El hotel ofrecía un desayuno continental muy sencillo que fue suficiente para empezar la mañana con fuerza. Pedí explicaciones en Recepción de nuestra “no recogida” y a chica fingió sorpresa y escurrió el bulto como pudo diciendo que hablaría con el conductor porque pagó por nuestro transporte. No se volvió a saber.
Cogimos a las 10:00hrs el mini-bus gratuito que te lleva del hotel a Fira cada hora y encontramos un sitio de alquiler de motos justo al lado de donde nos dejó y de la estación de autobuses, algo que a la postre fue fundamental.
El establecimiento se llamaba Motomanos y escogimos un quad de 80cc por 25€ al día. Los había por 20€ de 50cc pero para subir la cuesta del hotel nosotros necesitábamos uno de mayor potencia. Sólo nos aceptaban el pago en efectivo y se quedaron como fianza el carnet de conducir de Rafa. Ibamos indocumentados y sin casco, pero como toda la isla.
Paramos en la Agencia de Viajes Nomikos Travel para recoger los billetes del ferry a Mikonos que habíamos comprado por internet y que casualmente estaba también al lado y pusimos rubo al sur, parando antes a echar gasolina. En total los dos días gastamos 15€ y le dimos buena tralla.
Nuestra primera visita fue el pequeño pueblo de Pyrgos donde vimos por primera vez una de las tantas cúpulas azules características de la isla en un tranquilo pero caluroso paseo por sus calles.
El pueblo esta situado en un punto alto así que desde ahí obtuvimos una buena perspectiva de la isla.
El calor era importante, pero íbamos sobreviviendo con el airecillo del trayecto en quad hasta el siguiente destino, la playa roja. Sabíamos que las playas no eran en punto fuerte de la isla, pero no queríamos dejar de visitar las más famosas y está en concreto es muy peculiar.
Nos recibió con este bonito contraste entre la iglesia de Agios Nikolaos y la roca volcánica antes de comenzar a caminar por el sendero que da acceso.
El camino es estrecho, con bastante gente y nada agradecido para ir con chanclas, pero todo valía para disfrutar de este original rincón.
No era una playa paradisíaca, pero el baño nos sentó de lujo.
Continuamos el camino hacía el faro sur, parando cada rato a contemplar las magníficas vistas que se tenían de toda la caldera.
El faro fue la encarnación del dicho “la felicidad está en el camino y no en el destino”. No tiene nada de especial y no está a la altura del resto de la isla, pero sólo por lo mucho que nos gustó el trayecto había merecido la pena.
Regresamos a Fira y comimos en el restaurante Ladokolla, justo en frente de la oficina postal y al lado de Nomikos Travel. Compartimos un queso feta frito con miel y sésamo que fue sublime.
Rafa se pidió un arroz con pollo hecho en brasas de volcán muy normalito y yo una moussaka bastante buena. Terminanos con yogur griego con fruta y baklavá. El total fueron 39,10€, más caro que Atenas pero aún a un precio más que aceptable. Pagamos con tarjeta. Me habían comentado que dada la situación económica del país era difícil que la aceptaran, pero en los restaurantes no hubo problema.
Nos dimos un baño en la piscina del hotel y nos preparamos para ir a Oia a ver la puesta de sol, que era aproximadamente a las 19:45hrs. Salimos con bastante tiempo de antelación y fuimos por la carretera de la costa, prácticamente desierta. Tardamos unos 25 minutos.
Aún faltaba más de una hora para la puesta y ya había bastante gente, pero nos quedamos en el lado más al norte de la ciudad, mucho menos concurrido pero ni mucho menos vacío.
La escena era preciosa, pero lamentablemente interrumpida por cabezas, algo que estaba claro iba a ocurrir. No pudimos ver como el sol se fundía con el mar porque había un halo de niebla en el último tramo, pero a pesar de eso no desmerecía a todas las fotos que habíamos visto de esos instantes.
Pasear por las calles de Oia después de la puesta es peor que hacerlo en Times Square en hora punta. Esperamos a que se vaciara un poco y dimos una vuelta a ese mágico pueblo. Calles empedradas y estrechas, casas blancas, cúpulas azules... Santorini.
