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Pequeña escapada a Barcelona en la Semana Santa de este año. 4 días "non stop"Autor: DCASTELO2 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: Barcelona 2025
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Etapas 4 a 5, total 5
Comenzamos el día con calma, tenemos adquiridas por internet entradas con visita guiada al Palau de la Musica Catalana, edificio modernista proyectado por el arquitecto barcelonés Lluís Domènech i Montaner declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Las entradas me han costado 36,00 € precio del pack familiar para 2 adultos y dos menores hasta 16 años (incluídos), a 9 € por cabeza, el primer precio que me parece razonable y que, después de la visita, hasta barato. Tenemos la visita para las 11:30 por lo que no podemos demorarnos mucho, tomamos la L1 del metro en Santa Eulalia hasta la Plaza de Urquinaona. Tras menos de 5 minutos de paseo llegamos a la entrada del Palau. El exterior es precioso, se puede acceder por dos calles diferentes, bien por el vestíbulo original, bien por el moderno anexo construído en el Carrer de San Pere Mes, accediendo de esta forma a la cafetería, de acceso público, al igual que el vestíbulo. Nosotros entramos por el antiguo vestíbulo, las formas modernistas adornan todos los rincones. Preguntamos y nos indican que detrás de la cafetería tenemos que esperar la llegada de nuestro guía. A la hora indicada llega la guía, comprueba nuestras entradas y nos da paso al salón de ensayos en donde nos proyectan un audiovisual (unos 10 minutos) que nos explica la historia del edificio y del Orfeón Catalán que tiene su sede en el mismo. Tras el audiovisual, nos entregan unos audífonos a través de los cuales la guía nos va explicando los secretos del edificio y sus usos pasados y actuales, así como las diferentes estancias que se incluyen en la visita (escenario incluído). Dejo las fotos para no aburriros mas. Tras finalizar la visita guiada, la guía nos indica que podemos quedarnos el tiempo que queramos, nos sentamos unos minutos en las butacas del gallinero (las que tienen mejor vista y acústica) y escuchamos como en el órgano suenan los acordes de una sinfonía (el himno de la Champions), la acústica es tremenda y la luz penetrando por el tragaluz modernista crea una atmósfera única. Tras este momento maravilloso llega otro, disfrutar de unos cafés y unos dulces en la cafetería del Palau, otro pequeño lujo que nos damos ![]() ![]() ![]() Salimos a la calle y ponemos rumbo a las Ramblas, siguiente parada. Llegamos al principio de las archifamosas Ramblas, la primera parada es la fuente de Canaletas, en donde los aficionados del Barca celebran sus títulos, nos cuesta encontrarla ![]() ![]() ![]() Seguimos Ramblas abajo, abarrotadas de turistas, pocos españoles, entre esto y las obras que estrechan algunas zonas de la calle tenemos que ir atentos para no atropellar ni ser atropellados. Pasito a pasito llegamos al Palau de la Virreina tras pasar la barroca iglesia de la Madre de Deu de Belem. El Palau de la Virreina es un suntuoso palacio del siglo XVIII, sede del departamento de cultura de la ciudad, con exposiciones y eventos varios. Entramos para ver el edificio porque las exposiciones no nos llaman mucho la atención. Continuamos la caminata esquivando mas y mas gente, dejamos atrás el decepcionante Mercado de la Boquería, que visitamos ayer y nos llama la atención, justo enfrente la Casa Bruno Cuadros, ecléctica casa modernista de Josep Vilaseca decorada con paraguas, abanicos y un dragón chino. Llegados a este punto de las Ramblas vamos a hacer un impás para desviarnos y conocer un par de lugares del populoso barrio del Raval, barrio en el que se ubican las Ramblas. Una vez dejamos las Ramblas nos encontramos en un barrio en donde dominan los pequeños comercios regentados por gentes de otras culturas, en función de las calles que recorremos dominan los pakistaníes, indúes o magrebís, llegando al punto de parecer que nos hemos trasladado de pais ![]() Superamos la plaza de San Agusti, dominada por al enorme iglesia homónima y llegamos al primer punto de interés, el antiguo Hospital de la Santa Creu de Barcelona, complejo medieval que acoge, entre otras instituciones, la Biblioteca Nacional de Cataluña. Al ser festivo no podemos ver la impresionante arquitectura gótica de sus salas de lectura. Pero si podemos acceder al complejo y disfrutar de sus jardines y de su atmósfera sosegada. Continuamos hasta la Rambla del Raval y nos hacemos una fotito con el Gato del escultor Botero. Además aprovechamos uno de los locales de hostelería de la zona para comernos unas ricas hamburguesas, algo picantes pero sabrosas, arreglamos la comida por 33,00 €, buena inversión. Con las fuerzas a tope tomamos dirección de las Ramblas nuevamente, nos detenemos en el Palacio Guell, que no visitamos, el exterior no es de lo que mas me gusta de Gaudí, imagino que el interior será