Si llevábamos dos semanas madrugando, aquel día batimos el record, abriendo el ojo a las 12:00 de la noche y tras solo 3 horas y algo de sueño. Nos vestimos abrigados rápidamente y esperamos la furgoneta en el patio del hotel donde el dueño nos había preparado un té caliente y unas galletas.
El transporte llegó y la expedición estaba formada por una chica francesa muy jovial, un indonesio muy callado, un matrimonio alemán muy sociable, el chofer, su amigo-copiloto, y nosotros dos. Tardamos algo menos de una hora en llegar, en un camino a oscuras que parecía “La Tarantula” del Parque de Atracciones de Madrid por los botos y latigazos imprevistos derivados del terreno y la conducción temeraria de los indonesios.
Una vez en el “campo base”, nos dejaron en la cafetería, donde se podían comprar sopas calientes y bebidas así como alquilar (roñosos) abrigos. Nosotros íbamos servidos así que nos limitamos a esperar. En ese rato nos repartieron las máscaras de gas y las linternas frontales, pero de lo segundo a nosotros no nos tocó… El guía nos dijo que el día anterior muchos no se la habían devuelto. Supongo que es su excusa para los 365 días del año. En fin… a las 2:05 comenzamos a andar y lo cierto es que aunque era noche cerrada, con las linternas del los guías, del resto de gente y sobre todo con la luz de la luna, nos fue suficiente. Nosotros teníamos las nuestras pero eran un poco incómodas porque tenías que mantener el botón pulsado… y a unas malas podíamos tirar de la del móvil, pero no hizo falta ni siquiera cuando nos separamos del grupo. La luna estaba espléndida.
Fuimos en el grupo de cabeza, andando lento pero seguro y sin parar. Es la mejor forma de hacerlo para no acabar echando el hígado. A pesar de mi aún lesionado pie, pude hacerlo. Es cierto que es muy empinado, de hecho luego al bajar de día pensamos que de haberlo visto con luz seguro que nos habría costado mucho más… El aspecto psicológico es muy importante en estas cosas.
El último tramo es mucho más llano y llevadero, pero nos vino un aroma a azufre y decidimos ponernos las máscaras, pero sólo durante un tramo. Y así, conseguimos llegar al borde del cráter de los primeros… pero ahora empezaba otra fase: La bajada al cráter. Son 40 minutos pero el terreno es muy irregular, estrecho y escarpado, es de noche, no hay barandilla y se juntan los que bajan con los que suben, provocando pequeños atascos y multiplicando la posibilidad de un efecto dominó fatal en caso de tropiezo. A todo esto, hay que añadirle, los mineros cargados de azufre que también transitan la zona y tienen que lidiar y pasar el mismo sendero que los turistas para ganarse la vida.
Con paciencia y mucho cuidado, descendimos y nos colocamos en un buen lugar para ver el fenómeno del fuego azul, prácticamente único en el mundo. Esta reacción es provocada por el azufre en combustión y aunque en directo no es tan impresionante como en fotos, es algo digno de ver… pero ojo, es peligroso. En el borde del cráter advierten del peligro de descender pero ahí todos los turistas vamos a lo mismo y está normalizado. Ahora, si algo pasara…. Haberlo pensado antes.
Uno de mis mayores miedos antes de la visita era la calidad del aire. Había leído experiencias que lo calificaban de “irrespirable” incluso con la máscara, sobre todo según la dirección del viento…Afortunadamente, nada de eso ocurrió. Apenas había aire y soplaba en dirección contraria, así que no notábamos ni un ligero tufillo como sí habíamos hecho en el último tramo del camino.
No estuvimos ahí demasiado rato para no tentar a la suerte, así que iniciamos de nuevo el ascenso antes de que empezara a llegar el grueso de gente, a la cual nos cruzamos por el camino y una vez arriba, nos preparamos para esperar el amanecer.
