La Sicilia. ✏️ Blogs de Italia

Para ir a Taormina, tuve que coger primero un bus Siracusa-Catania (que ya lo compré ida y vuelta, porque sale un poquito más económico que por separado y cómo aquí te puedes montar a la hora que quieras, pues perfecto). Y en Catania, me cogí otro bus a Taormina (también compré el billete i/v).

Llegué sobre las 11 creo, y desde la "estación", subí hasta la ciudad, que lo primero era ir a ver el teatro antes de que empezara a hacer calor del bueno.

Según llegas, justo está la Porta Messina, que es la entrada a la parte interesante de la ciudad, el inicio de Corso Umberto, la calle principal y la que tiene todo lo que merece la pena ver.

La entrada al anfiteatro son 10€, que no es un precio excesivo, pero que podía ser más barata considerando que el teatro en sí lo tienen entarimado, tanto las gradas cómo el escenario, y me dio un poquito de rabia no poder verlo tal y cómo es, pero bueno, dejando de poner pegas, en mi opinión merece mucho la pena entrar, sólo por las vistas: el mar, el etna, las ruinas del teatro... un conjunto increíble.


Subí a una parte que es una especie de mirador y que tiene un pequeño edificio y resulta que es un pequeño museo con estatuas, mosaicos y restos arqueológicos, una cosa nueva :).

Después de recorrerlo bien, retrocedí hasta Corso Umberto, y en el Palazzo Corvaia, está la oficina de turismo, entré a por el mapa y a preguntarle algo nuevo para ver, la mujer me explicó el recorrido que podía hacer y poco más.

Seguí por Corso Umberto, y ya no sabía hacia dónde mirar, si a la derecha, a la izquierda, hacia arriba... las fachadas de los edificios no tienen desperdicio ninguna, y las callejuelas que salen a los dos lados de la calle, bueno, que voy a decir... Cómo curiosidad, hay una calle a mano derecha en la que está puesto TAORMINA con baldosines de cerámica, y hay una calle llamada Vicolo Stretto, que por lo que me han contado es la calle más estrecha que hay (aunque no entedí muy bien en relación a qué se refería).


LLegué a la Chiesa di Saint-Augustin, había unos músicos tocando, así que me senté un poco a la sombra escuchando la música.

Justo al lado está el mirador, desde el que hay unas vistas preciosas del mar, pero me quedo con las vistas del teatro, no hay nada que las supere. Me dijo la señora de turismo, que la Chiesa di San Guiseppe, era curiosa de ver, y como está justo en frente del mirador, fui.

Subo las escaleritas y hay una puerta acristalada cerrada y un cartel que pone "cerrado por reformas" o algo así, no recuerdo muy bien, pero vamos que estaba cerrada. Una cosa menor que ver.

Después de esta plaza, está la Porta di Mezzo o Torre dell’orologio, la tercera puerta más importante, después de la Porta Messina en el lado sur y la Porta Catania en el acceso norte.



Continuando por Corso Umberto, si vas por esta calle, ya lo tienes hecho (aunque a mi me gusta callejear y la vuelta la hice por arriba), seguí hasta el Duomo, justo antes de llegar a la derecha está el edificio del ayuntamiento, y en frente la Chiesa di San Nicola di Bari o propiamente dicho el Duomo de Taormina.

Tiene de especial, que es una iglesias medieval, mientras que la mayoría de iglesias/duomo que te encuentras en Sicilia son de estilo barroco siciliano o barroco simplemente. Por dentro, es normal, sin pena ni gloria.

En la piazza del Duomo hay una fuentecita, que la llaman 4 fontane, por las cuatro columnas que antes había alrededor de la fuente y sobre las cuales había 4 caballos que echaban agua por la boca. Hoy día sólo funciona uno y viene bien para refrescarse un poquito :).


Ya sólo me queda seguir hasta la Porta Catania, que es lo último que hay que ver en esta calle. Cómo no tenía muchas ganas de volver por el mismo sitio y cada vez había más gente en la calle, cogí y subí hacia arriba, y volví por la paralela hasta más o menos la altura del teatro.

