![]() ![]() NUEVA ZELANDA EN AUTOCARAVANA. UN VIAJE DE ENSUEÑO ✏️ Blogs de Nueva Zelanda
Un mes recorriendo Nueva Zelanda en Autocaravana. Segunda parte de nuestro viaje de dos meses por las Antípodas, del que la primera parte fue un mes por Australia.Autor: Artabra Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (34 Votos) Índice del Diario: NUEVA ZELANDA EN AUTOCARAVANA. UN VIAJE DE ENSUEÑO
01: MOTIVACIÓN DEL VIAJE
02: DESCRIPCIÓN E ITINERARIO DEL VIAJE
03: INFORMACIÓN PRÁCTICA, CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
04: DATOS SOBRE LA HISTORIA Y CULTURA DE NUEVA ZELANDA
05: DATOS CURIOSOS DE NUEVA ZELANDA Y DEL ESTILO DE VIDA "KIWI"
06: AUCKLAND
07: PRIMEROS DÍAS DE RUTA. PAIHIA Y COROMANDEL
08: MATAMATA-"HOBBITON" Y WAITOMO
09: ROTORUA-TAUPO-HUKA FALLS
10: TONGARIRO-MORDOR
11: FERRY CRUZANDO ESTRECHO DE COOK Y FIORDO QUEEN CHARLOTTE
12: ABEL TASMAN NATIONAL PARK
13: GLACIARES FRANZ JOSEF Y FOX
14: BRUCE BAY, HAAST PASS, LAGO HAWEA, WANAKA,MONTE ASPIRING Y QUEENSTOWN
15: FIORDLAND. FIORDOS MILFORD SOUND Y DOUBTFUL
16: EL SUR DEL SUR. SOUTHERN SCENIC ROUTE
17: PENÍNSULA DE OTAGO, MOERAKI BOULDERS Y OAMARU
18: PARQUE NACIONAL AORAKI/COOK
19: KAIKOURA EN EL ALMA Y EL CORAZÓN
20: AKAROA Y CHRISTCHURCH. SE ACABA EL VIAJE :-(
21: CONCLUSIONES
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Etapas 19 a 21, total 21
Con el impacto de los recuerdos, lo irreal de las últimas vivencias y el reflejo del lago Tekapo en nuestras retinas, emprendimos camino. 360 kilómetros nos separaban del camping de Rangiora, parada y posta que nos acercase al verdadero destino del día siguiente: Kaikoura.
El viaje desde Rangiora a Kaikoura fue de un par de horas. Ninguna de las dos nos imaginábamos lo mucho que este pueblo costero nos iba a ofrecer ![]() Inicialmente en Kaikoura buscábamos lo que la mayoría de viajeros ansía, ver ballenas y otro tipo de cetáceos. Es uno de los mejores lugares para observarlas porque estas gélidas y profundas aguas forman un cañón marino donde la riqueza y biodiversidad permiten alimentarse a las ballenas sperm, que es la especie que habita estos mares. Reservamos con la compañía que hace las excursiones, Whale watch, y por unos "módicos" 290 NZ$, te garantizan ver ballenas, además de otros cetáceos, vida marina y aves. Si no las encuentran en tu salida, como fue nuestro caso, te ofrecen otro tour gratuito o el 80% del dinero que has pagado, si no quieres volver. Ese día vimos delfines, focas, leones marinos y todo tipo de aves, pero como sólo intuímos a las ballenas nos ofrecieron una nueva visita. En vista de que íbamos a disfrutar de Kaikoura y su zona varios días lo aceptamos gustosamente. ![]() Sí he de decir, que te advierten que el barco tiene una potencia enorme y el viaje se va a hacer a una velocidad que no es apta para personas enfermas, embarazadas o que se mareen fácilmente. Os aseguro que yo nunca me mareo y que botar en cualquier vehículo me encanta y he subido a toda clase de vehículos acuáticos y sólo os puedo hacer una recomendación: biodramina. El que avisa no es traidor ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Normalmente se acude a Kaikoura uno o dos días para ver su vida marina, sus colonias permanentes de focas y leones marinos en Point Kean son una garantía de éxito, así como las ballenas sperm. También