En todo viaje tiene que haber anécdotas divertidas y otras no tanto...
“Nuestra mala experiencia en un hotel”
Como comentamos en el post anterior, llegamos a las 11 de la noche al hotel con mucho cansancio, tanto por los kilómetros que habíamos realizado, como por los trails que habíamos hecho y sobretodo por el calor que llegamos a pasar.
Una vez en el hotel, nada del otro mundo para el precio excesivo que nos costó, realizamos lo de cada noche al llegar a nuestro destino. Ducharse, organizar las cosas para el día siguiente y cenar alguna cosa que hubiéramos comprado (como en este caso) ya que no había fuerzas para ir a ningún lado.
Rubén fue el último en ducharse y yo ya estaba medio dormida en la cama cuando lo escuche pisando algo en el suelo. Le pregunté y me dijo que había como 3 bichitos negros correteando por el lavabo. Total, tapó el agujero que había en una tubería, pensando que a lo mejor habrían salido de ahí. Y nos fuimos a dormir… Sinceramente soy muy asquerosa con los bichos y creo que me dormí pensando en ellos. Por eso a las 5 de la mañana me desperté de golpe, me picaba todo el cuerpo. “Supongo que paranoia mía”. Intenté dormirme de nuevo, pero no. Total que desperté a Rubén, encendió la luz y ¡¡qué fue lo que vieron mis ojos!! Un bicho correteando por encima de las sábanas de la cama de al lado. ¡¡Qué asco!! Me levanté, miré al suelo y esta vez vi otro mucho más grande y muerto. ME IBA A DAR ALGO. Lo último que pudieron ver mis ojos fueron otros dos más, justo donde yo estaba durmiendo… ¡¡Ya decía yo que me picaba!! Solo de pensarlo me entran picores…
Rubén se fue directo a recepción (con los bichos envueltos en papel, jaja) y la primera solución que le dieron fue que echáramos insecticida. ¿¿Estamos locos?? ¿¿ Esto es una broma?? Le dijo que de ninguna manera, así que le dio la llave de otra habitación. Cuando me lo comunicó, ya me daba asco todo, porque en ese rato me encontré alguno más. Así que los dos decidimos recoger todo y marcharnos de allí contra antes. Eran las 7 de la mañana cuando nos presentamos los dos en recepción diciendo que qué solución nos daban, ya que no habíamos podido descansar y que la habitación estaba llena de bichos. Nos dijeron que teníamos que esperar hasta las 8 am hasta que llegara el manager. Así que nos fuimos a dar una vuelta por Page. A las 7.45 ya había llegado (en ningún momento vino a hablar con nosotros) y la chica de recepción nos dijo que nos abonaban el 20% de la reserva. Le dije que no, que quería otra solución. Nos dieron largas y yo a ellos más. Al final nos abonaron el 100% de la estancia… ¡¡Faltaría más!! Todo no podía salir bien con tantos días de viaje. Uno de los pocos días que teníamos para descansar un poco durmiendo y no pudimos…

:( Al cabo de los días leí comentarios de ese hotel y vi que en alguno de ellos, ponía que la habitación estaba llena de chinches…
“Nuestro día”
En la organización del viaje pusimos “opcional” ver amanecer en Horseshoe Bend, pero la noche anterior al ver que estábamos agotados y que necesitábamos dormir, decidimos que no. Al final ni dormir, ni ver amanecer. Si lo llegamos a saber…
Teníamos reservada la excursión a Antelope Canyon a las 11.00 de la mañana. Dicen que es la mejor hora para verlo, ya que es cuando los rayos de sol entran mejor y se ven los juegos de colores en las paredes del cañón.
Eran las 8.30 cuando salimos del maldito hotel (
Travelodge Page – NO ALOJARSE AQUÍ), así que aprovechamos para ir a ver Horseshoe Bend.
Horseshoe Bend se encuentra en la carretera US 89, dirección Flagstaff, en la milla 545, en el lado derecho de la carretera ya viene indicado con carteles. Hay aparcamiento gratuito y luego hay que hacer una pequeña caminata de unos 15 o 20 minutos. Realmente es una visita que no se puede perder. Pues el río Colorado rodea un gran meandro rocoso con un impresionante acantilado. ¡¡Hay que tener mucho cuidado!! No hay en ningún lugar, ni barandilla ni protección de seguridad. Dejamos una foto del cartel que nos encontramos donde empieza el pequeño trail con las precauciones que hay que tomar.
