![]() ![]() DICIEMBRE EN NUEVA YORK, PRE NAVIDAD SOÑADA ✏️ Blogs de USA
6 días en la Gran Manzana a buen precio con visita a una sorprendente PhiladelphiaAutor: MarinaW Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (15 Votos) Índice del Diario: DICIEMBRE EN NUEVA YORK, PRE NAVIDAD SOÑADA
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Etapas 4 a 6, total 8
Un nuevo día en la gran ciudad y para afrontarlo, fuimos a coger fuerzas en primer lugar. En el SoHo hay una pequeña tienda que tiene fama de hacer el mejor cheesecake de Nueva York y nosotros íbamos a comprobarlo. No quedaba lejos de nuestro hotel así que fuimos andando. El lugar se llama Eileen’s Special Cheesecake y está situado en Cleeveland Plaza.
Hay multitud de sabores para elegir, nosotros nos quedamos con uno de fresa, otro de caramelo salado y el último, de dulce de leche, que fue el que más nos gustó. Son pequeños pero contundentes y muy sabrosos, con galleta y queso dulce. Cada uno costaba 3,25$ pero había una oferta por llevarse 3 y nos costaron 11,70$. ![]() Desayuno en el cuerpo, cogimos el metro rumbo a Brooklyn, concretamente a la zona de Williamsburg, la habitada por la comunidad judía ortodoxa. Sabíamos que el mejor día para visitarla era un domingo, pero a pesar de que era lunes esperábamos ver alguno y así fue. Nos bajamos en la parada Hewes St de la línea J y nada más del metro vimos a 4 ó 5. ![]() Nos resultaba un poco violento hacerles fotos así que no tenemos buenas imágenes directamente de ellos. Callejeamos un poco por el barrio y vimos a algunos más y varios elementos que no dejaban duda de en qué zona de Brooklyn estábamos. Fuimos caminando a la estación de Broadway para coger la línea G hasta Queens y, de nuevo, perdimos muchísimo tiempo esperando el metro. La idea era visitar lo que quedara de 5 Pointz, un punto importante del arte callejero neoyorkino, pero no hubo mucha suerte porque no quedaba nada, así que fuimos recorriendo el barrio hasta el Grantry Plaza State Park, un paseo precioso en la orilla del East River desde el que se tienen unas fantásticas y diferentes vistas de Manhattan. ![]() Yo recomiendo la visita totalmente porque además, no hay absolutamente nadie y puedes hacer fotos con total tranquilidad. También nos gustó mucho el cartel vintage de Pepsi que había a nuestra espalda. ![]() A continuación teníamos pensado ir a Coney Island, pero lo dejamos para el día siguiente dada la hora que era si queríamos terminar todo el itinerario antes del atardecer. Cambio de planes patrocinado por el MTA Nueva York. Siendo así, fuimos en metro hasta Bowling Green desde donde fuimos a la terminal para coger el Ferry a Staten Island. No hay que pagar nada por el servicio si tienes la Metrocard. Aún quedaban unos minutos para el siguiente así que nos compramos un par de señores trozos de pizza, que el hambre ya se iba a notar y no sabíamos si íbamos a tener tiempo a comer tranquilamente. Nos costaron 10,60$ los dos y eran del tamaño de una pizza individual española cada uno, prácticamente. ![]() El ferry sale con una frecuencia de media hora y a la indicada, pasamos todos dentro e intentamos conseguir un buen sitio en la cubierta exterior para poder ver a la Estatua de la Libertad. ![]() Después de haberla visto desde la propia Liebrty Island en mi primera visita, la actividad del ferry siempre me ha sabido a poco, pero reconozco que es suficiente para poder apreciar sus facciones y dimensiones. A la vuelta es cuando se pasa más cerca. Pensábamos coger el ferry de vuelta nada más llegar a Staten, pero el siguiente salió tan pronto el nuestro tocó tierra y no fue posible, así que tuvimos que esperar media hora más. Habíamos hecho bien en comer la pizza porque ya no daba tiempo a restaurante, pero en cualquier caso, de nuevo en la terminal de Whitehall compramos otro clásico americano para quedarnos totalmente satisfecho: un par de perritos en Nathan’s. Uno era de queso y el otro un supremo de pollo que estaba buenísimo. También pedimos una ración de patatas y agua, todo por 14,68$. Nos los