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ISLANDIA EN 10 DIAS

ISLANDIA EN 10 DIAS ✏️ Blogs de Islandia Islandia

ISLANDIA, OTRO SUEÑO CUMPLIDO Desde la perspectiva del viajero que acaba de llegar de un viaje deseado, soñado y mil veces imaginado la objetividad queda desplazada y se imponen los sentimientos que han aflorado durante estos diez días haciendo que solo pueda calificar este viaje como el VIAJE DE NUESTRAS VIDAS. Posiblemente cuando estos sentimientos que aún están en mis pupilas, se pierdan en la carpeta de los viajes, se igualará a otros que hemos disfrutado de forma especial. Hemos vivido momentos duros, extremos, al límite, y es esto lo que hace que se marque a fuego en mis retinas, en mi memoria, cada una de las cosas que he presenciado. Muchas veces tengo la sensación de haber estado antes en los sitios que visito. Y es que mi viaje comienza muchos meses antes de coger el avión. Quizá sea una virtud el preparar tan a conciencia el lugar que vas a visitar, o tal vez la virtud sea el llegar y sorprenderte con lo que ves sin ninguna información previa. Bueno yo no puedo evitar ser de los primeros y es verdad que a veces envidio a Sara cuando descubre un lugar por primera vez y yo ya tengo una percepción del lugar echa gracias a foros, blogs y diarios de gente que cuenta sus experiencias y que tanto ayuda para poder realizar nuestros sueños. Islandia tiene todas las características que mi cuerpo pide a un viaje para disfrutar al máximo de una aventura al límite. En pocas palabras se podría definir como NATURALEZA SALVAJE. Y es que Islandia se disfruta sin más restricciones que la que tú coraje y sobre todo tu sentido común te marque. Es cierto que hay zonas más turísticas con senderos delimitados como en cualquier país pero esta no es la norma de esta isla. Tú estás dentro del fuego y del hielo, y es así como se te tatúa en la cabeza este país. Islandia es un contraste continuo. Es fuego en sus volcanes y sus tierras llenas de energía y es hielo en sus glaciares que inundan con su azul grandes extensiones del país. Es montaña pintada de colores por la mejor pintora, La Naturaleza, y es desierto en sus grandes llanuras rocosas y de lava. Es luz en sus noches llenas de color con sus Auroras y es oscuridad en sus días con niebla que te impiden seguir tu camino o disfrutar sus vistas. Y que mayor contraste que disfrutar de un baño caliente en una poza termal frente a un glaciar y a temperaturas bajo cero. Pero después de tanta poesía que inspira este país también hay otras características menos poéticas. Islandia agota. Te agota física y a veces mentalmente. Disfrutar la naturaleza es duro y hay que venir concienciado de eso. Islandia es solitaria. Si viajas más allá del turístico círculo dorado del sur te encontrarás conduciendo sin más compañía que la de ovejas y caballos. Te costará abastecerte para comer o tendrás que tener en cuenta donde está el siguiente surtidor en tu ruta antes de seguir. Sus carreteras no son las nuestras. Solo una conoce el asfalto y no en todo su recorrido. El resto son piedras, baches, agujeros, marcas de la oruga que arregla estas pistas en verano tras el duro invierno. Islandia es caro. Joder, es muy caro. Comer, alojarte, alquilar un coche, autobuses, excursiones. Sobrepasa lo que hasta ahora conocía. Por otro lado no pagaras parking, baños, agua fría, entradas (salvo excepciones). El tiempo cambia por momentos, por kilómetros. Debes entender que te perderás cosas de tu viaje por culpa del tiempo. Es inevitable, y aquí unos tendremos más suerte que otros. Muchas cosas a tener en cuenta antes de plantearte viajar aquí. Y muy poco tiempo para darte cuenta que nada de esto importa para reconocer que estás en medio de un sueño.
Autor: Tonilover  Fecha creación:  Puntos: 4.9 (7 Votos)
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DIA 7. CRÁTER HVERFJALL - CASCADAS GODAFOSS Y ALDEYJARFOSS - AKUREYRI - ALOJAMIE

DIA 7. CRÁTER HVERFJALL - CASCADAS GODAFOSS Y ALDEYJARFOSS - AKUREYRI - ALOJAMIE


Localización: Islandia Islandia Fecha creación: 21/12/2016 18:22 Puntos: 5 (1 Votos)
DIA 7. CRÁTER HVERFJALL - CASCADAS GODAFOSS Y ALDEYJARFOSS - AKUREYRI - ALOJAMIENTO YTRA LAUGALAND.

Subida al Cráter Hverfjall.

Nos levantamos algo más tarde aquel día ya que habíamos visto prácticamente todo lo señalado de los alrededores del lago Myvatn. Tan solo dejamos una pequeña ruta a este característico cráter de la zona con espléndidas vistas del lago. Nos lo tomamos con tiempo el desayuno ya que aún persistía la niebla y no tenía sentido subir al cráter así. Aunque poco después la niebla dio paso a un espléndido día soleado.
El gran cono volcánico Hverfjall de toba negra se alza a orillas del lago Myvatn. Su formación data de hace 2700 años de antigüedad y su forma perfecta tanto desde fuera como en su interior lo caracteriza. Tiene poco más de 1 kilómetro de longitud más la subida al cono que aunque es bastante empinada no se tarda mucho y se hace relativamente cómoda.

Desde arriba no sólo se puede disfrutar de las vistas del lago al completo, sino también de los alrededores. Se llega a divisar la zona geotermal de Krafla y las columnas de vapor que emanan de su central geotérmica. Delante observamos los Myvatn Nature Bath, o las montañas ocres cercanas a la zona de Hverir, como el monte Namafjall. Hacia el sur se ven los campos de lava que vimos el día anterior en Dimmuborgir o castillos negros y más a lo lejos otros cráteres de formas caprichosas, como Blafjall, con forma de tarta.

