![]() ![]() Azuleando la vida: Patmos, Lipsi e Ikaria ✏️ Blogs de Grecia
Viaje en familia con una niña de 7 años durante 14 días por las islas griegas de Patmos, Lipsi e Ikaria, finalizando en Mikonos para regresar. Julio 2017.Autor: Tesca Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Índice del Diario: Azuleando la vida: Patmos, Lipsi e Ikaria
Total comentarios: 25 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 8, total 8
11 de julio
Amanece en el Cavos Bay, un hotel bañado por el sol desde la mañana hasta la noche. Tenemos el desayuno incluido, que disfrutamos en la bonita terraza frente al mar: zumos, café, cereales variados, panes para tostar de diferentes tipos, bollería casera, mermelada y miel caseras, yogur griego, jamón, queso, huevos… Similar al del resto de hoteles, muy bueno y completo. Nos dirigimos a Nas, una playa situada muy cerca de Armenistis. En menos de 10 minutos en coche, hemos llegado. Esta hermosa playa de arena se encuentra en una pintoresca cala, situada en la unión de un río y el mar Egeo, y el paisaje es maravilloso. Desde arriba se ve un lugar encantador, y la bajada es muy cómoda, por escaleritas. El valle está formado por un denso bosque, donde además se encuentran las ruinas de un templo dedicado a la diosa Artemisa. A pesar de no haber apenas viento, se nota que nos encontramos en la parte norte de la isla, y el mar es más movido en esta zona. Aun así, mi hija está encantada de encontrar una playa con olas, y la mañana se hace muy entretenida. Esta playa es más conocida y accesible, y vienen pequeños grupitos de personas, muchos de ellos nudistas. Pero sigue reinando la calma. Al finalizar la mañana vamos a explorar los restos del templo y nos metemos entre los bosques junto al río. Paseamos bajo los juncos, explorando una zona con muchas mariposas y algunas flores. Desde allí se accede por unas escaleras a una de las tabernas que tenía fichadas para comer, por lo que nos quedamos allí. Se trata de “Artemis”, un lugar de deliciosa comida casera y con las mejores vistas de la playa de Nas. La carta no está escrita pues cada día va cambiando el menú, y nos cuesta un poco más elegir: dakos, berenjenas con feta al horno, costillas de cordero de Ikaria con patatas, Fix: 24€. Excelente comida con excelentes vistas. Nos dirigimos a la playa de Messakti, donde nos han dicho que quizá el mar esté más calmado. La cuestión es que lo percibimos parecido y se trata de una playa con tumbonas y sombrillas. Pero nosotros nos colocamos al final, donde llega el río y oasamos un rato divertido entre las olas del mar y las tortugas del rio. Al fondo se puede ver la iglesia de Gialiskari, pero esta noche la veremos mejor. Tras un baño en la piscina del hotel, nos duchamos y preparamos para salir a Gialiskari, un puerto junto a Armenistis que tiene algunas tabernas junto al mar y una puesta de sol maravillosa. Hay una taberna de pescado, pero nos decantamos por “Symposium”, pues se trata de un lugar particular. El dueño conserva las recetas que dejó su abuela, y nos las cuenta narradas al detalle. Pero por si no nos hacemos del todo a la idea, nos invita a pasar a la cocina y nos da a probar algunos de sus platos. Sin duda, nos quedamos aquí: ensalada especial de la casa, con queso, bolitas de tomate (espectaculares), hígado en salsa de la abuela, cerveza, vino y limonada casera, más sandía por cortesía: 28€. Todo tiene un sabor especial, muy casero y diferente; el hígado ha sido elección de mi hija, pues le encanta, y la salsa que lo acompaña está riquísima; pero lo mejor, para mi esas bolitas de tomate… Hay que probarlas, sin duda. El dueño es muy amable y pasamos un rato hablado con él sobre lo que hemos visto de la isla y lo que podemos ver en los dos días que nos quedan. Todo ello acompañado de una bonita puesta de sol. Aprovechando los últimos rayos que ya están escondidos, bajamos a pasear por el pequeño puerto y su iglesia. Podemos disfrutar de un entorno relajante para acabar el día. Me ha encantado este rincón. 12 de julio Solo nos queda una zona de la isla de Ikaria por recorrer; se trata de la zona nor-este. Desde Armenistis, pasando Evdilos, se llega a la playa de Kiparisi, una solitaria playa de arena a la que solo acude gente local, que va a darse un baño y continúan con su vida cotidiana. La playa es larga y limpia, rodeada de vegetación. No nos parece un lugar espectacular, pero nos damos cuenta de que llevamos 10 días viendo playas encantadoras, y ya cuesta sorprenderse, a veces. Aún con todo, pasamos una mañana fenomenal bañándonos en estas aguas transparentes. Rodeadas de rocas y bosque. Continuamos la ruta hacia el este, hasta llegar al pueblo de Karavostamo. Ojo, que en esta isla, para cuando te das cuenta de que has llegado al pueblo que buscas, ya te lo has pasado. No es la primera vez que nos pasa, y más aquí, pues el pueblo está abajo, y solo hay un camino para bajar con el coche y dejarlo aparcado, para después subir unas escaleras y llegar de nuevo al nivel del mar. Es un poco lio pero muy curioso y así se evita que circulen coches por las pequeñas callejuelas. El pueblo es totalmente auténtico, y allí solo hay gente de allí, sentados en un banco o bañándose en una pequeña playa. Buscamos la taberna que nos recomendó anoche el dueño de “Symposium”, y nos indican que está al final de la calle, donde se acaba el pueblo. El lugar es verdaderamente bonito, y nos sentamos a comer en una terraza sobre el mar azul. Una verdadera maravilla. “Mantovama”: verduras al grill, pescaditos y calamares fritos, Fix: 24€. Nos encanta el sitio y la comida. Continuamos la ruta hacia el este, y muy cerquita de Karavostamo encontramos la playa de Aris. Es otra de las playas a las que llega un río, el río Aris, y solo visitada por los residentes de verano en el pueblo. La playa es de arena y piedras y está rodeada de vegetación, además de unas rocas que forman una pequeña cueva en un lateral. El agua es totalmente cristalina y nos gusta mucho. Pasamos un ratito muy a gusto en esta playa y a media tarde nos dirigimos al hotel, para darnos los últimos baños en la piscina junto al mar. Esta noche decidimos ir a Nas, pues el día que fuimos a esta playa, vi que había algunas tabernas interesantes, además de ser un lugar con una bonita puesta de sol. Esta vez cenamos en “Theas”, un lugar con ambiente encantador y excelente vista, en el que se puede disfrutar de productos frescos. Y así elegimos el menú: dakos, gemistá, calamares al grll con patatas, Fix, vino, zumo de fresa casero y postre de la casa, que son pastelitos de yogur y naranja excelentes para cerrar una cena fantástica. Las vistas junto al mar viendo ponerse el sol son la mejor compañía para nuestra última cena en Ikaria. Y para cerrar la noche, paseamos hacia la playa y desde lo alto podemos ver cómo termina de esconderse el sol en el mar. Empiezo a tener nostalgia de estos momentos, pues ya no me quedan muchos por vivir este año. Etapas 7 a 8, total 8
13 de julio
Es nuestro último día en Ikaria y tenemos muy claro cómo queremos despedirnos de esta isla. Sin duda, Seychelles es la playa más bonita que hemos visto, y volver es casi una obligación. Nos sabemos muy bien el camino y eso se nota. Esta vez, llegamos los primeros. A las 9:30 estamos allí, en el paraíso, solos, mirando el mar azul en todas sus tonalidades, caminando junto a él y entre las rocas y cuevas que se forman a su alrededor, sin perder de vista el horizonte, azuleándonos… ¡Qué maravilla! Dos horas solos en un lugar mágico. No tengo más palabras… De allí a Manganitis, a repetir taberna. Y es que este lugar lo tiene todo, pues se come fenomenal aquí. “Santo Gialo Kanei… Fourtouna”: dakos, mejillones saganaki, calamares fritos, Alfa, agua (para llevar): 25€. Como tenemos tiempo hasta la hora de salida de nuestro ferry, nos quedamos refrescándonos en la playa de Firodi, junto al puerto de Manganitis. Firodi también es una playa frecuentada por aldeanos locales y el agua es totalmente cristalina. Hace mucho calor y no salimos del agua. Queremos llegar fresquitos al ferry, que saldrá del puerto de Evdilos a las 17:25. En Evdilos devolvemos el coche de alquiler y recogemos los tickets de ferry. Esta vez viajamos con Hellenic Seaways en el Nissos Mikonos, un ferry lento que nos ha salido por 50€ los tres. Creo que es el ferry más puntual que he encontrado en mis viajes a las islas griegas, y el viaje se hace súper agradable. A las 19:20 estamos en la isla de Mikonos, donde nos recibe María, la dueña del hotel en el que pasaremos la última noche del viaje. Se trata del hotel “Galini”, totalmente recomendado por su céntrica situación y el servicio que ofrece de traslado al puerto y al aeropuerto, incluido en el precio: 90€ habitación triple, que está muy bien teniendo en cuenta en la isla en la que nos encontramos. Nos damos una ducha y salimos a pasear por Mikonos y cenar. Es increíble el ambiente que hay en esta isla. Es la tercera vez que pasamos por aquí, siempre hemos ido de paso para entrar o salir en nuestros viajes, y cada año la encontramos más llena de gente. Pero estamos encantados de despedir nuestro viaje en una isla cosmopolita, cargada de ambiente y llena de callejuelas preciosas, aunque tristemente apenas se pueden percibir, pues están llenas de tiendas y puestos. Vemos los molinos, la pequeña Venecia y la iglesia de Paraportiani, y nos sentamos sin dudarlo a cenar en la taberna Nikos, que conocemos desde que estuvimos en 2009 y sabemos que es acierto seguro. La diferencia es que en aquella vez pudimos ver al pelícano Petros paseando por allí, y ni la segunda ni la tercera, ha sido posible. Petros debe estar asustado entre tanto ambiente… “Nikos”: ensalada de temporada, gemistá, mousakka, Alfa, vino y zumo: 37€. Paseamos por el puerto y callejeamos, compramos algún detallito y nos vamos al hotel. 14 de julio Ha llegado el momento de decir adiós. Hemos quedado en la puerta del apartamento a las 5:30 de la mañana con María, quien nos llevará al aeropuerto. Aún se ve ambiente a esas horas. Entrar o salir por este tipo de islas es una comodidad, pues los aeropuertos son pequeños y cercanos al alojamiento. Pasamos el control rápidamente y el vuelo de Aegean Airlines destino a Atenas sale puntual a las 6:40 AM. Se trata de un vuelo muy corto, pero da tiempo a comer un croissant que nos ofrecen gratuitamente. En el aeropuerto de Atenas no hay que pasar el control, sólo estar pendiente de la puerta de embarque para montarnos en el siguiente vuelo, que es conexionado y sale a las 9:00 AM. Tras algo más de una hora de espera, sale nuestro vuelo Atenas-Madrid, cuyo trayecto es de más de 3 horas. Poco después de despegar nos ofrecen un desayuno completo, con zumo, café, yogur con miel, hojaldre de queso y pan con mantequilla y mermelada. A continuación nos dormimos, soñando en azul… Y pensando en volver a azulear en 2018. Etapas 7 a 8, total 8
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (20 Votos)
![]() Total comentarios: 25 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |