![]() ![]() Tailandia en 20 días ✏️ Blogs de Tailandia
Mi viaje por libre a Tailandia en el verano de 2009. Con información de rutas, hoteles y lo que crea que puede ser util a otros viajerosAutor: Muryela Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (35 Votos) Índice del Diario: Tailandia en 20 días
01: Llegada a Bangkok
02: Ayutthaya y Lop Buri
03: Sukhothai
04: Chiang Mai
05: De excursión por la selva de Chiang Mai
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Etapas 4 a 6, total 10
Trás varias horas de autobús y ya de noche llegamos al fin a Chiang Mai, una vez en la estación directamente cogímos un tuk-tuk para el hotel que habíamos reservado un par de días antes.
Encontramos una habitación bastante económica en el Royal Peninsula Hotel. Vimos que estaba más o menos cerca de la zona turística, a unos 10 minutos andando y que tenía buena opiniones pero, aunque la verdad es que allí estuvimos muy a gusto, debíamos haber elegido uno más cerca de la zona del mercado nocturno que es donde hay más ambiente por la noche. Para ir desde este hotel hasta el mercado es necesario coger tuk-tuk y se tarda un buen rato. El hotel es bastante grande, con unas habitaciones muy amplias, cómodas y limpias, el personal es atento y amable y el desayuno estaba incluido. Después de dejar las mochilas allí salimos a buscar un sitio dónde cenar pero estábamos un poco desorientados y no encontramos nada, quizás es que era demasiado tarde, así que nos conformamos con pedir algo al servicio de habitaciones para quitarnos el hambre y ya al día siguiente desayunamos bien. A la mañana siguiente lo primero que hicimos fue irnos a dar una vuelta por la zona histórica, ésta forma un cuadrilátero rodeado por un canal, fácilmente localizable en el mapa. ![]() ![]() ![]() Tiramos por la calle principal, Rachadamnoen, dónde hay varios templos y monasterios, pero visitamos sólo los más importantes o que más nos gustaron. El primero que nos encontramos fue el Wat Phan Tao, en el que nos encontramos un bonito edificio de madera de teca, lo que le da un aire sencillo, aunque no deje de estar muy decorado, con multitud de figuras de Buda. El templo está junto al más importante Wat Chedi Luang y para ir de uno a otro pasamos por la residencia de los monjes, donde comprobamos que llevan una vida de lo más tranquila y sencilla. Allí estaban entretenidos en tareas caseras, desde lavar la ropa hasta cortarse las uñas. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() El Wat Chedi Luang es uno de los más importantes de la ciudad. Nada más llegar a él nos encontramos con un impresionante y derruido chedi que llegó a medir unos 85 metros de alto. ![]() ![]() ![]() Aquí ya vimos muy claro que el estilo de los templos es algo distinto a los de más al sur, son más parecidos a los birmanos, y no faltan en ninguno los Nagas, el animal mitológico con forma de serpiente que protegen las entradas a los templos como protegían a Buda durante su meditación. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Visitamos los edificios que forman parte del templo, con sus figuras de Buda por supuesto, y, entre ellas, una réplica del Buda esmeralda que vimos en Bangkok, como recuerdo de que estuvo guardada en este templo durante unos cien años, y una figura de Buda que no habíamos visto hasta ahora, un Buda gordo al que se ve bastante feliz. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() También aprovechamos para organizar una excursión a la selva. Por la calle principal hay varias agencias que se dedican a este tema y la mayoría tienen excursiones muy parecidas, tanto en el programa como en el precio, así que solo tuvimos que decidirnos por una. La excursión típica que encontramos en todas ellas incluye montar en elefante, trekking y balsas, de rafting o de bambú. Tambien había la opción de dormir en la selva, cosa que no hicimos y que quizás debíamos haber hecho, porque nos gustó mucho. Nos decidimos por una llamada The Chiang Mai Tic Travel y contratamos con ellos una excursión para