Munich - Salzburgo - Viena - Praga (Julio'10) ✏️ Blogs de Europa Central

Madrugamos mucho de nuevo porque nos vamos de viaje, a Viena. Nuestro tren sale a las 10 y a las 9 ya estamos en la estación, desayunados y todo (en el hotel de Salzburgo el desayuno sí estaba rico). En el tren aprovecho para poner al día el diario de viaje para el álbum de fotos, y después de 3 horas de viaje llegamos a Viena.

Nos bajamos del tren y cogemos el metro para ir al hotel, hay que hacer trasbordo y parece que vamos a tener que andar un poquillo para llegar, pero al final sale todo muy bien y el hotel está más cerca de la estación de Karlsplatz de lo que parecía en el mapa.

El hotel (Best Western Premier Kaiserhof) está muy chulo y la habitación es muy amplia. Lo único malo es que no es del todo céntrico.


Nos instalamos y como son cerca de las 2 de la tarde nos vamos al centro de Viena a comer algo antes de empezar a hacer turismo en serio.

De camino en la búsqueda de comida (concretamente queríamos un Subway, pero no damos con ninguno) pasamos por la Ópera y la Stephansdom, la catedral. Al final acabamos en un Nordsee, un sitio de comida rápida muy curioso que por aquí está en todas partes.



Después de comer visitamos la catedral, que estaba parcialmente cubierta por andamios ya que la están limpiando. Es muy bonita, sobre todo las partes que ya están limpias.

Nos hacemos unas fotos y seguimos con la ruta turística hacia el Hofburg, el palacio imperial, que por fuera es espectacular, sobre todo la zona que actualmente es la biblioteca nacional.




Seguimos con el paseo por la zona de los museos, que también son unos edificios impresionantes, y acabamos en el MuseumsQuartier, que es un punto de encuentro de los vieneses, tomando una coca-cola para paliar el calor…



Seguimos andando y vemos el Parlamento, y el Rathaus (ayuntamiento), que es precioso pero tiene la plaza de delante tapada porque están preparando un evento.




También pasamos por el Burgtheater y seguimos andando hacia una plaza muy bonita, Freyung, en la que hay una iglesia y varios palacios muy chulos. Visitamos el antiguo barrio judío, y el monumento al Holocausto en la Judenplatz.


Volviendo hacia la catedral vemos un reloj muy famoso (Ankeruhr) en el que cada hora sale un personaje célebre austriaco, pero no tiene ninguna gracia… Decidimos parar un poco y de camino al hotel paramos en una de las muchas cafeterías que hay en esta ciudad para tomar nuestra primera Sacher Torte, ¡estaba riquísima!



En la plaza de esta cafetería está la iglesia de los capuchinos, donde están enterrados los soberanos del imperio austriaco, los Habsburgo. Se puede visitar la cripta, pero la verdad es que no nos apetecía mucho.

Decidimos hacer una parada en el hotel para darnos una ducha y descansar un poco, y ya después salimos de nuevo hacia el centro para cenar. Acabamos en un sitio al lado de Stephansplatz en el que cenamos genial, el Wiener Wald (¡el pollo vienés!).

Deciros que durante todo nuestro viaje la temperatura ha sido de unos 30 - 35º todos los días (excepto uno en Praga), así que o parabamos un poco de vez en cuando ó te podía dar algo en la calle...

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Nos levantamos y desayunamos en el hotel (un bufete muy completo) para salir andando hacia el Belvedere a las nueve y media, ya que lo abren a las diez.

De camino hacia el palacio vemos el monumento al ejército ruso, que liberó Austria después de la II guerra mundial.


Compramos un ticket combinado para visitar todo el Belvedere, y empezamos por el “Bajo Belvedere”. La verdad es que es una sosez, no merece la pena en absoluto.

Nos dirigimos hacia el “Alto Belvedere” atravesando el precioso jardín que hay delante del mismo. Luego hemos visto el palacio por dentro, con una colección de cuadros muy bonitos, entre los que está “El Beso” de Gustav Klimt, que en directo me ha gustado mucho.





De aquí hemos ido andando hacia el Musikverein, que es el teatro de música clásica en el que se celebra el tradicional concierto de año nuevo. La pena es que hemos llegado a las doce y cinco y la taquilla que informaba de los tours cerraba a las doce en punto y ya no ha habido manera de comprar la entrada (hay poquísimas visitas guiadas cada día, lo habíamos visto por internet).


Después, justo enfrente del Musikverein, hemos ido a la Karlskirche, que es la iglesia dedicada a San Carlos Borromeo. Es súper bonita, pero cuesta dinero entrar a verla y hemos decidido que nos valía por fuera… En la puerta nos ha pillado por banda un vendedor de entradas de conciertos y al final por 23 € cada uno mañana vamos a ir a un concierto en el Konzerthaus, que seguro que va a ser chulísimo.


Desde allí hemos ido hacia la Karlsplatz para dirigirnos de nuevo al centro, a ver el Hofburg. Hemos comprado una entrada combinada (entrada Sisi se llama…) que también nos valdrá para visitar mañana el Schönbrunn.



