CUBA, un viaje al pasado… o al futuro ✏️ Blogs de Cuba

Al día siguiente salimos en taxi, reservado desde la misma casa donde paramos, a Viñales, distante 183 km por autopista central. El vehículo es unFord de 1952 con un motor Mitsubishi y caja de 5º. El recorrido se hace en 2 ½ horas a 100/110 km/h.
Junto a la dueña de la casa analizamos el viaje en Viazul y taxi colectivo y nos conviene el taxi porque a pesar de costar 20 cuc por persona frente a los 12 cuc del colectivo (bus o guagua) el taxi te busca en tu casa y te deja en la casa a la que vas mientras que en La Habana hay que tomar un taxi hasta la terminal, volver en otro, otra vez hasta la terminal y otro al llegar si no estás cerca del alojamiento. En los pueblos esa ecuación no es válida porque casi todo está cerca.
Antes de llegar a Pinar del Río, capital de la provincia, salimos de la autopista y recorremos una ruta interna hasta desviarnos y parar en una pequeña granja de tabaco. Allí nos ofrecen una visita a la plantación y secadero, un café y un puro por 2 cuc por persona. El proceso comienza cuando el Estado entrega todo lo necesario para la siembra (semillas, combustible, bombas de agua para riego, etc.). Al cosechar se sacan las hojas desde abajo hacia arriba a un ritmo de 3 hojas por planta por semana. De acuerdo a la posición en la planta es la intensidad del tabaco. Desde la siembra hasta la cosecha transcurren 3 meses, y luego 45/60 días de secado hasta que se envía toda la producción al gobierno que lo hace fermentar y luego a los talleres de armado. No se desperdicia nada ya que los cortes se pican para tabaco para pipa o pequeños puros. El 10 % de lo producido retorna a los productores quienes hacen lo que quieren con el producto. En la plantación (25 ha.) trabajan 4 familias que pertenecen a una persona que trabaja a la par de ellos. Asegura que pueden trabajar dignamente. El cultivo es orgánico y de la 25 ha. pueden producir hasta 1 millón de habanos.
En Viñales nos instalamos en la casa reservada desde Argentina sin problemas y con una recepción con puros y jugo de bienvenida.
Salimos a comer algo hasta el centro (5 cuadras) y almorzamos bistec de cerdo al ajillo 3.50 cuc, espaguetis con queso 2 cuc y limonada 1 cuc c/u.
A la tarde hicimos un tour en el bus verde que funciona como el de la Habana; por 5 cuc hace un recorrido por distintas atracciones y te bajás donde querés y volvés a tomarlo en cualquier momento para regresar. Bajamos en la Cueva del Indio que es una cueva natural de caliza que tiene un río de agua dulce que la recorre en una parte y que se recorre en lancha por 3 cuc. Y más tarde recorrimos los alrededores hasta que pasó nuevamente el colectivo y pasamos por otros lugares, algunos interesantes.
Cenamos pizza de langosta 3,20 cuc, empanadón de jamón y ananá 3.20 cuc y otra de jamón y queso 3.00 cuc.
Contratar una guía local cuesta 15 cuc por persona lo que nos pareció muy caro.
A la mañana siguiente después de un abundante desayuno, preparamos sándwiches con los que sobraba (ellos se ofrecen a hacerlos) y salimos caminando por la ruta hasta el Centro de Visitantes del Parque Nacional Viñales. Vemos muchas chacras pequeñas entrecortadas por bajos con agua o lo que aquí llaman mogotes que son sierras solitarias o formando cordones de piedra caliza de formas especiales. Recorrimos el centro y preguntamos por senderos para volver por fuera del camino. Bajamos por un valle y atravesamos varias chacras cultivadas con frijoles, tomates, lechuga, etc. Llegamos a una casa que nos ofrece mostrarnos lo que hacen. Cultivan plátanos (bananas), papaya, naranja, pomelo, pimientos, tomates y café; ésta se cosecha dos veces al año y cuando decrece la producción se corta al ras y vuelve a crecer. Los granos se secan al sol, se rompen para sacarles la cáscara, se tuesta y luego se muele. Nos explicaron como funciona el sistema de alimentación básico. Cada habitante o familia posee una libreta que ellos presentan en “la bodega” y les entregan los alimentos que requieren de acuerdo a los miembros de la familia. Reciben leche diariamente para los niños hasta los 7 años de edad. Defienden el sistema a pesar de no conocer la Habana. Aseguran que recibir un bollo de pan por día puede ser poco pero es la forma de que cada cubano reciba un bollo ese día también. El Estado les devuelve el 30 % de la producción y ellos están satisfechos ya que el resto es para “niños y enfermos” primero y para la gente después. Poseen una filosofía simple y basada en valores. “la vida es corta y hay que ser feliz”. Nos prepararon una bebida con jugo de caña de azúcar, naranja, miel y se sirve en una mitad de pomelo ahuecada con una medida de ron que se agrega a gusto. Exquisita sin ron y exquisita con ron. Se toma con pajita. El ron está preparado sobre la base de la caña de azúcar y en este caso le agregan un fruto de la zona, la guayabita que le agrega más dulzor.
