Tras un primer intento fallido por culpa de Vueling, que cambió de forma unilateral sus fechas de vuelo, marchamos a Malta desde Sevilla con Ryanair por 55 €. Salimos de Málaga para almorzar temprano en un asador de la barriada de Alcora, cerca del aeropuerto sevillano. Dejamos el coche en un parking recién abierto (Lavacolla) que cuesta un tercio que el de Aena, te recogen el vehiculo y encima te lo devuelven lavado.
A las 17 h. ya estamos volando para llegar a Malta a las 19,30 h. Pagamos en el propio aeropuerto el ticket de 20 € que cuesta el taxi hasta el Hotel Sliema Chalet, que hemos reservado por internet por 140 € las 3 noches. Nos dan una habitación muy amplia y bastante antigua.
Salimos al cercano paseo marítimo para ver los horarios de los autobuses y del barco que cruza a la Valetta. Hacemos una cena bastante decente al lado del hotel: vino rosado “Falcon Maltes”, conejo y pulpo en salsa de tomate y con mucha hierbabuena.
Nos levantamos temprano para aprovechar el día y por que amanece 2 horas antes que en España (a las 5 h), para un desayuno corrientito y para tomar en la misma puerta del hotel el bus 645 a Cirkewwa. Perdemos el de las 8 h. y vamos a pasear hasta la 8,45 h., hora en el que sale el siguiente. Haciendo un recorrido por el norte de la isla, tarda unos 45' en llegar al embarcadero. Lo hace justo en el momento en que zarpa el barco. Así que esperamos 40' al siguiente, que en menos de 25 minutos nos deja en la isla de Gozo, en Mgarr. El barco que cuesta 4,60€ se paga al regreso. En la breve travesía pasa por delante de la isla de Comino, en la que se encuentra la renombrada “Blue Lagoon”, que vemos bastante llena de barcos y turistas.
El autobús 25 nos lleva a la capital de la isla, Victoria, antes llamada Rabat. En Victoria visitamos la ciudadela, la catedral con la tumba de Pío X y el barrio de San Jorge, con mosaicos y figuras en las puertas de cada casa. En la plaza de la iglesia de dicho nombre almorzamos en “The Grapes” un plato de ensalada con quesos y embutidos de la isla. Regresamos al puerto para volver a Sliema, pasando por Mellieha, S. Paul y S. Julians.
Después de una ducha y un rato en el hotel, cogemos el viejo bus 65 para ir a Mdna. En el trayecto, de más de 45', a pesar de la velocidad de loco que lleva el conductor, pasamos por Mosta, donde se encuentra la Rotunda, la 3ª cúpula más grande de Europa, del año 1833.
Paramos en Rabat y cruzamos el foso para acceder a la antigua capital de la isla, ubicada a 190 mts de altura, caracterizada por el buen estado de conservación de su estructura medieval y sus elementos barrocos. Tras una interesante visita y visto que ya no hay bus a Sliema tomamos uno a la Valetta, que en 20' nos deja en la fuente del Tritón, desde donde salen casi todos los buses. En el trayecto hemos observado un kilométrico acueducto muy bien conservado. Tomamos el 62 de vuelta a Sliema, para cerca del hotel, en el restaurante “Le Malte” hacer una buena cena por 35 € a base de lampuki (pescado típico), bragioli (rollo de carne picada con tomate), tinto de la isla y pastel siciliano. De aperitivo nos obsequian con unos caracoles con curry muy buenos.
Amanece lloviendo y después de desayunar nos vamos a la Valetta, a pasar la mañana recorriéndola entre las hordas de turistas. Tras atravesar el S James Bastions marchamos por la calle principal (Republic street), parando en diversas iglesias (dicen que en la isla hay 365, una para cada día del año) hasta el fuerte de St. Elmo. Por el bastión de S. Lázaro vamos a la “Siege Bell”, un monumento en conmemoración de la 2ª guerra desde donde se ven las 3 ciudades: Conspicua, Senglea y Vittoriosa. Aunque una vez que hemos subido hasta la Saluting Battery se ven mucho mejor.