precioso pero todo no entra en este viaje. Llegamos a las Ramblas y al poco nos volvemos a desviar, esta vez a la izquierda, para disfrutar de la Plaza Reial. La plaza nos encanta, la armonia de los edificios con las palmeras, el espacio abierto, las farolas de Gaudí, para mi gusto la plaza más bonita de la ciudad. Continuamos esquivando obras y turistas, ramblas abajo, siempre teniendo móviles, bolsos y carteras bien vigilados, ya que dicen que estamos en el paraíso de los carteristas. Al fondo vemos la famosa estatua de Colón, lo que nos indica que la calle está llegando a su fin. Antes de recorrer la zona del Paseo de Colon y del puerto, nos desviamos a la derecha en donde aparece el imponente edificio de Les Drassanes Reials, antiguas atarazanas. Hasta aquí llegaba el mar y estas enormes naves góticas no eran otra cosa que los astilleros en donde se reparaban los barcos de la flota barcelonesa. El edificio es precioso y acoge el Museo del Mar, visita que nos queda pendiente para otra futura escapada a la ciudad ![]() Esta zona de la ciudad es preciosa gracias a la combinación del mar con los espacios abiertos, con edificios grandiosos como los que acogen la Agencia Tributaria, la Junta de Obras del Puerto o el Instituto social de las fuerzas armadas. Nos damos una vuelta por el muelle del Maremagnum y del acuario, está bien pero hay demasiada gente en la zona. Abandonamos el puerto por el Moll de Espanya y pronto nos encontramos en la plaza de Correos, al principio de la famosa Via Laietana. Nuestro último destino del día es caminar hasta la Basílica de la Mercé, la patrona de la ciudad. Para ello cruzamos esta parte de la antigua ciudad portuaria, me parece un barrio con una arquitectura y un ambiente mediterráneo especial, probablemente la zona con mas sabor de las recorridas hasta ahora en la capital catalana. No entramos en la iglesia pero la plaza en donde se ubica es bonita, la fachada es barroca y en el exterior destaca la cupula de cerámica y la inmensa estatua de la virgen sobre la cúpula. A David se le antoja un crepe y no vamos a dejarlo con las ganas, volvemos a la zona del puerto en donde los habíamos visto y lo degusta sentado en la escalinata de la mismisima estatua de Colon. Sólo queda volverse al apartamento, para lo que tomamos en Drassanes la línea 3 del metro, tras trasbordo con la 5 llegamos caminando al apartamento. Otro día superado. Mañana uno de los platos fuertes del viaje, la Sagrada Familia. Etapas 4 a 5, total 5
El día de hoy comienza temprano, al peque de la casa le gusta el Barca (siempre tras el Depor, por supuesto) y a última hora decidimos que puesto que el estadio está a apenas 15 minutos a pié desde el apartamento (lo vimos el dia que llegamos), visitar el Museo del Barca. Sacamos las entradas por internet para las 10:00 de la mañana porque a las 12:45 tenemos las entradas para la Sagrada Familia. Madrugamos los dos, nos vestimos y salimos buscando en donde desayunar (para no despertar a las chicas). En la calle llueve bastante, paramos a desayunar de camino y cuando salimos de nuevo ya no llueve
![]() ![]() A las 11:45 estamos de nuevo en el apartamento, recogemos a las chicas y a través de la L5 de metro (Badal) llegamos a la parada de metro que se encuentra justo enfrente de la facha del Nacimiento. Ante nosotros la Sagrada Familia, la famosísima fachada del Nacimiento, la mas reconocida y espectacular del templo. Disfrutamos unos minutos contemplando la espectacular obra de Gaudí. A continuación pasamos los controles con nuestras entradas adquiridas por internet, por la cantidad de gente imaginamos que allí no sería posible adquirir entradas para el mismo día, no lo sé, pero recomiendo llevar las entradas compradas. Pasamos un control de seguirad, escaner incluído, mas completo que en el aeropuerto. Ahora estramos a tres o cuatro metros sobre el nivel de la calle. Volvemos a mirar los destalles de la fachada, intentando descubrir y reconocer las escenas que se representan con la ayuda de la audioguía que llevo en el teléfono y que te puedes deScargar con la entrada. Entramos en el templo y quedamos fascinados, imagino que como todos los que lo hacen, por las combinaciones de formas del interior, las columnas que se bifurcan y desparraman para sostener las bóvedas, con sus juegos de luces y sombras. Esto, combinado con la luz que proyectan las vidrieras en esta mañana soleada crean un ambiente onírico. Despues de un buen rato de extasis conseguimos ir descubriendo los secretos del templo con la ayuda de la guía. Destaca la casi ausencia de figuras y ornamentos, ya que estos se encuentran en las fachadas. El interior está dedicado al espacio y a la luz, deseo expreso de Gaudí. Entre unas cosas y otras pasamos más de tres cuartos de hora dando vueltas, saliendo y entrando, hasta que decidimos salir por la fachada de la Pasión, la dedicada al martirio, muerte y resurrección de Cristo. Es una fachada mucho menos decorada, en donde los elementos escultóricos y arquitectónicos adquieren formas mas duras y rectas, expresando la historia con la propia arquitectura. Rodeamos la basílica y vemos la tercera de las fachadas, aunque hay poco que ver porque las obras están poco avanzadas. Hemos disfrutado muchísimo de la Sagrada Familia, no nos extraña nada la fama que ha alcanzado pese a estar inacabada. Son cerca de las dos de la tarde cuando comenzamos a caminar por el Carrer de la Marina en dirección al mar, al fondo vemos la famosa torre Agbar sobresalir entre las copas de los árboles. Pasamos por delante de la plaza de toros, la Monumental de Barcelona, que, por suerte, no celebra corridas de toros desde hace años ![]() ![]() ![]() ![]() Los estómagos comienzan a rugir, buscamos un lugar en donde comer sin dejar de caminar. A nuestra derecha aparece una opción, la Pizzeria Rosmarin, las opiniones son aceptables, no parece una opción superbuena calidad-precio, pero si un lugar agradable en donde matar el hambre sin tener que dar vueltas. pizzeriarosmarin.com/ Pedimos una ensalada, un par de pizzas y una lasagna. Casi 80 € con las bebidas. No es barato, pero la elección, vista la premura de nuestros ruidosos intestinos es mas que adecuada. El servicio es agradable y la comida llega pronta a la mesa. Tras tomar un par de cafés nos despedimos y continuamos con la ruta. Nuestro destino es el Parc de la Ciudadella, el más céntrico y conocido de la ciudad. De camino nos sorprende la espectacular y majestuosa Estación del Norte. Ya estamos muy cerca del parque, frente a nosotros se alza el Arco del Triunfo, construido como entrada principal a la Exposición Universal que se celebró en la ciudad en 1888 y en donde comienza el Paseo de Lluis Companys. El paseo esta repleto de gente, me gusta la combinación curiosa combinación entre las farolas modernistas de Pere Falqués y las esbeltas palmeras. Al final del paseo comienza el parque en sí. En el mismo se encuentran el edificio del Parlamento de Cataluña y el zoo de Barcelona. Nosotros no visitamos ninguno de los dos pero si nos detenemos en dos estructuras curiosas que se encuentran dentro del mismo parque, el Invernáculo y el Hombraculo, dos invernaderos con diferentes tipos de especies vegetales tropicales que vale la pena conocer. La entrada es gratuita y no está para nada masificado. Ahora nos salimos del parque para visitar otro lugar muy cercano. Estamos en el Centro cultural del Born, edificio municipal Centro cultural y espacio para eventos en un antiguo mercado restaurado, con un yacimiento del siglo XVIII. Vale la pena entrar sólo por ver el magnífico edificio restaurado. Descansamos un ratito del bullicio exterior sentados en los bancos del edificio. El siguiente destino se encuentra bien cerquita, para llegar hasta el basta con salir del Born y continuar de frente por el paseo del mismo nombre, en un par de minutos estamos ante el ábside de la iglesia de Santa María del Mar, la conocida como catedral del Mar. Traíamos las entradas compradas (5€ por cabeza). La catedral del mar no me decepciona, la altura de sus bóvedas es espectacular, están sostenidas por catorce enormes columnas. El interior es sobrio, austero pero sobrecoge. Durante la visita hay un coro de música clásica ensayando y la verdad es que da gusto escucharlo, consiguen crear con sus voces un ambiente casi celestial ![]() ![]() Tras darle una vuelta a la iglesia, salimos por donde hemos entrado. Rodeamos ahora la iglesia por el exterior, y llegamos a la pequeña placita que se forma ante su majestuosa fachada. Nuestro último destino del día está pegado al mar. Para llegar al Puerto Olímpico debemos de rodear el populoso barrio de la Barceloneta, que en los últimos años es noticia por las acciones de sus cada vez menos vecinos que están cansados de ver como el barrio entero se está convirtiendo en un gran alojamiento para turistas, que se cogen allí sus borracheras, dia si dia también, alterando la vida de los vecinos. Por el camino nos llamaron la atención un par de negocios por los que por un precio mas o menos asequible (siempre y cuando uno quiera darse un capricho caro) puede conducir un deportivo un ratito. Paseamos por el Paseo Joan de Borbo y a la altura del Carrer Emilia Llorca cruzamos el barrio de La Barceloneta y nos plantamos en el Paseo Marítimo. A nuestra izquierda las playas de Sant Sebastiá y Sant Miquel, con el Hotel W al fondo. A la izquierda la playa de la Barceloneta y las torres del Puerto Olímpico. Fin del camino y de nuestra ruta de hoy. Tomamos un helado en la zona del Puerto Olímpico y después de descansar un rato cogemos la L4 en Ciudadella para despues cambiar a la L5 y llegar a nuestro apartamento. Terminamos nuestro recorrido y se puede decir que nuestras vacas de Semana Santa. Barcelona nos ha encantado con sus luces y sus sombras. Volveremos seguro, mañana volamos a mediodía. Hasta Noruega. Etapas 4 a 5, total 5
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