Recorrimos la ciudad de punta a punta ida y vuelta y quedamos encantados. Volvimos por la carretera principal ya de noche cerrada y con cuidado, pero sin problema.
Al filo de las 10:30 paramos a cenar en Imerovigli en un sitio que nos llamó la atención en el camino y que finalmente fue todo un acierto: Bella Thira.
Compartimos unas bolas o croquetas de tomate que nos encantaron. Las volvimos a pedir a lo largo del viaje, pero ningunas fueron como estas.
Rafa no es muy de cordero pero se lanzó a por un Lamb Kleftiko típico griego que era toda una delicia con un sabor muy peculiar, especiado y ligeramente dulce.
Yo opté por un plato típico de las Islas Cícladas: pulpo a la brasa. En España tiene un precio que te hace pensar dos veces pedirlo, pero aquí era un pecado no hacerlo por 12,50€.
De postre pedimos coulant de chocolate y yogur griego con miel. El total de la cena fue de 42,50€, un broche perfecto para nuestro primer día en esta preciosa isla.
En un principio pensamos en hacer la excursion al volcán Nea Kameni y Palea Kameni, pero eso suponía dedicar toda la mañana a eso y teníamos la sensación de que aún nos quedaba mucho por recorrer en la propia isla, así que lo dejamos para otra ocasión para seguir disfrutando de ésta. Desayunamos en el hotel y fuimos Firostefani, donde teníamos unas buenas vistas de la caldera de día así como de la roca Skaros, donde en la antiguedad se situaba un inexpugnable castillo.
Después nos dirigimos al sur para a conocer otra de las principales playas de la isla: Kamari.
Nos dimos el baño de rigor y ascendimos de nuevo hasta Pyrgos disfrutando una vez más del paisaje desde nuestro quad.
Aquel era un día especial: mi cumpleaños, así que hicimos una parada en un sitio que había visto varias veces recomendado en los diarios, Santo Wines, para brindar por un año más. El vino es un producto típico de la isla y este es un lugar ideal para hacer una pequeña cata mientras disfrutas de unas magníficas vistas de la caldera.
Pedimos una cata de 4 vinos distintos y un aperitivo tradicional que se componía de aceitunas, salsa de tomate, colines de sésamo, queso y fava (una pasta tipo hummus hecha a partir de judías). Total: 11,10€. Parada recomendada a mi juicio.
Volvimos al hotel para darnos un baño en la piscina y ducharnos para ir luego a conocer Fira. El aperitivo nos había llenado bastante, por lo que ese día nos saltamos la comida y decidimos adelantar la hora de la cena.
Visitamos tanto la catedral ortodoxa como la católica, esta última mucho más bonita. Me llamó mucho la atención la decoración de todas las iglesias que vimos: recargadas hasta el exceso y sin bancos la mayoría excepto esta.
Aprovechamos para comprar souvenirs abriéndonos paso entre las hordas de turistas que abarrotaban la ciudad, la mayoría procedentes de cruceros. Quizá no sea tan bonita como Oia, pero su belleza no se aleja demasiado.
Esa tarde teníamos pensado ver el atardecer desde Fira, que se presumía más tranquilo que el de Oia, sin embargo mi cabezonería cambió los planes y para bien, afortunadamente. En nuestro paseo, no dejaba de ver postales con la típica imagen que todos tenemos de Santorini: Una cúpula azul baja con el mar, islas y sol de fondo. Tenía que ir allí. Por la perspectiva tenía claro que no estaba en Oia, pero tampoco en Fira... tenía que ser en algún punto intermedio. ¿Firostefani? ¿Imerovigli? Cogimos la moto teniendo claro que no sería facil de localizar desde la carretera porque la cúpula estaba escondida en la caldera, pero se me había metido entre ceja y ceja que quería la foto de Santorini perfecta. Y la conseguimos.
Estábamos empezando a ascender hacia Imerovigli, eché la vista atrás y ahí vi la iglesia. Estaba casi al lago de donde habíamos estado esa misma mañana, pero es una cúpula que no llama la atención... y a Dios gracias, porque cuando llegamos estábamos prácticamente solos. Tres personas contadas además de nosotros y un enorme mirador para disfrutar de la mejor puesta de sol.