Desde el Albergue de Castilla, uno de los 8 existentes para los caballeros de las distintas nacionalidades, (en este caso españoles y portugueses) vamos a la oficina de turismo de Market street y a la co-cathedral de S. John, en la que no nos dejan entrar aunque en nuestra guía dice que la entrada es gratis.
Compramos unos dedales en la tienda del Great Master palace y hacemos una paradita para unas cervezas y un pastizzi de especias (tentempié típico), para ir más tarde a la iglesia de san Paul (en restauración) y a la iglesia británica, en la zona de la gran cúpula, cerca del embarcadero de Sliema.
Como aun no hay hambre, decidimos coger el bus 4 para ir a Vittoriosa y hacer allí el almuerzo y observar la Valetta desde otra perspectiva. Almorzamos pasta y mejillones.
Paseamos por la iglesia de S Lorenzo (cerrada) y por la marina, antes de retornar a Sliema. Nos bajamos antes del hotel en una plaza con wifi para tomar un helado y mirar el correo y las noticias. Tras un buen rato de descanso salimos a pasear para, a la caída del sol, volver al restaurante de la noche anterior: conejo en salsa, pulpo con ajo, caracoles y pastel componen nuestra cena de despedida de la isla.
Por la mañana tras un tardío desayuno, nos acercamos a ver la vecina catedral. Recogemos las cosas y nos vamos a la Valetta para desde allí ir en el bus nº 8 (que tarda casi 40 ' ya que pasa por varios pueblos) al aeropuerto.
Llegamos en hora a un calurosa Sevilla, nos devuelven el coche lavado y aspirado, abonamos 26 € y nos vamos para casa.
Un fin de semana largo (de jueves a domingo), con un vuelo de bajo coste (47 €) nos trasladamos a la ciudad alemana de Bremen. Hemos sacado un hotel enfrente de la estación de tren, el Mercure Columbus, por 100 € la habitación triple con el desayuno incluido.
A pesar de los problemas aéreos, que está causando que media Europa esté bajo nieve, el vuelo sale con sólo media hora de retraso.
Llegamos a algo mas de las 10 y media de la noche al aeropuerto y como a esa hora el tranvía 6 que va hasta la puerta del hotel pasa cada 20’, tomamos un taxi que por 15 € nos traslada en 10’ hasta allí. La temperatura es de –5º y todo está blanco por la nieve.
Dejamos las maletas en la amplia habitación con vistas a la plaza y bajamos a cenar en la misma esquina del hotel (shawarmas y chili) acompañados con unas becks ( la cerveza de la ciudad) de medio litro.
Tras forrarnos adecuadamente hacemos el desayuno en un buffet completísimo y salimos a la calle. Vamos desde la Bahnhofsplatz hasta el canal que circunvala el centro histórico. Desde ahí se tiene una gran perspectiva del Molino de las antiguas fortificaciones sobre el helado canal.
Por la comercial Sogestrasse llegamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora, que aún está cerrada y a la Marktplatz . Allí se encuentra el Ayuntamiento de 1410, Patrimonio de la Humanidad, con su escultura en un lateral de los Músicos de Bremen. Enfrente está la mayor estatua de Roland de Alemania, también declarada P.H. por la UNESCO.
Entramos en la cercana catedral de St. Petri, de estilo gótico y con más de 1200 años de historia dedicada al culto evangélico-luterano.
Tras recorrerla entramos en su pequeño museo que alberga parte de las criptas y otros elementos de interés como las vestimentas talares.
[align=justify]Recorremos el mercado ambulante de alimentos que se ubica al lado y cruzamos hasta restaurada Bottcherstrasse, construida en los años 20 con ladrillo rojo y elementos art-deco, en la que se ubican atractivas tiendas y museos , así como un carillón de 30 campanas de porcelana que el momento en el que llegamos interpretan sus melodías y unos paneles giratorios con figuras de navegantes.
