Sur de Inglaterra. De Bristol a Brighton. Agosto 2016. ✏️ Blogs de Reino Unido

Inglaterra es un país al que volvería cada año. Supongo que principalmente es porque hice allí el Erasmus y fue una de las mejores experiencias de mi vida (si no la mejor...). Aunque en realidad ya me gustaba ese país desde mis cortas estancias durante varios veranos como estudiante de inglés en mi época de instituto. Sentirme "libre" y "solo" en un país tan diferente, con otro idioma en el que más o menos me podía hacer entender, me impactaba. Además, me sentía cómodo en su orden, limpieza y educación.

Eso sigue así desde mi punto de vista. La gente siempre (bueno, en su gran mayoría) es encantadora y amable. Todo está limpio y organizado. Siempre hay un lugar donde aparcar (aunque no sea barato) con un baño público. Cada lugar o monumento que visitas está indicado y explicado. Y muchos otros detalles que espero ir recordando y que hacen que el viajar por allí sea fácil y un placer.

Obviamente, en estoy hablando de los pueblos y pequeñas ciudades. No incluyo Londres, que aunque he visitado en múltiples ocasiones y adoro, es punto y aparte respecto del resto de Inglaterra. Y también hay que dejar a un lado las grandes ciudades claro...

En mis estancias allí, hice pequeñas escapadas. Y esta es ya la tercera vez que viajo con coche por el país y aunque gran parte de lo que hemos visitado ya lo conocía, no me ha defraudado...

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Salimos desde Alicante en un vuelo de Ryanair a Bristol (nada que destacar). Sobre la 1 ya estábamos allí, así que, tras los trámites de llegada, traslado a la compañia de alquiler de coche y primera toma de contacto, nos pusimos en ruta hacia el sur.

Sobra deciros que lo de conducir por la izquierda las primeras horas se hacer raro... y que el copiloto se pasa todo el viaje esperando que, de un momento a otro, dejemos espejo retrovisor izquierdo en un árbol, o que atropellemos a un ciclista.
No puedo seguir sin hacer un inciso sobre las carreteras inglesas... Mira que ya las conocía.. pero aún así hay que decir que son difíciles. Exceptuando las autopistas y las vías principales entre grandes ciudades, las carreteras son estrechas, sin arcén y especialmente en el sur, con "paredes" de vegetación a ambos lados, por lo que viajar por ellas es como estar metido en un túnel. Y si las vías que podríamos llamar "provinciales" son estrechas, las "locales" son extremadamente estrechas. Tanto que la mayoría del tiempo hemos circulado por carreteras por las que solamente cabía un coche, y que se "abrían" cada 50 o 100 metros para que, en caso necesario, tú o el que venía de frente, se apretara contra la vegetación y dejara pasar al otro... Eso sí, con un saludo de agradecimiento...

Pues como decía, cogimos el coche (lo pedimos automático para quitarnos al menos el problema de las marchas) y nuestra parada fue para comer en el pueblo de Axbridge. Pequeño, con una plaza agradable y una iglesia típica inglesa de piedra con cementerio. La primera de muchas... Comimos en The Lamb Inn, en la misma plaza, nuestra primera comida inglesa. Sé que se suele decir la comida inglesa es un asco, pero yo siempre que voy disfruto de la comida en los pubs. Aunque es verdad que al final del viaje ya estoy un poco cansado de las patatas, los "pies" y la carne...

Tras la comida, seguimos hasta Cheddar, donde también dimos un paseo. Aquello no era tan tranquilo, ya que, aparte del Queso, es muy conocida su "garganta" con zonas de escalada y cuevas. No era nuestro rollo así que seguimos hasta Wells.

Wells es una pequeña ciudad que vale la pena visitar. Basta con un paseo por su calle principal hasta la plaza del Mercado. De allí se tiene acceso a su preciosa catedral y al palacio y jardines del Obispo. A un lado de la catedral está la curiosa calle Vicar's Close, construida para acomodar a los sacerdotes o posteriormente al coro de la catedral, y que presume de ser una de las calles residenciales más antiguas y mejor conservadas de Europa.



Y de Wells nos fuimos a Glastonbury. Por poco, llegamos tarde para entrar a ver las ruinas de su famosa abadía, así que nos dimos un paseo, cenamos y nos fuimos a descansar.

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Antes de seguir rumbo al oeste, no podíamos irnos si visitar la abadía de Glastonbury. Llegamos bastante pronto así que, durante un rato, pudimos disfrutar de un paseo relajado por sus ruinas antes de la llegada de turistas. Lo cierto es que queda poco de lo que debió de ser una espléndido complejo monacal, pero el paraje es una maravilla.





Después de eso, seguimos nuestra ruta por Somerset y nuestra primera parada fue otra abadía, Cleeve Abbey, mucho más pequeña pero mejor conservada. Allí decidimos comprar la English Heritage Pass, que nos permitía la entrada en muchos lugares durante 9 días, y de la que contaré más el final del diario.




Seguimos hasta Dunster, pueblo conocido por haber sido un importante productor de lana y tejidos, y por su castillo a lo alto de la colina. Allí comimos en el primer restaurante que encontramos al entrar en la plaza, y después, con la estómago lleno, subimos el corto trayecto hasta el castillo. Había bastantes turistas, así que decidimos dar un paseo por sus jardines y visitar las famosas antiguas caballerizas y nos fuimos.




En poco más de 15 minutos estábamos junto a la iglesia y el diminuto pueblo de Selworthy. Quizá lo de diminuto pueblo sea exagerado... por exceso.. ya que se trata de un grupo de tres o cuatro casas independientes (o "cottages") en una ladera rodeadas de césped y vegetación. Resultan un contraste con lo visto hasta entonces con sus techo de paja y pintadas de amarillo. Y el paisaje desde la iglesia es espectacular.






Seguimos entonces hasta Porlock Weir, diminuto puerto pesquero al que llegamos tras unos 20 minutos por una carretera como la que he hablado (un solo carril por el que incluso circulan autobuses ... y bordeada de vegetación).

Y el día ya dio para poco más. Nos quedaba una hora y media de camino ya en el condado de Devon hasta nuestro siguiente alojamiento. Eso sí, la ruta nos dejó algunos parajes increíbles con suaves colinas junto a los acantilados y rodeados de campos en flor.

Llegados aquí, es el momento de hacer mención de lo que para nosotros es una parte fundamental de los viajes a Inglaterra: los Bed & Breakfast. Siempre nos alojamos en B&B cuando venimos, desde mi primer viaje por carretera hace unos 25 años (!). Quizá por mi experiencia de estudiante cuando ya nos alojábamos en casas particulares, pero no concibo otra forma de alojamiento mejor en este país. Seguro que hay opciones más económicas pero como decía, para nosotros disfrutar cada día de un B&B es parte importante del viaje. Y la llegada a uno nuevo siempre es un momento "excitante". ¿Cómo será? ¿Tendremos buenas vistas? ¿La habitación será agradable? ¿Qué tal estará el desayuno? ¿Podremos charlar un rato con los dueños o conocer a alguno de sus inquilinos? Siempre me tomo mucho tiempo y busco diferentes opciones ... una granja, un pequeño alojamiento en el centro de un pueblo, una antigua taberna... Y, aunque daré más información al final, he de decir que en nuetros viajes hemos tenido algunas experiencias únicas, otras solamente muy buenas o buenas, pero nunca hemos tenido una mala experiencia.

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