Ya desde el comienzo otra vez, decidí bajar con la empanada que me había comprado a comer a ortigia. Para Taormina, es el plan que más me gusta, comer en plan bocata, casi todos los restaurantes están en la zona turística y en mi opinión, tienen comida normal a precios desorbitados, y sabiendo lo que es un buen plato de pasta o una buena pizza, no me entran muchas ganas de ir a estos sitios a comer mediocremente, aunque otra vez que he venido, sí que he comido en un restaurante y bueno, normal.

También se puede ir a comer a los Giardini della Villa Comunale, para estar al fresquito en la sombra. Para ir yo recomiendo ir por la calle del teatro (Via Teatro Greco) y a la derecha según se va al teatro hay una callecita, Via Timoleone, que es de lo más bonito que puede haber en Taormina, está llena de naranjos y cuando están en flor, huele toda la calle... que no hay palabras.


Bajando las escaleras hay un bar o restaurante, no sé muy bien, que por fuera es precioso, así que por dentro ni me imagino.


Para llegar al parque hay que seguir bajando, hasta llegar a Via Bagnoli Croce y a la derecha ya está la puerta de entrada. A mi me gustaron los jardines, en realidad son normales, pero para estar un ratito a la sombra y descansar, sobre todo en pleno verano, es un buen lugar.

Cómo iba diciendo, yo me traía una empanadita de "spinaci e ricotta" y mi intención era bajar a Isola Bella a meterme al agua y a comer tranquilamente y pasar lo que me quedaba de día, que ya era poco.

Para bajar a Isola Bella hay dos opciones, o coges el funivia (yo lo llamo así porque aquí lo llaman así, pero viene a ser un funicular), que son 6€ ida y vuelta, o coges las escaleritas que hay justo al lado del funivia y bajas y subes por ellas, me parece que también hay buses, pero las dos opciones más practicas en mi opinión son esas.

Yo me cogí el funivia, y compré el billete ida y vuelta. Bajé y me fui a la entrada de la playa, que hay que bajar unas cuantas escaleras.

La playa de Isola Bella es de piedritas y en alguna parte, pedruscos, pero tampoco es para ponerse a llorar, si encuentras la posición se está a gusto.


Según llegué, que ya venía yo con el bikini puesto (aunque a la salida del funivia hay unos baños públicos, y si quieres puedes entrar a cambiarte, y así no tienes que llevar todo el día el bikini puesto; o para cambiarte a la vuelta y no ir mojada) me metí al agua a remojo como los garbanzos. En Mayo no es que esté precisamente caliente el agua, pero se podía meter uno.

A la hora que yo bajé no había mucha sombra y la que había ya estaba ocupada, y no iba a pagar por una sombrilla para un rato, así que me quedé al sol, me unté bien de crema (del 50, más vale prevenir que lamentar) y cada vez que tenía calor, al agua otra vez.

El agua de esta playa, no sé si es mi sensación, pero es bastante más salada que la de otras playas en las que he estado.


Estuve cómo 2 horitas bien aprovechadas y me volví para coger el funivia y volverme a la estación de bus, que no podía perderlo, porque apuré tanto por lo a gusto que se estaba en la playa, que había decidido coger el último autobus de Catania a Siracusa, así que iba un poco pillada. Aún con esas, todo fue bien y llegué con tiempo de sobra, así que sí, se puede hacer, coger dos autobuses y no quedarte en mitad del camino.

Después de este día, ya estaba pensando que había que bajar un poco el ritmo, pero no, porque al día siguiente sí que me esperaba una buena .

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El plan de la semana giraba en torno a este día, porque ha dado la casualidad, que he venido justo la semana en la que se celebra L´infiorata di Noto. Una fiesta que dura aproximadamente una semana, pero que los días más importantes son del 12-15, en la que se cubren varias calles de flores.

Cada año los diseños tienen un motivo, este año eran “Tradizioni, miti e leggende”, y me parece que dibujan los diseños la tarde-noche del viernes y los comienzan a rellenar con flores y otras cosas, en plan arena; cualquier cosa natural.

Por lo que leí en el folleto que cogí en la oficina de turismo, es una fiesta que se hace en homenaje a las flores, y al placer visual que producen, como un homenaje a la primavera, vamos; además las calles dónde están tienen música y es de lo más pasar toda la calle viendo los diseños y escuchando la música.


