A la hora de elegir un país para visitar al otro lado del Atlántico, me planteé que era lo que me fascinaba más del nuevo mundo, evidentemente las culturas precolombinas, con su enorme desarrollo social y científico, así como su legado arquitectónico eran suficientemente atractivos, dentro de ellas empecé a sentir atracción y curiosidad por el mundo maya.
La visita a esta antigua civilización implicaba visitar varios países, aunque el eje fundamental y los restos actuales de la civilización se centraban en Guatemala, así que el motivo del viaje quedaba claro, había que introducirse en la gran cultura Maya.
Volamos vía Miami, hasta Guatemala capital, corría el año 1.999 y Guatemala estaba saliendo de una larga y sangrienta guerra civil, todavía era visible desde el coche la inseguridad en las calles y sobre todo el policía con la metralleta en la puerta del hotel. Sin embargo el paso por la capital fue fugaz.
Enseguida partimos hacia el corazón actual del mundo maya, la ciudad de Chichicastenango, esta ciudad situada a más de 2.000 metros de altitud, con población auténticamente maya, rodeada de valles y montañas tremendamente verdes es una auténtica joya. El ambiente de sus mercados, o el ambiente de las escalinatas en la iglesia de San Bartolomé, ya reflejaban lo que es el concepto actual de mundo maya. En esta zona no todo el mundo habla castellano, las creencias religiosas se entremezclan, el cristianismo católico se mezcla con el antiguo chamanismo pagano, la cantidad creciente de iglesias evangélicas se mezclan con lo anterior, el mundo maya mezcla y sincretiza sin perder su origen. Recuerdo en lo alto de un monte una piedra que parecía una escultura, rodeada de velas y con gente rezando alrededor, también se apreciaba una especie de chamán curandero, era un “dios” llamado Pascual, muy Maya.
Después de la toma de contacto con el mundo maya, nos dirigimos hacia el lago Atitlán, que es un precioso y enorme lago, asentado en un gigantesco cráter de un volcán y rodeado a su vez de volcanes de más de 3.000 metros (Atitlán, San Pedro y Tolimán), todo atiborrado de vegetación verde y con pueblecitos preciosos a lo largo de sus orillas. Nos asentamos en el pueblo más grande Panajachel y después de pasear por él nos embarcamos para conocer los pueblos de lago. Lo curioso de estos pueblos es que en cada uno se viste de manera diferente y dentro del mismos pueblo todo el mundo viste igual, visitamos Santiago de Atitlán, San Pedro, San Lucas Tolimán y algunos otros pueblos de la zona, vimos a la gente como lavaba la ropa, trabajaba las telas, recolectaban cebollas, en fin todo muy agradable. Pero uno de los momentos más curiosos del viaje se produjo en Santiago de Atitlán, allí veneran a una deidad local llamada Maximón, seguramente producto del sincretismo entre antiguos dioses mayas, Pedro de Alvarado y el Judas bíblico, es un muñeco con una máscara de madera, siempre con un enorme puro encendido y rodeado de alcohol, la cofradía que lo protege le saca en procesión en Semana Santa y cada año en una casa diferente, año durante el cual los dueños tienen alcohol y tabaco gratis a raudales, toda una curiosidad.
Por fin unos días después tuvimos contacto con las primeras ruinas mayas, Iximche, rodeado de precipicios, fue la capital de los Mayas Cakchiqueles, fue fundada en el siglo XV y sus habitantes se aliaron con los españoles para luchar contra los Quiches y los Tztuhiles, pero al final por quien fueron derrotados fue por sus propios aliados. Después de entrar al yacimiento y pasar junto al pequeño museonmse llega a cuatro plazas ceremoniales, rodeadas de templos y de Juegos de pelota, cubiertos por la hierba. Son unas ruinas pequeñas pero ideales para abrir boca. También visitamos un yacimiento cercano, Quirigua, lleno de estelas, nuestro guía Randy disfrutaba explicándono el significado de las mismas.
El siguiente destino estaba en Honduras, cruzamos la curiosa frontera, era un continuo devenir de gente sin control aparente y a sólo 13 km. se encontraba Copán. Esta ciudad Maya dicen que llegó a tener 20.000 habitantes y en ella se han detectado más de 4.000 construcciones, su existencia data de 1.200 años a.c., pero su florecimiento fue entre el 250 y el 900 d.c., se pueden visitar varias plazas flanqueadas por impresionantes templos y estelas en muy buen estado de conservación. El rey más importante de Copán fue Humo Jaguar, muy representado en las estelas, al final de la existencia de Copán, el valle, hoy muy frondoso, fue devastado ya abandonado hacia el 1.200 d.c.
La visita al yacimiento es muy interesante y te puede llevar todo el día, al sur de la plaza se encuentra un juego de pelota de los mejor conservados de América y el segundo más grande, en las estelas se puede observar, tanto la escritura jeroglífica, que nos indica acontecimientos históricos, como elementos ornamentales d enorme belleza. A la derecha del yacimiento principal se encuentran unas excavaciones en donde se ha descubierto una zona residencial donde vivían los ricos y nobles de la ciudad, que ha dado muchas pistas de cómo se vivía en aquella época.