Además de las vistas exteriores, hacia el interior observamos en el centro del cráter, un pequeño montículo que sobresale dándole un aspecto diferenciador. Se debe a erupciones posteriores en el mismo lugar que levantaron el fondo del cráter en una pequeña elevación que corona el mismo.
Después de este bonito paseo mañanero, y un poco desesperados de espantar moscas, nos despedimos del lago Myvatn y sus alrededores con la sensación de haber visto un lugar mágico, representativo de la energía y fuerza que tiene esta isla y del constante cambio al que está sometida.

Cascada Godafoss.

En cada uno de nuestros días teníamos señaladas en el camino al menos una gran cascada. Islandia está repleta de grandes caídas de agua para los amantes de este fenómeno de la naturaleza como nosotros. Es más, aún se siguen descubriendo nuevas caídas de agua impresionantes en las zonas altas del centro del país, que por su inaccesibilidad no se habían descubierto hasta ahora.

Y hoy tocaba una de las grandes. Godafoss no es solo una de las más espectaculares por su amplitud (30 metros separados por una formación rocosa que la divide en dos) o por su potente caudal que en solo 12 metros de caída rompe con gran fuerza levantando una gran nube de agua. Godafoss es quizá una de las cascadas con más historia de esta isla, y es que fue aquí donde, allá por el año 1000, se oficializó la cristianización de Islandia, lanzando al fondo de la cascada los iconos paganos que hasta ese momento se erigían como dioses de los islandeses. De ahí el nombre de "Cascada de los Dioses".
Aparcamos el coche en el segundo aparcamiento. Antes hay otro parking con gasolinera, tienda de suvenires, cafetería. Se puede acceder por los dos márgenes del río. Nosotros fuimos por el derecho ya que te acercabas más al borde de la caída tras

un sencillo sendero. Y como nos gusta el riesgo pues al borde que fuimos. Aunque no estaba saturada, ni mucho menos, había un par de autobuses de excursiones. Se notaba que es un punto turístico fuerte en la zona norte de la isla. Estuvimos un buen rato disfrutando del lugar y haciendo fotos. Después retomamos camino hacia la siguiente cascada, la desconocida Aldeyjarfoss.

Aldeyjarfoss.

Desde Godafoss bajando por la 842 y enlazando al final con la F26 llegamos a esta cascada en poco más de 40 minutos. La primera parte el recorrido es una pista de grava por donde se puede circular sin problema a 80 km/h con el 4x4. Antes de llegar a enlazar con la F26, la carretera empeora convirtiéndose en un auténtico patatal cerca del parking. Nosotros llegamos sin problemas gracias a Jimmy, pero creo que un turismo sufriría este tramo.

Llegamos al parking de tierra donde había 2 coches y uno de ellos se estaba yendo. Su emplazamiento, alejado de la cómoda N1 y tras atravesar un tramo de carretera F, prohibida a turismos de alquiler, la escondía de foros y opiniones en internet. Todo un acierto el venir hasta aquí.
Desde el parking no se veía nada. Un camino frente a nosotros desaparecía en un cortado. El camino descendía en zigzag hasta llegar a una esplanada frente a la que se encontraba la majestuosa Aldeyjarfoss. El contraste de sus columnas basálticas de color negro y el blanco del agua haciendo espuma al chocar en ellas era impresionante. Esto unido a que no había absolutamente nadie hizo de esta cascada una de nuestras favoritas, sino la que más.

Aprovechando la soledad del lugar nos pusimos cómodos, plantamos nuestro picnic y nos hicimos decenas de fotos en aquella preciosa cascada flanqueada por columnas basálticas en diferentes direcciones. Uno de los momentos que más disfrutamos del viaje.

Akureyri. Capital del Norte.

Aquella noche dormiríamos a escasos kilómetros de Akureyri así es que antes de ir al
alojamiento fuimos a hacer una visita a esta ciudad. No teníamos pensado en el viaje
hacer turismo en ciudades ya que entendíamos que el encanto estaba lejos de ellas.
Sin embargo aquella tarde la teníamos libre de naturaleza salvaje por lo que fuimos a ver qué tal y de paso comprar algún suvenir.

Akureyri es el cuarto núcleo urbano del país con algo más de 18000 habitantes. Pese a su cercanía al círculo polar ártico, disfruta de un clima oceánico relativamente más templado que en el resto del país gracias a su situación, protegido por el fiordo y las altas montañas.

Llegamos allí tras un bonito viaje por la N1, bordeando el fiordo Eyjafjordur, encajado entre verdes montañas, tapadas en su cima por una niebla que le daba un toque místico al lugar.
En el pequeño puerto destacaba un descomunal crucero. Aparcamos cerca de la iglesia y frente a la calle principal. A decir verdad esto era todo lo que ofrecía de interés la ciudad: pequeño puerto, calle peatonal e iglesia.

Paseamos por esta calle, hicimos algunas compras de imanes, tazas y esas cosas de recuerdos. Subimos a ver la bonita iglesia, pero estaba cerrada. Y cuando nos dimos cuenta que teníamos que comprar en un Bonus o similar para cenar y hacer la comida del día siguiente fue demasiado tarde. A las 18 de la tarde allí poca gente trabaja. Tendríamos que improvisar algo.

Alojamiento Ytra Laugaland, Akureyri.

Nos fuimos hacia al alojamiento buscando algún sitio para comprar pero todo estaba cerrado. Suerte que llevábamos un par de sobres de cous cous y de arroz thai que habíamos cogido "prestado" en nuestro alojamiento del día anterior. Sería nuestra cena.