Perdí la cuenta de las “fotos perfectas” que pudimos echar. No encuentro las palabras para describir la experiencia, de verdad. Para que tengáis una referencia, está a lado de unos apartamentos llamados Dany's suites y detrás de Santorini Palace.
Con el objetivo más que cumplido, regresamos a Fira para celebrar por todo lo alto mi cumpleaños. Queríamos un restaurante con vistas a la caldera y nos decidimos por “Fanari”, desde donde disfrutamos de los últimos rayos de sol y del espectáculo que es ver la isla de noche, además de unas ricas sardinas a la plancha, queso feta al horno con tomate, calamar a la plancha y un riquísimo salmón que hizo las delicias de mi paladar. Mi tarta fue un impresionante baklava con helado de vanilla. No tenía vela, pero en ese momento, sinceramente, no hubiera sabido qué deseo pedir.
El total fue de 69€, un precio razonable teniendo en cuenta el lugar y que además pedimos una botella de vino.
Después de la cena, nos retiramos porque al día siguiente teníamos que madrugar para cambiar de isla. El viaje continuaba pero el listón estaba demasiado alto.
Cuando alquilamos el quad os dije que fue esencial que el establecimiento estuviera casualmente al lado de la estación de autobuses y ahora veréis por qué. El ferry a Mykonos salía del puerto de Athinios a las 9:00hrs, el autobús hacia allí desde Fira salía a las 8:00, a la misma hora que abría Motomanos.
Podríamos haber contratado el transporte al puerto en el hotel pero después de la jugarreta del primer día no nos fiábamos y el precio del taxi eran 30€ además de que no es fácil conseguirlo, así que la solución fue la siguiente: El día anterior le explicamos la situación al dueño de Motomanos y le pedimos que por favor nos dejara devolver el quad 10 minutos antes. Aceptó sin problemas, así que el día D, salimos del hotel a las 7:40 montamos en el quad con nuestra mochila y ¡las dos maletas! y carretera y manta. Rafa me dejó en la estación con las maletas para ir comprando los billetes de autobús (2,30€ cada uno) y fue a devolver el quad. Él lo tenía claro, si no estaba abierto, le dejaba el quad en la calle con las llaves puestas aunque se quedara sin carnet de conducir. Al final, a las 07:58 estaba de vuelta en la estación con su carnet y un frappé y barritas de sésamo para desayunar. Todo en orden.
El trayecto al puerto fue de 20 minutos y en media hora ya estábamos todos listos para zarpar en un ferry sin asientos exteriores y con ventanas no aptas para contemplar una última bonita imagen de la isla, como yo imaginaba. El trayecto de 3:40hrs con tres paradas sirvió para confirmar algo que yo ya venía sospechando: no soy chica de barco.
Llegué a Mykonos con bastante mal cuerpo, pero esta vez sí teníamos la mini-van del hotel para recogernos gratuitamente. Villa Matina nos encantó, teníamos una casita muy “cuqui” blanca y azul, limpia y con una buena piscina.
Desde recepción llamaron para pedirnos un quad y en 5 minutos un chico nos recogió en coche para ir a Euromoto Kinisi a firmar y recogerlo.
Resulta que en Mykonos no vale con tener carnet B para conducir moto, hay que tener el específico, pero si te ven responsable hacen la excepción y nosotros fuimos una. Fue más caro que en Santorini, 30€ al día y con menos potencia. También tuvimos que pagar en efectivo, pero esta vez si nos dieron cascos porque la multa en caso de no llevarlos es importante, aunque luego la gente hacía lo que quería. Es importante tener en cuenta que todas las gasolineras de la isla están alrededor de la capital, nosotros cargamos y gastamos 8,40€ en total.
A continuación fuimos a Chora, la capital. Sus calles son muy bonitas y agradables para pasear, pero estábamos demasiado enamorados de Santorini como para decir que mejores.
Comimos al borde del mar al lado de la pequeña Venecia en un restaurante llamado Nice & Easy con una buena terraza. Aquí la cocina era menos tradicional y más orientada a un turismo digamos de “postureo”, pero estaba deliciosa, eso sí.
Compartimos un queso caramelizado con mermelada de lima y pedimos pasta con setas y espaguetis con salmón. De postre, una mousse de naranja y espuma de natillas. Fueron 57,10€. Esto era otra cosa.
Mientras comíamos vimos pasar al famoso pelícano de la isla y después fuimos hacia los típicos molinos, desde donde se ve mejor que desde ningún otro sitio la “pequeña venecia”.
En Mykonos el sol cae antes que en Santorini, pero aún tuvimos tiempo para pasarnos a echar un vistazo por las playas de Ornos y Agios Ioannis, ambas sin apenas espacio para poner la toalla a no ser que lo hagas en las tumbonas de os beach clubs.
Nos costó llegar a ambas porque en la isla está todo bastante mal indicado, así que estad atentos.
A lo largo de nuestra estancia vemos en que se empeñan en comparar una y otra vez la isla con Ibiza, y como persona que ha estado en ambos destinos con menos de un mes de diferencia, dejadme que os diga que ahí ganamos por goleada en todos los aspectos. A pesar de eso, cada destino tiene su encanto y estábamos muy felices de estar allí y poder descubrirlo.
Con la caída del sol se levantó un poco de aire y volvimos al hotel a descansar un rato, porque yo no terminaba de sentirme al 100% después del trayecto en barco.
Para cenar buscamos el restaurante Fato a Mano que habíamos visto recomendado varias veces, pero como no lo encontramos, fuimos a Casa di Giorgio, otro de los que teníamos en a lista. Repetimos comida italiana ese día, sin embargo yo le dí un toque del país y pedí una pizza griega mientras Rafa seguía con sus ravioli de setas. De aperitivo pedimos unas bruschettas y de postre una pannacotta que estaba espectacular. El precio fue de 57,20€, lo que esperábamos según lo visto.
No vimos la fiesta que se supone que tiene la isla por ningún lado, pero nosotros teníamos ya ganas de descansar y tras un paseo para bajar la comida volvimos al hotel. Por cierto, es una odisea aparcar el la ciudad incluso con moto, tenedlo en cuenta y más si al final os toca reservar un coche; procurad que al menos sea un Smart.
Mis estrellitas para ti MarinaW! Hice un viaje igual que el tuyo en septiembre de 2014 y me ha traído muy buenos recuerdos.
Grecia tiene algo que enamora.
Tres semanas en Grecia por libre (2022)Tres semanas de aventuras por Grecia, por libre, recorriendo con coche de alquiler el...⭐ Puntos 4.89 (9 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 82
Viajar a Grecia en tiempos revueltos.Relato de un viaje a Grecia (Atenas, Peloponeso, Delfos, Meteora y varias islas) que se...⭐ Puntos 5.00 (20 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 37
Foro Grecia y Balcanes: Foro de viajes a Grecia y Balcanes: Atenas, Peloponeso, islas Cicladas, Creta, Rodas y Chipre. Balcanes: Croacia, Eslovenia, Serbia, Macedonia, Montenegro, Bosnia, Bulgaria y Albania
Hola a todos! Estoy leyendo varios mensajes sobre vuestros viajes a Grecia y veo que la mayoría vais muchos días, mínimo una semana. Nosotros queremos hacer a finales de septiembre un viaje a Grecia pero queríamos 4-5 días como mucho y vamos con nuestras hijas de 12 y 14 años. No tengo intención de alquilar un coche allí, esperaba que nos pudiéramos mover bien en transporte público, y tenemos descartado visitar las islas a menos que alguna estuviera más cerca y se pudiera hacer una excursión de un día.
¡Hola! Yo estuve hace ya bastante, pero para cinco días te diría tres para Atenas y uno o dos para Delfos y Meteora (si vas a las dos, dos días). Al final es personal y va un poco a gustos, pero yo, puestos a hacer selección, lo haría así. Para moverte de Atenas en transporte público ya no sé, yo las otras dos ciudades las hice con una excursión organizada.
Salodari Moderador de Diarios 03-04-2009 Mensajes: 22948