comimos sentados al sol en Battery Park, donde también pasamos a ver The Sphere, la escultura hecha con la bola recuperada del World Trade Center tras el 11-S. ![]() Tantas “prisas” a lo largo de la mañana venían porque queríamos cruzar el puente de Brooklyn y ver como el sol caía desde el parque DUMBO. Eso fue lo que hicimos a continuación. Comenzamos el camino en el inicio del puente que se interna en Manhattan y lo recorrimos junto a muchos otros turistas. La verdad es que una vez arriba impresionan sus dimensiones. ![]() Las vistas desde allí arriba son impresionantes y no puedes dejar de parar a echar fotos cada segundo, pero en poco más de media hora, ya estábamos llegando a Brooklyn de nuevo. Bajamos por Washington St y contemplamos una de las imágenes más míticas de la ciudad: la de la silueta del Empire State bajo el arco del puente de Manhattan. ![]() Y tras casi pedir turno para echar la foto, llegamos al Parque DUMBO, situado entre los puentes de Manhattan y Brooklyn. En mi anterior visita fui muchos días a ver el atardecer e incluso amanecí uno allí, y ahora quería compartir con mi novio las espectaculares vistas del skyline que se tienen desde allí. ![]() El sol iba desapareciendo y la ciudad se empezaba a llenar de luces ofreciéndonos una vista diferente. ![]() Cuando anocheció, nos fuimos para el Metro pero seguimos en Brooklyn, ya que esa noche teníamos plan especial: Íbamos a ver un partido de la NBA, concretamente de los Brooklyn Nets. Aunque el equipo de basket por excelencia de la ciudad sean los Knicks, la realidad es que ninguno de los dos es un conjunto puntero y la diferencia de precio en las entradas es abismal, por eso elegimos a los Nets, que juegan en el Barclays Center. Las entradas las compramos desde España a través de la web Ticketnetwork. Lo que parecía que en un principio iban a ser 11$ por persona, terminaron siendo en total 35$ por las 2, sumando tasas y emisión de ticket online (no había otra opción). Así, nos dirigimos al estadio pronto (el partido era a las 19:30) para preguntar si podíamos meter la GoPro y poder volver al hotel en caso de que no. Son restrictivos con las cámaras en el Barclays, pero con la compacta de fotos nos dijeron que no pasaba nada, el problema viene con las profesionales. Con la GoPro, el chico al que preguntamos dudaba, pero nos prometió que en caso de que en acceso no la permitieran, se puede dejar en una consigna allí y te dan un ticket para que la recogiéramos al final. Más tranquilos con la respuesta, nos fuimos a merendar al que se supone y para nosotros ES el restaurante que sirve el mejor cheesecake de Nueva York: Junior’s. El local ya merece una visita por sí sólo una visita gracias a la música soul que suena de fondo y a su aspecto de típico americano de los 50 al que daba aún más encanto la decoración navideña. ![]() Nada más llegar, nos sirvieron un par de vasos de agua, como hacen muchos restaurantes de EEUU y nos dieron la carta. La elección estaba clara: una porción de su cheesecake clásico y otra de carrot cheesecake. ![]() No sé muy bien cómo definir el tamaño de las porciones, pero la palabra que más se acerca es la de "adoquines". Son monstruosamente grandes y bien valen los 7,95$ que cuesta cada una, por sabor y tamaño. Absolutamente deliciosas…. Una habría sido suficiente para dos pero siempre queremos probarlo todo. El total de la cuenta con un té helado y la propina fue de 25$, un poco caro para una merienda pero completamente justificado en este caso. Maravillados con este dulce, fuimos de nuevo al Barclays Center para quedarnos. En el acceso no hubo ningún problema con las cámaras y pasamos los momentos previos al partido disfrutando de las actuaciones de grupos infantiles de baile del barrio. El estadio es bastante grande y a pesar de que nosotros estábamos en el sector más alto, me atrevería a decir que se ve muy bien desde todos los puntos porque las gradas están muy inclinadas. ![]() El partido enfrentaba a los Brooklyn Nets y los Washington Wizards y fue muy entretenido durante las 2 horas y