Íbamos con mayas térmicas, sudadera, impermeable (todo lo que teníamos que pudiera abrigarnos) y tuve la precaución de echarnos los sarongs a la mochila, así que nos vinieron de perlas, porque nos tapamos con ellos y nos resguardamos en una zanjas hasta que salió el sol. Cuando lo hizo, el espectáculo fue mayúsculo: El lago azul del Kawah Ijen a un lado y un mar de nubes atravesado por la cima de volcanes vecinos al otro.
Disfrutamos tranquilamente de las vistas y cuando ya tuvimos suficiente, regresamos hacia la base asombrándonos de todo lo que habíamos subido.
A las 7:05 ya estábamos abajo. El resto del grupo no tardó en llegar y aunque teníamos programada una visita a unas cascadas, decidimos entre todos no visitarlas y regresar a nuestros hoteles lo antes posible. Todos cambiábamos de destino aquel día. En ese momento nos lamentamos mucho de no haber comprado con antelación los billetes de tren destino Probbolingo, la antesala del volcán Bromo. El último tren que podíamos coger era a a las 10:00 pero pero no teníamos muy claro a qué hora terminaban las excursiones del Bromo y por lo que habíamos investigado, íbamos a ir muy justos…. Lo dejamos un poco en el aire pensando que allí sobre la marcha seguro que encontrábamos solución y sabiendo que había autobuses, pero no los horarios.
Todo esto lo habíamos comentado el día anterior con el dueño del hotel, ante la falta de agencias y nos había propuesto el proporcionarnos un conductor privado. Nosotros habíamos intentado pr nuestra cuenta negociar con gente de la calle en nuestro paseo de la noche anterior pero, al contario del resto del país, no había gente por la calle ofreciéndonos transporte y con los pocos con los que intentamos hablar, no tenían ni idea de inglés. Al final, para más seguridad, decidimos ir adelante con la opción del conductor del hotel. Supuestamente, teníamos que llegar a la estación de tren de Probolinggo antes de las 17:00 hrs, hora hasta la que suelen estar en servicio las furgonetas hasta Cemoro Lawang, llegar más tarde podría significar que luego te pidieran cualquier burrada por llevarte hasta allí o lo que es peor, no llegar. Seguro que luego sobre el terreno no hubiese sido tan drástico pero no quisimos arriesgar, así que hubo que pagar la friolera de 1.800.000 R (107€) por que nos llevaran hasta Cemoro Lawang, hicieran noche allí y al día siguiente, después de ver el Bromo, nos dejaran en Malang, donde sí teníamos billete de tren reservado. Son 250km, que en Indonesia se traducen en casi 7 horas (que luego fueron más).
Así, desayunamos tortilla, arroz y té en el hotel nos duchamos, descansamos un poco y a las 12:00 un muchacho joven con pinta de pretender a una banda de moteros indonesia nos vino a buscar en un flamante todoterreno. Nos consolamos por el desembolso pensando quer iríamos frescos y cómodos. Pagamos al del hotel, aunque nos hizo ninguna gracia hacerlo por adelantado… y comenzamos la larga ruta.
Al poco de salir, el conductor, que apenas hablaba 2 palabras en ingles, nos dijo que íbamos a recoger a un amigo suyo. Pensamos que era para dejarle en alguna parte y esulta que se vino todo el viaje…. Al principio no nos hizo gracia, pero bueno. Con la app maps.me (ya nos habíamos quedado sin datos en la tarjeta SIM) iba siguiendo el camino e íbamos bien, por si acaso les daba por secuestrarnos…
Paramos a comer en mitad de camino, en una ciudad llamada Situbondo, concretamente en Oriental Purnamo, un restaurante que ellos eligieron. Pedimos algo básico como nasi goreng y mie goreng, con agua y unos helados. No costó 103.000 R y ellos comieron por su cuenta.
