![]() ![]() Islandia, paisajes que parecen de otro planeta ✏️ Blogs de Islandia
Viaje de 10 días en septiembre de 2022. Vuelta a la isla en sentido horario en un coche pequeño.Autor: Marimerpa Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (28 Votos) Índice del Diario: Islandia, paisajes que parecen de otro planeta
Total comentarios: 37 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 12
![]() Día 3: Por el norte hasta el lago MyvatnRecorrido por el norte de Islandia, desde Blonduos hasta el lago Myvatn, pasando por la impresionante Godafoss.
El día amaneció sin lluvia, así que después de un desayuno con vistas en nuestro estudio, nos pusimos en marcha. Primero fuimos a la granja-museo de Glaumbaer, pero era temprano y nos la encontramos cerrada, así que nos limitamos a ver la parte de atrás de las casas de turba. Este es un poblado con casas de arquitectura tradicional, que han sido reconstruidas y habilitadas como museo etnográfico.
![]() De allí nos fuimos a ver la iglesia Víðimýrarkirkja, una de las seis iglesias que quedan en Islandia con arquitectura tradicional, con las paredes y los tejados de turba. Nos gustó mucho, era muy bonita, y muy curioso ver ese tejado lleno de vegetación. No pudimos entrar, pero vimos el interior por las ventanas y también era muy bonito. ![]() Después fuimos a ver Reykjafoss, una bonita cascada, bastante caudalosa, que va cayendo en niveles, ensanchando hasta caer en un pequeño cañón. Nos gustó mucho, sin ser una de las grandes y famosas. ![]() ![]() A pocos metros hay unas pozas termales, al aire libre y gratuitas, para bañarse en agua calentita. No nos lo planteamos porque el día estaba ventoso, pero un poco sí que nos quedamos con las ganas cuando vimos a una pareja bañándose allí. Seguimos conduciendo hasta Akureyri, la ciudad más grande del norte de Islandia, donde paramos a comprar en un supermercado y a repostar gasolina, ya que los dos siguientes días los íbamos a pasar en el lago Myvatn, donde no hay muchas opciones. Fue la compra más grande que hicimos en el viaje, con pescado y algunos platos preparados islandeses. A la salida de Akureyri se encuentra el único peaje que existe en Islandia, donde la carretera 1 pasa por un túnel, y que cuesta unos 10 euros. Si el día está bueno, el peaje es fácilmente evitable tomando el desvío por las carreteras 83 y 84, que están en muy buenas condiciones y con unas vistas preciosas. La siguiente visita fue Godafoss, la cascada de los dioses, nuestra primera cascada “grande” en Islandia. Dice la leyenda que, en el año 1000, el gobernante de Islandia convirtió el país al cristianismo y lanzó al agua de Godafoss todos sus ídolos paganos, cambiando así los dioses vikingos por el dios cristiano. Godafoss es una de las cascadas más populares de Islandia, y no es para menos, con su forma curvada y su imponente caudal, además de su fácil acceso desde la carretera 1. Se puede aparcar de ambos lados de la cascada o dar un paseo para ir de un lado a otro. Nosotros dejamos el coche en el parking oeste, y comimos en un mirador con unas súper vistas sobre la cascada. No podíamos haber escogido mejor sitio para comer. Después nos dedicamos a recorrer ese lado de la cascada, viendo como el río bajaba con fuerza hasta caer por la cascada. Estábamos impresionados. ![]() ![]() ![]() Nos acercamos al lado este caminando, cruzando el río por un puente peatonal. Si el lado oeste nos había gustado, el este nos enamoró. La vista es mucho más panorámica, apreciando la curva que hace la cascada. Además, se puede bajar hasta la base de la cascada. Una maravilla. ![]() ![]() De allí pusimos rumbo a nuestro alojamiento en el lago Myvatn, un pequeño estudio con una situación inmejorable, junto a los pseudocráteres de Skútustadir. Allí pasamos dos noches. Un estudio en una planta baja, bastante pequeño, pero no le faltaba detalle. Y lo más importante, con un hot tub en la puerta, compartido con otras dos casas, pero que siempre usamos solos. Dejamos nuestras cosas y nos fuimos a visitar los pseudocráteres de Skútustadir, para lo cual solo teníamos que cruzar la carretera. El nombre de pseudocráter se le da porque, aunque parece un cráter volcánico, nunca tuvieron magma en su interior y no se originaron por una erupción volcánica, sino por una explosión originada por la presión y el vapor de agua. Hay dos rutas para visitar los pseudocráteres, una muy corta en la que puedes subir a algunos de los conos (25 minutos), y otra un poco más larga (una hora) que rodea una laguna. Nosotros hicimos la más corta, y nos pareció un lugar muy bonito, con la luz de esa tarde de sol radiante. ![]() ![]() Después fuimos a por el coche para hacer una última visita en el entorno del lago, y nos decidimos por la península de Hofdi. Este pequeño terreno que se adentra en el lago es uno de los pocos lugares de Islandia donde se puede pasear por un bosque. Vale que no es un bosque autóctono, sino que fue plantado por una pareja que pasaba allí sus vacaciones, pero no deja de ser un lugar encantador, con los colores del otoño, donde perderse por sus senderos y encontrar tranquilidad. ![]() Además, es un lugar ideal para observar unos pilares de lava que emergieron del lago, conocidos como Kálfastrandavogar. ![]() Decidimos dar por terminado el día y volver al alojamiento. Pusimos una lavadora y nos relajamos en nuestra hot tub, mientras anochecía, cervecita en mano. Podría acostumbrarme a eso, qué buena sensación. ![]() Etapas 4 a 6, total 12
![]() Día 4. Por los alrededores del lago MyvatnDescubiendo el paisaje volcánico del lago Myvatn y la cascada más caudalosa de Europa.