se pueden hacer excursiones para nadar y bucear con delfines o leones marinos, en alta mar. Y hacer muchas otras actividades de ecoturismo en un entorno único. Es tal la presencia de los cetáceos en estas aguas que, en varias ocasiones, recorriendo la carretera o en alguna de las rutas de senderismo vimos saltar y juguetear desde la costa a miles de delfines. Para que entendáis la importancia del ecoturismo en Kaikoura, ésta se ha convertido en la primera comunidad neozelandesa y la segunda del mundo en alcanzar por parte de Green Globe este status. Es una certificación turística a nivel mundial que nació de los principios de la Agenda 21 propuesta por la Acción de las Naciones Unidas para el cambio climático. En Kaikoura hay una política de Cero Desperdicios que implica que no hay rellenos sanitarios y que la recolección de residuos reciclables se realiza casa por casa. Entre otros proyectos, buscan la eficiencia energética y desde el gobierno local han adoptado un plan de acción para reducir las emisiones de carbono haciendo que las calles estén iluminadas por energía solar, redujeron el uso de coches y aumentaron los lugares por donde poder desplazarse a pie y en bicicleta, y hasta 300 hogares fueron aislados para optimizar la energía. Por eso las empresas con las que se hacen los tours de avistamiento, por ejemplo, garantizan el respeto y protección. Hecho que nosotras buscamos para intentar llevar a cabo un turismo responsable. En este foro hay un hilo estupendo de la compañera Isla74 sobre Ecoturismo y turismo responsable que os recomiendo visitar. Otro de los imprescindibles en Kaikoura es comer langosta. Un lugar cuyo significado etimológico es el resultado de unir "kai", que significa comida, y "koura", que significa cangrejo de río, lanza señales luminosas para indicar que una no se puede ir de allí sin catar ese delicioso manjar ![]() ![]() Una, que es gallega, tiene el paladar exquisito en cuanto a la degustación de frutos de mar, y superar a nuestros bogavantes es algo prácticamente imposible, pero he de admitir que quizás las de Kaikoura son las mejores langostas que he tenido la suerte de saborear fuera de la tierra. No penséis que este manjar se ofrece en refinados, y a la postre carísimos, restaurantes de cinco tenedores. Nada más alejado de la realidad! Os encontraréis a lo largo de la costa con una especie de casetas insignificantes y de puestos móviles, tipo los de hamburguesas y perritos calientes de cualquier gran ciudad. Y allí una hilera de locales y turistas ávidos de una langosta que elijes allí mismo y te la preparan a la plancha en unos minutos. ![]() La comes frente al mar, en alguna de las mesas o rocas que salpican las zonas aledañas, y degustas esa mezcla de sabor a mar, limón y felicidad absoluta. También puede que las casualidades existan y te encuentres de nuevo con los amigos mallorquines que conociste tiempo atrás en el Fiordo Doubtful Sound ![]() ![]() Es caprichoso el azar y a 20.000 kilómetros de casa compartir unas langostas y unas cervezas con unos amigos de viaje recién reencontrados se antoja algo surrealista y muy gratificante. En su Autocaravana, más lujosa y grande que la nuestra, pasamos unas horas riendo, recordando y poniéndonos al día de nuestros planes futuros. No quedaron ahí las curiosas casualidades, sino que