Nos levantamos prontito, otra vez, porque el vuelo a El Cairo es a las 9:20 de la mañana, esta vez viajamos con Nile Air, el vuelo nos había salido muy barato, 38€ (solo ida, claro) y nos sorprende gratamente esta aerolínea, el avión es grande y espacioso y nos dan una cajita con dos sandwiches y una bebida para un vuelo de 1h y poco... que mal acostumbrados estamos con las low cost europeas!
Al llegar a El Cairo pedimos un Uber y nos vamos a casa de J y R. Su hija mayor está con fiebre, así que R se queda con las dos en casa y J nos quiere llevar a otro sitio que no recuerdo... en el trayecto, con ese tráfico cariota, le contamos lo que nos ha gustado el espectáculo de luz y sonido del Philae, así que cambiamos de opinión y nos vamos directamente a ver el de las pirámides! Qué emoción! Nos tiramos en el taxi... la vida! pero llegamos a tiempo de pagar la entrada, sentarnos, y empezar!
POR FIN! LAS PIRÁMIDES!! Preciosas de noche e iluminadas! El espectáculo en sí nos gusta, pero no nos llega a emocionar como el del templo de Isis, es diferente...
Después J nos lleva a cenar a un barco amarrado en el Nilo, hay varios, sirven comida occidental, hamburguesas y esas cosas... las vistas son muy chulas y aunque no hay mucha gente se ve un ambiente occidentalizado, las chicas van sin hijab y llevan faldas cortas, van muy arregladas y hay parejas abrazadas.
Después de cenar, volvemos a casa, tenemos bastante cansancio acumulado de tantos madrugones
Hoy nos vamos a ver el Museo Egipcio de El Cairo.
J y R no pueden acompañarnos porque su hija pequeña participa en una obra de teatro en el colegio. Nos recomiendan ir a desayunar a un sitio cerca del museo, y para allá que nos vamos, pero aún es temprano y no abren hasta dentro de 45 minutos...
Nos ponemos a callejear y vemos unas mesas con gente tomando café, en una de ellas hay varios hombres y uno nos pregunta en inglés ¿queréis un desayuno egipcio? le damos las gracias y nos sentamos por nuestra cuenta, se acerca el camarero y le pedimos dos tés, y le preguntamos si hay algo de comer, nos señala otro sitio más lejos en esa calle, él solo tiene bebidas. Decidimos tomarnos el té y volver al restaurante que nos habían recomendado nuestros amigos, y allí en esa terracita en la calle, se estaba de maravilla, la verdad... y de pronto dijimos ¡anda! no deberíamos estar bebiendo esto, en un sitio cutrecillo... de ahí vienen las diarreas... pero chica, la aventura es la aventura! y estábamos tan agusto!
Volvimos al otro restaurante y desayunamos tahini y tamia, una delicia!
Y para el museo que nos vamos!
En esas que nos llama J, se habían equivocado de hora y llegaron a la función de la niña cuando terminaba!
La parte buena es que le dio tiempo a venirse al museo con nosotros, y como él ya ha estado muchas veces, nos estuvo contando un montón de cosas.
El Museo Egipcio de El Cairo es una maravilla en muchos sentidos, por los tesoros que tiene en sus vitrinas y también por su estética, parece que no han hecho ninguna reforma desde los tiempos de Howard Carter, y eso le da un aire romántico, como sacado de La Momia o de Indiana Jones.
El tesoro de Tutankhamon nos encantó, la parte de Amarna también, pero lo que más nos impactó fue la sala de las momias, hay que pagar una entrada a parte, pero creo que vale la pena!
Después del museo J se fue a buscar a R y nosotros nos dirigimos a la Torre de El Cairo, allí hay un restaurante y quedamos con ellos más tarde para comer ahí. Las vistas son también increibles, pero el día estaba un poco encapotado, esta vez no alcanzamos a ver las pirámides; el restaurante da vueltas y así no te pierdes ningún ángulo de la ciudad!
Se nos hizo de noche allí, y ese día yo creo que ni cenamos!
Y por fin llegó el día de ver las Pirámides!!!