Ese día volvíamos a dormir al mismo sitio, por lo que no nos alejaríamos mucho y nos quedaríamos visitando las muchas cosas interesantes que hay en el Lago myvatn y alrededores.
Comenzamos por Dimmuborgir, un campo de lava con grandes formaciones rocosas, que se pueden recorrer por varios senderos. Nosotros hicimos el sendero rojo, de algo más de 2 kilómetros, que lleva, entre otras, a la formación conocida como “la iglesia”, un tubo volcánico con una gran cúpula. Impresionante. ![]() ![]() Los árboles estaban con colores de otoño, lo que ofrecía un bonito contraste con el negro de la roca volcánica. Según la mitología islandesa, allí es donde habitan los Yule Lads, unos traviesos personajes encargados de repartir los regalos a los niños en navidad. ![]() Después nos fuimos a ver el cráter Hverfjall, visible desde toda el área del lago. Aparcamos junto al centro de visitantes y subimos hasta la cima del cráter. Aquí comprobamos lo molestas que son las moscas enanas que dan nombre al lago Myvatn (su nombre significa ”lago de las moscas enanas”). Se metían en la boca, se posaban en las manos,… y a diferencia de los midges escoceses, estas sí que picaban. Llevábamos redes para ponernos en la cabeza, pero al final no las usamos y nos aguantamos con las moscas. Al llegar arriba la vista es fantástica. El cráter mide 1 km de diámetro, y tiene otro pequeño cráter en el centro. Hay un sendero que rodea todo el perímetro de la caldera, pero no lo hicimos. Nos limitamos a disfrutar de las vistas desde arriba. En la bajada ya las moscas nos dejaron en paz, estaban entretenida con la gente que subía, que van más despacio y son más accesibles para ellas. ![]() ![]() La siguiente parada fue en el área geotermal de Hverir. El parking es de pago (700 ISK). El resumen del lugar sería que parece de otro planeta y que no es apto para olfatos delicados. En Hverir la energía que proviene del interior de la tierra se manifiesta en forma de fumarolas, por lo que a veces hay mucho humo por la zona, y de pozas de lodos hirviendo, lo que da la sensación de estar en un paisaje extraterrestre. De esos lodos burbujeantes parece que vaya a salir una criatura tipo alien en cualquier momento. ![]() ![]() ![]() Como corresponde a este tipo de lugares, el olor a sulfhídrico es muy fuerte, el característico olor a huevos podridos. Pero el paisaje lo merece, a mí me impactó bastante. Por toda la zona hay depósitos de azufre y otros minerales de diferentes colores, realzando aún más esa sensación de estar en un lugar irreal. Y todo ello enmarcado por la montaña Námaskarð, vigilando a los visitantes. ![]() Nos montamos de nuevo en el coche y nos fuimos a una de los puntos fuertes del viaje: Detifoss, la cascada más caudalosa de Europa. Hay dos formas de llegar a Detifoss: por la carretera 862, que lleva a los miradores de la parte oeste de la cascada, y por la carretera 864, que lleva a la parte este. La diferencia es que la 862 es una carretera totalmente asfaltada en condiciones inmejorables, y la 864 es una carretera de grava es bastante mal estado. Sobre qué vista de la cascada es mejor, si la este o la oeste, hay opiniones para todos los gustos. Yo no puedo opinar, porque nos decidimos por ir solo a la parte oeste, por la carretera buena. Diez kilómetros antes de llegar ya veíamos la bruma de la cascada a lo lejos. En el trayecto calentamos nuestra comida, con la idea de comerla en algún mirador, como el día anterior en Godafoss. Fue un error, ya que en los miradores de Detifoss acabas empapado, de la cantidad tan grande de agua y la fuerza con la que cae. Así que comimos un poco alejados, y cuando acabamos nos dedicamos a recorrer los miradores. Es impresionante. Simplemente impresionante. No había visto nada parecido desde que visité Iguazú (sin pretender