal, y seguro que está hasta mal escrito. Pero de todas formas, voy a contar algo sobre este país por si a alguien le puede interesar.
Y comenzaré por Gante, quizás la más olvidada de las 4 grandes ciudades de Bélgica, junto con Bruselas, Amberes y Brujas. Y realmente no sé porqué. Voy a poner por delante que he vivido allí unos meses, pero visto tras la perspectiva del paso del tiempo y habiendo visitado mucho del resto del país, me reafirmo en que no sé porqué.
Llegar a Bélgica es relativamente fácil y barato en avión. Desde el aeropuerto el tren es el mejor medio de transporte: rápido, puntual, aunque no muy barato. Gante se encuentra en la parte flamenca del país y geográficamente en el mejor punto para visitar el país: 25min a Brujas, 35min a Bruselas y 45min a Amberes. Idiomas: flamenco, francés e inglés, aunque no se preocupe si no domina ninguno de ellos.
Mapa de Bélgica y comunicación en tren en el país
En Gante hay todo lo que se ha venido a ver a Bélgica: bonito centro histórico, catedral, muchas iglesias, canales, canales y más canales, museos y como no, cerveza y chocolates. Y además, mucha vida. El centro de la ciudad se recorre a pie sin mayor problema y se puede ver lo más importante en un día, aunque claro, esto depende de lo que cada uno desee. Si llegan en tren, se detendrán en Sint Pieters Station (estación de San Pedro), y luego, en tranvía o en autobús estarán en el centro en 15min por poco más de 1€. Hay dos puntos ineludibles que ver allí: Sint-Baafs Plein (plaza de San Bavón) y St-Michielsbrug (puente de San Miguel).
*** Imagen borrada de Tinypic *** Catedral de San Bavón y plaza contigua. La opera en la misma plaza
En la plaza de San Bavón se levanta a un lado la catedral del mismo nombre, con el famoso cuadro La adoración del cordero divino de los hermanos van Eyck en su interior. Verla por dentro merece la pena. Al otro lado de la plaza, se erige la torre Belfort o del campanario.
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Torre de Belfort, y detalle del dragón dorado de la cima
Imagen de postal perfecta, con el dragón dorado símbolo de Gante en la cima. La visita al interior nos permitirá ver el curioso mecanismo del reloj y una vista global de toda la ciudad, y una visita a sus sótanos, nos dirigirá a la oficina de turismo.
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Tejados de Gante desde Belfort. Al fondo el Castillo
A escasos metro de la plaza se divisa la tercera torre característica de la ciudad: la de la St-Niklaaskerk (Iglesia de San Nicolás).
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Iglesia de San Nicolás
El conjunto, unido por calles empedradas, con tranvías circulando y bicicletas por doquier, es perfecto, tanto de día como de noche. Y poco más allá el Puente de San Miguel, desde el que se divisan los bellos edificios de las calles Korenlei y Graslei en los márgenes del canal formado por el río Lys. Estamos aquí en el corazón mismo de esta ciudad belga.
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Korenlei (dcha) y Graslei (izq) un domingo a medio día con sol desde el puente de San Miguel
Cruzando el puente a la izquierda destaca también la St-Michielskert (Iglesia de San Miguel). Una cerveza en una de las terrazas de Graslei (si no llueve) le permitirá disfrutar del espíritu de Gante: barcos circulando con turistas, grupos de jóvenes bebiendo y tocando la guitarra junto al agua, visitantes sacando fotos, etc. Darse un paseo cruzando el canal a un lado y otro es necesario, y llegará pronto al Gravensteen (el castillo de los condes).
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Gravensteen, el castillo de los condes
Sorprende quizás su situación (en medio de la ciudad) y su pequeño tamaño, aunque desde sus almenas se puede ver de nuevo Gante desde las alturas. No olvide en la plaza que hay al lado del castillo, levantar la vista para ver en la esquina la estatua de Neptuno en la antigua lonja de pescado. Siguiendo canal arriba, a la izquierda se puede hacer una rápida visita a la parte medieval de la ciudad, Patershold, llena de calles estrechas, edificios de una planta y poblada con restaurantes bastante caros. El Amadeus, con sus spare-ribs (costillas de cerdo) todas las que pueda comer por 16€, es una elección interesante. Cruzando el canal de nuevo, llegará a Vrijdagmarkt (plaza de los viernes), con la estatua de Jacob van Artevelde, un héroe local de la edad media, en el centro.