J nos aconsejó hacer la visita con un guía que él conoce, Suleiman, habla español y le ha contratado varias veces. Fuimos con Suleiman y con un chófer en una minivan para nosotros solos
La primera parada fueron las Pirámides de Giza, obviamente. Otro sueño hecho realidad! como dijo Napoleón: "Desde lo alto de estas pirámides, 40 siglos nos contemplan".
Entramos en la Gran Pirámide, la de Keops (tb se paga a parte) llegas a la cámara del rey después de subir un corredor bastante empinado, han puesto como unos escalones de madera para que sea más fácil, además hay que ir agachado, y entre la gente que sube y la que baja no veas que diversión! je je!
En la cámara del rey huele como a amoníaco (por no decir a pis...) y por supuesto, no dejan hacer fotos si no es pagando (se tiene que comprar una entrada especial en la taquilla); yo acerqué mi cara a la pared, y el vigilante me vio y me hizo unas señas como diciendo: espera que se vaya la gente y hablamos
Como la sala tiene eco, me puse a cantar bajito y me mandó callar; se me acerca, me marca un sitio en el centro de la sala y me dice, cuando se vaya la gente me das una propina y puedes rezar...
Bueno, mi intención no era rezar, así que... allí le dejamos!
Entramos también al pequeño museo donde tienen la barca solar, muy interesante también.
Después fuimos a un mirador donde la vista de las tres pirámides es preciosa, y de allí a la Esfinge.
Cuando terminamos, nos fuimos a ver la pirámide escalonada de Djoser en Saqqara, la verdad es que esa debería ser la primera visita de todo el viaje, puesto que es la más antigua.
De allí nos dirijimos a la Pirámide Roja; esta también nos fascinó, para empezar apenas había gente y se podía entrar dejando una propina al vigilante; bueno, qué impresión! entras por un corredor parecido al de Keops pero hacia abajo y mucho más largo y empinado. Una pareja de españoles que salía cuando nosotros entrábamos nos sugirieron que bajáramos de espaldas, es mucho menos cansado para las piernas! El pasillo parecía no acabar nunca y volvía a oler fatal (amoníaco o pis). Al final llegas a una cámara donde no hay luz, otro pasillo cortito, otra sala, esta sí con luz, donde hay unas escaleras de madera que te llevan a otra sala más, todas vacías por completo. Hacía mucho calor dentro, y el olor era insoportable, hicimos unas fotos y patapum p'arriba!
Quedamos con J y R en el parque Al Azhar, nosotros llegamos antes, hay que pagar entrada, y se nos colaba todo el mundo, debe haber algo cultural que no entendíamos...
Cuando ya pudimos entrar, éramos los únicos extranjeros! Nos subimos a un mirador muy chulo, las vistas de la zona islámica y de la Mezquita de Alabastro son preciosas. J nos llama, ya habían llegado y nos esperaban en un restaurante que hay dentro del parque, al dirigirnos hacia allí pasamos por un baño público, y necesito entrar... Qué experiencia! soy la única sin hijab, la señora que vigila el baño me dice algo en árabe que no entiendo pero que supongo que es "pasa, pasa, en este mismo te puedes meter" y le dice a una chica algo que supongo que es "deja pasar a esta chica". En los baños no hay una cola para todos, si no que cada uno tiene su pseudo cola, las mujeres entran y salen y no se sigue ningún orden... Mientras espero que me toque a mi, la chica que me tiene que dejar pasar me dice cosas que no entienedo pero que me imagino que es "después de esta vas tu", entretanto yo pienso "podría irme al baño del restaurante y sería todo más fácil, pero me perdería esta experiencia!" Cuando está a punto de tocarme a mi, entran dos mujeres mayores, una se pone delante de mi puerta, y le dice algo a la chica que supongo que es "ahora paso yo que soy una señora mayor" la chica me mira sonriendo y me dice algo, que supongo que es "deja pasar a esta señora y ya vas tu"; la señora termina y entro yo, al salir la chica y yo nos sonreimos y entra ella, le doy una propina (se hace siempre) a la señora que cuida el baño y me voy alucinando de ese momento que la gente que viaja en un tour se pierde!
Nos vamos al restaurante, que ya nos están esperando J, R y las niñas, el sitio es espectacular, alucinamos con los sitios a los que nos llevan!
www.azharpark.com/Studio_Misr.html
Cenamos y para casa! Mañana último día...