Al regresar pasamos por una escuela primaria y conversamos con una maestra y más tarde con directivos y les entregamos material digital de nuestras actividades relacionadas con la naturaleza para que les sirva de modelo, lo que fue recibido con entusiasmo, incluso lo bajamos en una computadora de una docente en su casa ya que por la hora la sala de computación estaba cerrada.
Cena compuesta por Ropa vieja de cordero 1.50 cuc, arroz con vegetales 1.50 cuc y tortilla de mariscos 2.50 cuc.
Gran cantidad de casas con oferta de alquiler.

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Por la mañana salimos en taxi colectivo hacia Playa Girón. En costo es de 35 cuc que peleando nos cobran 30. Llegando a La Habana nos cambian de vehículo en una especie de playón de intercambio donde los coches que vivieron desde Viñales vuelven allá con pasajeros que vienen desde otros destinos y nosotros nos sumamos a otros turistas que vamos a Playa Girón o destinos anteriores. Todo por el precio original, es decir los 390 km.
Viajamos en un Chevrolet 1950 con motor INO (dependiente de Toyota) y más tarde en un Chevrolet ’55 con motor Nissan. El viaje duró 6 horas en total con alguna parada en confiterías y casi media hora en el cambio de vehículo y equipajes.
El conductor poco antes de llegar a Playa Larga, distante 33 kilómetros de Playa Girón empezó a decirnos que no era el mejor destino, que no había nada para hacer, etc. etc. hasta intentó contratar a otro conductor para que nos lleve a Playa Girón al no conseguir desalentarnos en nuestro destino. Éramos 5 personas, nosotros 3 y una pareja española. Finalmente tuvo que llevarnos a la casa contratada por cada uno sin protestar de nuevo. Después nos contaban que es un intento por hacer menos kilómetros y además cobrar una comisión llevándonos a alguna casa conocida.
Llegamos a una casa que nos había recomendado una amiga por facebook que inicialmente no nos pareció tan atractiva y cómoda como las de La Habana y Viñales; el tiempo nos hizo disfrutar de ese lugar más que ninguno y de sentirnos en familia con Wilfredo, Liurys y Liurita. Pagamos 25 cuc por noche y 6 cuc cada cena. A esta casa regresamos en la última parte del viaje y eso será contado en su momento cronológico. Wilfredo es ingeniero informático, se formó en Alemania oriental y trabajó 30 años en Volkswagen hasta que decidió volver a su país.
La casa está ordenada de costado, a un lado vive la familia y del otro están las dos habitaciones en alquiler. El frente da a una ruta que une Playa girón con Cienfuegos y la parte trasera tiene forma de quincho o rancho con piso de cemento y techo de “guano” que es la hoja de la Palma Cana, aunque para nosotros significa heces del ganado.
Ése es el lugar de desayunos, cenas, cervezas y charlas en cualquiera de las 4 mesas grandes con asientos fijos que llenan de comida en cualquier momento.
Apenas nos instalamos caminamos los 800 mts. hasta el mar y disfrutamos de un refrescante baño en el Mar Caribe Cubano acompañados por la hija de Wilfredo que nos guió.
La primera noche cenamos con una molesta llovizna proveniente de un frente frío del norte.