Cruzamos por un túnel hasta los embarcaderos del río Wesser y, tras juguetear un rato con la nieve, marchar al barrio de Schnoor, el mas antiguo de Bremen, formado por casitas de los siglos XV y XVI, todas convertidas en tiendas de souvenires y restaurantes.
En uno de ellos tomamos el aperitivo antes de irnos a almorzar unos platos típicos alemanes en la conocida bodega Bremer Ratskeller que está en los sótanos del Ayuntamiento: sopa de patata con tocino, medallones de cerdo, Bremer Seemannslabskaus y Bremer Knipp .
A la salida volvemos por Langerstrasse al hotel para descansar. A las 5 y poco ya es de noche.
Pasamos la tarde en la cómoda habitación, leyendo y jugando al backamon. Mientras Jose se va de sauna, Jorge y yo nos v amos a dar una vuelta, atravesando la estación hasta el Palacio de Congresos, donde actúa Boney M .
La cena la hacemos en el mismo sitio de la noche anterior.
La mañana del sábado la dedicamos a ir en el bus 670, disfrutando del bello paisaje blanco, hasta el pueblo de artistas de Worpswede, a 25 km de Bremen.
Como las casas están muy diseminadas y es bastante dificultoso andar por el hielo y la nieve nos volvemos tras un breve paseo .
Después de una paradita en un bar de cervezas en Hillmannplatz entramos enfrente a almorzar unos grandes platos en la recomendable Taberna TAV, para más tarde volver a visitar el centro histórico, haciendo algo de shoping y llegar hasta Schnoor para tomar unos cafés en el abarrotado café Tölke.
La cena la hacemos a base de salchichas diversas.
A las 5 de la mañana empieza a caer una gran nevada. Jorge baja a verla desde la calle, ya que no se puede dormir por los insoportables ronquidos de Jose, que acaba de volver después de estar toda la noche de farra.
Dejamos las maletas preparadas y nos vamos, una vez dada buena cuenta del abundante desayuno, a recorrer la blanca ciudad en la que cantidad de maquinas quitanieves se afanan en limpiar.
A las 12 y media tomamos en tranvía 6 que en 15 minutos nos deja en el “flughafen” para regresar a Málaga donde tenemos 20 grados más de temperatura.
En septiembre de hace unos años nos propusimos hacer una ruta en coche por Europa , recorriendo diversas ciudades de Francia , Italia , Austria , Hungría, R. Checa y Alemania. Lamentablemente el coche se estropeó a mitad de recorrido y no pudimos ir a todos los lugares previstos.
El primer día tras casi 750 kms llegamos hasta Nuévalos , cogemos una mobil-home en el Camping al lado del pantano y nos vamos a visitar el Parque y el monasterio de Piedra . La cena la hacemos en el restaurante Río Piedra (muy recomendable).
Nos levantamos temprano (como en casi todo el viaje) y seguimos hacia el pirineo leridano , haciendo una parada cortita en Zaragoza y otra para comer en la Seu d’Urgell, acampando en el pueblo de Sort , al lado del Noguera Pallaresa.
550 kms hacemos al siguiente día , la mayor parte por carretera de montaña , atravesando Andorra (el primer atasco del viaje),donde aprovechamos para comprar una tarjeta para la cámara , llegando al final de la tarde a Aix-en-Provence ,donde montamos la tienda en el camping Arc en ciel y nos vamos a pasear y cenar al recoleto y tranquilo centro de la ciudad .
Tras cientos de túneles y puentes , un montón de peajes y 745 kms llegamos al primer destino del viaje : la ciudad de Florencia . Previamente nos hemos desviado un poco para almorzar en Altopascio e ir a conocer la plaza y la torre del Duomo de Pisa .