media que duró. Un enfrentamiento de ida y vuelta y muy igualado que acabaron llevándose los Wizards por 6 puntos, quedando 113 -119. Además del juego, nos encantó el espectáculo. El speaker estuvo muy entregado en todo momento y las cámaras nos sacaron algunas carcajadas enfocando al público para que saludara y bailara en los tiempos muertos. Con una experiencia más en el bolsillo, volvimos a Manhattan para cenar y probar uno de los restaurantes a los que más ganas teníamos aunque el Metro se volvió a empeñar en ponérnoslo difícil. Finalmente no pudimos cenar allí y no por culpa del metro, sino porque ese día era de descanso para ellos, probaríamos suerte en los próximos. Volvimos a nuestro barrio con la esperanza de encontrar algo por allí pero estaban casi todos los locales cerrando así que acabamos entrando a Popeye’s, una franquicia americana especializada en pollo frito, que no era ni de lejos lo que más nos apetecía. Pedimos un combo de 10 piezas porque era lo único que quedaba y una botella de agua por 14$. Nos lo pusieron todo para llevar porque también estaban cerrando. Cuando abrimos la caja en el hotel vimos que nos habían echado todo lo que les quedaba, más de 10 piezas… pero no pudimos ni acabarnos las 10. No cerramos el día con una buena cena pero eso no le restó ni un ápice de alegría. Lo habíamos vuelto a pasar fenomenal en LA CIUDAD. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS • Desayuno: 11,70$ • Comida (pizzas y perritos): 10,60$ + 14,68$. • Merienda en Junior’s: 25$ • Entradas NBA Brooklyn Nets: 35$ • Cena: 14$ Total: 110,98$ Etapas 4 a 6, total 8
Despertamos temprano como en todo nuestro viaje para aprovechar al máximo las horas de luz. Coney Island no entraba en el plan de ese día, iba en el anterior con el resto del Brooklyn exceptuando Dyker Heights, pero con los retrasos del metro hubo que posponerlo. Tampoco lo podíamos combinar a la tarde con Dyker Heights, porque éste había que visitarlo por la noche y Coney de día… así que nos tocaría ir casi a la misma zona dos veces ese martes.
El camino a Coney es largo, al final de las líneas D,F,N y Q. La verdad es que es en verano cuando verdaderamente merece la pena visitar la zona, con la gente en la playa, el parque de atracciones abierto y todos los puestos a pleno rendimiento, pero era algo que queríamos ver aun así. Lo primero que vimos nada más llegar fue un McDonald’s así que nos fuimos a meter uno de esos desayunos muffins salados que tanto nos gustan. Dos menús completos con zumo, té y agua nos costaron 14$. La zona evidentemente estaba bastante vacía aunque había puestos abiertos, pero yo me llevé una grata sorpresa al ver que desde mi última visita se había regenerado bastante. Recuerdo que en su día me encantó ese ambiente californiano con la montaña rusa en la orilla de la playa pero se notaba bastante decadente, todo lo contrario que en esta ocasión. El paseo y los alrededores se habían remodelado y se había ampliado y añadido nuevas atracciones al parque. ![]() ![]() Recorrimos brevemente la zona y nos fuimos con muy buenas sensaciones a pesar de no estar a pleno rendimiento. Para mí, es obligatorio pasar al menos una tarde en la zona si tu viaje a Nueva York es durante el verano. Regresamos rápido a Manhattan en un metro express y comenzamos con la visita del barrio del SoHo, muy cercano al nuestro. ![]() Disfrutamos callejeando entre las típicas casas con escaleras de emergencia en las fachadas y paramos a tomar una “media mañana” en un sitio que llevábamos anotado: Georgetown Cupcakes. Pedimos 3, uno de Christmas Cookie, otro de Salted Caramel (me encanta este sabor) y otro de Iced Vanilla Buttermilk. Los 3 nos costaron 9,38$ y reconocemos que estaban buenísimos y que el sabor era muy fiel al nombre. Algo caros para lo pequeños que son pero ¿qué no lo es en Nueva York? ![]() Continuamos por las calles del barrio hasta que nos fuimos introduciendo en el Greenwich Village, parando primero en la famosa cancha callejera conocida como “The Cage”. ![]() Además de ese punto, teníamos marcados