Continuamos el viaje y llegamos a Probolinggo pasadas las 5 pero ya de noche. El pueblo parecía no acabar nunca y se suponía que en algún punto teníamos que girar a la izquierda, pero ese momento nunca parecía llegar. Pregunté al chico que cuanto quedaba y me dijo que 3 horas. Le dije que el del hotel nos dijo que a esas horas ya deberíamos haber llegado, que si estaba seguro del camino… pero el parecía no entenderme y como tampoco tenía GPS ni internet en el móvil fue un poco locura. Le dije que parara y preguntara a un Policía que estaba allí y él fue oír la palabra y se asustó mucho. Tanto, que llamó al del hotel para que aclaráramos la situación. Le dijimos que sólo queríamos asegurarnos de que iba bien, porque para entonces según nos había dicho ya deberíamos haber llegado y nos dijo que aún quedaban 3 horas. El del hotel actuó de traductor y la cosa se recondujo. Un cuadro.
De noche cerrada, cerretas estrechas d montaña sin iluminación, llegamos a Cemoro Lawang. Había que pasar una pequeña tasa para acceder al pueblo, peo se ocupó el chofer. También llamó al teléfono de la reserva del hotel y un chico joven vino abrirnos. No había ni recepción, era un rollo guest house y estábamos solos.
Dejamos las cosas y fuimos a la desértica plaza a ver si había algo de comer. En un pequeño cuchitril lleno de locales comimos una deliciosa sopa de noodles y pollo interactuando con los amables lugareños. La situación nos recordó mucho a los días de trekking en Nepal.
Ya con el estómago lleno, nos fuimos a descansar a la sencilla y confortable cama. El día siguiente, madrugón de nuevo.
GASTOS DEL DIA PARA 2 PERSONAS
Excursión nocturna al volcán Ijen: 700.000 R
Conductor Banyuwangi-Cemoro Lawang – Malang: 1.800.000 R
Comida: 103.000 R
Cena: 50.000 R
Otra vez madrugando más que el sol, pero ese dái estaba más que justificado: Ver el amanecer frente al Bromo prometía ser una de las mejores experiencias de nuestra vida ya sí fue. A las 4:30, más tarde de lo que inicialmente habíamos pensado, nos despertamos y nos dirigimos hacia el hotel Cemoro Indah para tomar el camino que sube hacia los miradores. Esta vez sí contábamos con nuestras linternas.
A lo mejos, veíamos puntos de luz de la gente que ya subia por la montaña, pero nosotros no teníamos pensado subir tan alto. El inicio del camino es llano pero luego se va complicando. A las 5:20 ya comenzaba salir la luz y nosotros pasábamos el primer mirador. Algo más arriba vimos un caminito en nedio de una huerta, ne una ladera y decidimos ir por ahí… era algo escurridizo pero sin riesgo si se iba con cuidado y..... ACIERTO: Vistas impresionantes totalmente en soledad. Sim árboles ni cabecitas de por medio. Y sí, sin ningún tipo de duda es uno delos paisajes más increíbles que hayamos visto y jamás veremos.
Después de disfrutar de la imagen, descendimos sobre las 6:00. Teníamos pensado atraversar por nuestra cuenta el mar de arena hasta llegar a la base del bromo por un sendero junto al hotel Cemoro Indah. De esa forma, el acceso es gratis, pero desde arriba vimos otra senda más cercana por la que bajaban los caballos, así que intentamos ir por allí y de nuevo, sin problemas. Acabamos de polvo del suelo hasta las orejas, pero las vistas desde Laut Pasir, esa extensión de arena, también eran de película.
A medida que nos acercábamos a la base, eso parecía una romería… lleno de puestos, furgonetas y hordas de turistas. Aún nos quedaba el tramo más duro, la subida al cráter entre piedras y escaleras abarrotadas. Las cenizas del volcán habían sepultado las de bajada y todos subíamos y bajábamos por las mismas, ya de por sí bastante estrechas, con el consiguiente atasco.
A las 7:30 llegamos, por fin, al borde del cráter. Sin palabras. No he visto nada más grandioso en mi vida. El inmerso cráter rugiendo, bullendo, rodeado de un entorno de cine. No hay forma de explicar lo que es si no se está allí… Había visto fotos y fotos, pero nada le hace justicia.