el día siguiente. Después del paseo comimos algo y nos tomamos un riquísimo zumo de fruta dragón en un local pequeño, cerca de la calle principal aunque no recuerdo el nombre, donde los hacen buenísimos, y nos fuimos a descansar un poco al hotel ya que en la agencia de viajes nos dijeron que por la noche, al ser domingo, se celebraba un mercado nocturno en la calle principal, el Sunday Walking Street, además de el famoso mercado nocturno, así que decidimos darnos una vuelta por allí y dejar el famoso para otra noche. Cuando empezó a anochecer nos fuimos de nuevo a la zona centro para ver el mercado. Empieza en la puerta principal y va por toda la calle Rachadamnoen, incluso hay tenderetes dentro de algunos templos, hasta terminar en el Wat Phra Singh. El mercado consiste en tiendas de souvenirs, ropa, arte, … también podemos encontrar muchos puestos de comida, los típicos de tallarines, sushi, creps de plátano y chocolate.. mis preferidos! ![]() ![]() ![]() La primera zona la vimos más turística, luego empezó a parecernos que los puestos eran más de ropa estilo para la gente de allí, por fin algo más local. También hay actuaciones en la calle y está muy animado. ![]() ![]() ![]() Cuando nos cansamos nos fuimos a darnos un masaje en una casa chiquitita que nos cogía de camino, en la calle Chaiyaphum, bordeando el canal. Era un local muy pequeño, pero las mujeres eran muy agradables y nos dieron una buena paliza, de hecho repetimos el resto de noches. Etapas 4 a 6, total 10
Madrugamos un muchísimo, ya que a primera hora de la mañana pasaba una camioneta a recogernos y llevarnos de excursión por la selva, aunque a estas alturas ya empezábamos a acostumbrarnos a eso de levantarse temprano. En concreto fuimos a Mae Taeng, un parque al norte de Chiang Mai donde realizan varias actividades para turistas, desde elefantes a navegar el río. Fuimos los primeros a los que recogió, así que luego estuvimos como una hora dando vueltas por Chiang Mai, recogiendo a más gente hasta que se llenó la camioneta; en total fuimos diez personas de varios países. Una vez salimos de Chiang Mai, tardamos algo más de una hora en llegar hasta el campo de elefantes, ya cansados de ir dando botes en la camioneta, pero impacientes por montar en uno de estos animalitos.
Una de nuestras principales dudas al decidir hacer este tipo de excursión, era si nos encontraríamos con un sitio donde maltratan a los animales. Habíamos leído opiniones completamente opuestas, por lo que no nos fue fácil saber si hacíamos bien o mal; nos decidimos por hacerlo, sabiendo que si no nos gustaba lo que veíamos tampoco íbamos a quedarnos callados. El elefante es mi animal preferido, nunca había visto uno antes de este viaje y me moría por estar cerca de ellos. Desde luego no estaba dispuesta a ver uno de esos espectáculos donde juegan al fútbol, pintan... pero no pensamos que montar en uno de ellos fuera a hacer mucho daño, más tarde lees y escuchas cosas que pueden haberme hecho verlo de otra manera. Nosotros allí no vimos que se les tratara mal, si no todo lo contrario, aunque nunca se sabe lo que pasa detrás del telón. Una vez en el campo, casi antes de ver a los animales, ya había dos personas vendiéndonos plátanos para darles de comer, compramos un manojo, que resultó ser poco, ya que nuestro elefante en cuanto se lo terminó se dedicó a robarle los plátanos a los demás. ![]() ![]() ![]() Montamos en el elefante desde una plataforma y de momento nos pusimos en marcha, al principio parecía que podías caerte, pero viendo la agilidad con la que iban montados los cuidadores sobre las cabezas sin problema alguno, sería que nosotros somos muy patosos. El primer elefante que acercaron era el más grande de todos, preguntaron quién quería ir el primero y, ante la vergüenza de los demás, yo me subí encantada. El paseo nos gustó mucho, subimos y bajamos algunas cuestas y nos metimos por el agua, supongo que para darle un poco más de espectacularidad. Disfrutando del momento de ir a lomos de un animal tan