otros 3 para ver el estilo arquitectónico más representativo del barrio. El primero de ellos fue la casa que sirvió como decorado exterior de la serie Friend’s, situada en el número 20 de la calle Grove. ![]() Después seguimos con la temática televisiva y visitamos la casa de Carrie Bradshaw en el 66 de Perry St. Los dueños deben estar un poco hartos de los turistas porque han puesto una cadena para que nadie se suba a la escalera y una urna para que quienes hagan fotos donen para ayudar a los animales sin hogar. Me parece una buena iniciativa. ![]() Desde ahí fuimos dando un paseo por las avenidas más importantes hasta desembocar en la 5ª, que recorrimos hasta que llegamos al flamante Flatiron. ![]() Es un edificio de lo más peculiar, la verdad. Continuamos por la 5ª para llegar hasta la base del Empire State y alucinar con su altura y dimensiones. ![]() En Herald Square cogimos el metro para ir al restaurante que habíamos seleccionado para la comida de ese día. Seguiríamos con la cata de hamburguesas en “5 Napkins”. A las 3 de la tarde el local no estaba nada concurrido y nos atendieron enseguida. Las hamburguesas eran bastante grandes por lo que vimos y las patatas eran normales, así que sólo pedimos una cada uno dado todo lo que ya llevábamos en el estómago a esa hora. Yo me decanté por la de la casa, con cebolla caramelizada, queso suizo y un alioli de romero, y mi novio por una más exótica de aires árabes, la Merguez. El sabor en conjunto de la mia era bastante bueno, aunque se pasaron con el punto de la carne, y la de él estaba también bastante bien. Yo soy muy de tomar agua en las comidas así que como en la mayoría de los restaurantes te sirven directamente, no consumía más bebida, pero mi chico casi siempre pedía además refresco. El total de las 2 hamburguesas y un refresco fue de 34$ + propina… es decir, 40$. ![]() Después de comer fuimos caminando al Museo de Historia Natural, había previsión de lluvia por la tarde pero de momento el cielo no se decidía. La entrada a este museo es la voluntad, así que como apenas nos iba a dar tiempo para ver una ínfima parte antes del cierre, les dimos unos dólares. Nosotros no somos muy de museos, nos gusta más el turismo exterior y de callejero, pero reconocemos que este nos encantó. No era mi primera vez pero sabía que a mi chico le iba a soprender y así fue. Disfrutamos, como no, en la zona de los dinosaurios y en los escenarios que recrean los ecoistemas y entornos de distintos animales africanos y americanos. ![]() ![]() Las zonas de animales marinos y de simios también nos dejaron con la boca abierta y lamentamos no haber tenido tiempo de profundizar más en la sección de “gentes del mundo”. Nos centramos en las tribus del centro de Asia, que quizá son las menos conocidas, y salimos encantados. ![]() El museo da para más de un día si se quiere y a nosotros, sin ser nada de eso, las casi dos horas que pasamos allí se nos quedaron cortas aunque como fuimos selectivos y éramos conscientes de la falta de tiempo, vimos todo lo que queríamos…pero evidentemente nos hubiera gustado detenernos más. Pasamos por el mercadillo navideño de Columbus Circle y pusimos rumbo entonces al último destino del día. Tocaba de nuevo un largo camino hasta Brooklyn para ver uno de los imprescindibles de un diciembre en Nueva York: El vecindario de Dyker Heights, una zona de Brooklyn en las que muchos de sus vecinos gastan una millonada en decorar sus casas para estas fechas convirtiendo a algunas en auténticas obras de arte. Podéis coger la línea D y parar en la estación 79th Street o bien la R y hacerlo en la 86th Street. Después tendréis un largo camino a pie porque el vecindario se encuentra en la mitad de ambas y a nosotros nos tocó hacerlo ya bajo la lluvia. Suerte que al menos llevábamos paraguas y que no era muy intensa. Por el camino ya íbamos viendo alguna casa que nos pareció magnífica pero nada que ver con las que veríamos entre las calles 86 y 83 y las avenidas 11 y 13. ![]() ![]() Cada cual mejor que la anterior, sin duda. Por lo visto el barrio está