![]() ![]() Orangutanes, volcanes y un poquito de Bali ✏️ Blogs de Indonesia
Orangutanes en Borneo, Borobudur, Prambanan, Surakarta, Bromo, Ijen, y salto a Bali para bucear.Autor: Nachingo Fecha creación: ⭐ Puntos: 0 (0 Votos) Índice del Diario: Orangutanes, volcanes y un poquito de Bali
01: Itinerario y gastos.
02: 03-08-19. Llegada a Jakarta.
03: 04-08-19. Traslado a Kalimantan y primera visita a los orangutanes.
04: 05-08-19. Segundo día con los orangutanes.
05: 06-08-19. Nos despedimos de Borneo y llegamos a Jogyakarta.
06: 07-08-19. Borobudur y Prambanan.
07: 08-08-19. Surakarta, Candi Cetho y Candi Sukuh.
08: 09-08-19. Día de transición hasta el Bromo.
09: 10-08-19. Excursión por el Bromo.
10: 11-08-19. Subida al Ijen y ferry a Bali.
11: 12-08-19. Primer día de buceo.
12: 13-08-19. Segundo día de buceo y excursión de Adela.
13: 14-08-19. Cuando se me inunda la cámara.
14: 15-08-19. Candidasa y Pura Besakih.
15: 16-08-19. Comenzamos la vuelta. Tirta Gangga y Penglipuran.
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Etapas 10 a 12, total 15
No sé si llamar madrugar a esto que hicimos este día, o quizá trasnochar. La cosa es que nos levantamos a las doce de la noche, y a las doce y cuarto ya estábamos en marcha en el coche con nuestro nuevo guía, que nos acompañaría en la excursión. Tardamos unos cuarenta minutos en llegar al sitio desde donde se sale, Paltuding. Yo pensaba que el levantarse tan pronto es porque si no no te da tiempo a hacer la actividad. Pronto me di cuenta que no, que no había excesiva prisa. Lo primero es tomarse un café. Aquí posiblemente haga más frío en el que Bromo, pero no corría tanto aire, y además, en cuanto empiezas a subir, entras en calor rápido. Adela aprovechó para comprar un par de bragas para el cuello en este café. Tras algo más de media hora, que yo pensaba que me hubiera sabido a teta quedarme en la cama, emprendimos la marcha. La excursión son 3 km. de subida, bastante empinada pero por un camino de tierra apelmazada sin mayor problema. Bueno, a mí me pareció que sin problema, pero vimos un par de muchachas que les había dado un jamacuco y se habían medio desmayado del esfuerzo. Cuando nos quedaba un km. para la cima, la parte más sencilla donde ya llanea, nueva parada a descansar, o a mí me daba la impresión de que parábamos simplemente a hacer tiempo. Nosotros llevábamos un par de buenos frontales, que nos vinieron fenomenal, porque el pobre guía nos tenía preparadas una linterna de mano que alumbraba menos que un dedo… Eso sí, las máscaras que nos llevó era de lujo, de esas con filtros circulares, que menos mal. Yo pensaba que unas mascarillas de esas blancas hubieran valido y, qué va… Pues después de los 3km de subida viene uno de bajada, este ya un poco chungo, según te metes en el cráter, entre rocas sueltas, y un poco expuesto. Bajas viendo los frontales de la gente, pero sin ninguna referencia más. Es de noche cerrada. Aquí volvimos a estar parados un buen rato. Nuestro guía se reía de la gente que había bajado tan pronto, diciendo, se les va a comer la nube de azufre. Y efectivamente, esa nube irregular, que tan pronto iba para un lado como se nos metía encima, no hacía más que tapar a la gente de debajo. Cuando te tapaba, a pesar de la máscara, no podías casi ni respirar, y mucho menos tener los ojos abiertos. Lo único que podías hacer era quedarte quietecito hasta que soplara para otro lado y dejara de molestar. Finalmente acabamos bajando donde se ve el fuego azul. Al principio me pareció un ful, porque estaba la nube medio encima y no se veía casi nada. Pero a ratos la nube desaparecía, y era bastante chulo. Aquí, como en todos los sitios, nos tocó el típico listo que se cuela en primera fila, con el frontal encendido enfocando, sin dejar ver nada a nadie, a pesar de las voces de todo el mundo. Cuando parecía que se nos venía la nube otra vez, el guía nos metió en un cobertizo que usan los mineros para descansar, justo al lado, que había uno dormido allí tranquilamente. No sé cómo podía aguantar ese hombre, si yo con la mascarilla no podía casi ni respirar. Cuando se levantó la nube nos acercamos de nuevo. Yo me hice el valiente y quise sacar una foto bien