Recorremos en mitad de un atasco media ciudad , preguntando (no hay indicaciones) por el camping Michelangelo . Tras muchas vueltas damos con él : Sobresaturado y muy caro , pero con una vista y una ubicación fantástica que permite ir al centro histórico andando . A pesar de lo cansados que estamos es lo que hacemos esa misma noche. Cenamos en una pequeña trattoria y nos acercamos hasta la plaza de la Signoria (con música clásica en directo) y al Ponte Vecchio .
Al día siguiente salimos del colapsado camping lo antes posible para disfrutar de la ciudad : Vamos al Palacio Pitti y cruzamos el Arno por el bonito y saturado de turistas Ponte Vecchio para llegar a la Galleria de los Ufizzi, donde hay unas colas inmensas por lo que desistimos de entrar. Tras entrar en el Palazzo nos demoramos un rato en la Plaza, antes de desayunar y seguir hasta Sta Maria dei Fiori.
Tras desistir en entrar en el Duomo por las grandes colas , seguimos hacia un Mercado de las Pulgas cercano y tras tomar una cerveza entramos en un mercado muy cuidado y especializado en delicatessens, donde compramos unos paquetes de pastas de formas y colores.
Entramos en el Duomo (es la hora del almuerzo y hay poca cola), que comparado con su luminoso exterior es apagado y triste. Seguimos paseando por las calles hasta parar para almorzar en una terraza. Tras el café vamos a visitar la iglesia de la Santa Croce. Tras bajar al río y callejear un poco más regresamos al camping.
A la noche hacemos la cena en una Trattoria cercana al río, al lado de la zona de copas, donde degustamos un paté casero muy bueno .Tras la subida al camping y un rato disfrutando de las vistas desde la plaza nos retiramos pronto a descansar.
Salimos hacia Siena que está bastante cerca ( una hora ). Tras dejar el coche en uno de los muchos parkings que rodean la ciudad vieja recorremos sus callejuelas hasta la Plaza del Duomo y después hasta la plaza del Campo, donde se celebra anualmente la fiesta del Palio . Nos encontramos con un desfile de uno de los barrios con sus característicos trajes y banderas .
Regresamos a Florencia para proseguir hacia Modena por una autopista de montaña con mucha lluvia a donde llegamos a la hora del almuerzo . Recorremos las vacías calles (es domingo) de su bonito casco antiguo bajo la lluvia y decidimos continuar hasta Mantua. En la zona no encontramos ningún camping por lo que seguimos hasta Garda para pasar la noche al borde del lago en un mobil home .
Tras el desayuno y un paseo por las orillas del lago seguimos hasta la cercana Verona , una ciudad que nos gusto mucho .Desde la Arena recorremos su casco histórico hasta la Plaza delle Erbe , donde hay un pequeño mercado callejero. Después vamos al Puente de Piedra de la época romana , al Duomo y al obispado. Nos acercamos a la casa de Julieta , donde están rodando una película.
El almuerzo lo hacemos en Padua en la plaza de la Signoria. Damos un breve paseo por su casco antiguo, del que nos gustó especialmente un palacio convertido en mercado . Seguimos hasta el camping Fusina que se encuentra justo en frente de la Isla de Venecia .
Una vez en el camping dejamos las cosas en el mobil home cogemos el vaporetto de la línea Fusina -Zatere, que cada hora y en 20 minutos te lleva hasta el canal de la Giudecca desde la misma puerta del camping .
Pasamos por el Puente de la Academia, entramos en un par de iglesias,( en una de ellas unos músicos estan ensayando) y en una galería de arte y callejeamos hasta desembocar en la Plaza de San Marco, que está a reventar de turistas haciendo colas para entrar a la basílica, al Palacio Ducal y al Campanile. Alejado del mogollón encontramos una tabernita donde probamos una bebida típica: el spritz. Regresamos paseando por las callejuelas y puentes hasta el Zatere para tomar el Vaporetto y hacer la cena en el camping: una pizza inmensa y una barbacoa de carne.