impresionante. ![]() ![]() ![]() Tras el paseo nos dieron de comer, un poco de arroz y sandía, no muy contundente la verdad, pero eran como las 12 de la mañana y no teníamos mucha hambre todavía. También se incluía una botella de agua, no demasiado fresca, pero que vino bien guardarla para la caminata que seguía. La siguiente actividad era un poco de trekking por la selva; con la camioneta nos llevaron a un sendero cercano por el que dimos un agradable paseo, entre plátanos y enredaderas, más o menos una hora de ida y otra de vuelta, hasta llegar a una bonita cascada donde pasamos un rato bañándonos y refrescándonos. ![]() ![]() ![]() El paseo era sencillo y tranquilo, disfrutamos del ambiente y la gran cantidad de vegetación, que a pesar de la sombra que da, hacía mucha calor y mucha humedad, por lo que agradecimos, y mucho, haber guardado el agua de la comida, pues no se nos había ocurrido llevar nuestra propia agua ese día. ![]() ![]() ![]() Tras el paseo nos llevaron a la penúltima etapa del viaje, el raffting. Tuvimos que dejar todas las cosas, incluido zapatos, en la camioneta, pero no hubo problema con eso; las cámaras podían mojarse fácilmente, así que también las dejamos en la camioneta. Nos dieron el equipo que debíamos ponernos, casco y chaleco, y bajamos hasta el río donde nos esperaban las balsas. La bajada al río es por unas piedras y me hice un buen corte en un dedo del pie, en aquel momento, viendo el color marrón del agua, pensé que moriría de cualquier infección en aquel río, pero en principio el color es por la gran cantidad de lluvia que cae por allí más que por suciedad, que también tiene bastante, y bueno, de momento, sigo viva. Los rápidos eran poca cosa, pero para nosotros, que éramos principiantes, fueron muy divertidos. Bajábamos unas ocho balsas a la vez y los guías iban animando a todo el grupo, mojándonos unos a otros, lo pasamos muy bien. ![]() Casi al final de la bajada, en una zona más tranquila nos esperaban unas balsas de bambú, dejamos la balsa grande y nos acomodamos en el bambú, la balsa se hundió un poco y así, sentados con el agua por la cintura dimos un paseito relajante de unos 15-20 minutos. Llegados a destino, que era de nuevo la zona de los elefantes, había una caseta donde poder limpiarse un poco y cambiarse de ropa, también había gente vendiendo helados y fotos recuerdo que nos tomaron a lo largo del día, pero ignoramos a todos sorprendidos por una impresionante mariposa atlas, la más grande del mundo, tan tranquila ella, sobre nuestra camioneta y posando para nuestras fotos. ![]() Después de descansar un poco volvimos a la camioneta para hacer la última parada, la visita a un poblado Akha. Esta tribu es una de las muchas que viven en las montañas de la zona norte del país, normalmente mantienen sus costumbres y lengua, pero también viven de los turistas que pasan por allí. La visita consiste en poco más que ver el pueblo para hacerse una idea de como viven y pasar por los puestecitos que tienen montados para vender souvenirs, pero realmente no se ve mucho de su forma de vida, ni se aprende nada de su cultura o historia o cualquier otra cosa relacionada con ellos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Volvimos a Chiang Mai y, por suerte suerte, esta vez fuimos os primeros en bajarnos de la camioneta, así que para eso de las seis de la tarde ya estábamos en el hotel. Nos duchamos y nos fuimos a cenar algo, que estábamos hambrientos. No habíamos comido casi nada en todo el día y decidimos buscar un buen restaurante. Nos fuimos a la calle principal de la zona centro y nos quedamos en el Garden Island, pedimos algo de comida típica, que estuvo muy rica, y volvimos pronto al hotel, estábamos muy cansados y al día siguiente nos tocaba madrugar otra vez. Etapas 4 a 6, total 10
Para nuestro tercer día en la zona norte del país teníamos reservado un vuelo a Mae Hong Son, una zona situado al noroeste de Chiang Mai. El vuelo, de tan solo media hora, nos costo tan solo 30 € ida y vuelta, con lo que merece la pena.
También se puede llegar en autobús, a un precio bastante más económico. Tarda unas ocho horas, ya que va por una carretera regulera. Cogimos el avión que sale a eso de las 10 de la mañana de Chiang Mai, era pequeñito, de hélice, lleno sobretodo de españoles, se ve que ha cogido fama entre nosotros y estoy segura de que este foro tiene buena culpa de ello. En la media hora que dura el viaje les dio tiempo incluso de darnos un sándwich para comer. ![]() Llegados a Mae Hong Son cogimos un tuk-tuk que nos llevara al hotel para dejar las mochilas y decidir qué hacer allí, buscar alguna excursión o algo así, ya que no teníamos ningún plan cerrado para esos días. Por recomendación de unos amigos habíamos reservado el Fern Resort. Un bonito hotel ecológico situado a unos 7 Km de la ciudad. Está situado entre montañas y rodeado de campos de arroz y un arrollo. El personal es muy agradable e incluso hablan un poco de español. El precio en la página web es de unos 50€, pero nosotros lo conseguimos a través de Agoda por unos 30€. El sitio merece realmente la pena para quedarse unos días más explorado la zona. ![]() ![]() ![]() Cuando llegamos al hotel de lo primero que nos enteramos es que tenían un bus gratuito desde el aeropuerto, pero bueno, tampoco es que el tuk-tuk nos costara mucho. El recepcionista nos enseñó la habitación, la misma que le había dado a Brad Pitt y Angelina Jolie cuando visitaron el hotel ¡que suerte la nuestra!... y nos estuvo recomendando una excursión por la zona para el día siguiente, ya que era demasiado tarde para salir del pueblo ese día. Nos decidimos a contratar la que nos ofreció y pasar el resto del día disfrutando un poco del hotel y visitando Mae Hong Son. ![]() ![]() Estuvimos dando una vuelta por el hotel, todo un paraiso, e incluso se puede hacer una ruta por la zona con perros guía, de la que solo hicimos una parte. Luego nos fuimos a la piscina y finalmente comimos algo en el restaurante, donde preparan comida típica Thai bastante buena. Por la tarde nos fuimos en el autobús del hotel hasta el pueblo. La verdad que este no tiene mucho para ver, lo más interesante son los templos y monasterios que hay por el pueblo. Son distintos a los que veníamos viendo a lo largo del viaje, más de estilo birmano, y lo más llamativo, sobretodo, sus coronas luminosas, pero templos budistas al fin y al cabo, de los que yo ya estaba algo cansada. Mae Hong Son es definitivamente más interesante en sus alrededores, en los que puedes perderte durante días, para lo que deberíamos haberle dedicado más tiempo de los dos días que pasamos allí. Comenzamos nuestros paseo por el lago Chong Kham, donde hay dos templos, el Wat Chong Kham y el Wat Chong Klang. ![]() ![]() ![]() Continuamos hacia el Wat Kam Ko y el Wat Phra Non. Dando después un rodeo para llegar al Wat Hua Wiang. ![]() ![]() ![]() ![]() Paseamos un poco más por el pueblo pero hacía muchísima calor, había llovido un poco y la humedad era insoportable, así que decidimos irnos a tomar algo al bar donde para el bus del hotel, que también es de ellos y es el que mejor pinta tenía. ![]() Nos tomamos unas cervezas hasta que llegó el bus y nos fuimos de vuelta al hotel. Allí el restaurante estaba bastante animado con gente cenando tomando algo y nos quedamos un rato a tomando unos cockteles. A la mañana siguiente madrugamos para desayunar algo antes de irnos de excursión, nos dio pena irnos, ya que fue el hotel más bonito que estuvimos en Tailandia. A las 8 de la mañana en punto estaba nuestro guía a recogernos, iríamos solos en la camioneta, aunque nos encontramos a otra gente del hotel haciendo una ruta parecida. Lo primero era ir a ver un poblado de la tribu Karen, o mujeres jirafa. Elegimos uno al que solo se puede llegar en barca, así que fuimos a un embarcadero a coger una de estas barcas largas que usan por todo el país. El viaje duró una media hora hasta llegar a un poblado de chozas de madera y bambú, escondidas entre la vegetación de la selva ![]() ![]() Estas tribus vienen de Birmania y, según nos dijo el guía, el dinero que recaudan con la entrada que hay que pagar para visitarlas es casi todo para la guerrilla; ellos viven principalmente del dinero que sacan con las cosas que venden a los turistas. De hecho, por lo visto la costumbre de las mujeres de ponerse aros en el cuello se estaba perdiendo hasta que empezaron a llegar los turistas con su dinero y gracias a eso podemos seguir viéndolas. ![]() ![]() No se conoce muy bien la razón de cómo empezó la costumbre de ponerse estos aros en el cuello, piernas y brazos, según nos dijeron hay dos teorías, una