abarrotado de turistas en esta época pero nosotros, supongo que por la lluvia, apenas vimos unos cuantos aquí y allá y muchos de ellos en furgoneta. Para cerrar el día y aprovechando que estábamos en Brooklyn y nos pillaba de camino, fuimos a cenar a donde nos hubiera gustado comer el día anterior, la pizzería Juliana’s, de la misma calidad que Grimaldi pero con menos cola. De hecho, ninguna cuando nosotros llegamos. Pedimos una pizza grande para los dos. Yo creía que era mucho pero merecía la pena por sólo 3$ de diferencia con la mediana. La pizza era de pollo especiado, tres quesos y guacamole… y no podía estar más buena. Sabrosa, ligera y nada grasa…. Un 10! Nos la acabamos, claro está. ![]() Con el refresco de mi novio el total de la cena fue de 38$ más propina… así que 44$. Hay que ir. Algo mojados a pesar de los paraguas, regresamos al hotel a entrar en calor para descansar de un día que había sido de nuevo muy completo. Nueva York nos estaba enamorando y mucho. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS • Desayuno: 14$ • Cupcakes: 9,38$ • Comida: 40$ • Cena: 45$ Total: 108,38$ Etapas 4 a 6, total 8
Confieso que de las ciudades para visitar en un día desde Nueva York, Philadelphia era la que menos me atraía. No me importaba repetir en la monumental Washington para que mi novio la conociera o ir por primera vez los dos a Boston, pero resulta que él siempre había tenido la ilusión de visitar las escaleras de Rocky Balboa y no le discutí su elección, así que desde España compramos los billetes de ida y vuelta en la web de Megabus por tan sólo 22$ los dos. Un chollo esta compañía.
El autobús salía a las 9:15 de la mañana de cerca de los muelles de Chelsea, así que cogimos con bastante tiempo para no tener problemas en el metro. Una vez allí, compranmos el desayuno en un puesto callejero que no por el hecho de serlo fue barato: 2 donuts y un bagel de huevo, queso y salchicha nos costó 14,60$. Eso sí, grandes eran. El viaje fue muy tranquilo y acertamos eligiendo ese día para ir porque dejamos Nueva York lloviendo. El autobús era muy nuevo, cómodo, con techo panorámico, enchufes y Wi-fi. No podíamos pedir más y menos a ese precio. En un par de horas llegamos a Philadelphia, primero para cerca de Independence Hall y después en la estación de la calle 34th, que es donde bajamos nosotros. Ya desde el autobús nos sorprendió bastante la limpieza y majestuosidad de la ciudad, una sensación que no hizo más que incrementarse a lo largo del día. Llevábamos el mapa impreso y la ruta a pie trazada más o menos desde casa, y la primera parada por cercanía era el Museo de Arte. ![]() Este edificio es más famoso por las carreras de entrenamiento de Rocky Balboa que por su contenido. De hecho fuimos allí para subir sus famosas escaleras y ver la estatua del boxeador. ![]() Con el objetivo de mi chico cumplido, seguimos andando por Benjamin Franklin Parkway hasta Logan Square y luego dar con Broad St para ver sus algunos de sus murales. En Philadephia, como en Nueva York, hay bastante cultura urbana y desde los 80 se lleva promoviendo un programa especial para involucrar a los graffiteros en la decoración de la ciudad. Dos de los murales más famosos están en la confluencia de las calles Broad y Spring Garden y otro que en el cruce de Broad y Arch St. ![]() Desde allí fuimos andando al Hall por Broad St, donde también vimos un original mural a la altura del Hospital. ![]() Llegamos así al City Hall, no sin antes parar en un supermercado a comprar unas cuantas americanadas de esas que no hay en España y que tanto nos gustan para comer y beber por 8,22$. La plaza en la que está en Ayuntamiento es muy particular, con una terreno amplio donde hay un varias piezas de ajedrez y damas gigantes esparcidas y al fondo, el bonito edificio municipal. ![]() Además en sus alrededores y patio interior había un mercadillo navideño, lo cual multiplica la belleza de cualquier edificio. Continuamos por Market St y fuimos paseando entre tiendas y edificios hasta que nos topamos con la pequeña casa en la que Thomas Jefferson hizo el borrador de la Declaración de Independencia. ![]() Poco más adelante están los principales monumentos relacionados con este tema, el Independance Hall y la Liberty Bell. ![]() En esa explanada hay un pequeño museo en el que se resume breve pero comprensible la historia de la independencia y la liberación de esclavos, que sirve como buena introducción antes de entrar a ver la Liberty Bell, con acceso gratuito. ![]() A la salida, continuamos recorriendo los edificios colindantes y de arquitectura similar y típica de la zona en el siglo XVII como LA Carpenter’s Historic House, que nos gustó mucho por fuera y por dentro y la Todd House. ![]() De ahí subimos por 3rd Street hasta Betsy Ross House, donde se confeccionó la primera Bandera de EEUU. ![]() Un poco más arriba, en la calle 2nd, llegamos a Elfreth’s Alley, que es considerada la calle residencial más antigua de todo EEEUU con unas pequeñas viviendas encantadores y muy representativas de la clase trabajadora del siglo XVIII. ![]() Con prácticamente todo el itinerario cumplido, regresamos andando a la zona céntrica disfrutando de la arquitectura local por el camino hasta que llegamos a Reading Terminal Market para comer, un antiguo mercado en el que se pueden encontrar multitud de puestos que ofrecen platos internacionales y locales. ![]() Como no podría ser de otra manera, nosotros nos decantamos por un par de bocadillos Philly Cheesesteak, la especialidad de la ciudad y que venía con patatas. ![]() Lo acompañamos además de una pequeña ración de macarrones con queso y un refresco más el agua gratuíta que te ponen. Los bocadillos estaban espectaculares… pero seguro que nuestras arterias no pensaban lo mismo. Todo nos costó 30$ con la propina ya incluida. Por si era poco, llevábamos anotado un puesto de donuts para probar. La primera vez que pasamos tenía una cola bastante larga y cuando fuimos después de comer apenas quedaba nada, así que nos llevamos un donut sabor gingerbread y otro llamado “Elvis’ Delight” porque ojo, combinaba en un donut los ingredientes del sándwich favorito de “El Rey”: bacon y crema de cacahuete. Una locura. Los dos nos costaron 1,80$ en total. Continuamos dando una vuelta por los grandes edificios y tiendas de alrededor hasta que se fue acercando la hora de la vuelta. La ciudad nos parecía elegantísima. ![]() Regresamos andando a la estación de autobús poco antes de la hora y a las 18:15 partimos de vuelta a Nueva York más que satisfechos con la visita. Philadelphia nos había sorprendido mucho, a mí en particular que era la que estaba más reacia. Echamos un sueñecito en el trayecto y cuando llegamos nos fuimos al centro comercial Macy’s para ver Santaland, un enorme espacio que cada año montan para los niños y los no tan pequeños. Desgraciadamente, aunque el centro cerraba a las 10, esa sección lo hacía a las 9 y sólo pudimos ver la entrada porque nos lo permitió una trabajadora, pero os aseguro que prometía con todos los detalles cuidados al mínimo y los elfos pululando por los alrededores. ![]() Y terminada la visita, ese día sí que pudimos cenar en el restaurante que se nos había quedado en el tintero el lunes, el Raw Material. Lo descubrí por casualidad unas semanas antes en internet y me quedé alucinada con su plato estrella fuera de carta: la hamburguesa bomba. Se trata de una pequeña porción de carne con pan relleno de queso líquido que estalla cuando lo cortas, una maravilla. ![]() Pedimos un par de ellas que aunque pequeñas, fueron suficientes. El sabor era sublime. No sabemos si acabará siendo la mejor de nuestra vida, pero sí sin duda la más original. Con una buena limonada natural, pagamos un total de 44$. Y en éxtasis turístico y gastronómico regresamos al hotel satisfechos y encantados una noche más. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS • Desayuno: 14,60$ • Billetes de autobús i/v a Philadelphia: 22$ • Snack a media mañana: 8,22$ • Comida y postre: 31,80$ • Cena: 44$ Total: 106,02$ Etapas 4 a 6, total 8
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