Un buen desayuno es siempre preludio de un gran día, y os garantizo que este fue uno de los días del viaje que más sorprendió a mis padres. Después de despedirnos de Soufiane y de prometer que volveríamos pronto (promesa que no nos pesará mucho de cumplir) conducimos el coche por el interior del Palmeral de Skoura.
Os recomiendo mucho hacer esta pequeña ruta: desde el "centro" de Skoura hay que coger uno de los caminos que se adentran en el Palmeral y
seguir las flechas rojas. Puede parecer una indicación muy vaga, pero no lo es: si sois rigurosos siguiendo estas flechas tendréis la oportunidad de ver la vida diaria de los habitantes de esta zona, una de las cosas que más me gustan: las pequeñas tiendas, los agricultores , los niños que va a la escuela, las mujeres lavando platos y ropa a los canales de riego, también los pequeños ladrillos de adobe secándose al sol ... Todo esto por pequeños caminos perfectamente transitables en un turismo y a la sombra de los miles de palmeras que os llevarán hasta la
Kasbah Aït Abou, la más alta del Palmeral y destino final, como por arte de magia, de las flechas rojas.
Esta preciosa Kasbah había funcionado como alojamiento hasta hace poco pero sus condiciones eran bastante precarias así que, actualmente, están mejorando mucho sus condiciones gracias al esfuerzo de su propietario por recuperarla y volver a dedicarla a la alojamiento de viajeros con más comodidad. Por unos pocos dirhams (20 dh por adulto) la pueden visitar en su compañía y disfrutar desde su terraza de una vista inigualable del Palmeral con el Atlas en el horizonte que, por sí sola, ya merece la visita. Además, por el interés de mi padre (albañil jubilado) y por las ganas de comunicar del propietario (albañil en activo), la visita se convirtió en una
clase magistral sobre "Tadelakt" (estuco a la cal) que, como os podéis imaginar, fue una delicia también para nosotros. La escena conmigo haciendo de traductora entre ellos fue muy simpática y la pequeña visita a los bungalows que están construyendo para alojar familias junto al huerto, fue reveladora: serán preciosos y muy recomendables cuando estén terminados.
Arquitectura tradicional
Luego, volvimos hacia la nacional y nos adentramos de nuevo en el Palmeral para visitar la
Kasbah de Amridil, conocida por salir en los billetes de 50 dh detrás de la imagen de Hassan II, padre del actual rey. La grandísima astucia y picaresca marroquí ha generado una situación de verdadero surrealismo africano: cuando estás a punto de llegar, a unos 300 metros, te encuentras ante la kasbah con dos caminos posibles, dos parkings posibles, dos accesos y dos individuos jurando que aquel es el acceso auténtico, en fin ... ya os lo podéis imaginar. Nos inclinamos por la parte de la kasbah desde donde se puede emular la foto de los billetes. El interior de la kasbah se encuentra bastante deteriorado pero, sin embargo, puede transportaros fácilmente al momento en que estaba habitada por una grandísima familia. Tienen un pequeño rincón en el patio interior con herramientas tradicionales y enseres domésticos que resulta interesante para los niños y para los adultos.
Kasbah de Amridil
Enseres domésticos tradicionales
Nuestra siguiente parada fue
Aït Ben Haddou, donde nos hicimos "la típica foto" desde el cauce del río (tanto nosotros como mis padres ya conocíamos este ksar y no nos hacía falta volver a entrar) y comimos en uno de los muchos albergues que hay y que tienen una oferta gastronómica muy similar. Después de preguntar al camarero el estado de la carretera hacia Telouet, tomamos la carretera, ya que el Valle de Ounila era, para nosotros, el verdadero objetivo del día.
Pueblo en el Valle de Ounila
El
Valle de Ounila, aunque no se puede considerar una alternativa a la N9 que pasa por Tizi'n Tichka porque se trata de un recorrido mucho más largo en tiempo, es imprescindible si se va de Marrakech a Ouarzazate, o a la inversa. Así, aprovechando que íbamos de vuelta y en dirección hacia la costa, tomamon, dirección norte, la carretera que sube por el Valle de este río hasta Anmiter, donde la carretera gira hacia el este por la meseta donde encontraremos Telouet . El recorrido desde Aït Ben Haddou a Telouet es de unos 45 km, los cuales, en teoría, están asfaltados en su totalidad y fue durante muchos años una de las pistas terroríficas para los amantes del 4x4. En 2009 se terminó su asfaltado pero actualmente el primer tramo que se acondicionó (desde Telouet a Anmiter) por la meseta y muy próximo al cauce del río, tiene el asfalto completamente desaparecido, aunque es transitable con un turismo si uno circula con precaución. En las fechas de la visita que relatamos estaba preparada la base para asfaltar de nuevo. El trayecto desde Aït Ben Haddou, hecho con mucha calma, lo haréis en 1,5 horas.

Abuelos y nietos mirando el paisaje desde la kasbah
Esta carretera es preciosa por los paisajes que ofrece, por los desniveles que permiten ver el río, los pequeños pueblos al fondo donde se puede ver la vida cotidiana de sus habitantes y, sobre todo, las preciosas kasbahs de barro que cada vez son menos visibles por su inminente degradación. Nos quedamos a dormir en Telouet, que era una de las apuestas de este viaje, y uno de los riesgos considerando que íbamos con los abuelos. Por supuesto, la visita a la Kasbah Glaoui compensó todas las curvas y baches de la carretera, no os la perdáis. Por 20 dh cada adulto podrán ver esta preciosa Kasbah que, desgraciadamente, cada vez está más degradada. Uno de los chicos del albergue (tanto si queríamos como si no) nos acompañó en la visita, aunque las otras veces que hemos ido lo hemos hecho por nuestra cuenta sin ningún tipo de dificultad.
Preciosa kasbah Glaoui
Y el Albergue de Telouet fue "la guinda" del día ... No todo podían ser sitios tan magníficos como nuestro refugio de Skoura, también queríamos que mis padres "vivieran" algún alojamiento del tipo que habitualmente acostumbramos a utilizar en nuestros viajes. No os engañéis, este alojamiento está muy bien considerando el lugar donde se encuentra, incluso teníamos baño dentro de las habitaciones y una pequeña sala de estar común a las dos habitaciones, más no se puede pedir. Pero deberían haber visto la cara de mi madre cuando vio que, al ser los únicos huéspedes, el lugar donde teníamos que hacer las comidas era la jaima de delante del albergue, una especie de local social del pueblo, pero a la marroquí.
Al llegar a la jaima, algunos de los señores que estaban literalmente dormidos en las tarbas fueron invitados a marcharse para que pudiéramos sentarnos nosotros. Fue una situación simpática y, en honor a la verdad, comimos magníficamente porque está comprobadísimo que en estos valles de alta montaña las verduras son espectaculares (esto mismo ya lo comprobamos en el Valle de los Aït Bou Guemez y en el Valle del Tessaout).
El interior de la kasbah sorprende
Tips / consejos:
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Arquitectura de tierra: esta tipología de la construcción tradicional a nosotros nos tiene el corazón robado, supongo que se trata de deformación profesional, y viene bien tener una ligera idea de los diferentes tipos de construcciones que se encontrará. Las mejores referencias las encontrará en la web y los libros de
Roger Mimó, un catalán afincado en el país desde hace muchos años, una persona que se ha preocupado mucho por la degradación que está sufriendo el patrimonio del sur de Marruecos. También tenemos total y absoluta fascinación por el trabajo que está realizando la magnífica arquitecta marroquí
Salima Naji que, con sus libros y sus obras de reconstrucción, está contribuyendo no sólo a mantener este patrimonio, sino también a potenciarlo y valorizar el oficio de los maestros artesanos, los "maalems". En nuestros viajes hemos visitado numerosas edificaciones que ha restaurado y nuestra admiración no hace más que aumentar.
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Elección tipo del vehículo de alquiler (o propio): cuando decimos que vamos a Marruecos siempre nos hacen dos preguntas. La primera: vais al desierto? (Lo confirmamos: en Marruecos TAMBIÉN hay otras cosas). Y la segunda: llevaréis un todo-terreno, no? NO, NO HACE FALTA UN 4X4, a menos que el objetivo sea hacer pistas de montaña. La red de autopistas es magnifica (donde hay), la de carreteras nacionales es aceptable, y se puede circular con un turismo y con prudencia por todas las carreteras asfaltadas. Y allí donde no hay asfalto normalmente se trata de pistas muy transitadas que conectan poblaciones y que los marroquíes utilizan y mantienen, así que se puede circular con cualquier vehículo. De hecho, a veces, es mucho mejor una pista mantenida que una carretera con el asfalto deteriorado.
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Preguntar por el estado de una carretera o de una pista: es algo a lo que nos hemos acostumbrado en todos los trayectos, incluso en los que conocemos de otras veces. En Marruecos las vías de comunicación pueden variar mucho de un año a otro tanto de manera positiva (han mejorado el asfalto) como negativa (las últimas lluvias se han llevado el asfalto, la pista o la carretera entera .. .). Así que es prudente preguntar antes de adentrarse en un recorrido que pueda tener algún punto delicado. Otra cosa es lo que interpretemos de la respuesta que nos den, a veces confusa, a veces exagerada o, muchas veces, simplificada.