la de que ellas se ven así más guapas y otra la de que fueron los hombres de la tribu los que hicieron que se los pusieran para que fueran más feas y no atrajeran a los hombres de otras tribus. ![]() ![]() ![]() La visita consistió en pasear un poco por el poblado para ver sus casas, su forma de vida y sus puestos de souvenirs también. En cada cabaña había una mujer con un puesto llamándonos para que nos hiciéramos fotos con ellas y les compráramos algo. La verdad es que fueron amables con nosotros, imagino que porque ese día éramos los únicos turistas allí, pero su actitud y sus sonrisas me dieron la sensación de que no era más que un posado, a algunas se las veía casi obligadas a ser simpáticas, solo por el interés de vender; por lo que en el rato que estuvimos allí no pudimos averiguar mucho de la forma de ser de este pueblo. Eso si, sólo vimos mujeres y niños, hombres ninguno. ![]() ![]() ![]() Lo que más nos llamó la atención fue la escuela, sobretodo por la cantidad de idiomas que estudian: el idioma Karen porque es el suyo propio, Birmano porque vienen de allí y no saben si volverán algún día, Thai porque es donde viven y deben hablarlo e Inglés porque no saben si algún día tendrán que emigrar a otro país, así que por si acaso ya saben inglés que se habla más o menos en todo el mundo. Encima de todo esto alguna incluso nos habló en español. Es curioso como en una aldea perdida de la mano de dios saben hasta cinco idiomas mientras nosotros hablamos uno y mal. ![]() ![]() Terminada la visita volvimos a la barca que nos llevaría de nuevo a la camioneta para seguir nuestro recorrido. ![]() La siguiente parada fue en la cueva de los peces. Esto era como una especie de parque donde hay una cueva con un pequeño templo y hay muchos peces. Visto así no tiene mucho interés, y bueno, tampoco es que fuera de lo mejor, pero lo bonito era la zona y el paisaje. Hay un caminito para hacer una ruta por la zona, como no teníamos mucho tiempo solo lo seguimos un rato y volvimos a donde nos esperaba el guía. ![]() ![]() ![]() De aquí nos llevó a la zona fronteriza con Birmania para visitar algunas aldeas de otras tribus que viven por allí. El poblado más interesante era uno chino, llamado Ban Rak Thai, con arquitectura típica china y donde estuvimos comiendo algo típico de allí. El poblado, como el resto de los que vimos se veía bastante pobre, con sus calles embarradas y casas de bambú, con techos de uralita y hojas de árboles que no deben quitar mucha calor. Viven de recoger té y de los pocos turistas que pasan por la zona. ![]() ![]() ![]() El siguiente poblado Ban Ruam Thai, se veía casi más pobre aun, había muy poca gente por la calle, ya que hacía mucha calor. Estuvimos por allí un rato en la zona del lago que hay junto al poblado y nos fuimos a la siguiente parada. ![]() ![]() ![]() Esta era la cascada Pha Seau, en la que no pudimos parar mucho tiempo porque empezaba a llover fuerte y nos estábamos poniendo chorreando. ![]() Por último el guía nos dijo que si nos apetecía ir a un balneario y como nos sobraba algo de tiempo nos acercamos a verlo. Era el Mud Spa, donde hacen tratamientos de belleza con barro y hay una piscina de aguas termales al aire libre. Solo nos daba tiempo un baño y, aunque estaba lloviendo, como estaba el agua tan calentita ni nos enteramos. El sitio nos pareció más bien cutrecillo y creo que si estuviera mejor cuidado tendría más éxito, ya que no está mal y es muy barato, además de estar rodeado por impresionante paisaje de campos de arroz. ![]() ![]() ![]() Por cierto, mejor llevar traje de baño propio, los que tenían allí de préstamo tenían una pinta regulera. Terminado el baño y ya relajaditos nos fuimos corriendo al aeropuerto para volver a Chiang Mai. Llovía a cántaros y el avión se retrasó porque no podía aterrizar, de hecho tuvo que volver a Chiang Mai para repostar. Para nosotros fue pesado, pues el aeropuerto es muy pequeñito y no tiene casi nada, lo mejor que conseguimos fueron unos helados resecos, pero bueno, para los que iban en el avión tuvo que ser peor. ![]() Al fin llegamos a Chiang Mai, al mismo hotel, no nos comimos mucho la cabeza con eso. Cogimos un tuk-tuk y nos fuimos al mercado nocturno. El mercado de Chiang Mai es el más famoso de Tailandia y el más recomendado para hacer compras, con razón, porque la verdad que tiene de todo, desde ropa a artesanía. Nosotros compramos poca cosa porque al ir con las mochilas no podíamos echar mucho peso y decidimos dejar las compras para los últimos días en Bagkok. Etapas 4 a 6, total 10
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