![]() ![]() Escocia e Islas Hebridas ✏️ Blogs de Reino Unido
Viaje a Escocia del 14/08 al 22/08/2017Autor: Gasparmurillo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (2 Votos) Índice del Diario: Escocia e Islas Hebridas
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Etapas 1 a 3, total 9
![]() Aterrizamos en la noche del día 14 de julio a Edimburgo tras un vuelo desde Londres Heathrow que acumuló dos horas de retraso. Al llegar al aeropuerto de la capital escocesa, era ya más allá de la medianoche, por lo que solo nos quedó la opción de coger el autobús hasta el centro. Tras un recorrido de unos treinta minutos en bus, alcanzamos en la lluviosa oscuridad nocturno la estación central de Waverley . A esas horas, decidimos tomar en taxi desde el centro hasta la residencia de estudiantes donde nos alojamos. Estos alojamientos acondicionados para estudiantes universitarios quedan libres para los turistas en verano y son la opción más económica para hospedarse en Edimburgo, donde los hoteles se disparan durante estas fechas hasta precios prohibitivos. Las instalaciones de la residencia Murano, donde estuvimos, son muy básicas y limitadas. Nos dieron una habitación en un bajo con una cama de dimensiones demasiado reducidas para dos personas, un colchón aceptable y un baño. En general, el cuarto recuerda a una minúscula caja de cartón para guardar zapatos, donde aparte de la cama, solo puedes disfrutar de una austera mesa de estudio y su correspondiente silla. El precio por noche ronda los 80 euros. Etapas 1 a 3, total 9
Cuando nos despertamos por la mañana, observamos que nuestro alojamiento está situado en una buena zona de Edimburgo, a caballo entre el centro y la zona de la playa, junto a una transitada avenida de clásicos edificios grises llamada Leith Walk. Día cubierto de nubes, típico del verano escocés, con chaparrones de intensidad variable que obligaban a apresurarse en busca de un refugio. Al salir del alojamiento, desayunamos en un clásico y concurrido bar de barrio llamado Word of Mouth, el cual nos dejó una impresión muy satisfactoria y en donde pedimos unas excelentes tostadas con huevo frito y salmón y un rico café latte. A continuación, recorrimos cuesta arriba toda la avenida de Leith Walk hasta llegar al centro.
![]() Visitamos la catedral católica de Edimburgo, muy cercana a la principal calle de la ciudad, Princes Street. Desde el imponente edificio Balmoral con su torre del reloj, cruzamos el North Bridge en dirección a la Royal Mile, el centro neurálgico del turismo en Edimburgo. La Royal Mile era históricamente la principal calle que atravesaba la ciudad vieja, aunque hoy en día se ha convertido en un enjambre de turistas de todas las nacionalidades colmado de animación, espectáculos callejeros y excursiones. Penosamente, la belleza de este majestuoso lugar es atacada por la avalancha de visitantes que llegan a Edimburgo especialmente en verano. El edificio más emblemático de la parte alta de la Royal Mile es la catedral de Saint Gilles, un bello templo gótico que data del siglo XIV. En su interior pueden admirarse unas espléndidas bóvedas de crucería, especialmente, en la parte trasera; aunque quizás lo más reseñable sea la Capilla Thistle, un pequeño enclave situado en la nave derecha de la catedral que ostenta una exquisita decoración gótica. Tras ver la catedral seguimos subiendo hacia la parte alta de la Royal Mile aproximándonos al famoso castillo de Edimburgo. El camino se hace intransitable conforme subimos hacia la fortaleza debido al hervidero de gente en el que se transforma la zona. El desplazamiento entre el gentío hay que realizarlo a empujones si uno quiere abrirse paso. La Royal Mile es un fascinante ejemplo de arquitectura gótico-escocesa en la que se suceden numerosos pasadizos cubiertos en los laterales y patios interiores con callejones descendentes. Nos quedamos ante las puertas del castillo, aunque no entramos, ya que teníamos los billetes para otro día. Desde ahí, decidimos entonces bajar por una de las múltiples callejuelas que brotan de la Royal Mile para poner rumbo a la zona baja de la ciudad y a la Galería Nacional de Escocia, situada junto a la calle comercial Princes Street. Andando cuesta abajo podemos observar una bonita panorámica de la Ciudad Nueva. Estamos ahora ante las puertas de dos edificios neoclásicos pertenecientes a la Galería Nacional de Escocia. La colección permanente del museo se encuentra en el palacete trasero y aunque este edificio no destaca por su tamaño, puede decirse que alberga una colección de pintura de gran calidad, que nos lleva desde la época del Renacimiento italiano hasta el impresionismo. Cabe destacar la presencia de magníficas obras ejecutadas por Botticelli, Vasari, Velázquez, El Greco, Van Dyck, Monet, Van Gogh… En definitiva, una visita obligada para los amantes del arte. Cuando abandonamos el museo, paseamos por Princes Street hasta toparnos con el monumento al escritor Walter Scott, una soberbia torre neogótica profusamente decorada de más de 60 metros de altura que cobija la estatua de Sir Walter Scott, quizás el personaje más venerado en Escocia. La lluvia arrecia de nuevo tras leves y constantes escaramuzas entre el sol y las nubes. Por ello, nos refugiamos brevemente en la oficina de turismo donde aprovechamos para preguntar dónde se encuentra la librería más señera de Edimburgo. La señora de la oficina nos indica en un plano Waterstones, situada al final de Princes Street. Por tanto, volvemos a recorrernos toda esta calle comercial en dirección contraria a la que veníamos. Una vez que estamos en Waterstones, nos damos cuenta de que aparte de los centenares de libros que allí se agolpan, esta librería posee también una cafetería en la planta alta, donde además de la lectura, se puede disfrutar de unas exquisitas magdalenas de diferentes sabores y de un delicioso té con leche y canela. Nuestro estómago y nuestro paladar agradecen este piscolabis y con la tripa llena retomamos la caminata. Nos dirigimos hacia Dean Village, un pintoresco barrio surcado por un arroyo y rodeado de tupidos árboles. Un remanso de paz cerca del centro, pero a su vez suficientemente alejado del bullicio de los comercios. Tras un agradable paseo, donde las lluvias intermitentes no faltaron, el recorrido de vuelta continúa por los imponentes edificios de la New Town, el barrio aristócrata de Edimburgo de amplias calles paralelas y perpendiculares a Princes Street. Un paseo a través de la cuadriculada arquitectura de la zona nos deja en las cercanías de Calton Hill. Tras una leve subida, alcanzamos la cima de esta colina, desde donde se puede admirar una de las panorámicas más bellas del atardecer. Calton Hill ofrece un panorama de 360 grados, hacia el suroeste la archiconocida vista de la ciudad vieja, North Bridge y Princes Street. Aunque menos míticas, también espectaculares resultan las vistas que se pueden contemplar hacia el sureste: Arthur’s Seat (el monte más alto de los que rodean la ciudad) y el castillo de Holyrood. Hacia el norte quedan el fiordo Firth of Forth y el barrio portuario de Leith. La bajada desde Calton Hill la hacemos desde la cara norte desembocando en la avenida de Leith Walk, en donde tomamos una cena austera y volvemos al alojamiento a una hora temprana, pues nos espera un largo viaje al día siguiente. ![]() Etapas 1 a 3, total 9
![]() Edimburgo-UllapoolViaje en autobús por la naturaleza de Escocia hasta llegar a los fiordos del noroeste.
Día 3: EDIMBURGO-ULLAPOOL
En el tercer día de viaje, aunque segundo de facto, abandonamos Edimburgo y ponemos rumbo al norte: a Ullapool. Con las maletas cargadas y tras desayunar en el mismo lugar que la mañana anterior, andamos de nuevo por Leith Walk hasta llegar a la estación de autobuses. El primer autocar del día nos llevará a Inverness, la capital de la región de las Highlands. Aunque solo utilizaremos en esta jornada esta ciudad como punto de transbordo. El viaje de Edimburgo a Inverness dura cuatro horas largas, aunque con un paisaje variopinto repleto de bosques, lo cual hace que el trayecto se haga mucho más ameno. Cruzamos el fiordo Firth of Forth hasta llegar a Perth y tras sortear varias carreteras en obras con un tráfico denso, el autobús se va adentrando en las Highlands. Al principio, el paisaje es frondoso con ríos de cauce estrecho bordeados por una viva vegetación. A medida que vamos subiendo hacia Inverness, el bosque va dejando a paso a colinas y promontorios agrestes, en los cuales la flora escasea y en donde el viento golpea arrasando las montañas. Hemos entrado en el parque nacional Cairgorms. El final de esta reserva natural linda con la población de Aviemore, a una hora escasa de Inverness. Una vez en Inverness, tenemos que esperar el siguiente autobús casi dos horas. Cargados con las maletas, apenas nos movemos en un radio de 200 metros. El trayecto a Ullapool nos presenta de nuevo una naturaleza exuberante, con una vegetación muy densa y lagos a los márgenes, aunque una de las cosas que más llama la atención es la tortuosa carretera repleta de curvas y en donde las ramas de los árboles van golpeando el techo del autobús. En apenas dos horas de trayecto, entramos en una zona escarpada con montañas y, de repente, a la derecha, se abre paso un fiordo a un lateral de la sinuosa calzada. Estamos ya en las inmediaciones de Ullapool, un pequeñísimo pueblo marinero encasquetado en medio de un fiordo con un paisaje espectacular, parecido a aquellos que se pueden ver en Noruega. Nuestro hotel es una típica casa del norte de Escocia, el Ferry Boat Inn, un alojamiento muy coqueto y que nos causó una excelente impresión. Habitación con vistas al fiordo Broom, sin grandes lujos, pero muy agradable. Aunque lo mejor, diría que fue la taberna del hotel, una mezcla entre un restaurante y una tasca marinera, en la cual se reúnen los clientes del hotel, gente del pueblo y algún que otro oriundo ebrio. Buenas cervezas, unas excelentes raciones de mejillones, fish and chips y ajedrez y dominó disponibles… ¡qué más se puede pedir! ![]() Tras esta suculenta cena, paseamos por el pueblo pegados al embudo marino que crea el fiordo mientras la tempestad y el viento huracanado casi nos tumban en pleno mes de julio. El encanto del pueblo no podemos disfrutarlo completamente debido a las inclemencias meteorológicas y también al hecho de que era domingo por la tarde y todo estaba cerrado, a excepción de una tienda de souvenirs. Aun así, el lugar nos deja muy buenas sensaciones, especialmente el encantador alojamiento, a pesar de que el precio no es demasiado económico, unos 120 euros. En torno a las diez pensamos en ir a dormir, puesto que al día siguiente comienza la aventura de las Islas Hebridas y el ferry parte hacia allí a las diez de la mañana. Etapas 1 a 3, total 9
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