A la mañana siguiente volvemos a Venecia, desayunamos en una cafetería cercana a la Academia, sacamos un billete para los vaporettos y hacemos el recorrido del saturado Gran Canal para ver las iglesias y palacios que lo circundan. Pasamos por los puentes de Rialto y de la Scalzi hasta que llegamos a Santa Clara y los jardines de Papadopoli, desde donde vamos andando hasta la Santa Croce y de allí tomamos de nuevo el barco para bajar en el Puente de Rialto.
En la orilla del Vino hay un mercado de productos frescos y puestos de artesanía .Tras dar unas vueltas y tomarnos una cerveza embarcamos para llegar hasta el canal de San Marco.Tras un paseo por la zona del puente de los Suspiros y San Zaccaria nos acercamos a la zona del campo Bandiera a comer algo con un spritz .
Volvemos a la Plaza de San Marco para comprar maíz y para como buenos turistas hacernos las típicas fotos cubiertos de palomas. El tiempo empieza a empeorar, así que volvemos a Fusina. Como se pone a llover bien fuerte y sin parar desistimos de ir a ver Venecia de noche .
A la mañana siguiente salimos hacia Austria . Al llegar a la frontera adquirimos la "vignette" tarjeta necesaria para circular por las autopistas del pais. Al llegar a Klagenfurt nos encontramos con un inmenso atasco del que tardamos casi dos horas en salir . Paramos a comer en una carnicería-restaurante.
Al llegar a Viena nos ponemos a buscar el camping . Despues de dar más vueltas que un trompo , encontramos uno de los tres que existen , pero no tienen mobil homes , está en un mitad de un parque pequeñito y llueve. Así que decidimos marcharnos y cerca del centro encontramos un hotel con parquin (importante ya que para aparcar en las calles hay que adquirir una tarjeta o puedes ser multado) donde nos alojamos.
Tras el desayuno adquirimos una tarjeta 24 h. para el transporte publico, cogemos un tranvía, bajamos frente a la opera y visitamos el centro historico, empezando por St.Stephans (la catedral) muy sucia por fuera pero majestuosa en su interior . LLegamos callejeando hasta el Canal del Danubio y regresamos visitando varias iglesias, entre ellas la de St. Peters. Nos tomamos un mosto de la temporada en la misma parada del tranvia y nos cambiamos a un hotel más centrico y barato (lo hemos conseguido en la oficina de turismo de Albertinaplatz).
Dejamos las cosas, ponemos la tarjeta para aparcar que vende el propio hotel y tomamos el metro para ir a Schönbrunn para recorrer sus magnificos jardines. El almuerzo lo hacemos en una cervecería en la calle Schwarzemberger (menu bueno y barato y cervezon) atendidos por una chica catalana. Andamos hasta la Karlskirche y tomamos el metro para ir desde Karlsplatz hasta Roosevelt-platz donde visitamos la Votiv kirche. Seguimos el recorrido por el Ayuntamiento (Rathaus), el Burgtheater y el Parlamento hasta la Plaza de María Teresa ,flanqueda por los Museos de Historia Natural y de Bellas Artes . Tras descansar un rato en la plaza, entramos al Hofburg para recorrer los distintos rincones que componen el Palacio Imperial .
Nos retiramos cansados al hotel para descansar un rato antes de la cena, que hacemos en una típica cervecería cercana. Al entender bien poco de la carta, (uno es que no sabe alemán)el plato que me sirven es una inmensa lengua cocida de vaca con col. Tras dejarla por imposible volvemos al hotel: Las calles de Viena tienen una iluminacion pésima a base de tubos fluorescentes. Tras desayunar en el hotel esa última mañana cogemos un bus y nos vamos al Palacio Belvedere para visitar sus jardines (las fuentes llevan un montón de tiempo sin funcionar) . A la vuelta damos un breve paseo por los aledaños de la Bolsa , regresando al hotel para proseguir nuestro viaje.