Abandonamos Honduras y visitamos un punto totalmente distinto, aunque fundamental en un viaje a Guatemala, la bella ciudad colonial de Antigua. Antigua fue fundada en 1.543 y fue capital de Guatemala durante más de 200 años, hasta el terremoto de 1.773, es una auténtica joya de la arquitectura colonial y a pesar del deterioro de algunos edificios, te da la impresión que en ella el tiempo se hubiera detenido, es una ciudad rodeada de verde con una armonía exquisita en su construcción, por algo es patrimonio de la humanidad. El famoso volcán de Agua resulta visible desde cualquier punto de la ciudad, al sudoeste está el del Fuego y al sur el Acatenango, estos volcanes forman el escudo de la ciudad, así como constituyen su espada de Damocles.
Es aconsejable pasear tranquilamente por la ciudad, la plaza mayor en el centro, es el punto de partida para hacer la visita, aparte de constituir uno de los puntos monumentales más bonitos, con su parque, sus soportales, el famoso palacio de los capitanes, así como la Catedral de Santiago y el palacio del ayuntamiento, en los soportales es recomendable visitar las librerías.
No hay que dejar de visitar el hotel Santo Domingo, ubicado en el antiguo y restaurado convento de santo Domingo y otra joya de la arquitectura colonial. En fin la estancia en antigua fue un baño de arquitectura colonial, una maravilla para los sentidos.
No fue el único sitio al margen de lo Maya que visitamos en el viaje, de camino a Tikal, paramos a ver el río dulce y navegamos desde el lago Izabal hasta Livingstone, este río con un descenso de apenas 40 cm y sin apenas corriente , es tremendamente bonito, sus laterales son selváticos, en ellos se rodó la película La Misión y discurre entre cañones, desemboca en un pequeño pueblo llamado Livingstone, que es un enclave caribeño que contrasta con el resto de país, donde hay mucho reegge y en donde merece la pena tomarse tranquilamente una cerveza.
La siguiente parada era uno de los puntos cumbres del viaje, llegamos a Flores y nos preparamos para el día siguiente, nos esperaba Tikal.
La verdad es que era emocionante, en mitad de la selva íbamos a encontrar un yacimiento de una belleza incomparable, supongo que la magia era mayor al estar casi solos en medio de tanto templo y árboles de tamaño gigante, el sonido de la selva y de los monos le daban un toque especial. Tikal está situado en lo alto de una loma, lo que se nota en la subida a la plaza central. Fue fundada hacia el 700 a.c. y su rey ma´s importante entre 682-734 a.c. fue Cacau, se vino abajo en el siglo X y ha estado perdida y siendo devorada por la selva hasta el siglo XIX, quien sabe cuantas lomas que se atraviesan andando son en realidad majestuosos templos. Ese es exactamente el encanto de Tikal, andas durante horas y atraviesas pequeñas lomas, descubre pequeños templos y te imaginas todo lo que cubre la selva.
El primer encuentro con un gran templo fue el templo IV, mide 64 metros y desde lo alto se observa una vista alucinante, montones de partes de arriba de templos que sobresalen de la selva, te aseguro que corta la respiración. Entre este templo y la plaza central se encuentra el templo III que es igual de espectacular que los otros aunque se encuentra más aislado. Estábamos a punto de entrar en el momento cumbre del viaje, la entrada a la acrópolis central del yacimiento de Tikal, con los templos I y II enfrentados, dos palacios laterales y en el centro la plazas con sus estelas, subimos las dos pirámides, paseamos por la plaza y los palacios, apetecía no irse nunca de allí, estábamos en el centro de Tikal.
Seguimos descubriendo al sur de la plaza otra acrópolis donde vivían los nobles y el palacio donde vivía la familia real y anduvimos por encima de los templos V y VI, los más altos pero cubiertos completamente por la selva y que sólo dejan ver algunas paredes y sus terrazas laterales. Acabamos la visita a Tikal, nos habíamos enamorado de lo maya y de Guatemala.
Estábamos terminando nuestro periplo por Guatemala, nos quedaba toda la parte maya de México. Cruzamos por el río Usumacinta, que divide Guatemala de Chiapas, entre sus selváticos márgenes se encuentra el yacimiento de Yaxchilán, ciudad maya que parece fue habitada alrededor del año 200 d.c., aunque los primeros jeroglíficos datan del siglo VI d.c., su extensión fue probablemente superior a la de palenque, aunque sus edificios están muy cubierto en la actualidad de vegetación, contiene edificios con finos relieves en los dinteles y con remates de cestería muy finos, en la plaza central hay algunas estelas muy bellas y bien conservadas en las que se observan a mayas haciendo ofrendas. Si subes la escalinata, muy empinada, entre gritos de monos, se puede ver un precioso edificio que utilizaban para producir efectos sonoros al pasar el viento por los huecos y que originariamente era el triple de alto que actualmente, como todo en la época maya el fin era religioso. El problema de Yaxchilán era el calor y sobre todo la humedad, casi del 90%, un infierno.
Cruzamos e inmediatamente fuimos a ver las ruinas de Bonanpak, majestuosas, aunque lo más interesante eran los frescos que conservan un estupendo estado de conservación y que son el único vestigio de color del mundo maya. Llovía mucho y esa noche durmiendo en un campamento-hotel en Palenque tendríamos aventura.
La lluvia era torrencial y un pequeño riachuelo que discurría cerca de nosotros pasó a tener una profundidad de más de 2 metros, alli nadie se preocupaba, así que decidí organizar a los turistas que había allí, recogimos las pertenencias como pudimos, a alguno se lo pudo llevar el agua y nos situamos en una zona alta y organizamos vigilancia para controlar el agua, menos mal que a media noche bajó la intensidad de la lluvia y el susto se transformó en una aventura.
A la mañana siguiente nos esperaba Palenque. Palenque surgió sobre el año 500 d.c. y floreció entre los años 600 y 800 d.c., especialmente durante el reinado de Pakal que vivió entre 80 y 100 años, es un recinto de construcción mucho más moderna que los templos que habíamos visto en Guatemala, lo más significativo del enclave es el palacio de Pakal, una hermosa y extraña estructura, que alberga un gran número de patios, pasillos y habitaciones y la famosa torre desde donde se observaba la puesta de sol, cayendo justo encima del templo de las inscripciones. El templo de las inscripciones es uno de los más impresionantes, está sostenido por una pirámide de 8 niveles de 23 metros.
Fue interesante ascender los 69 empinados escalones que conducen a la famosa tumba del rey Pakal, sobre la que se han hecho tantas elucubraciones por su parecido a las vestimentas de un astronauta.
Las ruinas de Palenque son espectaculares, sin embargo al haber mayor cantidad de turistas pierden un poco de encanto.
Un largo camino después llegamos a las ruinas de Uxmal, estas ruinas son absolutamente diferente a todas las demás, podemos decir que son como el barroco maya. Uxmal es el yacimiento más representativo de la llamada ruta Puuc, edificios muy ricos en ornamentación y grandiosos en tamaño, esta ciudad floreció entre los años 600 y 900 d.c. y es sorprendente la existencia de una ciudad de este tamaño en una zona con tan poco agua, de hecho fue abandonada sobre el año 900 d.c. después de una gran sequía.
El edificio más significativo del recinto es la pirámide del adivino, única de planta curva oval y que mide más de 39 metros de altura. Al oeste de la gran pirámide se asienta el palomar, que es una estructura cuyos agujeros se asemejan a los palomares, no se sabe exactamente su función. El cuadrángulo de las monjas, es un palacio rectangular con 64 habitaciones, donde aparece representado por todas partes el rostro narigudo del dios Chac, dios de las lluvia, no se tiene clara la utilidad del edificio, aunque se dice que pudo ser una especie de academia militar, una escuela real o un conjunto palaciego.
Paramos a dormir en Mérida, dimos un buen paseo por esta hermosa ciudad, otra joya colonial y también disfrutamos de la buena comida mexicana, nuestro viaje estaba tocando a su fin, sólo quedaba Chichón Itza.
Seguramente es el más conocido y el mayor yacimiento maya, es también el más restaurado y aunque sobre explotado turísticamente, su arquitectura es increíble, un paso de obligado cumplimiento en una visita al mundo maya.
Chichón Itza fue una ciudad que existió entre los años 550 y 900 d.c., después fue abandonada y ocupada sobre el 1.100 d.c. por los Toltecas, que fusionaron la cultura maya anterior con el culto a Quetzalcoalt que está representado por toda la ciudad. Es el único yacimiento maya en el que vimos emplear columnas y al parecer estas sostenían un no muy pesado techo de madera o paja, de ahí lo sorprendente. El grupo de las 1.000 columnas comprende el templo de los guerreros, el de Chac-Mool y el baño de vapor . en el templo de los guerreros está la famosa piedra con la cabeza del guerrero, que de tanto tocarla, está algo desgastada.
Otro de los puntos clave del yacimiento es el llamado Caracol u observatorio, que está alineado de tal manera que los rayos del sol y la alineación de las estrellas marcan las épocas del año, los días para los rituales y para las cosechas. La astronomía maya es uno de los grandes enigmas de esta cultura.
También otro de los puntos mejores del yacimiento es el juego de pelota, el más grande de Mexico y posiblemente de los yacimientos mayas, parece imposible que las duras pelotas que empleaban pudieran pasar por esos agujeros tan altos y tan pequeños.
Bueno nuestro baño maya estaba a punto de concluir, pasamos de paso por Toulum, el único yacimiento maya junto al mar y terminamos en Cancún desde donde cogimos nuestro vuelo a Madrid.
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izarbe10 10/05/2009 19:10
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