El 9 amaneció nublado, fuimos a cambiar dinero 300 euros a 1,16 cuc. Visitamos el Museo que nos costó 2 cuc de entrada más 1 cuc por un video de 15’ sobre la invasión. En frente del Museo está acompañado por aviones y tanques del ejército revolucionario y el interior con elementos de los combatientes y de los soldados de Batista. Las imágenes del video, muy viejas, fueron emocionantes ya que mostraban a una comunidad defendiendo la revolución poco tiempo antes conquistada. Me pareció muy interesante (habiendo leído previamente algo de la historia del país) el relato cronológico de los hechos y los planos con las estrategias utilizadas.
A medio día apareció el sol y fuimos a la Playa Coco, 300 mts. más lejos de la céntrica pero mucho más natural y bonita. Varios negocios ofrecen tragos y comidas y otros arman sus puestos de artesanías y sombreros. La playa es de arena blanca y la sombra la ofrecen las palmeras y las uvas de playa (árbol grande de hojas circulares y nervaduras rojas).
Había una cantidad de gente justa para no molestarnos y por momentos, especialmente durante las tardes, aparecían grupos que estaban minutos o se quedaban hasta el anochecer. El agua es de una transparencia increíble, fresca y muy agradable. Hay manchones de vegetación y más alejados, cerca de la rompiente, corales de variadas formas y colores. En esos sectores se disfruta a pleno el snorkel con una gran variedad de peces y formaciones que enriquecen la permanencia en el lugar.
Almorzamos una piña que teníamos fresca y disfrutamos de algunos libros que habíamos comprado a precios increíbles en La Habana. Esa tarde aparecieron dos mujeres haciendo topless en un extremo de la playa que verdaderamente pasaron desapercibidas.
Me traje un coco para comer de alguna de las palmeras que cruzamos en el camino de vuelta a la casa.
Pasamos por la boletería y sacamos (reservamos) pasajes a Trinidad a 12 cuc cada uno.
Al día siguiente luego de un enorme desayuno nos buscó un coche (carro tirado por un caballo) que nos llevó 4 km. hasta la entrada de uno de los senderos del Parque Nacional Ciénaga de Zapata donde nos recibió Amauri, el guardaparque que nos guió durante un par de horas a un coto de 15 cuc por persona. Nos brindó mucha y muy buena información, tanto general como específica sobre detalles de aves, insectos o reptiles que aparecían. Observamos y comprendimos las características del ambiente, su suelo, el “diente de perro” formado por calizas que forman una estructura muy especial en punta que dificulta el caminar y hace imposible sentarse con comodidad. Debajo hay una falla no sísmica que se une al mar y permite la entrada de agua que erosiona algunos sectores y que se rompe generando los llamados “cenotes”, huecos que pueden ser enormes piletones de agua dulce o salobre que llegan a más de 50 metros de profundidad. Pudimos ver cocodrilo, varias especies de cangrejos, amarillo, rojo y blancos, algunos de agua y otros terrestres. El de agua de más de 30 cm. de diámetro. También observamos varias aves como el zorzal gato, zorzal común, colibríes, sinsonte (acá llamadas calandrias), tiñosa (nuestro jote cabeza roja) y otras.
Al mediodía volvimos en el mismo coche muy satisfechos y al rato nos pasaron a buscar para conocer la “Cueva de los Peces” donde practicamos buceo con tanque a 35 cuc por persona. Nos dieron una pequeña instrucción y fuimos al agua; allí practicamos durante 10 minutos y después recorrimos durante 25 minutos la zona de corales a 6 mts. de profundidad. Yo recordaba mis sensaciones de casi 20 años atrás y fueron las mismas o mejores. Formaciones muy raras y peces chicos medianos y grandes de los colores y combinaciones posibles. Fue como nadar en una pecera comercial. Al final los atraen hasta nuestro lado ofreciéndoles pan disuelto en una botella y pudimos tocarlos sin problemas. Al salir nos quedamos en la orilla y nos bañamos haciendo snorkel y disfrutamos de nuevo aunque en menor proporción.
Regresamos cansados y nos sentamos a comer el coco mientras conversábamos con Wilfredo.
Durante la noche llovió un poco y la mañana estuvo fresca. Tomamos un bus de turismo que recorre casi 50 km. hasta el criadero de cocodrilos (interesante pero escaso de información), allí nos esperó una rato hasta que lo recorrimos y volvimos con algunas paradas (el mismo sistema de otros pueblos). Nos bajamos en “El Tanque” un lugar cercano a la Cueva de los Peces pero sin la infraestructura ni la cantidad de gente y pasamos allí el resto de la mañana. Tratamos de filmar debajo del agua con un implemento que había comprado para adaptar a celulares o cámaras pero, si bien no entró agua, no sirvió ya que el acrílico donde se apoya el lente no permite hacer un buen foco. Nadamos bastante y comprobamos lo difícil que es caminar en el “diente de perro” (suelo cárstico). Alrededor de las 16 hs. tomamos el último colectivo (bus) de regreso.
En la cena Wilfredo nos sorprendió con un Cangrejo “Santoyo” al ajillo que resultó exquisito junto a las ensaladas, arroz, sopas y otros preparados de mucha calidad. El cangrejo es grande y es de mar; al igual que la langosta se lo captura con arpones, allí llamados escopetas. Luego de la cena conversamos un rato con un turista italiano, chef y su pareja que habían llegado un día antes y junto a Wilfredo nos reímos un rato tratando de interpretarnos entre el italiano, el español y el alemán de Wilfredo.
Por la mañana le dejamos a Wilfredo material en su computadora para que lo ofrezca en la escuela ya que no tuvimos tiempo de organizar una visita. Más tarde fuimos con él hasta la terminal de buses para tramitar los pasajes a Trinidad. Como Playa Girón aún no tiene internet por fibra óptica (están enterrando el cableado) la empresa de colectivos no asegura los lugares hasta que el colectivo llega o una vez que salió de la estación previa informando por teléfono los lugares vacíos que tiene… Por suerte como habíamos reservado varios días antes pudimos viajar sin problemas durante 3 horas hasta Trinidad pagando cada uno 13 cuc.

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Apenas bajamos en la vereda de la terminal aparecen una gran cantidad de personas ofreciendo alojamiento, excursiones, taxis, comida, etc. pero bajo ningún concepto cruzan la cadena colgante que marca el límite sobre la playa de los buses. Como estábamos cerca fuimos caminando a la casa que habíamos reservado desde Argentina y confirmado por teléfono con Wilfredo. Es muy útil contar con una aplicación en el celular off line (fuera de internet) con los mapas de los lugares de visitar ya que nos permiten ubicarnos exactamente al llegar.
Héctor nos estaba esperando junto a su madre, nos convidaron un jugo natural y nos explicaron cómo movernos en la ciudad. Está ubicado en el centro y todo queda cerca. La habitación es chica pero muy cómoda y tiene aire acondicionado, ventilados, heladerita y un baño amplio. Héctor ha sido jugador de beisbol en cuba y más tarde en Italia donde se formó como sommeliler y otras capacidades lo que le permitió abrir su propio restaurante en Roma. Entrenó a niños en su deporte preferido y luego de alrededor de 15 años decidió volver a su patria para “disfrutar de las ventajas de la revolución para su pueblo” a diferencia de Europa. Su madre no se queda atrás en cuanto a sus acciones. Es maestra, actualmente jubilada, y viajó para alfabetizar durante 2 años a Venezuela con el plan de alfabetización cubano “Yo si Puedo”.
La Villa de la Santísima Trinidad es la tercer villa fundada en Cuba, es una ciudad pequeña, colonial y agradable que combina montañas hacia un lado y el mar hacia otro. Justo con nuestra llegada comenzaron los festejos de su aniversario nº 504. Forma parte de la provincia de Santi Spíritu. Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y se ha prohibido modificar los frentes de las viviendas hasta 5 metros hacia adentro para preservar el aspecto arquitectónico.
Recorrimos el centro, muy antiguo y colonial, con mucho turismo. Hay cuadras específicas que faciitan los movimientos; la de los bancos y Cadecas (casas de cambio), la de los taxis, donde se acuerdan los precios para cualquier recorrido; la de la Plaza para señal de internet, etc.