Entramos en Hungria, cambiamos moneda y adquirimos la pegatina para usar las autopistas y seguimos hacia Budapest . No nos da tiempo, el coche empieza a dar tirones hasta que se para. Llamamos a la asistencia y casi una hora después una grua nos recoge y nos lleva a la Ford de Gÿor, donde le meten el ordenador al coche y dicen que es el sensor del acelerador y que no hay repuesto y que hasta el miércoles no estará reparado (es viernes) . Decidimos no esperar esos 5 días y pedimos al seguro que nos trasladen a Budapest y que organicen el regreso a casa en dos o tres días.
La grua deja el coche en un deposito y nos llevan al hotel Bolero ( en la planta baja se celebra una especie de guateque años 60 lleno de mujeres) , donde realizanos un montón de llamadas, con la colaboración de un señor que hablaba italiano, para aclarar que va a pasar con el coche : Al final tardaron más de un mes en devolvérnoslo y con la documentación desaparecida.
Conseguimos de la asistencia que nos ponga un taxi (el primero quería que pagasemos nosotros en vez del seguro) que una hora y media despues nos deja en un hotel de Budapest , en el que resulta no hay plazas. Un taxista nos lleva a varios (estaban todos llenos) hasta conseguir sitio en un B&B fantástico, el Kalmár , justo detras del Balneario Géllert.
Tras un pantagruélico desayuno nos vamos a la calle y cruzamos el Danubio para recorrer Pest. La primera parada la hacemos en el bonito Mercado Central, pasamos por la Iglesia Calvinista y seguimos hacia el Museo Nacional. Llegamos a la Sinagoga y al Museo Judío y por calles interiores hasta la Opera. Cruzamos hasta la basílica de San Esteban, donde cientos de personas se agolpan para entrar. Así que nos sentamos a degustar unos vinos hungaros en la cercana plaza Szabadság (donde está la sede de la TV hungara)
Vamos hasta el fabuloso edificio del Parlamento y bordeando el río hasta la Academia de las Ciencias .Se nos ha hecho un poco tarde, así que con dificultad encontramos un sitio donde comer: el Palacio Duna , un teatro con restaurante en que practicamente estamos solos. Cruzamos el Puente de las Cadenas, con sus leones sin lengua (lo que, según dicen, motivó el suicido del autor al darse cuenta del fallo cometido) y regresamos bordeando el Danubio. Visitamos la Capilla en la roca de San Gerardo, en la que están celebrando misa y nos vamos a descansar. Tras un paseo nocturno por Pest volvemos a Buda para cenar en un típico restaurante al lado del Gellert
Tras el desayuno y pasar un buen rato intentando que el seguro informe de nuestro regreso, salimos en tranvía hasta el teleférico que sube al Palacio de Buda, desde donde hay unas grandes vistas del Danubio, con la isla Margarita a lo lejos y de Pest. Vamos después a la iglesia Matías y el Bastión de los pescadores .
Tras pasar por el Museo de Historia Militar y compras de souvenirs bajamos hasta la Plaza Moscú donde, después de entrar en un centro comercial a comprar vinos, tomamos el metro para ir a la plaza de los Heroes en Pest. (Atención con el billete que vale sólo para una línea y no permite transbordos. A nosotros nos querían multar). En esta plaza está el Museo de Bellas Artes y dentro del parque el castillo de Vajdahunyad, el Museo de Agricultura, el zoo y el balneario Szécheny, en donde entramos a tomar unos baños.
Tras comer en el mismo parque, volvemos a Buda y hacemos la subida a la Ciudadela y a la estatua de la Libertad. La cena la hacemos en el apartamento ya que el seguro nos ha conseguido un vuelo, vía París, de regreso y nos recogen a las 5 de la mañana.
Nos quedamos sin hacer el resto de la ruta (Praga, Salzburgo, Chamonix, Milan...).
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