(El vídeo no es de la mejor calidad, ni el sonido es espectacular, pero sirve como muestra del ambiente que hay, que es lo que interesa, porque ese día hacía bastante viento y el sonido no salió muy bien).

Bueno al tema, este día lo tenía bastante fácil, desde Siracusa a Noto hay un autobus, que no tarda mucho, creo que una hora o un poco más, y que te deja directamente en la entrada de la parte histórica, con lo cual es ideal, te bajas y estás en pleno centro y cuando te vas, lo coges en el mismo sitio.

Me fui a la estación de autobuses en Siracusa, que es digna de ver, porque llamar a eso estación de autobuses... es una calle tal cual, en la que están parados los autobuses, tanto los urbanos cómo los interurbanos.

Cuando llegué a Noto, justo al lado de la parada, hay un parque-descampado, y tenían montado un mercado de todo, había comida, antigüedades, productos ecológicos,... Así que dí una vueltita, a ver que se cocía y me fui a la calle principal de Noto (que es en plan Taormina, en esa calle está todo lo que hay que ver, no tiene mucha pérdida).

Según llegas al Corso Vittorio Emanuele (calle principal), está la Porta Reale di Noto; lo primero ir a buscar la oficina de turismo, preguntar a la señora y coger el mapa. La verdad es que me vino muy bien, porque además de explicarme lo obvio, me contó que había un pase para entrar al Museo Cívico, Palazzo Duzecio y al Teatro Comunale, por 5€ las tres cosas. Y además me contó que si subes a la Chiesa di San Carlo, pagando 2€ por subir, tienes unas vista panorámica de la infiorata además de ver toda Noto.


La oficina de turismo estaba justo pasando el palacio, a mano izquierda, así que me di la vuelta y entre, la chica de recepción me dio el billete válido para los 3 sitios y me explicó que la apertura del palacio a visitantes no se hacía muy a menudo, que era una excepción por ser esta fiesta. Total que te lleva a una sala, la sala de los espejos, en la que hay espejos en las dos paredes laterales, creando un efecto de sala infinita (creo que algo así sucede en la granja escuela de Segovia, no sé porque fui de muy pequeña y no me acuerdo bien).



Eso era lo que había que ver del palacio, no era gran cosa, pero menos da una piedra, la verdad es que estuvo bien. Salí del palacio y seguí hacia delante, justo a la derecha, en Via Nicolaci, estaba la primera infiorata, la vi un poco, y seguí, que lo principal era ir al teatro que cerraba a mediodía.

Cuando entré le enseñé el billete a la señora y estaba yo sola, no había nadie mas viéndolo, me dijo que podía ir al palco que estaba abierto para sacar fotos del teatro por dentro, que es bonito de veras. Es un teatro lírico, que con el tiempo lo fueron cambiando para adaptarlo, le pusieron un escenario nuevo e hicieron varios cambios según contaba la guía (la mujer hablaba italiano y yo me iba quedando más o menos con la copla, hasta que cogió carrerilla y ya me perdí).


La visita me sorprendió bastante, porque el teatro por dentro, aunque pequeño, muy bien avenido, merece la pena visitarlo.

Cuando salí seguí hacia el final de la calle, porque en Via Galileo Galilei estaba una de las infiorate. Todavía era pronto y no había mucha gente así que subí por la parte izquierda y bajé por la derecha para volver a vittorio emanuele. y me volví hacia atrás.


Según volvía, a mano izquiera, en frente del teatro, está la Chiesa di San Domenico que tiene delante unos jardincitos y una fuente, pues en el jardín está puesto NOTO con setos.

Pasando la iglesia, a mano izquierda también está Via Nicolaci, dónde se encuentra la infiorata principal, hice lo mismo, subí por la izquierda a la sombra, que ya se agradecía y bajé por la derecha. Me fui directa a la Chiesa San Carlo, para subir a la torre y ver todo desde arriba.


Sinceramente, merece la pena pagar 2 eurillos por subir, la escalera del demonio es de caracol, empinada y en la que no entran dos personas, así que tienes que esperar a que la gente baje para tú subir y viceversa, pero aún así merece la pena.

La verdad es que estuve un rato largo, entre fotos (porque si no saco cien fotos, de mil maneras distintas no me quedo a gusto, y esto se aplica a todas las fotos que saco en todos los sitios a los que voy...), quedarme abobada con las vistas y esperar a que 20 personas subieran... pues unos 30-40 minutos no me los quita nadie.