Tomamos el desvío de la 829 a la salida de Akureyri y en 11 km llegamos al alojamiento. Teníamos una habitación doble con baño y cocina compartida compartido, wifi y desayuno incluido reservado en Booking por 106 € que después de pagar con la MasterCard subió a 110 €. La casa era del estilo de las que ya habíamos estado, con una zona de la casa donde viven los dueños y otra para los huéspedes. Aquella noche compartiríamos la casa con una pareja de Seúl, con la que no coincidimos hasta el desayuno del día siguiente, por lo que estuvimos a nuestras anchas en la cocina y el baño.

Una noche más, el despertador sonó de madrugada con la esperanza de ver la noche iluminada de colores. ¿Os he contado lo que me gusta la niebla? Sigamos durmiendo.
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DÍA 8. RUTA KJOLUR (F35) - ZONA GEOTÉRMICA HVERAVELLIR - KERLIGARFJOLL - CASCADA

DÍA 8. RUTA KJOLUR (F35) - ZONA GEOTÉRMICA HVERAVELLIR - KERLIGARFJOLL - CASCADA


Localización: Islandia Islandia Fecha creación: 21/12/2016 18:25 Puntos: 5 (1 Votos)
DÍA 8. RUTA KJOLUR (F35) - ZONA GEOTÉRMICA HVERAVELLIR - KERLIGARFJOLL - CASCADA GULLFOSS - ZONA GEOTÉRMICA DE GEYSIR - ALOJAMIENTO EN THE OLD HOUSE FELLSKOT.

Esa mañana desayunamos con nuestros compañeros de apartamento. Una agradable pareja de coreanos (los típicos chinos) con los que pudimos practicar un poco de Ingles compartiendo anécdotas del viaje y recomendándoles lugares a visitar en España.

Como era costumbre, desayunamos como si no hubiera un mañana, y nos pusimos en marcha. Aquel día parte del protagonismo se lo dejamos a Jimmy, y es que era el día en el que íbamos a cruzar el país de norte a sur por las Highlands (o tierras altas) por la carretera F35.

Pero antes tendríamos que asegurarnos de dos cosas importantes antes de introducirnos en media de la nada. Gasolina y comida. Miramos en internet y, al parecer, justo antes de entrar en la F35, había una zona con gasolinera, tienda, apartamentos, un hotel...el último signo de civilización antes de perdernos en el desierto de Kjalhran.

Ruta F35.

Unos 20 kilómetros después de dar de comer a Jimmy para que no se quejara en el trayecto y comprar víveres para nosotros, llega el desvío hacia las entrañas de Islandia. La F35 comienza por el norte como una carretera de grava como otras por las que ya habíamos circulado antes. Podíamos seguir una velocidad de más de 80 km/h en la mayoría de los casos.

Esta primera parte del recorrido nos deja un paisaje llano y pedregoso, con numerosos lagos en torno al río Blanda, uno de los más largos y grandes de Islandia, famoso por la gran cantidad de salmones que lleva sus aguas. Destaca el gran lago Blondulon creado como presa para abastecer la enorme central hidroeléctrica que allí se encuentra.

Y así, pasando lagos a izquierda y derecha nos comimos más pronto de lo que esperábamos unos 80 kilómetros cuando la carretera empezó a cambiar notablemente. La gravilla empezaba a convertirse en auténticas piedras en el camino, y las marcas que deja la oruga para reparar la carretera tras el invierno, parecían socavones. Bajamos la velocidad a poco más de 30 km/h cuando nos encontramos el cartel que anunciaba nuestra primera parada en la ruta. El oasis Hveravellir.

El oasis Hveravellir.

Tras un camino tortuoso aparcamos a Jimmy en un parking de tierra donde había un par de autobuses, más de una decena de 4x4 y algún pobre turismo que había sido arrastrado hasta allí por su desalmado conductor. Tras tantos kilómetros sin una solo forma de civilización, Hveravellir aparecía ante nosotros como un oasis. Las instalaciones se limitaban a un camping con dos edificios, uno con capacidad para 33
personas en sacos, y otro con capacidad para 20 personas en 3 dependencias y que servía también de punto de información, una caseta con baños y duchas. Además disponía de un restaurante-cafetería que opera solo en verano.

Hveravellir es una reserva natural única situada en medio de las tierras altas al sur de los glaciares Langjokull y Hofsjokull. Es una de las zonas más bellas de energía geotérmica del mundo, por su situación además de por su actividad.

Aunque ya habíamos estado en una piscina natural de aguas termales, este era el punto del viaje señalado para disfrutar de una poza natural gratuita de aguas procedente de las entrañas de la tierra. Así pues, lo primero que hicimos fue cambiarnos en el coche, ponernos los bañadores, coger las toallas y dirigirnos hacia allá a relajarnos.

La pequeña poza está dividida en dos y tiene capacidad para unas 15 personas la zona más amplia y otras 5 más o menos en la parte más estrecha. Cuando llegamos había unas 10 personas metidas. Dejamos la mochila y la ropa en el porche de una caseta que había junta a la piscina y fuimos a probar el agua. Y si, estaba calentita. Más bien quemaba. Nos adentramos entre el grupo de rusos y rusas que estaban allí totalmente boquiabiertos de la experiencia que estábamos viviendo. Detrás nuestra asomaban las cumbres nevadas del glaciar Langjokull y en frente, el agua caía a modo de pequeña cascada procedente de un campo de pozas hirvientes y fumarolas escupiendo vapor de la tierra. Al poco de meternos el grupo se salió y nos dejó solitos allí, disfrutando de la piscina, así es que aprovechamos para hacernos un booK fotográfico.

Salimos de la piscina un par de veces para coger aire fresco. Y es que el agua estaba realmente caliente. En las zonas donde caía el chorro directamente quemaba y había que alejarse un poco. Casi mareados de tanto calor y relajación, salimos de nuestro balneario particular para realizar un pequeño recorrido por el campo geotérmico que alimentaba esa poza.