Luego de un elegante y muy completo desayuno viajamos a un viejo ingenio azucarero en un tren (15 cuc c/u) que realiza un par de paradas para recorrer el viejo casco Iznaga, con una torre muy alta que mandó a construir su dueño para controlar los movimientos en su campo. En ese lugar hay una muestra importante de artesanos que ofrecen principalmente prendas y manteles de algodón y lino con bordados hechos a mano muy lindos y delicados. Algunos manteles grandes costaban 50 cuc. En ese lugar probamos una fruta que llaman manzana pera. Se trata de una fruta asilvestrada aparentemente proveniente de Tailandia que se adaptó y algunos cosechan sus frutos. Es un fruto muy rojo con forma de pera y con gusto similar a ella pero con una pulpa con otra consistencia que la pera común. La siguiente parada es en la planta donde estaban las grandes maquinarias y donde funciona un restaurant que ofrece el almuerzo. Nosotros salimos a caminar por los alrededores y a comer nuestros sándwiches. El regreso es por la misma vía donde podemos observar las chacras donde producen plátanos, maíz y caña de azúcar principalmente y llegando a la ciudad las viviendas y sus características en las afueras, las que no difieren demasiado de las que se ubican en un anillo externo imaginario alrededor del centro.
Los hermanos de Héctor viven en un campo en las afueras y producen ganado. Al igual que en Viñales de toda la producción el 70 % es para el Estado y el 30 % para ellos, con la previa entrega por parte del Estado de los elementos necesarios para producir (alambrados, alimento o semillas, etc.).
Luego de un rato de descanso salimos a cenar (19 hs.) spaguetti con queso y marinero para compartir ya que los platos eran enormes acompañados de pollo. Más ttarde caminamos un rato y fuimos a la Casa de la Trova donde varios grupos tocan en vivo alrededor de 45 minutos cada uno en un patio abierto y la gente sale a bailar mientras tomamos mojitos y piña colada.
La ciudad nos pareció muy linda y decidimos quedarnos un par de noches más pero Héctor tenía reservas y por suerte nos consiguió lugar en casa de un amigo a pocas cuadras. Sacamos pasajes a Remedios (14 cuc c/u) y tomamos un taxi (previo acuerdo de precio) 40 cuc para los tres para visitar el Parque Nacional Topes de Collantes, una cascada y regresar por la tarde. El camino está bastante bueno, se sube hasta los 1.200 mt. y hay muchas curvas. Los taxistas le tienen miedo al camino y manejan con mucho cuidado. A mitad de camino hay un mirador que nos permite observar las montañas a nuestra espalda, el valle donde está la ciudad y más lejos el mar con diferentes tonos y brillos de acuerdo a la posición del sol.
Llegamos a una casa que ofrece mostrar el proceso del café, probar uno y la venta de bolsitas de café molido de muy rico olor. Desde allí salimos por un sendero angosto rodeado de mucha vegetación lo que en silencio nos permitió ver muchas aves y plantas aunque con escasa cartelería. Al llegar a la entrada formal del sendero Vegas Grandes hay que pagar 1 cuc y casualmente empezamos la bajada (pronunciada) de alrededor de 500 mt. con el guardaparque del lugar lo que nos permitió conocer y descubrir varias especies de animales y plantas que de otra manera no hubiéramos observado y conocido.
El lugar es espectacular, un par de cascadas sucesivas que caen desde más de 40 metros y dos últimas a 10 mt. que forman un piletón de agua cristalina muy fría rodeado de gran vegetación. Había muchas personas de diferentes nacionalidades que se bañaban y tomaban fotografías de un lugar verdaderamente inolvidable.
El regreso fue bastante cansador pero ampliamente justificado.
Al llegar nos quedamos conversando con Héctor y luego de dejarle el material educativo para su madre nos grabó fotos de Fidel, una de las primeras películas de Cuba “Guantanamera” y nos regaló 3 billetes de 3 pesos nacionales con la imagen del Che.
Cenamos en un restaurant que funciona en una terraza y comimos pizzas de camarones y otra mitad hawaiana y mitad cebolla con mojitos y cerveza. Durante la cena actuó un conjunto muy agradable con una cantante con una voz muy dulce y un saxo que sonó muy lindo.
A la mañana siguiente nos mudamos a la casa de Roger y Oda, salimos a caminar y cambiar euros. El cambio estaba a 1.19024 por euro y de paso compramos tarjetas para internet.
De vuelta un taxi nos ofreció llevarnos a la playa (ya tenía gente arriba del vehículo) y como estábamos con todo listo aceptamos a 2 cuc por persona. La playa se llama Ancón y está a 15 km. de la ciudad. Se ingresa al costado de un complejo de hoteles internacionales. Vale la aclaración que al poco tiempo de instaurada la revolución (marzo de 1959) se declaró el uso público de todas las playas de Cuba, ya que eso estaba restringido a clientes del hotel o se aplicaba un criterio discriminatorio.
El día era muy ventoso y estaba fresco. Había mucha gente pero pocos se bañaban. Por la tarde nos metimos brevemente ya que las condiciones eran similares. Hubo un hecho muy casual que nos ocurrió ya que en la playa nos encontramos con la pareja de italianos que conocimos en casa de Wilfredo en Playa Girón y al regresar a Trinidad en la plaza Céspedes mientras tratábamos de conectarnos a internet nos encontramos con una pareja de alemanes que estaban en casa de Wilfredo también y se fueron al día siguiente de nuestra llegada. Parece que nuestro circuito no era demasiado original.
Al regresar dimos una vuelta por el centro visitando el Museo de la Lucha contra los Bandidos, que fue muy didáctico y pudimos subir a una torre a través de intrincadas y angostas escaleras pero disfrutamos de un paisaje muy lindo en medio de la ciudad.
De regreso disfrutamos de una cena espectacular con langosta con ensalada, sopa crema de calabaza, arroz y boniato, ensalada de fruta y flan. De sobremesa tuvimos una linda charla con la familia, con una línea de ron.
Roger me prestó un libro que describe la vida del padre de Fidel y de sus hijos. No llegué a terminarlo pero fue muy ilustrativo de la familia Castro Ruz y su participación en la historia cubana.
Amaneció nublado y luego de desayunar visitamos el Museo de la Historia; apareció el sol y al cruzarnos con el taxi que nos llevó ayer a la playa le dijimos que nos cambiábamos y volvíamos; nos dijo que nos esperaba y así fue. En 20’ estábamos camino a la playa. Estuvo con sol de a ratos y con viento pero nos bañamos y hasta hicimos snorkel más que ayer. En el horizonte se veía una tormenta grande pero por suerte siguió hacia el oeste. Disfrutamos de la playa leyendo y viendo el comportamiento de unas lagartijas marrones de cola enrollada muy pintorescas que viven en los huecos de las raíces del árbol Uva de Playa, que tiene hojas redondas con nervaduras rojas. También los Totís o María Mulata como le dicen en Colombia que buscaban entre las mochilitas los restos de comida apenas nos íbamos al mar.
Al regresar fuimos a saludar a Héctor y su madre y por la noche Roger y Oda cumplieron la promesa de festejarle de manera anticipada el cumpleaños Nº 24 a Julieta, nuestra hija. Como Roger es barman le preparó todo para que ella prepare daiquiris para todos. Salieron muy ricos y a eso le siguió ron, vino blanco y sangría ya preparada comercialmente durante las inolvidables charlas sobre los más diversos temas cubanos y argentinos. Le regalaron un hermoso sombrero de paja que sobrevivió a todo el viaje.
Muy temprano salimos caminando y en bici taxi (3 cuc) con los bolsos hacia la terminal, llegamos 7,40 y nos encontramos que el colectivo/bus se había ido. Nosotros estábamos seguros que nos dijeron 8,30 y debíamos estar una hora antes para confirmar el lugar (sino lo vuelven a vender). Incluso teníamos una foto del cartel pintado en la pared con ese horario. Nos pidieron el pasaje impreso y allí decía 7,30… pero casi no se veía y la duda fue que los compramos juntos con mi hija y ambos estábamos seguros de la hora. Nunca sabremos si fuimos nosotros los tontos o la persona que nos lo vendió. Con buena predisposición o con culpa nos devolvieron el 75 % del valor y como no había posibilidades de otro viaje hasta el día siguiente optamos por gastar algo más y viajar en taxi. Avisamos en casa de Héctor ya que nos había organizado para que nos buscaran en la terminal de Remedios y buscamos un taxi que por 60 cuc contra los 14 cuc por persona que costaba Viazul. El viaje fue muy interesante porque el conductor fue militar e ingreso a las fuerzas armadas a los 15 años y su padre estuvo en las filas de Fidel y Raúl Castro en Sierra Maestra. Otro diálogo muy enriquecedor y llegamos antes que el colectivo.

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