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Jacob van Artevelde y cervezas belgas en una tienda del centro
Y poco más allá, St-Jacobskerk (Iglesia de San Jacobo). En domingo se celebra en la plaza contigua un mercado de antigüedades bastante popular.
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Mercado en las inmediaciones de la iglesia de San Jacobo (dcha)
Si quiere salir por la noche, éste es el lugar: Vlasmarkt, al lado de la Iglesia de San Jacobo. Numerosos bares con actuaciones en directo se hallan aquí. Y para los trasnochadores, Charlatan es una institución en Gante con su música tecno, que cierra por la mañana. Y a cualquier hora, y porqué no después de una noche de fiesta, las fritches (patatas fritas al estilo belga) son el plato típico del país y una experiencia que debe saborear ineludiblemente.
Aún hay mucho más, como el ayuntamiento, duivelsteen (castillo de Gerardo el Diablo), Sint-Pietersabdij (abadía de San Pedro), Vooruit (edificio de origen soviético que ahora acoge un bar con numerosos conciertos y actividades) o Citadel Park (un parque con el museo de arte contemporáneo y el de bellas artes en su interior). Lo dicho, no lo dejen escapar.
Brujas, con unos 120000 habitantes, se encuentra también en Flandes, a una hora en tren desde Bruselas. Algunos la llaman la Venecia del Norte, debido a su belleza y a sus numerosos canales, y quizás esté justificado, aunque no he estado en Venecia.
Ciertamente, es una ciudad de cuento, pero es también la típica ciudad dedicada casi en su totalidad al turismo: barcos recorriendo los canales mientras hay luz, tiendas de souvenirs en cada esquina, grupos de japoneses con cámaras, chocolaterías con altos precios, etc. No obstante, la majestuosidad de sus canales y sus bellas calles y edificios, compensan sobradamente la visita.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Calle y canal en Brujas
Desde la estación de tren de Brugges (Brujas) se puede comenzar a pie el paseo en el parque Minnewater (parque del lago del amor), con sauces llorones y cisnes que son un buen aperitivo de lo que se encontrará el viajero. Numerosas parejas de enamorados se pasean y fotografían por este entorno cuasi-idílico. Justo al cruzar el parque, aparece la Begijnhof (beaterio), actualmente habitada por monjas benedictinas. La tranquilidad que se respira contemplando la hilera de casitas blancas con tejados anaranjados y la sensación de traslado a otra época son impresionantes.
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Minnewater
Prosiguiendo hacia el centro, y a poca distancia llegarán a la Iglesia de Nuestra Señora, que destaca por ser la torre más alta de la ciudad, aunque no muy bella, al ser de ladrillo visto. Se puede visitar el interior. Antes de encaminarse al propio centro de Brujas, dando un pequeño rodeo se puede pasar por la Catedral de San Salvador, también de ladrillo visto en su exterior, pero con un interior bastante bonito.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Torre de Iglesia de San Salvador y torre de Belfort
Ya por la calle Steenstraat se accede a la Simon Stevin Plain (plaza de Simón Stevin), donde un pequeño mercadillo le permitirá comprar esos souvenirs que satisfagan la multitud de pedidos que seguro tiene. Poco más allá, y entre tiendas de ropa y chocolates, se llega a la Grote Mark, la plaza principal de esta ciudad belga. Su campanario, Belfort van Brugge, con 366 peldaños, le permitirá obtener una vista genial de la ciudad desde arriba.
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Edificios típicos belgas y corte provincial
En la misma plaza no se pierda el Provincial Hof (Corte Provincial) con sus banderas y la hilera de edificios enfrente del campanario, que reflejan la más típica postal belga. Saliendo de la plaza y a pocos metros llegarán a la Plaza de Burg, con el ayuntamiento y el palacio de justicia, dos edificios del siglo XV y sobre todo con la Heilig-Bloedbasiliek (basílica de la santa sangre), que contiene en su interior una botella de cristal de roca traída de Constantinopla (hoy Estambul) con la sangre de Cristo.