El camino es llano y fácil, lo único que depende de la época del año y la hora, se aconseja llevar agua y protección solar.
No teníamos mucho rato, pero el suficiente para verlo y hacer muchas fotos. Era bastante temprano (8.50am) y había bastante gente. Así que para hacerse una foto “decente” fue un poco complicado.
En las fotos no se aprecia lo grandioso que llega a ser, ni del gran precipicio. En esta foto de abajo, a mano derecha… Sí, esas motitas de ahí, ¡¡son personas!!
Es un bellísimo paisaje y con la casi vuelta del río Colorado color verde azulado, hace que sea realmente impresionante. Para la gente que tenga vértigo aconsejamos que o no se asomen o lo hagan tumbados en el suelo.
En la reserva de la excursión a Antelope Canyon ponía que había que estar una hora antes para hacer el pago y chequear la reserva. Contratamos la excursión con “Antelope Canyon Navajo Tours” por 98$ los dos. La entrada son 40$ cada uno pero hay que abonar “aparte” en “efectivo” 8$ por persona. También, está la opción de coger el tour de fotografía que se hace en grupos más pequeños y con una duración más larga, por 80$ por persona.
A las 9.45 am pusimos rumbo a la oficina de la compañía Antelope Canyon Navajo Tours. La oficina se encuentra a las afueras de Page, pero muy cerquita. Justo en la carretera US 98, dirección Kayenta. A las 10 y poco llegamos y esto es lo que nos encontramos.
Oficinas al aire libre jijij
Lo llevan los navajos. Las oficinas no son otra cosa que un chiringuito en mitad de la nada, al lado de la carretera. También tienen parking gratuito en la zona. El pago de la entrada, los 40$ se puede hacer a través de tarjeta bancaria. Lo hacen a través de su móvil con un aparatito. Luego los 8$ si que hay que hacerlos en efectivo. Esta abierto todos los días del año, solo cierran los días de tormenta por el peligro de inundaciones, que pueden ocasionar terribles consecuencias.
Después de estar un ratito esperando, nos fueron llamando por el nombre de la reserva haciendo grupos de unas 10 personas por vehículo. Una vez montados todos en cada camioneta, ¡¡empezó la gran aventura!! El día anterior había llovido y el suelo al ser arena rojiza era barro, con muchos baches. Si a esto le añadimos ir sentados sin sujeción y a una velocidad nada calmada… ¡¡Imaginaros la gran atracción!!
El día se nubló completamente, así que no sirvió de nada haber cogido la entrada a las 11.00 am.
Este lugar es realmente increíble, lo que al no haber mucha luz solar, no superó nuestras expectativas ya que habíamos visto fotos que nos impactaron mucho más. Aun así, es una visita obligada.
Es un cañón de 2 metros de ancho y 200 de largo, creado por las condiciones atmosféricas del aire y el agua. La magnífica arena rojiza de la región hace en las paredes del desfiladero, asombrosas siluetas ondeadas, que parecen extrañas olas. Otra de las características de este lugar, como decíamos antes, es la luz solar y es que depende de como penetre dentro del cañón, los colores de las paredes son de diferentes tonos anaranjados, que hacen de este lugar, magia.
Nuestra excursión era de 1 hora, pero estuvimos 1´30h con los trayectos. Vimos el Upper Antelope Cañón que es el más concurrido. También, 100 metros más adelante, en el lado izquierdo se encuentra el Lower Antelope Cañón. Éste, te permite bajar hasta el fondo. Es menos impactante que el Upper, pero más divertido para los niños ya que contiene diferentes escaleras.
Las imágenes no hacen justicia de lo que vimos con nuestros ojos y sin apenas luz.
La persona que conduce la camioneta es la que nos hizo de guía. Preguntó a todo nuestro grupo de donde eramos y al ver que había más gente que hablaba inglés, nos explicó todo el tour en inglés. Entre eso y que íbamos un poco más atrás para poder hacernos las fotos sin 20 personas más, no nos enteramos de mucho. Dijo que el día anterior había llovido y que por eso las paredes estaban un poco rugosas, que no había opción de ver como cae la arena de las paredes como en otras ocasiones y que además el día no acompañaba.