Al bajar, ya tocaba comer, así que con mi tuper de fruta fresca que había comprado en un puesto de los que se ponen por todas las calles de todas las ciudades/ pueblos de Sicilia (yo lo compré en Siracusa antes de venir a Noto) y un bocadillo, me fui a un banco, a la sombra de unos árboles que había justo en frente del Palazo Ducezio.

Después de comer, tenía pensado ir a ver un museo, que hay cerca del Palazzo Nicolaci en Via Nicolaci así que en vez de volver hacia atrás, subí una callecita que da directa al Duomo o Chiesa di San Nicolò, seguí subiendo hasta la paralela a vittorio emanuele, Via Cavour.

Al llegar a la entrada de la calle del palacio, me dijo la mujer que vigilaba la infiorata que no se podía ya bajar que sólo subir, y yo le dije que quería entrar al palacio y me dijo que habia otra puerta siguiendo por via cavour, y la verdad es que mejor, porque por esa puerta entras al patio del palacio, que menudo patio, y de ahí ya accedes al palacio y al museo que yo quería ir y al que al final no fui.


Con la confusión de que estaba todo muy junto acabé comprando la entrada para el palacio, que hacían pases cada media hora creo, y te contaban la historia de la familia, y de cómo se convirtió en palacio y además al enseñártelo por dentro, hay gente vestida de época recreando escenas (aunque los actores que estaban en mi pase eran un poco sosos, no se levantaban de las sillas).

La visita al palacio que fue totalmente no planeada, y de las cosas que más me gustó, la guía, como es normal, lo contaba todo en italiano y yo le seguí bastante bien el hilo, hasta que empezamos a entrar en las habitaciones pequeñas, y yo desde fuera no me enteraba de la misa a la media.

Luego de dar la vuelta entera al palacio, y de enseñarnos todas las estancias, te dejan a tu aire, así que yo me fui a los balcones, que se veía la infiorata desde arriba. Volví a ver yo tranquilamente las salas y me fuí.

Cómo por via Nicolaci no se podía bajar, me fui a bajar por Via Rocco Pirri, y cuál fue mi sorpresa cuando a los dos lados de la calle había un mercado ecológico, con puestos, música, decoración, todo muy festivo y una maravilla para la vista. A mi que me gusta mucho ver que hay, me recorrí los dos mercaditos y me paré en un puesto de mieles, que tenía ganas de comprar y la mujer me dio a probar de todas las que tenía, al final cogí miele di agrumi, que me dijo que era de naranja y limón a la vez, la cosa es que estaba muy muy buena.


Me dio un panfleto de su finca, dónde además de cultivar de todo pues tenían en plan un hotel rural, restaurante,... lo que aquí llaman "agriturismo", y estaba en Siracusa, y le dije que yo también estaba en allí y le faltó tiempo a la mujer para invitarme a cenar pizza que esa noche iban a encender el horno de piedra, jejejeje. Así es la gente aquí, amable y buena, aunque siempre hay excepciones, pero en general, la gente de Sicilia es así.

Para no tener que volver por la calle central, me bajé a la paralela, para volver a la altura del Museo Cívico, que era lo que me quedaba por ver. Bajé a Via Ducezio y menuda fiesta tenían montada, en la Parrocchia Madonna del Carmine, a la entrada, había un grupo de artistas, unos haciendo graffitis, otros esculpiendo en piedra y otros representando una obra de teatro, todo con música de fondo, así que me fui a las escaleritas, me senté y me quedé un rato contemplando la situación.


Me puse en marcha, y toda la calle estaba llena de puestecitos de artesanía, había música de fondo,... la verdad que se ve un Noto diferente del que se suele ver normalmente y me gustó mucho.

Ya de lo último que hice fui entrar al museo, que no es nada del otro mundo pero bueno, estuvo entretenido, la parte de arriba tenía una colección de esculturas y bustos, que me gustó.


Cómo todavía me quedaba un poco de tiempo, me dije, vamos a dar otra vuelta por la calle principal y ya veo por última vez la infiorata, ERROR!!, estaba aquello que ni que regalasen algo, una cantidad de gente, que es que ya no se disfrutaba paseando, así que vista la situación, me di media vuelta, me fui al mercadito de la entrada, a la parte de antigüedades y di un par de vueltas hasta la hora de coger el bus.