Se puede rodear el cráter pero no me parece un terreno nada estable. El suelo es de arenilla y ceniza y solo hay valla en el tramo más cercano a la escalera. No quisimos ser tan temerarios y tampoco teníamos tiempo así que no nos alejamos demasiado de la zona.
Bajamos las escaleras y en la base decidimos tomar dos motos que nos llevaran al hotel. Hay un montón de chavales que ofrecen el servicio. Fue bastante divertido la verdad.
Pagamos 50.000 R cada uno, nos duchamos con agua helada (porque no funcionaba la caliente) y desayunaos en el mismo puesto que la noche anterior bebida de maíz, leche con jengibre, unos bollitos einvitamos al chofer y a su amigo a unos cafés. Habían dormido en el coche los pobres. Todo nos costó 30.000 R.
A las 9:30 dejamos Cemoro Lawang y lo que en teoría era un camino de 2 horas hasta Malang, yendo por una ruta que previamente yo había calculado por detrás del Bromo y que marcaba Google…. Se convirtió en 3 horas, volviendo hasta Probolinggo y pasando por Surabaya. De haberlo sabido, habría cogido el tren desde allí, porque luego paramos en esa misma ciudad a recoger a más viajeros 2 horas después de haber salido de Malang.
Llegamos 40 minutos antes de la salida del tren y fuimos a comer a un sitio cercano, pero la comida esaba rematadamente seca y recalentada, así que con las mismas, pagamos 60.000R y lo dejamos entero.
Imprimimos los billetes en la máquina de la estación con el código de reserva que llevaba y subimos al tren, limpio, moderno y mu frio, pero con la gente muy ruidosa a pesar de ir en clase superior. A media tarde de un rato fuimos al vagón restaunrate y compré un pack de pollo frito y arroz y dos bolsas de yuca por 80.000R y con eso fuimos tirando.
Una cosa que nos llamó la atención es que en determinada parada, en lugar de cambiar de vía al tren, cambaban manualmente todos los asientos de sentido, incluidos los nuestros. Nos quedamos dormidos y nos desperaron al lelgar a Yogyakarta, así que ya de noche pasamos por la calle Malioboro de camino al hotel y como no teníamos hambre, ni cenamos. Nuestro aljamiento estab aun poco escondico, pero temrinamos dando con él. Era una estancia bastante básica aunque contraté la opción deluxe…. En cualquier caso, era suficiente y tenía televisión y aire acondicionado. Lo malo es que se oía todo el rato el sonido de la lavadora y de los aviones.
Me costó un poco coger el sueño y menos mal que desechamos ir a Borobudur a ver el amanecer para tener algo de tregua, porque si no hubiese ido de empalme.
GASTOS DEL DIA PARA 2 PERSONAS
Desayuno: 30.000 R
Comida sin comer: 60.000 R
Merienda-cena en el tren: 80.000 R
Esto se acababa pero aún teníamos que exprimir nuestro último día en Indonesia, por eso nos levantamos a las 6:30, había mucho por hacer. Nos duchamos y desayunamos en el hotel (incluido), fruta y huevos revueltos. El dueño nos ofreció la posibilidad de traernos un taxista de confianza por 400.000R y aceptamos. Había leído que se podría regatear hasta 300.000 pero por esa diferencia, nos quisimos volver locos y preferimos tener ciertas garantías para reclamar a alguien en caso de que pasara algo, ya que todo nuestro equipaje se iba a quedar en el coche mientras realizábamos las visitas.
Así, vino un señor mayor de lo más entrañable en un espacioso y moderno todoterreno. Probablemente fuera también el conductor más prudente de todo el país. Por fin alguien que conducía como si no estuviera jugando el GTA.