Los elementos que allí vimos eran más de lo que ya habíamos visto en Krafla y Hverir, pero aun así, no deja de sorprender ver cómo hierve el agua y el lodo en aquellas pozas o emana el vapor del suelo como si fueran las chimeneas de un antiguo barco de vapor.

Era ya hora de comer, y vimos unos bancos a modo de merendero en el camping. Sacamos nuestro lomo ibérico y un rico queso de oveja especiado, y nos comimos unos señores bocatas en semejante oasis, todo regado con un zumo de naranja que siempre nos acompañaba.

Kerligarfjoll.

Habíamos leído que había un desvío un poco más adelante por la F35 que te acercaba a las lenguas glaciares por las montañas de Kerligarfjoll. No sabíamos muy bien que nos íbamos a encontrar, tan solo sabíamos que había un desvío por la F347 que te acercaba a un parking.

Continuamos nuestro camino con este destino por la tortuosa carretera que ya desde que abandonamos Hveravellir se había estrechado, con numerosos baches y pedruscos en medio del camino que la hacían complicada pero extremadamente divertida para conducir. Era apasionante buscar esa velocidad límite entre la comodidad y el riesgo. Si bajabas mucho la velocidad se hacía una tortura el entrar en cada uno de los surcos que la máquina deja al reparar la carretera tras el invierno. Si acelerabas demasiado volabas por encima de los baches con el riesgo de no tener contacto con la carretera y perdieras el control. Todo un reto. Me sentía Carlos Sainz en el Dakar, pero en este caso mi Luis Moya particular más que cantarme las curvas aprovechaba para alguna que otra cabezada. Bueno, así no se daba cuenta cuando estuvimos a punto de volcar.

La F347 era más de lo mismo, con la suma que había que ir subiendo y el camino era más revirado. Nos encontramos unas preciosas cascadas en el camino donde aprovechamos a parar un rato en la soledad del paraje.

Poco después llegamos a un complejo de casas de madera con un parking con gran capacidad para alojar a gente. Nos sorprendió bastante aquel resort perdido en ninguna parte. Aparcamos el coche y fuimos a leer los carteles informativos que describían las diferentes rutas y posibilidades de la zona. Estábamos en el resort de Kerligarfjoll. Desde aquí partían rutas de uno o varios días a refugios cercanos para recorrer el glaciar y adentrarte en las preciosas montañas de riolita, llegar a impresionantes zonas geotérmicas o a piscinas termales naturales. Sin embargo todas ellas requerían tiempo y después de lo que pasamos en Fimmvorduhals no nos queríamos aventurar a esas horas a patear montañas nevadas.

Decidimos subir una loma para poder avistar los alrededores desde lo alto. Fue una pequeña ruta que nos dejó con ganas de mucho más. Sin duda esta zona merecía echarle un par de días. El paisaje era precioso, con las montañas de color rojizo y el contraste de sus cumbres nevadas. Grandes
conos volcánicos rodeaban la zona y lenguas glaciares bajaban desde lo alto de las masas de hielo.
Pero no eran horas de quedarse allí. Todavía nos quedaba un rato por la F35 hasta llegar a la zona civilizada del círculo dorado. Después descubrimos que desde donde dejamos el coche un camino llevaba en 5 km en coche a la zona geotérmica escondida entre las montañas de riolita. Una pena no habernos dado cuenta.

Volvimos a la carretera para seguir cruzando el desierto de Kjalhraun, una extensión de coladas de lava y montes de poca altitud donde entre la sobrecogedora soledad del lugar, aparecían valientes ciclistas cruzando las entrañas del país con sus alforjas llenas. Poco antes de salir de este difícil camino tuvimos un sustito que finalmente Jimmy controló antes de estamparse con las grandes rocas del margen del camino, seguramente asustado por los berridos del copiloto; por fin Luiss Moya despertó.

Cascada Gullfoss.

Por fin salimos de la impresionante ruta F35 y, lo primero que nos encontramos es una de las cascadas más visitadas del país, no porque sea la más impresionante de todas, sino porque se encuentra en la ruta del sur más visitada: el conocido círculo dorado.

Se trata de una cascada creada por la ruptura de las placas que crean el paisaje islandés. Un inmenso bloque de roca roto y quebrado ha creado el salto de agua al desplazarse. La falla ha sido horadada y ampliada a través de las eras por el río Hvítá que significa río blanco. La cascada de Gullfoss se divide en dos partes, la segunda cascada es oblicua a la primera y lanza las aguas del río Hvítá hacía la zona por la que llegamos. Esto hace que las perdamos de vista y la sensación sea que se internan en la tierra, buscando tal vez a los exploradores imaginados por Julio Verne. El salto de agua es de 32 metros en un estrecho acantilado natural de unos 70 metros, lo que concentra el caudal y provoca un ruido ensordecedor. El cañón por el que el río discurre se extiende durante dos kilómetros y medio, aprovechando y ampliando a través de los milenios antiguas fisuras de lava. Hoy la profundidad de este cañón natural llega a ser de 70 metros en algunos lugares.

Desde que llegas al enorme parking con sus tiendas de regalos y ropa, cafetería y demás te das cuenta que esta zona es más turística. Además de muchos autobuses, se ven muchas familias por esta zona buscando la "comodidad" del sur de la isla. Toda el camino hasta la misma cascada esta vallado algo que hemos visto en pocos lugares, pero que quizá aquí con la afluencia de gente se hacía necesario.
El camino pasa primero por un mirador que te enfrenta desde algo más lejos toda la cascada. Perfecto para hacer una panorámica del lugar. Después el camino sigue hasta situarte en medio de los dos saltos de agua y donde realmente sientes la grandeza y la fuerza del agua.

Geysir.

