Crucero Fluvial por los Paises Bajos ✏️ Blogs de Belgica

Bueno, aquí contaros que despues de 3 días de comer y cenar con los mismos compañeros ya nos convertimos en amigos y formamos un grupito de 6 personas muy agradable.
El barco tambien atraca cerca de la ciudad antigua, se puede acceder andando.Estuvimos viendo la catedral de Amberes y la casa de Rembrandt, la plaza mayor con las casas gremiales y la estatua del Brabo. TAmbien visitamos el barrio rojo, pues Amberes es la única ciudad de Bélgica que lo tiene ya que durante el siglo XX hubo un gran incendio en la catedral y fueron las mujeres del barrio rojo y sus clientes quienes salvaron los cuadros de Rubens y por tanto el gobierno indultó el barrio rojo, de forma que ahora exite de forma oficial.
Como íbamos en grupo tuvimos que comer al gusto de la mayoría y acabamos en una pizzeria. Despues en el tiempo libre nos separamos pues otra de las parejas y nosotros decidimos ver una imprenta museo del siglo XVI (museum Plantin-Moretus) que en mi guía la ponían como muy recomendable y la verdad es que fué una visita estupenda, tanto que empleamos 2 horas en ella. Y con esto consumimos nuestro tiempo y no fuimos a ver el barrio judio, total para qué ¿para morirnos de envidia viendo diamantes?
Por cierto que conseguí hacer la foto de Rubens. (el animador nos ponía verdaderos retos), pero la cuestión tenía truco, porque iba él y se disfrazó.

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Llegamos a Gante en plenas fiestas. Aquello estaba de bote en bote y no se podía dar un paso.
Tampoco se podían ver los monumentos, por dentro porque estaban cerrados y por fuera porque los tapaban los anuncios comerciales y los escenarios para los fiestorros.
De todas formas, nuestra guía fué lo suficientemente hábil como para cambiar el horario de la visita y así pudimos ver la catedral de San Bavón en donde admiramos el políptico "La adoración del cordero místico" y pudo darnos una explicación sobre la importancia del mismo.
Por la tarde volvimos a Gante (el barco atraca cerca) a pasear y participar del follón.
Estuvimos recorriendo sus calles y canales y, cuando estábamos ya derrotados, tuvimos la suerte de encontrar hueco en una terraza. Nos sentamos como señorones y decidimos comportarnos como buenos belgas y pedimos cervezas, cada uno una diferente para probar de todas. A la hora de elegir la más rica hubo unanimidad, la mejor una que se llama KWAK, es una cerveza oscura, con cuerpo y la sirven en un curioso vaso esférico en la base y con un cuello largo que se abre como una tulipa y lo sujetan sobre un artilugio de madera. Parece ser que la usaban los cocheros y la llevaban en el propio pescante para poder beberla mientras conducían.
Por cierto que en Gante se han inventado unos urinarios públicos aptos sólo para hombres y consisten en un artilugio de plástico circular y subdivido en cuatro por unos pequeños muretes. El hombre se coloca de espaldas al publico y allí mea sin más. No tienen agua corriente, los colocan cerca de las alcantarillas, sin más y os podeis imaginar el olor que despiden. Será muy útil para los bebedores de cerveza, pero la ciudad olía fatal.
Esta noche nos quedamos despues de cenar en el salón y estuvimos participando en las actividades. Hicimos grupos y jugamos a una especie de trivial sobre canciones y cantantes, nos lo pasamos bien y luego hubo un concurso de baile. Una buena noche.

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Hoy se podía hacer una excursión a Bruselas, pero preferimos quedarnos todo el tiempo en Brujas.
El barco atraca muy cerca del centro al que se llega atravesando un parque precioso, lleno de cisnes que es la mascota de Brujas.
Hicimos la visita guiada a pié por la ciudad y así aprendimos el camino para llegar por nuestra cuenta.
No hay grandes monumentos en Brujas. Aquí la ciudad en sí misma es el monumento a ver. Visitamos el Beginhof (hay dos, menos antiguos que el de Amsterdam), las casas de caridad (creadas por los católicos para dar casa a la gente que se arruinó cuando se secó el puerto en el siglo XVI), la iglesia de la Santa Sangre y la capilla de San Basilio, el ayuntamiento, la plaza y paseamos por el centro.
La ciudad entera nos encantó. Cada puente, cada canal, cada rincón, todo tiene un sabor distinto a cualquier otro sitio. Es un lugar para pasear con calma, para encontrar rincones, para volver a los mismos sitios por donde has pasado, sólo para volver a verlos, para dejar que los ojos se emborrachen y la mente disfrute sólo con la belleza que la rodea.
Como no iba a ser todo bueno al volver al barco me di cuenta de que me habían robado la cartera con las tarjetas de crédito. Afortunadamente no llevo la documentación junto con las tajetas, así que sólo perdí las tarjetas. A preguntar en recepción dónde está la comisaría y a volver de nuevo a la ciudad. Brujas es una ciudad pequeña y está todo cerca, tambien la comisaría, pero la escena fué un poco surrealista pues yo hablo español y etiendo el francés y mi marido habla inglés, pero la policía que nos atendió sólo hablaba flamenco, así que os podeis imaginar la escena. Por fin conseguí mi denuncia pues era imprescindible para pedir al seguro que se hiciera cargo de los gastos.
En fin, una anécdota más.

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