Terminamos a las 12:40 y teníamos bastante hambre, así que nos fuimos a comer algo por Page, para luego ir dirección a Bryce Canyon.
Fuimos a un Denny´s. Se encontraba en el 669 Scenic View Rd, Page. Comimos súper bien y no demasiado caro, pero tuvimos que esperar muchísimo hasta que nos sirvieron.
Pensamos en hacer alguna parada en el Lago Powell, pero decidimos ir directamente a Bryce Canyon para poder hacer esa tarde el trail de Navajo Loop y así, al día siguiente, salir antes hacia Zion Canyon, otro parque.
Pasamos por la presa Glen Canyon, pero no fue algo que nos impactara demasiado, así que no llegamos a parar. Esta presa es la cuarta más importante de Estados Unidos con una altura de 215 metros. Lo más característico de ella es que tiene un grosor de cemento de 10 metros en la parte más alta y de 100 en la base.
Tardamos 2´40 h (250km) en llegar a Bryce Canyon. Cuando tomamos la Ruta 12, ya empezamos a ver algunos Hoodoos (chimeneas de hadas).
Esta ruta (National Scenic Byway, Ruta 12) es magnífica y sobretodo el trozo que une Bryce Canyon con el Capitol Reef. Es una carretera con muchísimas curvas, que rodea acantilados y bordea bosques de abedules.
Nosotros solo vimos el trozo recto hasta que giramos a mano derecha hacia el parque. Una vez dentro del parque adelantamos 1 hora (cambio horario), así que eran las 6.15 de la tarde cuando empezamos con el trail. Todo el parque se compone de una carretera principal con sus desvíos hacia los diferentes miradores.
Nuestro primer mirador fue Sunset Point, desde donde empezamos el trail. El cansancio de los días ya se iba notando y sobretodo porque esa noche no habíamos dormido más de 5 horas, así que no pudimos hacer el trail entero. Lo más interesante es hacer el trail de Navajo Loop (Sunset Point) y acabarlo junto con el de Queen´s Garden (Sunrise Point) y allí coger un shuttle o hacerlo andando hacia Sunset Point de nuevo. Nosotros subimos por un camino que nos llevaba directamente por el famoso pináculo “Thor Hammer“, es decir, cortamos trozo por la mitad del trail.
Bryce Canyon en realidad no es un cañón, sino una meseta donde la erosión ha creado unas columnas rocosas de colores, desde blanquecinas hasta unos intensos y variados naranjas. Este cambio de color es debido a la oxidación de varios minerales. Se dice que las variaciones de temperatura son tan extremas (200 días de un helado invierno y 100 de un calor infernal) que son las protagonistas de la creación de estos pináculos.
Por el camino hay lugares espectaculares. Colores y grandes paredes de Hoodoos por todos lados. Este parque merece uno o dos días para poder hacer diferentes rutas, ya que es increíblemente impactante. Para nosotros es uno de los que más nos gustó, lástima no haber podido estar más días y además haber llegado tan cansados ese día.
Y desde aquí, sentados, vimos el atardecer en el alucinante Bryce Canyon!!
Y desde aquí, sentados, vimos el atardecer en el alucinante Bryce Canyon!!
Esa noche dormíamos en la entrada al parque, así al día siguiente por la mañana gastaríamos alguna hora para terminar de ver Bryce y luego dirigirnos hacia Zion Canyon para hacer uno de los trails más esperados del viaje, el Angel´s Landing.
Antes de ir al hotel nos paramos en una zona de servicio justo a la salida del parque para hacer alguna compra, como la cena y el imán para nuestra nevera.
Foster´s Motel (79,50$ sin desayuno) es donde dormimos ese día, fue muy cutre pero por lo menos estaba limpio, que era lo principal. La recepción del hotel disponía de un restaurante (Family Steak House) que estaba a rebosar, pero nosotros preferimos cenar en la habitación.
Y así terminó nuestro gran día. Un día, en el que todo lo que vimos nos gustó muchísimo. Un día para recordar siempre.
El próximo día acabaríamos de ver este parque y además haríamos un trail “extremo” en Zion Canyon y así por la noche llegar a… La ciudad del pecado, ¡¡Las Vegas!!