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Ayuntamiento y Basílica de la Santa Sangre
Saliendo de la plaza por debajo de un arco, pasarán por la calle empedrada del Asno Ciego y callejeando llegarán a cualquier canal cercano. Pueden pasearse saltando a un lado y a otro del agua por cualquiera de la multitud de puentes que existen, o tomar un barco y unirse a cientos de turistas cámara en mano para ver la ciudad desde el agua. Uno de los puntos de salida de estas excursiones turísticas es, posiblemente, la vista más fotografiada de Brujas: la esquina Rozenhoedkaai , junto al Vismarkt (mercado del pescado).
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La foto típica de Brujas, desde el agua.
En Brujas hay también molinos estilo holandés (4, concretamente y “puestos” allí), un museo del chocolate perfecto para los niños, la posibilidad de visitar una antigua fábrica de cerveza, la De Halve Maan, etc. Y si pueden recorrer Brujas a la caída del sol, o tomarse una Duvel, una Karmeliet o una Delirium Tremens (todas cervezas belgas) en una terraza a la luz artificial, seguramente les quedará aún más fijada en su memoria.
Algunos se quedan decepcionados con Bruselas. Es la capital de Bélgica y también de toda la zona Euro, pero no tiene el empaque y señorío de otras capitales europeas como Berlín, París o Madrid. Claro que con su poco más de 1 millón de habitantes no se puede comparar.
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Grand Place
No obstante, merece la pena visitarla aunque sólo por ver la magnífica Grand Place (Plaza amplia). Desde la Gare Central (estación central), pasando por la Plaza de España, donde verán a Don Quijote y Sancho en sus monturas, llegarán en cinco minutos a pie a una esquina de la Grand Place. Eso sí, si consiguen vadear los mercadillos, tiendas de souvenirs o fuentes de chocolate que aparecen ante sus ojos. Pero una vez allí, estamos en una de las plazas más bellas de toda Europa, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1998. El ayuntamiento con su característica torre central de 96 metros de altura, y su bonito interior visitable al turista es un edificio imponente.
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Ayuntamiento y Maison du Roi
Además, edificios como la Maison de l’Etoile, la Maison de l’Arbre d’Or (ahora museo de la cerveza), o la Maison du Roi (justo enfrente del ayuntamiento) son dignos de dedicar largo tiempo a su disfrute. Artistas ambulantes, flores en los balcones y el barullo general forman un gran ambiente es este lugar mágico. Saliendo por un arco de la Grand Place, y a pocos metros, se encontrarán seguramente con varios turistas arremolinados en una esquina. Al acercarse, hallarán el más típico monumento de Bruselas: el Manneken Pis. Y dirán: ¿es esto?; pues sí: Una pequeña estatua de un niño meando. Decepciona. Pero si tienen suerte quizás lo vean con alguno de sus más de 500 trajes que le dan un toque personal y colorido.
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Manneken Pis
En el centro de Bruselas hay más cosas interesantes, antes de irse a la periferia a visitar el llamado “Barrio Europeo”, mini-Europa o el Atomium (esa estructura de más de 100m de alto que representa un cristal de hierro aumentado 165 billones). Callejeando entre tiendas y galerías de arte, por el barrio de Les Marolles, verán grafitis de algún personaje de cómic famoso ocupando la pared de alguna esquina o simplemente las terrazas de los bares en calles empinadas y empedradas que abundan en la zona.
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Les Marolles y Palacio de Justicia
Llegarán pronto al Palais de Justice (Palacio de Justicia), un edificio enorme de estilo greco-romano, y que debido a su ubicación, permite divisar gran parte de la capital belga desde lo alto. Desde la plaza que se encuentra a los pies de este colosal edificio, y tomando la calle Regentschapsstraat, llegarán pronto al bonito parque Petit Sablon, con estatuas de oficios antiguos, y a la bonita iglesia gótica llamada Notre Dame du Sablon (Iglesia de Nuestra Señora en Sablón).