El día estaba llegando a su fin. Pero antes de buscar el descanso en nuestro alojamiento de esa noche, teníamos una parada más. Un nuevo elemento de la naturaleza que nos ofrecía Islandia.
Tardamos poco más de diez minutos en llegar a la zona de Geysir, también englobado en el turístico círculo dorado. Geysir fue un enorme surtidor de más de 20 metros de diámetro. Los que lo pudieron contemplar, se posaban ante un agujero gigante del que emanaba una torre de agua que alcanzaba los 60 metros de altura. Hablo en pasado, porque actualmente Geysir no dispara sus chorros de agua hirviendo al cielo. Como no era muy activo, algunos desalmados decidieron tirar jabón y productos
químicos para acelerar la frecuencia de sus explosiones, lo que provocó el efecto contrario. Ahora sólo es una gran charca humeante de agua caliente.

No obstante, en la zona de Geysir todavía hay algunos geiseres activos. El más conocido es Strokkur, que eclosiona aproximadamente cada cinco minutos y puede alcanzar una altura de unos 20 metros. Y este era nuestro objetivo. No hizo falta buscarlo. Nada más entrar al recinto nos sorprendió a lo lejos una explosión de agua y un alboroto de gente rodeando el agujero cámara en mano. Nos unimos a la expectación de ver una nueva explosión de aquella poza de agua hirviente. Es curiosos ver cómo la olla se prepara acelerando su actividad, moviendo el agua de dentro hacia afuera hasta que llega a su máxima intensidad, se forma una pelota para finalmente estallar con gran violencia hacia el aire elevando el agua a más de 20 metros y empapando a los curiosos que no han sabido colocarse en el sitio oportuno.
Nos quedamos a ver 3 explosiones más, a un ritmo de una cada 5 minutos más o menos. Ninguna tan alta como la primera, y alguna con dos explosiones sucesivas de menor tamaño. La zona se completa con otras pozas de agua humeantes pero sin actividad, destacando a la entrada el gigante dormido, Geysir.

Alojamiento The Old House Fellskot.

Y ahora sí, nuestro día había acabado. Llegamos en 15 minutos tras echar gasolina a nuestra casa de aquella noche. Teníamos una habitación doble con cocina y baño compartido en una casa con tres habitaciones, con wifi y sin desayuno. Reservamos
con Booking a 90 € que al pagar con la MasterCard se convirtió en 93 € con el cambio.
Se trataba de una granja de cría de caballos. Había una casa independiente para los huéspedes con las tres habitaciones en el piso de arriba y el baño, la cocina y un salón en la parte de abajo. Junto a esta, estaba el establo a un lado y la casa principal, donde vivía la familia, al otro.
Nos preparamos la cena y la comida del día siguiente, mientras terminaba de cenar una familia con tres niños en la mesa de la cocina. Nos comimos nuestra pizza y nos fuimos a descansar.
Aquella noche ponía actividad 4 sobre 8 en la escala de Auroras de la zona. Un día más nos pusimos el despertador a la 1 de la madrugada. Había sido un día claro, solo
salpicado por alguna nube lejana, aunque esto no significaba que no bajara la niebla de madrugada como ya nos había ocurrido.

Sonó el despertador después de llevar un par de horas dormidas profundamente. Caíamos cada noche muertos en la cama. Me asomé por la ventana. Parecía que la noche estaba despejada. La niebla no nos visitaría aquella noche. Sin embargo, la ventana daba al lateral donde había dos focos encendidos que cegaban hasta a las polillas que revoloteaban alrededor. Habíamos dejado preparada la ropa de abrigo para salir fuera, así es que nos abrigamos y bajamos en busca de oscuridad total frente al establo.
Cuando miré al cielo vi una nube alargada que se perdía en el horizonte. Seguí mirando por todos lados buscando algo, un signo que no me hiciera volver a la cama un día más sin ver a Aurora. Nada. Solo esa nube que, un momento? Se mueve? Es verde? ¡No puede ser! Sara no había salido aún, estaba en baño. La saque casi a rastras. Cuando volvimos fuera el espectáculo había empezado. Ondulaciones de tonalidades verdes se movían sobre nuestras cabezas. Nuestra cara de felicidad lo decía todo y, una vez más, las lágrimas de Sara demuestran que estábamos ante algo que provoca emociones que no se pueden explicar. Estuvimos unos diez minutos bajo aquel cielo iluminado por nubes de colores que se movían como llamas incendiando el cielo. Poco a poco el espectáculo llego a su fin y nosotros nos fuimos de nuevo a la cama dando gracias al cielo por hacernos cumplir un nuevo sueño.
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DIA 9. PARQUE NACIONAL ÞINGVELLIR (ÖXARARFOSS) - CUEVAS DE LAVA SURTSHELLIR - CA

DIA 9. PARQUE NACIONAL ÞINGVELLIR (ÖXARARFOSS) - CUEVAS DE LAVA SURTSHELLIR - CA


Localización: Islandia Islandia Fecha creación: 21/12/2016 18:28 Puntos: 5 (1 Votos)
DIA 9. PARQUE NACIONAL ÞINGVELLIR (ÖXARARFOSS) - CUEVAS DE LAVA SURTSHELLIR - CASCADAS HRAUNFOSSAR & BARNAFOSS - YTRA TUNGA BEACH - GUESTHOUSE HOF.

Creo que nos despertamos con la sonrisa en la boca todavía. Desayunamos, recogimos y nos preparamos antes de que se levantaran el resto de habitaciones. Por tanto, una vez más, cocina y baño para nosotros solos.

Encontramos a la chica que nos dio las llaves la noche anterior y estuvimos hablando un rato con ella de los bonitos caballos que allí estaban. Tenían unos 80 nos dijo. Nos contó cómo en invierno hacían batidas desde varios puntos acercando los caballos (también las ovejas) a las granjas que después separaban por chip o marcas a fuego con la identificación de cada familia. Algunos caballos no bajaban en invierno y vivían salvajes en el duro invierno nos dijo, demostrando la dureza de esta raza.

Después de la animada charla nos fuimos a por nuestro penúltimo día en nuestro paraíso. Nunca olvidaremos aquel lugar, aquellos caballos, aquella chica....aquella noche iluminada.
Hoy acabaremos el día en la península de Snaefellsjoekull donde tenemos nuestro último alojamiento. Pero para llegar allí haremos varias visitas que nos llevará todo el día, por lo que dejaremos la vuelta a la península de Snaefellsjoekull para el último día antes de volver a España.

Parque Nacional Þingvellir.

El Valle de Thingvellir es la herida abierta por la que surgió de los océanos la isla de Islandia. Este Rif, es la parte elevada y visible de la dorsal Atlántica que separa las placas tectónicas de América y Eurasia. De sudoeste a nordeste esta línea marca la creación continua de corteza terrestre y el desplazamiento de las dos parte de Islandia que reposan en placas distintas. Numerosas fracturas y crestas paralelas nos recuerdan la inconmensurabilidad de la Tierra y su fuerza, frente a la cual el ser humano parece muy poca cosa. La llanura está rodeada por montes que llegan a los 1000 metros de altura y forman una especie de muralla que bordea la planicie rota por las fallas.

Dos grupos de fallas son las más espectaculares. En primer lugar Almannagjá, al oeste de la planicie. Con una longitud de 7,7 kilómetros y una profundidad en algunas zonas de 40 metros muestra claramente la separación entre las dos placas tectónicas. La segunda línea de fallas más importante es la de Hrafnagjá. Algo más larga (11 Km.) es un poco menos profunda (máximos de 30m)
Thingvellir reúne también una cultura y un significado muy especial para los islandeses que se remonta en el tiempo siglos atrás. Y es que este es el emplazamiento de lo que fue el primer parlamento islandés y donde se proclamó la republica de Islandia en 1944. Aquí se encontraban desde antaño los habitantes para celebrar sus reuniones, resolver disputas, impartir justicia y dictar nuevas leyes. En este espacio abierto y tan majestuoso se citaban pues todos los islandeses para decidir sus cuestiones cívicas o tribales. Puedes imaginarte a todos allí atendiendo, esparcidos por la zona de este anfiteatro natural cincelado por la naturaleza.

Partiendo del alojamiento, seguimos por la carretera 35 unos 15 km hasta encontrarnos con la 37 a la derecha que tomaremos otros tantos kilómetros, giro a la izquierda en la 365 otros 14 km y por último la 36 hasta el parque 12 km más. En total tardamos unos 45 minutos hasta el Parque donde aparcaremos el coche en uno de los muchos Parking que hay. En principio había que pagar algo así como 5 € en la máquina que hay en el parking, pero por más que lo intente con cada una de las tarjetas que tenía no salía ticket ninguno. Varias personas probaron y nada, por lo que tomamos la mejor decisión posible: no pagamos ninguno. Ahí dejamos a Jimmy sin ticket esperando no encontrar sorpresa a la vuelta.
Estábamos casi al principio de la gran falla Almannagja y muy cerca de la casada que forma el río Oxara cuando se precipita por ella. Nos dirigimos al inicio de la falla (o el final) donde había un mirador que daba la perspectiva de toda la grieta. Después volvimos hacia la cascada Oxararfoss.

El arroyo Öxará no es muy caudaloso pero alimenta la cascada que lleva su nombre. Esta cascada como la de Gullfoss, se produce gracias a una profunda sima donde el río se lanza creando una fumarola de vapor de agua. El río al precipitarse en la falla de Almannagjá, provoca este bello espectáculo. Después el río desemboca en el lago de Thingvallavatn, el más grande de Islandia (83 km2), que luego veríamos más de cerca. No es tan grande, ni impresiona como otras, pero el lugar donde está la hace única.
Seguimos recorriendo la falla dirección al lago Thingvallavatn. Poco a poco la pared va cogiendo altura y si no fuera por el intenso sol que brillaba, podía imaginar por aquel camino a Jon Nieve y su guardia de la noche vigilando el muro de los salvajes y los caminantes blancos.
El camino termina en un mirador cerca del gran parking del centro de visitantes del parque, donde se puede ver todo el parque: desde la gran falla a la izquierda al gran lago Thingvallavatn cuyas aguas se pierden en el horizonte.

Nos dirigimos hacia una de las orillas del lago para ver la grieta donde algunos se atreven a bucear en las frías aguas. Silfra, que es como se llama esta grieta, permite bucear entre dos continentes, e incluso tocar Asia con una mano y América con la otra a la vez. La experiencia debe ser única. El precio de la experiencia, prohibitivo. 36000 isk que al cambio sale por más de 275 €, por 40 minutos de inmersión.
Continuamos nuestra vuelta al parking pasando por la iglesia blanca de Thingvellir que, construida en el mismo emplazamiento que la original, una de las primeras del país, data de 1859. Esta iglesia construida en madera blanca cuenta con un pequeño cementerio donde descansan los héroes de la independencia. Pertenece a la iglesia luterana, predominante en Islandia. Estaba cerrada aunque se veía el interior por los ventanales de los laterales.

Llegamos a recoger a Jimmy con la duda de si eran capaces de multar por no poner el ticket del parking. Pero no parece que hayan llegado a esos niveles. De hecho, era el primer año que regulaban el parking y por lo visto no lo tenían muy bien instaurado. Recogimos a Jimmy y nos pusimos en marcha hacia una nueva atracción que la naturaleza nos ofrecía. Las cuevas o túneles de lava nos esperaban.

Cueva de Lava Surtshellir.

Esta visita no estaba precisamente en nuestra ruta hacia la península de Snaelfellsnes y su enigmático volcán. Nos desviaba más de dos horas de la ruta directa. Sin embargo, era una de las pocas cosas que nos quedaban por descubrir y no nos lo pensamos. El camino nos llevaba por la solitaria carretera 550 primero, la 52 más tarde para enlazar con la 50 y la 518 hacia el interior antes de entrar en la F578 en su tramo final. Todas ellas caminos de grava en no muy mal estado en general, pero con paisajes bastante desolados donde nuevamente lo que más se veía eran caballos y ovejas dispersadas en cualquier punto del camino.

Cuando entramos en la última carretera se divisaba la gran colada de lava asemejando un auténtico río grisáceo y rojizo donde se encontraban las cuevas. Estas cuevas se forman cunado, precisamente, un río de lava comienza a solidificarse por fuera, formando una costra sólida mientras debajo sigue fluyendo la roca líquida, hasta que se vacía, de esta forma pueden alargarse kilómetros. Surtshellir tiene cerca de dos kilómetros de galerías totalmente vírgenes y salvajes.

No se trata de un sitio concurrido, cuando llegamos no había más que un par de coches. No se trata de la típica visita turística, no hay rampas de acceso y está bastante retirado de cualquier zona. Es todo como la madre naturaleza lo ha dejado. Para un espeleólogo es una excursión trivial, pero para gente inexperta más vale ir con cuidado.

El mapa de la galería que había en un cartel al inicio del camino, indicaba que había varias aberturas del tubo de lava, algunas de ellas con acceso para entrar. Fuimos a la primera de ellas. Llevábamos un par de linternas un tanto precarias pero que esperábamos que nos alumbraran lo suficiente para adentrarnos unos metros en la cueva. Una pareja estaba investigando la entrada a la cueva cuando llegamos pero no se atrevieron a ir más allá de las primeras rocas de la entrada. Nosotros empezamos a bajar de roca en roca, que cubrían el suelo tras algún desprendimiento antiguo. Esperemos que hoy no tacase. Un bloque de hielo se situaba justo en el inicio del tubo volcánico. Fuimos avanzando con mucho cuidado como cabras saltando por las rocas sueltas. Poco a poco la tenue iluminación que entraba por el hueco abierto al cielo fue desapareciendo hasta que al doblar una curva que hacía la cueva nos sumimos en la más absoluta oscuridad. Las linternas que llevábamos, aunque pequeñas, hacían su función e iluminaban el espacio suficiente para avanzar poco a poco. Llegamos a un punto en el que el suelo dejo de tener rocas y pudimos pisar sobre tierra firme. La sensación era angustiosa, casi claustrofóbica. El no saber que podría haber unos metros más allá, o en qué momento llegaríamos a otra abertura y si esta tenía salida accesible nos replanteo seguir. Estábamos absolutamente solos en medio de una cueva creada por la lava hace miles de años, con dos linternillas intentando alumbrar aquella inquietante oscuridad. Finalmente, la incertidumbre, el miedo, nos hizo volver sobre nuestros pasos y salir por donde habíamos entrado.
Fueron no más de 200 metros recorridos de la galería que nos llevó más de una hora entre ida y vuelta. La experiencia mereció acercarse hasta aquí desviándonos de nuestro camino. La adrenalina que produce estar en aquel oscuro lugar deshabitado fue brutal.

Hraunfossar & Barnafoss.

Poco antes de llegar a las cuevas pasamos por estas dos cascadas sin parar. Así es que, a la vuelta de nuestra expedición de espeleología, paramos a verlas. Había bastante gente en el parking, lo que me sorprendió teniendo en cuenta que las cuevas estaban vacías y este lugar quedaba bastante cerca.
Un sendero llevaba hasta un mirador que enfrentaba una de las cascadas. Hraunfossar parece surgir directamente del campo de lava cubierto de vegetación, de ahí su nombre (hraun significa lava), pero realmente es agua que resbala por el suelo. Su formación es compleja, al borde del río hay una capa de un material muy poco poroso e impermeable que impide que se filtre a capas inferiores.

El sendero continúa a la derecha hacia la otra cascada. Barnafoss es en realidad un tubo de roca por el que el río circula a gran velocidad, asemejándose más a unos rápidos que a una cascada en sí. Según cuenta la leyenda, dos niños de la próxima granja Hraunfas se ahogaron aquí al cruzar sobre un puente de roca natural. La madre de los niños hechizo el puente para que todo el que lo cruzase cayese al agua. Qué mala folla tenía la señora. El puente finalmente se derrumbó en un terremoto deshaciendo el negro hechizo.

Paramos un rato a comer nuestros tapper que preparamos aquella noche en un banco frente a esta última cascada. Era un sitio tranquilo con distintos senderos que bordeaban el río a un lado y al otro para observar las caídas de agua desde varios puntos. Eran nuestras últimas caídas de agua (oficiales) del viaje y aunque no eran tan espectaculares como otras, disfrutamos del momento un buen rato.

Ytra Tunga Beach.

Pusimos rumbo a nuestro último alojamiento del viaje en la península de Saelfellsness, donde descansaríamos frente a la playa y bajo el enigmático volcán que dio origen al viaje de Julio Verne al centro de la tierra.

La tarde estaba despejada un día más. La verdad que, exceptuando algún momento puntual, el sol nos calentó durante gran parte de nuestro viaje. A mitad de camino, pasando por la población de Borgannes, ya se veía al fondo la gran montaña nevada: Saefellsjokul.

Justo cuando llegábamos al alojamiento, vimos en la anterior salida, un cartel que marcaba un punto de interés. Ytra Tunga Beach rezaba. Nos desviamos hasta llegar a un pequeño aparcamiento a pie de playa donde un cartel explicaba que era una zona de avistamiento de diversas especies de aves marinas, pero sobre todo de focas. Vaya, que suerte. Aparcamos a Jimmy y fuimos a pasear por las rocas de la playa encontrándonos jugando, tomando el sol, nadando o descansando, varios grupos de graciosas focas.
Estuvimos un buen rato viéndolas a ellas y ellas a nosotros, que no nos quitaban el ojo de encima, dando a veces hasta miedo como se acercaban nadando sigilosas por la orilla a escasos metros nuestro.

Guesthouse Hof.

Tras nuestra visita a las focas, fuimos al alojamiento que estaba justo al lado, a menos de 5 minutos. Se trataba de un complejo de cabañas de madera junto al mar con un edificio principal que hacía de comedor con cocina compartida y donde se servía el desayuno. El emplazamiento era impresionante. Casi nos frotábamos los ojos pensando en una Aurora Boreal sobre el mar y el volcán. Estaba anocheciendo y no había ni una nube.

La cabaña era bastante espaciosa. Tenía una cómoda y gran cama, una mesa con dos sillas en un lado con un hervidor de agua y diversos tés. Pero lo mejor de todo es que teníamos baño privado. Nuestro último día iba a ser el único en el que no tendríamos que salir de la habitación para ducharnos (oouuuhhh yeeeaaahhh). El wifi solo llegaba en el edificio principal pero nuestra cabaña quedaba cerca y llegaba lo justo para mandar y recibir mensajes. Estaba reservada por Booking y nos costó tras pagar con tarjeta 138 € con desayuno incluido.

Después de ducharnos, sacamos las sillas al porche de la cabaña y cenamos un bocadillo y unos skyr con cereales y frutas viendo el atardecer sobre el mar y con el bonito volcán al fondo.
Pusimos el despertador a la una como los días anteriores convencidos de que íbamos a presenciar algo inolvidable. Y no nos defraudó. Nunca olvidaré como mi cuerpo fue recorrido por un latigazo de decepción, cuando abrí la puerta de la cabaña y la niebla penetro hasta dentro. No se veía ni la cabaña de enfrente que estaba a 10 metros. En fin, nuestra amiga la niebla una vez más engullendo nuestras esperanzas de disfrutar el espectáculo de la naturaleza.

Volvimos a la cama defraudados pero sabiendo que, al menos una noche, nos había brindado aquella maravilla del cielo.
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comment_icon  Últimos comentarios al diario ISLANDIA EN 10 DIAS
Total comentarios: 4  Visualizar todos los comentarios
Tonilover  tonilover  21/12/2016 18:32   📚 Diarios de tonilover
Despues de muchos años y muchos viajes a mis espaldas gracias a vosotros, me he decidido a escribir mi primer diario. Espero que os ayude tanto como vosotros me habeis ayudado a mi y seguro que me seguireis ayudando.
Cualquier duda que tengais no dudeis en preguntar.
Marimerpa  marimerpa  22/12/2016 09:17   📚 Diarios de marimerpa
Me está gustando mucho el diario, qué gran viaje y qué bien contado. Vaya susto en el trekking, qué miedo. Y me alegro que pudieseis ver las auroras, que pasada. ¿Le pondrás fotos? Seguro que las tienes espectaculares. Te dejo 5 estrellas.
Univad  univad  23/12/2016 14:34
Madre mía, me has tenido en vilo con lo del trekking! O.O Un diario genial, muy bien relatado y además saliéndose un poco de las rutas convencionales. Lo único que he echado de menos alguna foto, pero por lo demás de 10. Te dejo mis estrellas y me apunto el Klausturkaffi!
LittleC  LittleC  31/01/2017 21:06
Muy buen diario con muchos detalles utiles y sin extenderse demasiado. A ver lo que podemos utilizar porque vamos en Abril y creo que hay muchas zonas que tendremos que dejar para otra ocasión. Vaya experiencia lo del trekking!!!

Muchas GRACIAS!
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MiquelMiquel
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Fecha: Lun Ene 15, 2024 12:07 am    Título: Re: Viajar a Islandia: dudas

Nosotros `cogimos un 4x4 con tienda de campaña en el techo. Fue toda una experiencia
rosoll
Rosoll
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Fecha: Lun Ene 15, 2024 10:11 am    Título: Re: Viajar a Islandia: dudas

Nosotros dimos la vuelta a la isla en 11 días, copiándole la ruta a @marimerpa. Pillamos 4x4 y la verdad que lo volvería a hacer, porque creo que economizábamos algo de tiempo en los recorridos por las pistas. Eso si, pillamos un seguro platinum y la verdad es que nos costó una pasta, pero al devolver el coche ni miraron si el depósito de combustible estaba lleno... Yo elegiría cabañas, apartamentos, casas... Con cocina para poder comprar en el super y cocinar por la noche. En concreto el tema del 4x4 con tienda yo no lo elegiría porque nosotros vimos a unos que se les había abierto el...  Leer más ...
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Fecha: Mie Ene 17, 2024 12:38 am    Título: Re: Viajar a Islandia en Invierno

Hola
Que tal veis las últimas erupciones? No parecen un gran problema para ir a la isla pero puede atraer más turistas o al contrario. Lo digo por el tema reservas porque nunca vamos a estar abarrotados en ningún sitio turístico aunque parece que cada vez hya más gente en toda la ruta 1.
Opiniones?
Salodari
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Fecha: Mie Ene 17, 2024 07:21 am    Título: Re: Viajar a Islandia: dudas

Traigo tu mensaje a este hilo Amistad
Conequipajedemano
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Mensajes: 4

Fecha: Sab Feb 03, 2024 09:41 pm    Título: Re: Viajar a Islandia: dudas

Nosotros fuimos en octubre (a finales para más inri) y no tuvimos ningún problema con las carreteras. Algunas de las internas estaban cortadas pero lo que es la ring Road todo perfecto.

Nosotros lo hicimos en camper y hay camping súper cómodos y mucho más baratos, claro. Nos sorprendió la comodidad de las duchas, las cocinas… súper bien equipado todo.
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