El del hotel nos dijo que le pagáramos todo a él al principio, y le dijimos que mitad y mitad, ya que tenía que cuidar de nuestras cosas y queríamos garantías. Les pareció bien así que salimos hacia Borobudur y no llegamos hasta pasada una hora. Pagamos 10.000 para acceder al parking y quedamos en un punto con nuestro conductor para encontrarnos después.
Compramos las entradas combinadas para Borobudur-Prambanan, una para adulto por 560.000R y otra de la modalidad estudiante por 350.000. Conseguí que me aceptaran para ello el carnet joven… pero no fue fácil. El chico de la caja me dijo que, por el logo, eso era la “European Youth Card”, pero le convencí diciendo que era un carnet combinado y que el escudo de mi universidad era el de la Comunidad de Madrid.
Pasamos al recinto y desde luego que nos recordó a los “peores” templos de Bali. Peores en el sentido de aglomeraciones, porque estaba llenísimo de gente… pero sobre todo de grupos turísticos chinos. Ya sabéis lo que eso significa.
No obstante, el templo nos encantó… no podría ser de otra manera siendo el mayor templo budista del mundo. Sin embargo, yo me lo imaginaba algo más extenso, pero igualmente fue una pasada y apartándonos un poco del meollo, pudimos tener momentos en soledad y sacar alguna foto decente sin nadie más jugando con la perspectiva.
La experiencia, que no el templo en sí, nos recordó mucho a la visita que hicimos a los templos de Angkor. A Borobudur también le rodea un halo de misterio… Parece que fue abandonado precipitadamente allí por el siglo XIV y no fue descubierto entre la jungla hasta el siglo XIX por el entonces Gobernador Británico en Java, que se afanó en restaurarlo y divulgarlo como gran hallazgo mundial…. En la época no tuvo mucho impacto siendo elipsado por los grandes hallazgos del Antiguo Egipto.
Concluida la visita, nos reunimos con nuestro chófer en el parking para ir al siguiente destino Prambanan. Por el camino vimos paisajes alucinantes salpicados de volcanes, donde destacaba entre todos el Merapi, que ha dado un susto que otro a los habitantes de la zona.
Casi 2 horas después, llegamos al templo de Prambanan y pagamos otras 10.000 R para acceder al parrking. Como habíamos comprado entradas combinadas, ya no teníamos que pasar por caja de nuevo y nos dirigimos a la parte más turística del recinto.
Otra maravilla. Alucinante. De hecho, nos gustó más que Borobudur, aunque siempre había imaginado lo contrario.
Este complejo alebrga más de 200 templos hindús y se pueden alquilar bicicletas para verlos enteros. Nosotros hicimos lo que la mayoría de los turistas y nos quedamos en los más populares y próximos a la entrada…. Va en contra de nuestro carácter pero el cansancio y el calor ya hacía mella.
Cuando nos encontramos satisfechos, concluimos la vistita y como para salir hay que pasar por distintos restaurantes y tiendas, paramos en el que nos pareció más local de todos pero que no tuviera expuesta comida en el escaparate (porque luego la recalientan) y pasamos a disfrutar de nuestra última comida en Indonesia. La verdad es que por unas cosas o por otras, Java estaba siendo un fiasco gastronómicamente hablando, algo que nos pesaba con lo bien que habíamos estado comiendo en Bali, Lombok, Gili y Flores. No íbamos a pedir que estuviera a ese nivel, pero esperábamos poder despedirnos con unos platos decentes.
Mi novio bromeó con la chica del puesto a este respecto y ella se afanó muchísimo por que así fuera, se la veía hasta apurada a la pobre. Pedimos una selección de platos que nos gustaban bastante: dos ayam goreng (pollo frito), un gado-gado (verduras hervidas con salsa de cacahuete), un mie goreng (fideos fritos) especial de Java, dos Sprites y un coco enterio. Así, sí. Comimos estupendamente por 125.000 R.
Compramos algunas pulserillas en el mercadillo a un precio irrisorio y unos helados en el Indomarket y regresamos al coche para poner rumbo al aeropuerto. Una vez allí, presamos por nuestra cuenta las maletas y, como era de esperar, nos pasamos…. Nada que no se pudiera arreglar yendo a los baños a ponernos ropa encima y llenar todos los bolsillos con lo más pesado.
El caso es que en ningún momento nos pesaron las maletas de mano, así que accedimos y esperamos nuestro turno para embarcar en la abarrotada sala, coincidiendo con varios viajeros que habíamos visto en Bali.
A la hora prevista, el avión despegó elevándose sobre la isla de Java y llegamos a Kuala Lumpur a las 21:15, tal y como estaba programado. Al no tener que recoger maletas, salimos muy pronto fuera de la terminal y cogimos el autobús de las 22:00 hacia KL Sentral por 12.000 MYR cada uno, la forma más económica de llegar al centro. Además nosotros en esa ocasión teníamos el hotel precisamente ahí para ahorrar tiempos, así que venía genial.
Tardamos 1h y 5 minutos y por no andar deambulando por la zona, que por la noche no tiene tanta vidilla con el centro ya que está más orientada a los negocios, cenamos en el McDonald’s de la estación por 38.000 MYR los dos.
Fuimos andando al hotel (My Hotel @ Sentral 2) pero tardamos un poquito. La zona es muy laberíntica en cuanto a carreteras y poco peatonal hasta que llegas al barrio hindú. La habitación nos pareció super cómoda y confortable…. Me di una ducha eterna y descansamos como bebés.
GASTOS DEL DIA PARA 2 PERSONA
Taxi Ruta por templos de Yogyakarta: 400.000 R
Entradas combinadas Borobudur – Prambanan (General + Estudiante): 910.000 R
Parkings Borobudur y Prambanan: 20.0000 R
Comida: 125.000 R
Postres: 37.000 R
Autobús Aeropuerto de KL – KL Sentral: 24.000 MYR
Cena: 38.000 MYR
¡Qué viaje más bonito! a pesar de todo, me parece que ha sido un gran viaje. Y el diario fantástico, con las fotos de las comidas me he quedado babeando.
@ALFMA ¡Muchísimas gracias! La verdad es que en los viajes siempre nos pasan cosas pero nunca ha llegado la sangre al río y recordamos esas anécdotas con muchas risas e infinito cariño. Lo hemos pasado fenomenal y no vemos la hora de cargarnos las mochilas de nuevo el año que viene
@marimerpa ¡Muchas gracias! Ha sido un viaje estupendo, el mejor y más completo de todos hasta ahora.... cada día disfruto más viajando ¡no sé como lo hago! Y las comidas... no concibo unas vacaciones sin acompañarlas de una buena gastrnomía
Hola MarinaW! Me ha encantado tu diario. Me ha servido de guía para seleccionar mi itinerario, y será muy similar. Solo quería darte las gracias y la enhorabuena.
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Hola!!
Yo viajo en noviembre y me quedo 6 semanas aprox.
Aunque no coincidimos he leído tus mensajes y me he dicho, pues dile algo!
Me miro Borobudur vs Yogyakarta y Bukit vs Klotot, gracias...
Mi programa es Java-Borneo-Sulawesi-Raja Ampat-Bali-Gili
A disponer si quieres comentar!!
Hola Suke
Te puedo asegurar que Bukit Lawan no tiene nada de auténtico. Tiene la parte buena que está próximo a Medan, así que la inversión de tiempo es pequeña. Si quieres ver orangutanes rodeada/o de decenas de personas, mientras les ponen comida para que bajen y pueda hacerte un selfie es un lugar correcto.
Si quieres hacer un avistamiento de orangutanes sin interacción humana, entonces Ketambe y algún otro pueblo de alrededor es el destino. Cierto es que cuando vas. ABukit no es temporada alta y habrá menos turismo. También es cierto que en Bukit los verás y en Ketambe se ven...o... Leer más ...
Muchas gracias por la información, lo tendré en cuenta para la próxima . Vamos ahora en agosto, que tengo entendido que es temporada seca, así que espero que podamos verlos.
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