paseando otro de los días por el pueblo de Kaikoura volvimos a oír que gritaban nuestros nombres y no eran los mallorquines. ¿Quién más puede ser, pensamos? Pues nada más y nada menos que María “Cairns” y su familia, que empezaban su primer viaje a Nueva Zelanda, después de tantos años viviendo en Australia. Pasar tres días disfrutando con calma de los últimos momentos de un agotador viaje de dos meses en un rincón como Kaikoura fue un regalo. Os imagináis lo que supone ver pasar la vida en uno de los rincones más aislados del mundo, rodeadas de una naturaleza casi mística, sin más ocupación que observar como esas montañas majestuosas de los Alpes del Sur, de las que nos enamoramos en Aoraki, se funden elegantemente en el océano Pacífico? ![]() ![]() Esos días además de abandonarnos a la contemplación de tanta belleza, paseamos a lo largo de la costa en rutas tan espectaculares y sencillas como Kaikoura Peninsula Walkway. Es un sendero que durante unas tres horas te permite disfrutar del mar, de formaciones de piedra caliza y de una colonia de lobos marinos y otra de aves marinas. ![]() ![]() Para sacaros de este sopor de paz y tranquilidad, no penséis que me abandoné a la vida contemplativa esos últimos días en Kaikoura, sino que también cumplí uno de mis sueños perpetuos: lanzarme en paracaídas ![]() ![]() Esta actividad tan costosa en general, me ofrecía en Kaikoura un precio razonable y la certeza de que pocos paisajes en el mundo se podrían comparar para volar en este bautismo de adrenalina. Así que acudimos a Skydiving Kaikoura y me informaron que esa mañana las condiciones de viento no acompañaban para realizar el salto con seguridad. Me pidieron que volviese por la tarde para comprobar si había más suerte. Horas esperando ansiosa y, por fin, me confirman que podía saltar!! ![]() ![]() No sé si recordáis que un año antes la selección de fútbol española había ganado en un bronco partido la final a los holandeses. Bien, pues allí que se presenta mi socarrón instructor y al preguntarme de dónde soy me suelta: “yo soy holandés y muy seguidor de mi equipo de fútbol y no sé si allí arriba podré controlarme” ![]() ![]() Era un cachondo total, pero si llega a ser otra persona menos animada a saltar igual se lo piensa. De hecho, me comentaron que una de cada cuatro personas que suben a la avioneta una vez arriba se echan para atrás! Y que en esas circunstancias no devuelven el dinero, así que me instan a pensármelo bien. Llevo 3 décadas deseando hacerlo, creo que me lo he pensado bien, respondo, estoy deseando que llegue el momento. Y con esa mezcla de excitación y alegría me subí a la avioneta tras la clase preparatoria ![]() ![]() ![]() Ahí veis la pequeña plataforma donde te sitúas antes de saltar al vacío.
Qué os puedo explicar de la experiencia? Es algo brutal, pura adrenalina. Sientes una gran emoción, la libertad de volar, la curvatura de la tierra y un paisaje insuperable. Las palabras no pueden expresar lo que sentí y las fotografías tampoco, pero al menos reflejan un poco mi estado de ánimo. ![]() ![]() ![]() ![]() Pudiera parecer que éste era el boche definitivo al viaje, pero aún quedaban un par de guindas al pastel antes de despedirnos de Nueva Zelanda. Etapas 19 a 21, total 21
Nos costaba despedirnos de un lugar tan especial para nosotras como Kaikoura.