hacer comparaciones, que Iguazú es más todo). Una cascada de 100 metros de ancho con ese caudal tan potente, ¡normal que salpique todo! ![]() ![]() ![]() Y la vista del cañón Jökulsárgljúfur, al que cae la cascada, también una maravilla. En ese momento salió el sol y se veía el arcoíris sobre el cañón, increíble. Hay una ruta que lleva hasta la cascada Hafragilfoss siguiendo el cañón, que debe ser preciosa. ![]() ![]() En frente se veía a la gente que había accedido por la carretera 864. Desde allí la vista de la cascada parece ser más lateral, pero es posible acercarse más al agua. Esa visita queda para otra ocasión. Si hubiésemos tenido más tiempo, lo ideal hubiese sido subir por la 862, visitar el cañón de Asbirgy y bajar por la 864. Desde Detifoss fuimos caminado a Selfoss, la cascada anterior del río Jökulsá á Fjöllum. También se ve espectacular, pero desde el lado oeste no es posible acercarse mucho. Posiblemente la vista sea mejor desde el otro lado. ![]() Dejamos Detifoss con mucha pena y fuimos a visitar la zona del Krafla. Esta gran caldera volcánica 10 km de diámetro es una de las zonas más activas del país. Entre 1974 y 1984 erupcionó 9 veces, en los llamados “Fuegos del Krafla”. Curiosidades de Islandia: una ducha en medio de la nada. Llevaba apuntado para pararme, por la curiosidad, en google está indicado. Pero lo más gracioso no es ver una ducha de agua caliente en una zona inhóspita y deshabitada, sino ver a alguien utilizándola. Había un señor duchándose cuando llegamos. ![]() Otra curiosidad, la carretera pasando por debajo de las tuberías de la planta geotermal. Para aprovechar la energía volcánica de la zona se construyó una enorme planta geotérmica. Para hacer pasar la carretera levantaron las tuberías, haciendo un curioso túnel. ![]() Después de las curiosidades, llegamos al cráter Viti, uno de los más conocidos de Islandia, de 300 metros de diámetro con un lago verde en su interior. Se puede rodear su perímetro, aunque la ruta no es sencilla. Nosotros no lo hicimos. ![]() Muy cerca del cráter Viti está el aparcamiento para visitar los campos de lava y las fumarolas del Leirhnjúkur. Se accede por un sendero, que primero conduce a unas pasarelas de madera desde las cuales se pueden ver fumarolas y lodos hirvientes, como un pequeño Hverir, menos espectacular. ![]() Después comienza otro sendero que te adentra por los campos de lava de las distintas erupciones de los Fuegos del Krafla, todavía humeantes, 38 años después de la última erupción. El humo y la luz del atardecer nos dejaron una estampa preciosa. Además, pudimos ver diferentes tipos de lava y el contraste del final de las coladas con el verde terreno anterior. Otro paisaje que parecía irreal. ![]() ![]() Dimos por finalizado el día y volvimos a nuestro alojamiento, donde nos relajamos de nuevo en el hot tub. ¿He dicho que podría acostumbrarme a terminar los días así? Etapas 4 a 6, total 12
Seguimos con nuestra ruta hacia el este de Islandia. Pero antes hicimos una visita que se nos había quedado pendiente en los alrededores del lago Myvatn: la gruta Grjótagjá. Esta cueva se hizo famosa por ser escenario de Juego de Tronos, representando ese lugar calentito más allá del muro donde Jon Nieve se pone cariñoso con una de las salvajes. Más allá de esto, el lugar es bastante pintoresco. Se trata de una cueva a la que se accede por una pequeña abertura en la roca, en cuyo interior hay agua caliente, de un color azul muy transparente. Lo primero que llama la atención es el vapor que hay en la superficie del agua, lo que da una idea de la temperatura. El sitio parece irreal, sobre todo si tienes la suerte de disfrutarlo sin mucha gente. Porque lo cierto es que es muy pequeño y el acceso no es bueno, así que si hay mucha gente debe ser un horror.