Dentro del Hofburg hemos visto el museo de la platería de la corte, el museo de Sisi, y las habitaciones imperiales. Todo precioso, y muy bien explicado gracias a unas audio-guías incluidas en el precio (aunque a Carlos la parte de Sisi se le ha hecho muy pesada). Una pena que no te dejaban hacer fotos…

Después de la larga e interesante visita hemos ido a comer, ya casi a las 4 de la tarde, a un italiano de
una calle cercana (Carlos se comió un tentempié antes de entrar al palacio, menos mal…), la Pizzeria da Gennaro.

Tras la comida de nuevo en la plaza de la catedral, y nos hemos dirigido hacia el Danubio.


No está la zona muy apetecible para pasear, es menos bonito que el centro, así que después de ver el río y hacer las fotitos de rigor hemos vuelto a la zona centro con la intención de tomarnos una Sachertorte en el mítico hotel Sacher, vamos, a tomarnos la tarta “auténtica”. Y menuda decepción, ¡estaba mejor la que tomamos ayer! Pero estaba bien rica ésta también.



Y después de hacer unas fotitos en la Ópera y ver cuándo la podemos visitar mañana nos hemos vuelto al hotel, que después de tantos días de viaje y de habernos pateado la ciudad entera en el día de hoy ya no podíamos más. Así que a descansar, que mañana toca madrugón.

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Hemos salido del hotel a las 9 para ir al palacio de Schönbrunn. Se llega muy bien en metro, hay línea directa (U4) desde Karlsplatz.

Nada más salir de la estación de metro te indican perfectamente cómo llegar al palacio, y si no con seguir al resto de turistas se llega sin problema, ¡está lleno de gente!

Nosotros hemos entrado directamente, sin pasar la cola para comprar los tickets, ya que teníamos la entrada combinada que compramos ayer en el Hofburg.


Este palacio también tiene audio-guía, que está fenomenal porque te va explicando todo. El palacio es espectacular, y lo tienen precioso puesto por dentro, parece que vivieran allí los emperadores todavía. Tampoco se pueden hacer fotos, una pena… En visitar el palacio tardas como una hora ó así. Si se hace el “Grand Tour”, el recorrido largo vamos, además de las habitaciones usadas por Francisco José y Sisi también te muestran otro ala del palacio con las habitaciones de la época de la emperatriz María Teresa (cada emperador adaptaba un área del palacio como su “apartamento”).

Hemos comprado algunos souvenirs y hemos salido a los exteriores del palacio a disfrutar de los increíbles jardines que tiene, son los más espectaculares que hemos visto, y probablemente de los más bonitos del mundo, de hecho Schönbrunn es patrimonio de la humanidad.





Hemos cogido el metro de vuelta a Karlsplatz y hemos comprado tickets para el guided tour en castellano de la Ópera de Viena. Para hacer tiempo hasta que empezara (14 h) hemos comido en un Subway que hay enfrente de la Ópera, y en ese rato se ha puesto a llover un montón, y ya se ha quedado el día con un bochornazo increíble.




El tour por la ópera ha sido genial, es súper bonita, y las explicaciones han sido muy interesantes. Nos ha sorprendido mucho la visita al escenario, que es enorme, tiene 50 metros de profundidad y 24 de ancho, realmente impresionante. La pena es que la temporada empieza en septiembre y finaliza en junio, así que ahora el patio de butacas estaba medio en obrillas, y no había función hoy, por lo que el escenario estaba sin decorado. En esta ópera nos han contado que hay asientos de pie que sólo se pueden comprar el día de la función desde 1 h y media antes, y que cuestan ¡4 €!



Una vez hemos salido de la ópera hemos ido a la iglesia de los agustinos, que es donde están enterrados los corazones de los emperadores muertos, y también donde se supone que hay las mejores misas cantadas de Viena.


Después hemos ido a la plaza Neuer Markt a ver la iglesia de los Kapucinos, que es donde están enterrados los cuerpos de los emperadores (la cripta se puede visitar, pero hemos pasado). Esta iglesia en sí misma no vale nada.

En esa misma plaza nos hemos tomado nuestra última Sachertorte del viaje, con unas coca-colas, en la cafetería del primer día.

Más tarde hemos vuelto a pasear por el centro, hemos entrado a ver la Annakirche, que es muy bonita y pequeñita por dentro (dicen que la iglesia barroca más bonita de la ciudad).

Y nos hemos dirigido a ver el museo de la Secesión, que la verdad es que no es nada especial…


De paso hemos paseado por el Natch Markt, que está justo al lado, y que se supone que es un mercado de tiendas tipo gourmet, con un montón de restaurantes entre los puestos también, estaba animadillo.


Toca paradita en el hotel para ducharnos que estamos hechos una pena después de andar todo el día, y a las 20:15 ¡concierto en el Konzerthouse!


Y a la salida el diluvio universal, y corriendo (literalmente) al hotel… Cenamos algo en la cafetería y a descansar.

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