de cerca. En ese momento volvió a cambiar el aire, me cubrió la nube enterito, y estuve con la garganta irritada de la bocanada que me pegué unas cuantas horas. En resumen: empezamos a subir desde el parking a la 1:17. La subida nos llevó una hora, más los descansos. Y emprendimos la vuelta a las 3:58. Bueno, básicamente lo que hicimos fue quitarnos del medio de la nube, ascender a mitad de camino, y allí esperar a todo el mundo que iba bajando. Como el camino es estrecho y mucha gente había terminado, se apelotonaban los que subían y los que bajaban. Aquí tiene preferencia el que baja, ya que si se le hace tarde se queda sin ver el fuego azul. Los que subimos, en cambio, ya lo hemos visto, y nos da igual esperar un poco más. Estuvimos como media hora de pie en el mismo sitio hasta que vimos un hueco para ir subiendo. Los guías lo hacen bien y organizan los pasos de la mejor manera posible, pero siempre, como en todos los sitios, los que hacen lo que les da la gana y son los que organizan el barullo. Finalmente aquí es cuando entendí el por qué del madrugón. O llegas pronto o te comes una cola y una cantidad de gente abajo que dificultan el poder ver algo. A algo más de medio camino hasta llegar arriba nos sentamos en unas rocas otra hora sin hacer nada, simplemente esperando que se hiciera la luz y poder ver el lago que hay en el interior del cráter. Mucha gente pasó de esperar y se iba directamente, pero a mí fue lo que más me gustó, no el amanecer en sí, sino las vistas del interior. Después del descenso, que nos llevó unos tres cuartos de hora, llegamos de nuevo al café a las seis y media de la mañana. Llegamos al hotel sobre las siete y media, y nos metimos a dormir una hora en la cama que nos supo a gloria. El dueño del hotel se portó con un desayuno estupendo, mientras nos contaba cosas sobre su jardín, totalmente plantado por él, y que estaba genial. También nos estuvo diciendo los distintos tipos de proyectos que tenía para el futuro para dinamizar la zona, enfoncarse en el turismo activo con distintas alternativas. Finalmente sobre las diez de la mañana nos pusimos rumbo al puerto de Ketapang para coger el ferry a Bali. Tardamos unos tres cuartos de hora en llegar. Aquí, tras despedirnos del chofer que habíamos tenido estos tres últimos días fuimos a comprar los billetes. Y bueno, en la taquilla nos dicen que para comprar los billetes tenemos que comprar unas tarjetas prepago que venden en una mesa a la entrada, donde unas chicas al vernos pasar se echaron a reír y no fueron capaces de decirnos nada… El ferry zarpó en seguida, y en tres cuartos de hora llegábamos a nuestro último destino, Bali. Allí nos esperaba el conductor del hotel donde nos íbamos a alojar los cuatro últimos días, el Matahari Resort Dive & Spa, en la zona de Tulamben, ya que sobre todo el objetivo era que yo buceara. Este conductor no tenía prisa por llegar, y continuamente nos preguntaba si no queríamos parar… Y nosotros que no, que tirase… El tío tenía unas ganas de fumar que no veas… Eran unas cuatro horas de camino, nos preguntó que cuándo queríamos comer, y le dijimos que a mitad de ruta. A la hora ya nos había parado. Comimos rápido, le invitamos, no nos dio ni las gracias, y seguimos. A la media hora nos para en un pueblo para ver el mar… Pero vamos a ver, no te hemos dicho que no queremos parar? Tira, anda, tira… Y tras preguntarnos unas cuantas veces más y nosotros solamente querer llegar, finalmente, tras conducir a paso burra, ya casi de noche, llegamos al hotel. El resort está únicamente orientado al buceo, así que estos primeros momentos les dedicamos a conocer las instalaciones y el funcionamiento del sitio. También preguntamos por una modista, para que Adela se pudiera hacer un traje con las telas que había comprado. Nos dijeron que siguiendo la carretera, a medio kilómetro teníamos una… Pero no la encontramos, así que como estábamos muertos del madrugón, de los ocho kilómetros por el volcán y de la pesadez del coche cenamos muy bien en el propio resort (descubrí el excelente batido de vainilla) y nos fuimos pronto a descansar. Etapas 10 a 12, total 15
El resort tiene un paquete de buceo ilimitado en el que puedes hacer hasta cinco inmersiones diarias. Así que para la primera, a las seis de la mañana, casi de noche, ya estaba esperando para ir al famoso pecio Liberty. El primer grupo fuimos tres personas y el guía, un lujo. ![]() ![]() ![]() Tras esta primera inmersión me junto con Adela para desayunar. Casi sin descanso, a las diez de la mañana es el segundo buceo, esta vez en Drop Off, donde se va andando por una playa de piedras gordas un poco traicioneras (o es que yo no estoy acostumbrado). Esta vez somos cuatro y dos guías, pero uno de ellos tiene problemas con los oídos y no llega a bajar, así que nos quedamos tres con dos guías. Me gusta la inmersión, bastante completa. ![]() ![]() Al acabar nos acercamos, ya con unas indicaciones más precisas a través del google maps, al taller de la modista. Con la primera que encontramos no tenemos suerte porque no habla inglés. Un poco más adelante hay otra, que tampoco habla inglés, pero tiene una amiga que sí, así que a toda prisa le damos instrucciones de lo que queremos que nos haga, y vuelta a la carrera para la tercera inmersión, que es a las doce y media, esta vez justo frente al hotel, Sucy’s Place, donde la dueña ha hundido unas estatuas de buda para crear una especie de arrecife artificial. Esta inmersión no tiene un paisaje bonito, pero vemos un montón de cosas interesantes. ![]() ![]() Aquí ya llega la hora de comer, y como no hay mucho tiempo lo hacemos de nuevo en el restaurante del resort. Después de un breve descanso, donde aprovechamos para reservar unos masajes a última hora de la tarde, llega la cuarta de abono. Lo bueno del paquete de buceo ilimitado es que está bastante bien de precio. Lo malo es que solamente se limita a tres sitios cerca del hotel. Como ya hemos buceado en los tres sitios, toca repetir, de nuevo en el Liberty. ![]() ![]() ![]() Y ya solo falta la última, la nocturna, que hago yo solo con el guía, cerquita del sitio anterior pero sin llegar al barco, una muy buena inmersión. ![]() ![]() ![]() El masaje para terminar la tarde es fenomenal, te deja como nuevo, y después, otra vez en el mismo restaurante del hotel (donde haríamos todas y cada una de las comidas y cenas). Cinco inmersiones acaban cansado bastante, así que otro día pronto a la cama. Etapas 10 a 12, total 15
El día comienza exactamente igual que el anterior, primera inmersión en el Liberty. El tiempo está peor y hay unas olas relativamente grandes. Con la ayuda del guía entro en el agua. Hoy la novedad es que Adela se va a ir de excursión con un guía de habla castellana que hemos cogido desde casa. No la voy a tener a la pobre aburrida mientras yo buceo y me lo paso pipa. Así que después del desayuno Adela se marcha con Made, tengo que decir que sobre todo a hacer compras… Y es que ya estuvimos en Bali hace cuatro años y los principales sitios ya los hemos visitado. Como ella se va fuera, le paso la tarjeta de datos, ya que a mí no me va a hacer falta, que no me voy a mover del hotel y tengo la wifi… Yo sigo a lo mío, a las diez segunda inmersión en Drop Off, que es un sitio más protegido para las olas. Aun así un golpe de mar me quita el neopreno de protección del angular, y me quedo sin él… Después de la inmersión lo busco, pero sin éxito. ![]() ![]() ![]() ![]() A las doce y media repetimos en Drop Off, que es casi el único sitio donde se puede ir, por las olas que hay, pero en lugar de pegarnos a la pared nos quedamos más en el fondo de arena. ![]() ![]() ![]() ![]() La cuarta del día será la última. El mar no está como para hacer excesos, así que esta vez la nocturna la perdonamos. Lo malo es que me hago un lío con las baterías de la cámara y pongo la que está descargada, así que me quedo sin fotos de esta inmersión. Cuando llega Adela, a las seis de la tarde, me cuenta las novedades del día, qué tal con el guía, y nos acercamos a reservar un masaje para esta misma tarde. La pena es que está todo ocupado, así que para que no nos vuelva a pasar lo mismo, reservamos directamente para los dos días siguientes. Y es que por ocho euros la hora, para qué nos vamos a resistir… Ya solamente nos queda cenar y dormir… Etapas 10 a 12, total 15
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