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FUNDACION PROA - LA BOCA - BUENOS AIRES –ARGENTINA


Es una fundación privada ubicada en el histórico barrio de la Boca especializada en Arte Contemporáneo. Está emplazada en una casona reciclada de fines del siglo XIX. Fue el punto de partida para un centro de arte contemporáneo.
Tiene fachadas transparentes y brinda un paisaje inédito de la ciudad de Buenos Aires.





Está ubicada en la Avenida Pedro de Mendoza 1929 y Caminito - La Boca . Su horario es de Martes a Domingo 11 a 19 horas. Si visitás Buenos Aires seguramente irás al barrio de La Boca y no dejes de visitar este espacio centrado en la difusión de los grandes movimientos artísticos del siglo XX.




MUSEO DE CIENCIAS NATURALES BERNARDINO RIVADAVIA -Buenos Aires

El Museo Argentino de Ciencias Naturales es un ámbito único por historia y patrimonio. Integra a la investigación, la conservación, la exhibición y la educación para que toda la comunidad pueda comprender y valorar la naturaleza, sus procesos y el rol del hombre como parte de ese complejo sistema.
Está ubicado en la calle Ángel Gallardo del barrio porteño de Caballito y está abierto todos los días de 14 a 19 horas.



Desde su creación en 1812, la colección del museo se alojó sucesivamente en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, en la Manzana de las Luces y algunos edificios de la plazoleta de Montserrat, hasta instalarse definitivamente en 1937, en el edificio actual. Aún hoy, es uno de los pocos Museos argentinos que fue concebido para resguardar y exhibir colecciones. Actualmente posee numerosas muestras que exhiben material conservado de ejemplares representativos de la fauna, flora, paleontología y geología del país y del mundo.

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La Avenida de Mayo con sus hechos históricos y muchos de los edificios más distinguidos de la ciudad, es un buen punto de partida para rastrear sus orígenes y sentir como late Buenos Aires.


CASA DE LA CULTURA

El antiguo edificio del diario La Prensa hoy es la casa de la cultura con una torrecilla que sostiene una estatua que simboliza La Libertad.




TEATRO AVENIDA
Emblemático Teatro de la avenida de Mayo con capacidad para 1200 espectadores.

PALACIO BAROLO

Fue inaugurado en 1922 y se convirtió en el tercer rascacielos de Buenos Aires con 20 pisos.
Su arquitectura es mezcla del neo-romántico y neogótico con una cúpula de estilo indio. Su diseño del arquitecto Mario Palanti al ser estudioso de la Divina Comedia de Dante Alighieri plasmó en el edificio numerosas referencias a esta obra subdividida en tres partes: infierno, purgatorio y cielo.




Tiene también cafés y confiterías con historia.

Confitería El Molino
Café Los 36 Billares
Confitería London City
Café Tortoni
Café Iberia





Del Café Tortoni, el más antiguo de la ciudad, se suelen evocar los vitrales soñados. Y el Viejo Cartel: “ Porteño como Carlitos”, o sea el Tango.





De la Confitería London City las letras que le dedicó Cortazar en la novela “Los Premios”. “No era fácil conversar a esa hora en la que todo el mundo tenía sed y se metía en el London como con calzador”.





De los 36 Billares (1894) las carambolas en el Salón.

Del Castelar Hotel (1929) se recuerda la habitación-museo del poeta español Federico García Lorca, la 704, donde vivió seis meses desde setiembre de 1933.
Dicen que se asomaba al balcón, miraba la Avenida de Mayo y se inspiraba.

El Congreso de la Nación tiene una cúpula que es una copia de la de Washington. Dentro del edificio se destacan el Gran Salón Azul y el Salón de los Pasos.
Con más de un millón de ejemplares su biblioteca es una de las principales del país.




Buenos Aires despliega cultura en cada rincón. Es imposible desligarla de escritores que la amaron, de las pinceladas atesoradas en sus museos y de edificios con historia donde anida el alma de esta ciudad imperdible.

No te pierdas de visitarla y disfrutarla.

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Como dicen los poetas, Buenos Aires es hija de la aristocracia y de un taita de arrabal.
Mezcla del percal y de la seda
y de gente que se riega
con moscato y con champán.




Y Jorge Luis Borges nos decía de la bella Buenos Aires:

Antes, yo te buscaba en tus confines
que linda con la tarde y la llanura
y en la verja que guarda una frescura
antigua de cedrones y jazmines.....

En la memoria de Palermo estabas,
en su mitología de un pasado
de baraja y puñal y en el dorado
bronce de las inútiles aldabas,

con su mano y sortija. Te sentía
en los patios del Sur y en la creciente
sombra que desdibujaba lentamente
su larga recta, al declinar el día.

Ahora estás en mí. Eres mi vaga
suerte, esas cosas que la muerte apaga.




Y las luces de Buenos Aires divisadas desde el avión que nos trajo del lejano sur despertó la emoción de un reencuentro esperado.

Durante 15 días ni uno más ni uno menos, la recorrimos, la disfruté, caminé sus calles, el barrio de mi padre y de mis abuelos, recité en voz baja el tango Sur que era la perfecta descripción de su querido San Juan y Boedo.



San Juan y Boedo antiguo y todo cielo,
Pompeya y más allá la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo
y tu nombre flotando en el adiós.


La esquina del herrero, barro y pampa,
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón....
Y encontré en su geografía, su gente, su movimiento incesante, su ruido y su aroma, una ciudad con personalidad propia.

Al típico porteño del café de todos los días, a las señoras paquetas de Recoleta y Barrio Norte con sus finos perritos, a los marginados durmiendo en las calles tapados con frazadas y cartones oficiando de colchones, a los músicos callejeros cantando y tocando sus instrumentos en el subterráneo ante el asombro de cientos de pasajeros que disfrutan un arte sin pretensiones pero con mucho talento.



Y una oleada de voces de países de todo el mundo que transitan incansablemente sus calles y admiran una ciudad con eventos diferentes todos los días, en centros culturales, teatros, museos, actividades al aire libre...Los chinos en los supermercados y los bolivianos en las verdulerías, la comida peruana, brasilera y los tacos mexicanos y no me quiero olvidar de los inconfundibles senegaleses y la venta de anteojos, relojes y coloridos bolsos.



Yoga, gimnasia, música en plazas saludables, con gente con ganas de conectarse y tener una vida sana. Y... una ciudad que es para todos porque todavía la educación es pública.




Buenos Aires, un tesoro cultural. Un mundo de palabras mezcladas y un desafío de integración y de inclusión.

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