![]() Después dimos un paseo por encima de la cueva, donde puede verse una gran grieta en el suelo, de la que emana calor. Islandia está viva. Una vez concluida esta visita, nos fuimos hacia el este. Teníamos bastantes kilómetros hasta nuestra siguiente parada, el cañón Studlagil. Pero nos entretuvimos por el camino, cuando nos encontramos un reno y paramos para fotografiarlo. ![]() El cañón Studlagil es una atracción relativamente reciente en Islandia, y puedo decir que es uno de los lugares más bellos que visitamos. Se trata de un estrecho cañón formado por columnas de basalto de 30 metros de altura. Hasta 2009 estuvo sumergido en el agua, y solo emergió con la construcción de una central hidroeléctrica. Y hasta 2017 no se empezó a publicitar su visita. Hay varias maneras de visitar este cañón de basalto. La más sencilla es desde el lado oeste, conduciendo por la pista de tierra en buen estado que sale de carretera 923 hasta un mirador. Sin embargo, esta vista no es la más espectacular del cañón. La vista más espectacular y la posibilidad de bajar al cañón están en el lado este. Para ello hay que dejar el coche en un aparcamiento junto a un puente, cruzarlo y caminar unos 5 kilómetros hasta el cañón. O bien cruzar el puente con el coche y seguir 2 kilómetros más por un camino en mal estado (mejor si llevas un 4x4), por lo que solo tendrás que caminar 3 kilómetros. Nosotros escogimos esta última opción, a pesar de que nuestro coche no era 4x4, porque yo llevaba una pequeña rozadura, y vi de primera mano que el camino era realmente malo. Pero con cuidado y algún que otro susto, llegamos bien. Junto a este segundo aparcamiento hay una preciosa cascada con columnas de basalto, para ir abriendo boca. ![]() El camino se hizo muy ameno, y pudimos ver muchas de las preciosas ovejas islandesas por el camino. ![]() Según nos acercábamos fuimos viendo las columnas de basalto en el río, que llevaba un agua verde turquesa de color increíble. Las columnas eran de todas las formas, con una inclinación, con otra, retorcidas… ![]() ![]() Llegamos a la parte estrecha del cañón, y allí cerca nos sentamos sobre una columna y abrimos unas cervezas mientras disfrutábamos de las vistas y el solecito en la cara. Mirábamos a un lado y era increíble, pero para el otro lado la vista no se quedaba atrás, ¡qué maravilla de lugar! ![]() ![]() Bajamos al cañón, con cuidado y la ayuda de una cuerda, y allí te sientes pequeñita entre esas altas columnas. Al final hay una cascada. Después subimos a la parte de arriba para seguir disfrutando de vistas. ![]() ![]() Descubrí este cañón por las redes sociales, y no llevaba muchas expectativas. Pensaba que sería el típico lugar instagrameable pero que tendría poco más que la foto. Pero nada más lejos de la realidad. Es un lugar para disfrutarlo, sobre todo si es en un día soleado como nos tocó a nosotros. De vuelta al aparcamiento, y seguimos nuestro camino. Pero no tardamos en parar, ya que justo después de incorporarnos a la N1 está la cascada Rjúkandifoss. Fue una parada breve, ya que el aparcamiento está en la misma carretera y solo hay que caminar unos metros para ver la cascada. ![]() Seguimos hasta Egilsstaðir, donde nos alojamos en el Lyngás Guesthouse. Dejamos las cosas en el alojamiento y, como aún era temprano, fuimos hasta Seyðisfjörður, un pequeño pueblo situado en el fiordo del mismo nombre. El trayecto para llegar es muy bonito, con vistas de Egilsstaðir desde lo alto del puerto, y después del fiordo a la bajada. Antes de llegar, hay una cascada muy bonita, Dufufoss, donde merece la pena parar. ![]() Seyðisfjörður está considerado el pueblo más bonito de Islandia. Yo no diría tanto, porque el pueblo en sí no tiene mucho salvo un precioso arcoíris que recorre la calle que lleva hasta la iglesia. Lo que sí resulta espectacular es su ubicación a orillas del fiordo, con las montañas y las casas reflejándose en el agua. ![]() ![]() Para esa noche había una buena previsión de actividad de auroras boreales. Pero según volvíamos a Egilsstaðir el cielo se fue nublando y así se quedó toda la noche. Así que no hubo auroras. Etapas 4 a 6, total 12
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (28 Votos)
![]() Total comentarios: 37 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |