Escapada a Salamanca feb20 ✏️ Blogs de España

Salimos tempranito desde Madrid para aprovechar mejor el día. Sólo vamos el fin de semana y tampoco queremos matarnos a turistear sino desconectar un poco.

A las 11 de la mañana ya estamos en Salamanca buscando aparcamiento cerca del hotel. La zona es toda azul pero los sábados termina a mediodía con lo cual pagamos por el tiempo de diferencia y lo dejamos muy cerca del hotel. La idea es no coger el coche para nada hasta tener que irnos.

Se trata del Hotel Alameda Palace, reservado por internet a través de booking pagando en establecimiento. Se trata de un hotel muy clásico tanto en el trato como en toda la decoración, hasta quizá un poco kisch, pero nos parece ideal.
Tenemos suerte y cuando llegamos ya tienen lista nuestra habitación y podemos dejar las maletas. Además tenemos suerte doble porque nos han hecho un upgrade y nuestra habitación es tipo suite con un saloncito la mar de mono.

En la recepción del hotel pedimos un mapa de la ciudad y nos marcan algunas cosas de interés así que ya estamos listos para empezar a ver Salamanca.
Yo estuve hace tanto tiempo que apenas recuerdo nada y mi pareja no había estado nunca.

Desde el hotel bajamos por la calle Toro y nos desviamos un poco para ver por fuera varios palacios que hay en la zona, luego seguimos camino hasta la Plaza mayor, donde unos niños están haciendo una demostración y exhibición de pases toreros, supongo que de alguna escuela de tauromaquía.

Después de hacernos algunas fotillos seguimos y desviándonos un poco vemos por fuera la Iglesia de los Capuchinos y la Iglesia de Veracruz.
Bajamos por la calle Compañía para llegar a la Universidad Pontificia y la Casa de las Conchas.
Queremos subir a la torre de la universidad pero hay bastante cola así que decidimos ver primero la Casa de las Conchas, aunque la visita no lleva mucho tiempo es interesante. A la que salimos y ya con la hora de comer más pegada probamos y ya no hay nadie esperando a subir a las torres. Las escaleras para subir son relativamente cómodas y las vistas de la ciudad desde las torres merecen muchísimo la pena ( y lo dice alguien con un vértigo terrible).

Después de la universidad nos dirigimos a la Catedral. No está mal, aunque tampoco es nada espectacular como ocurre con otras. Se puede visitar tanto la parte nueva como la antigua y subir a la parte de arriba.

Salimos por los Jardines de Calixto y Melibea y ponemos rumbo a buscar algo de comer porque ya son más de las 3 de la tarde.

Hace muy buena temperatura y hay varios sitios con terraza aunque están todos hasta arriba. Encontramos una que nos cuadra el menú y aunque tardan un poco con toda la gente la verdad es que estaba todo muy rico. Se trata del Mesón Las Conchas en la Rua Mayor.

Después de comer nos vamos a buscar a la famosa rana, al astronauta y demás por la zona de la facultad de geografía. Dimos un paseo por la zona, compramos algunos souvenirs y pusimos rumbo a nuestra siguiente parada, el Convento de San Esteban, pero justo estaban cerrando y ya no dejaban pasar. Mirando porque calle volver al hotel damos con el Convento de las Dueñas que si estaba abierto.
Lo llevan las monjitas y el edificio es muy bonito. La exposición es básicamente material de la orden a lo largo de su historia.

Cuando acabamos subimos por Gran Vía hacía el hotel. Esta calle no tiene casi anda y apenas un asomo a la Torre de Clavero.

En el Hotel descansamos un ratillo que pesa el madrugón y luego salimos para el típico tapeo salmantino por la Calle van Dick. Vamos caminando desde el hotel (la verdad es que la ubicación es fantástica) y vemos la parte menos clásica de Salamanca.
Hay bastante sitios para elegir pero claro, es sábado y está todo bastante lleno. La primera parada la hacemos en el Café de Chinitas, un sitio muy tradicional pero que no nos emociona mucho.
Seguimos avanzando en la calle y llegamos hasta el Minutejo de van Dick. Este es un sitio más moderno, pensado más para jóvenes aunque hay gente de todas las edades. Aquí hay unas tostas con una pinta impresionante, raciones y tapas y todo con muy buena pinta y buen precio. El sistema de pedido es similar a los 100Montaditos donde apuntas lo que quieres en un papel.

Después de cenar damos otro paseo por la zona y antojados de un helado (hacía muy buen clima) acabamos en la Plaza mayor de nuevo para verla de noche iluminada. Para regresar al hotel variamos el camino esta vez por la calle Pozo Amarillo.

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Lo primero del día es hacer las maletas y pagar el hotel. Nos permiten pagar en efectivo son problemas y como tenemos el coche cerca en lugar de dejar las maletas en el hotel las llevamos al coche y así comprobamos que esté todo bien.
Hoy no hay zona azul así que es perfecto.

Ponemos rumbo al centro para comprar algo de desayuno y pasamos de nuevo por la Plaza Mayor para llegar al Convento de San Esteban que ayer nos quedó pendiente. En el camino nos detenemos a fotografiar y ver por fuera algunos edificios en los que no habíamos reparado ayer.

El convento merece mucho la pena y la visita es muy amena. El precio de la entrada fueron 4 euros por persona. Se ven varios patios y zonas interiores y puedes entretenerte todo lo que quieras, además te dan un pequeño folleto explicativo de las diferentes zonas.

A la salida nos ponemos a ver tiendas para cumplir con otra de las tradiciones Salmantinas: el hornazo y el farinato. Los compramos en una tienda tipo gourmet pero que tenía bastantes buenos precios y se veía el hornazo con buena calidad. Compramos algunas provisiones para el viaje picotear y volvemos al coche para poner rumbo a casa.

Corto pero bien aprovechado hemos visto lo principal de la ciudad y hemos disfrutado de la gastronomía local.

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