El bus vino con un poco-bastante retraso, la gente ya se ponía nerviosa, vinieron dos chicas a preguntarme si ya había pasado, y ya les expliqué que no, que aquí muchas veces los autobuses llegan con retraso, que no hay que preocuparse, y efectivamente, a los 5 minutos apareció.

Fue un día para ver un Noto que no siempre se tiene la oportunidad de ver, y me fui bastante contenta con la experiencia del día en sí, y si tenéis la oportunidad de ir alguna vez a Noto y que coincida que sea la infiorata, os va a sorprender. (Un consejo útil, el mejor día para verla es el sábado y por la mañana, porque todavía no hay tanta gente, aunque de noche tiene que ser una pasada verla, yo no pude. El domingo por lo que me han contado, es caótico, casi que mejor no ir).

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Hoy por fin no me tengo que mover a ningún sitio, me quedo en Siracusa :).
Aunque es Mayo, ya se empieza a notar que hace calor del bueno, así que por la mañana a primerita hora me fui a ver el Area archeologica della Neapolis, Orecchio di Dionisio e Teatro Greco, además que los Domingos, creo que cierran antes.

El precio son 10€, pero si también vas a visitar el Museo "Paolo Orsi" el mismo día conviene coger el billete que incluye los dos (yo al museo esta vez no he entrado).

Para ir a comprar la entrada, lo tienen un poco regular organizado, porque de un lado de la carretera está lo que engloba las ruinas, es decir, el área arqueológica y del otro está la zona de tiendas y al final final del recinto, está la caseta dónde venden los billetes.

Según entras a mano derecha, está el anfiteatro romano, un poco dejado, lleno de verde, pero bonito, según sigues vas bajando una cuesta, hay mas restos romanos, vallados (el Ara di Ierone II), y al final está por un lado el Teatro Greco y la necrópolis o Grotticelli y por otro el acceso a unos jardincitos dónde se encuentra el Orecchio di Dionisio.


Dentro de esta cueva, se está la mar de fresquito, y yo cuando entré, me encontré con un grupo de jubilados cantando cerca de las paredes, porque hace eco.


Bueno, después de verme bien todo, me volví hacía Ortiga por Via Teocrito (dóne está el museo y justo al lado La Catacomba di San Giovanni), me acerqué hacía la zona del puerto pasando por Piazza Santa Lucia, y es que me habían contado que los domingos montan un mercado, de todo en genera, comida, antigüedades y ropa.

Di una vuelta a ver que había, y seguí paralela al mar y al puerto hasta llegar a Corso Umberto I. Cuando estaba llegando al puente, se acercó una chica para preguntar si quería dar un paseo en barca que los estaban dejando a mitad de precio ese día porque hacía un poco de viento (no sé si era en plan excusa para que pareciera que te hacían un buen precio o es que realmente era así).

Total, que cómo el primer día ya me había visto casi entera Ortigia, pensé, pues oye, una cosa diferente, así que reservé para después de comer, sobre las 15:30-16. Le tuve que dejar 5€, la mitad de lo que costaba la vuelta (10€)

El paseo consistía en dar la vuelta entera a Ortigia y además ir a a las Grotte Marine, si cogías sólo uno de los dos te costaba 5€, pero total, por 5 más te lo ves todo y disfrutas un rato.

Continué por el Ponte Umbertino, y más o menos, hice el mismo recorrido que el primer día pero de de día (valga la redundancia), vi las ruinas del templo de Apollo, subí hasta la Fontana di Artemide, Piazza Minerva, Piazza Duomo, Fonte Aretusa y ahí ya me dí la vuelta porque tenía que comer y luego ir al puerto a montar en el barco.


Me volví por el paseo que está justo pegando al mar y llegas a una miniplayita, me senté 5 minutines a mojarme los pies y vuelta. También hay un parquecito que tiene unos Ficus (cómo los de el jardín Garibaldi de Palermo, pero en pequeñitos) que para sentarse a la sombrita, también está bien.

Me habían recomendado varios sitios para comer, y me decidí por ir a uno que se llama Castello Fiorentino (está metido en una callecita que sale de Via Roma). Me di la vuelta, porque si seguía por el parque, acababa al final del paseo marítimo y me tocaba dar una vuelta un poco tonta.

A ver, el restaurante, me habían dicho que estaba bien tanto para pasta como para pizza, que tenía de todo, yo pedí de primero un Risotto alla zarina, que es con salmón. No sé que decir, risotto para mí que no era, era arroz brillante con nata y unas miguitas de salmón... y de segundo pedí Calamari alla griglia, y sí que estaba bueno. Con esas dos cosas, ya había comido y bien, así que no pedí postre, pero me trajeron un sorbete de limón (al que invitaba la casa y palabras textuales del camarero, el siguiente lo pagas tú). La cuenta no recuerdo bien cuanto fue, pero no más de 20€.

Yo no creo que vuelva, pero, para gustos los colores..., a mi me habían hablado bien del sitio, así que habrá gente que salga contenta.

Cómo todavía faltaba un poquito para la hora del barco, me senté en una terraza de camino al puente a tomar un café.

Cuando llegué al puerto, a la zona donde se cogía el barco, y eso que llegué 10 minutos antes, me dijo la chica que se acababa de ir, que llamaba al muchacho y si eso volvía a por mí; y efectivamente en 1 minuto estaba allí ya.

El chico además de llevar el barco hace de guía y te va contando un poco la historia de cada cosa que veíamos; la cosa es que la fortificación que rodea Ortigia (murallas y castillo) se hicieron durante el régimen español de los borbones, no le tenían mucho aprecio, me pareció a mi entender, y cómo el muchacho sabía que yo era española, pues intentaba decir las cosas con más delicadeza en vez de despotricar sobre los españoles .


El recorrido viendo todo desde fuera, desde el mar, es muy muy bonito, no es lo mismo estar dentro de la ciudad y andar por las callejuelas, que ver en panorámica por ejemplo el castillo, todo lo grande que es.


Después de rodear Ortigia entera, seguimos por la orilla entrando en las grutas que había, muy bonitas, hay una que tiene forma de corazón.


A la vuelta, le pagué a la chica el dinero restante y me subí de nuevo al centro, a Piazza Minerva, me senté en una terraza a tomar una granita di mandorle, y a esperar a unas amigas con las que había quedado.

Se nos pasó la tarde y no nos enteramos, de tanto hablar. Nos fuimos a cenar el panino di carne di cavallo, según ellas al sitio más famoso de Siracusa, y tanto, porque al llegar si no había 100 personas allí no había nadie.

El sitio en sí era una food truck, o para que nos entendamos, un puesto ambulante de comida para llevar, que estaba en el mismo parking del puerto.

Después de pasar una odisea para que nos atendiesen y la iliada para recoger el pedido, nos comimos nuestro panino, que para mi gusto, después de haber comido los de dopo teatro (en Catania), pues más bien era normal y corriente.

Para bajar la cena, que un panino de carne por la noche, pues no es lo que se dice ligero, dimos un paseito hasta el duomo, para verlo de noche en todo su esplendor.


Íbamos andando en dirección a la fuente, cuando mis amigas me contaron acerca del Ipogeo, la red de túneles subterraneos que había debajo del duomo. Me acerqué a preguntar el precio y la mujer me dijo que 5€, se lo voy a comentar al resto y viene la señora detrás mio, que como ya era tarde nos hacía el favor de 2 personas por 5€ (Porque estaban a punto de cerrar y bueno, ya mejor vender dos entradas que ninguna)

Con oportunidades cómo estas es difícil decir que no, así que sin pensarlo dos veces bajamos. Lo tienen muy bien cuidado, también tienen una exposición en el interior y nos recorrimos todos los túneles hasta llegar a la salida, que está en Foro Vittorio Emanuele II, el paseo marítimo.


Desde ahí subimos a la fuente Aretusa, nos sentamos un rato en un banco que hay en el mirador de al lado, hasta que ya empezó a hacer fresquito y nos volvimos paseando a casa.


Y llega a su fin otro día más. Un día diferente en Siracusa, haciendo cosas que normalmente no haces, y aunque me faltó entrar al castillo, al museo y a las catacumbas, ya había estado anteriormente. Pero si nunca habéis estado, recomiendo sacar un rato para hacer la visita.

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