Nos desperezamos de las últimas experiencias vividas y emprendimos camino hacia el siguiente destino: Akaroa, en la preciosa península de Banks. Este es otro de los rincones menos visitados de Nueva Zelanda, un secreto bien guardado, una joya a descubrir. La península de Banks es un vestigio volcánico al este de Christchurch y Akaroa es la ciudad principal, un bello enclave natural con una clara influencia francesa. El recorrido por carretera es algo indescriptible, cientos de bahías formadas tras erupciones volcánicas, verdes irreales que me transportaban a mi amada Galicia y unas preciosas colinas acariciando un mar en calma como pocos en Nueva Zelanda. ![]() ![]() Durante el siglo XIX, esta zona no sólo fue un asentamiento inglés sino también francés, y se percibe en el ambiente, las construcciones y los nombres de las calles. Paseamos, tomamos un típico fish and chips frente a la bahía y acabamos de hacer las compras de paua y jade verde que nos quedaban en alguna de sus estupendas joyerías. ![]() ![]() El punto curioso de la jornada en Akaroa lo pusieron dos autobuses. Uno rojo de dos pisos, traído directamente de Londres, y otro de Irizar, que nos transportaba a casa, como señal de que aquella aventura iba tocando a su fin. El día de viaje que nos quedaba dudamos si ir hasta el Arthur pass o ir a descansar a Christchurch, desde donde cogíamos el primero de los 4 aviones que nos esperaban por delante ![]() ![]() Esperamos a la previsión meteorológica, y tras una noche diluviando el día amaneció amenazando el apocalipsis climático, algo común en Nueva Zelanda. Así que decidimos dejar este paso montañoso para nuestro siguiente viaje a la Tierra Media y emprendimos la última de las rutas de carretera con nuestra compañera de viaje inseparable, nuestra "wendekreisen", término que acuñarían desde entonces todas las de su especie ![]() ![]() Con una mezcla de sentimientos contradictorios, la melancolía nos invadió y nos acompañó esos últimos kilómetros hasta llegar a Christchurch. Quisiera poder hablaros de esta importante ciudad de la región de Canterbury, pero la verdad es que el ambiente era desolador. Azotada constantemente por los terremotos, ese mismo año había sufrido el que probablemente era el terremoto más grave en cuanto a víctimas y destrozos de la historia de Nueva Zelanda. El estado de ánimo de la ciudad se correspondía al nuestro a punto de acabar una aventura de dos meses, y nos contagiamos del desamparo provocado por el seísmo y gestado desde el Cinturón de Fuego del Pacífico. La principal ciudad de la isla sur es justo la antípoda de mi ciudad natal, pues aunque se consideran las antípodas en general, mucho del territorio de la península ibérica se corresponde en sus antípodas con el mar al otro lado del mundo y no con alguna población. ![]() Este hecho acrecentaba mi contradictoria sensación de tristeza por el fin de un viaje que iba a marcar mi vida para siempre y la morriña que toda buena gallega experimenta lejos de casa. Aquí tenéis una herramienta muy chula para buscar vuestras antípodas ![]() Nos quedaban por delante dos días de vuelos, escalas y cansancio, unas semanas de jetlag y melancolía y toda una vida para recordar y degustar las experiencias vividas durante dos meses irrepetibles. Aunque el relato del viaje llega a su fin, dedicaré un par de entradas más para cerrar el diario, una de conclusiones y otra sobre la Tierra Media. Gracias por acompañarme en este viaje literario y emocional ![]() ![]() ![]() Etapas 19 a 21, total 21
“Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas." Henry Miller
Supongo que esa es una de las frases que mejor recogen y resumen la huella que las experiencias, vivencias y crecimiento personal dejan tras algunos de los viajes que vivimos. Este viaje, en particular, por lo que de anhelado e imaginado tenía, nos permitió ver la vida de otra manera, con una mirada aún más amplia y tranquila. Nos ayudó a situar las prioridades más en perspectiva y a disfrutar aún con mayor intensidad de cada pequeña experiencia, de cada mínimo momento de bienestar, de cada pequeña sensación de felicidad. Para mí la “vida de verdad” no es eso que estás esperando que suceda mágicamente cuando…, cuando pase alguna de esas situaciones, obstáculos o excusas que van sucediendo mientras esperas que llegue esa vida soñada. No siempre podemos viajar o disfrutar de los sueños tal y cómo los hemos planeado pero sí es elección nuestra buscarlos, crearlos, nutrirlos y vivirlos como suceden, porque eso sí es la “vida de verdad”. Puede que este viaje nos marcase y reforzase nuestra forma de ver la vida, nuestra visión de que la felicidad está en disfrutar de las pequeñas cosas, de aprovechar cada pequeño momento y de disfrutar cada uno de esos instantes como el mejor de los regalos. Viajar no tiene que ver con la distancia, la lejanía o la duración, sino con una manera de vivir y de transitar por el mundo con curiosidad, con nuevas miradas y nuevas ilusiones. Porque “lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”. Gracias a todas las personas que me habéis animado a escribir en retrospectiva y me habéis seguido en este viaje narrativo; os deseo la mirada del principito “Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.” Gracias a Aran, siempre. Etapas 19 a 21, total 21
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