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Petit Sablon y Notre Dame du Sablon
A unos metros por la misma calle, se encuentra la Place Royale (Plaza Real), con la estatua ecuestre de Godefroid de Bouillon en el centro, y con bonitas vistas. Casi en la esquina, no se pierdan el edificio de estilo Art Nouveau diseñado por Victor Horta, Old England, que ahora alberga el MIM (Museo de los Instrumentos de la Música). Si les apetece un descanso, pueden ver las más de 1100 piezas expuestas, o tomarse un café desde el último piso del edificio y disfrutar de las vistas.
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Plaza Real y Old England
Al lado de la Plaza Real, girando a la esquina, llegarán al Palais Royal (Palacio Real), con su fachada principal de aires franceses. Su interior se puede visitar, y quizás la Sala del Trono sea lo más bonito. Justo enfrente del Palacio, se extiende el Warande Park, propicio para un momento de relax. Y cruzando el parque, verán en el centro el Parlamento belga.
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Palacio Real y Catedral
Encaminándose de nuevo hacia la Grand Place, podrán visitar la Kathedraal van Sint- Michiel en Sint-Goedele (Catedral de San Miguel y Santa Gúdula). Notable es el frontal exterior de la misma, con dos torres blancas de gran magnitud, y en el interior, las vidrieras son lo más destacable. Bajando la calle Arenbergstraat, podrán adentrase en las famosas y antiguas Galerías St.Hubert, donde mirar es lo que harán, a no ser que dispongan de mucha “pasta” para gastar. No puede visitar la capital belga sin caminar o cenar en la Rue des Boutchers (calle de los carniceros), una estrecha calle donde verá de cerca y entre hielo langostinos, cigalas, ostras, y demás mariscos, junto con los numerosos camareros que le asaltarán a su paso para que entre en su local. El menú compuesto de mejillones al vapor, patatas fritas y cerveza es el más típico (¡pero regatée!).
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Rue des Boutchers y Janneken Pis
En medio de todos estos restaurantes, sale un callejón lateral donde encontrará tras unas rejas la Janneken pis, que pone el contrapunto femenino al Manneken Pis. Justo enfrente, está el típico Delirium Café, con su elefantito rosa como logotipo, y con sus más de 2000 cervezas para elegir (el libro de cervezas es como una guía telefónica). Un poco más lejos del centro está el Museo del Cómic. Sólo el edificio, diseñado de nuevo por Victor Horta y de estilo Art Nouveau merece la pena, y en el interior podrán admirar a sus personajes favoritos de la infancia a tamaño gigante.
Habría aún muchas cosas que hacer y visitar en Bruselas, pero tan sólo recomendarles que se paseen por la capital europea para luego juzgarla como es debido. Y traigan ropa de abrigo, porque probablemente les hará falta.
Excelente!!! esta muy bien y con fotografías, aunque habiendo estado viviendo allí tienes ventaja!!! Lo tendré en cuenta cuando organice este viajecito que tengo pendiente...
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Son ciudades muy fáciles.
Si coges un free tour que al final no es free, te llevará rápido y te enseñará los sitios donde más turístico hay.
En los hoteles suelen tener mapas
La información de lugares te la vas descargando.
Mira esto:
Traigo tu mensaje al hilo de Bélgica ya que habías escrito en el de Bruselas
Yo suelo hacer free tours pero en el caso de Gante y Brujas que son pequeñas y con los sitios de interés muy concentrados iría por mi cuenta, así te marcas tú el ritmo.
Lo que no haría sería ver las dos ciudades en el mismo día, y más siendo febrero que anochece temprano.
Buenas tardes. Viajamos a Bélgica del 27 de febrero al 3 de marzo. Después de todo lo leído en el foro (aprovecho para daros las gracias a todos por compartir experiencias) me queda una duda: el avión de vuelta lo tenemos a las 20:30h y había pensado ir a Lovaina esa mañana y desde allí hacer el traslado al aeropuerto. Por lo que veo hay un tren que los comunica. ¿Alguien que me pueda aconsejar de ello y que me pueda asegurar que hay alguna especie de consigna en la estación de Lovaina para poder dejar allí las maletas?
Últimos comentarios al diario Gante, Brujas, Bruselas, Amberes y mucho más.
spab 16/10/2011 02:22
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