![]() ![]() ENTRE LOS CANALES DE VENECIA ✏️ Blogs de Italia
INDEPENDIENTE VENECIANOAutor: Chungking Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (17 Votos) Índice del Diario: ENTRE LOS CANALES DE VENECIA
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Etapas 1 a 3, total 7
Estuve hace años en Venecia, pero apenas fueron 2 días relámpago, después de desembarcar el coche de la bodega de un navío italiano procedente de Alejandría, desde donde un mes antes habíamos comenzado una ruta por carretera por Egipto cruzándolo de norte a sur por la orilla del Nilo. En esta ocasión, han sido casi 5 días, y aunque he dudado en hacer diario, porque ya está perfectamente cubierta Venecia con magníficos relatos, finalmente, ahí van unos trozos de mi escapada. ![]() Quien más quien menos, al menos de mi generación, ha oido nombrar al célebre mercader, explorador y narrador Marco Polo, y alguno que otro, le ha acompañado mentalmente en sus odiseas, así que, si una ciudad, su ciudad, ha decidido en su honor, ponerle su nombre al primer lugar donde ponen los pies los viajeros, llegando desde el aire, ya cuenta con mi cariño. ![]() Si además, la ciudad fue levantada sobre una laguna plagada de mosquitos clavando estacas en su fondo de fango para frustrar a hordas de hunos y godos; sobrevivió a epidemias de peste, cólera y hambruna; floreció comerciando con sedas y especies surcando los mares; iluminó a Occidente con su arte y su glamour; decidió dejar de enriquecer al Papa, cortando el grifo de una contribución millonaria y, sobre todo, fue libertina y gamberra, cuenta con mi emoción. ![]() Una hora y media de vuelo, bastan para trasladarse del Prat al Marco Polo, por lo que, tras montar en el consabido autobús número 5 (3 euros) nada más salir del aeropuerto, apearnos en la última parada de Plaza de Roma, y soltar el ligero equipaje en una mediocre y desmejorada habitación pseudoveneciana, de paredes tapizadas en dorado y ventana al Gran Canal, del hotel brillantemente denominado “Canal”, tras haberse quedado el dueño exhausto por el esfuerzo realizado y la agudeza extraída, para ponerle tal nombre, cruzamos el puente Scalzi, y torcemos a la derecha por la concurrida Rio Terà Lista di Spagna. ![]() para, en la segunda callejuela a la izquierda, calle della Misericordia, entrar a comer algo en “Al cicheti”, acogedor “bacaro”, donde nos nutrimos con una pasta amatriciana (tomate, guanciale, guindilla y aceite de oliva), una lasagna de verduras, y un par de birras Moretti. Al alimento y a la tasca, nada que objetar; a la cuenta, mejor la desgloso: 1 penne amatriciana más 1 lasagna de verduras, 10 euros; 2 cañas de Moretti, 10 euros. ![]() Para no darme cabezazos contra la pared, (testa contro il muro), me autocastigo a escribir 200 veces: “Al pedir de comer, preguntaré siempre cuanto cuesta la bebida”. Acabados los deberes, nos inyectamos de nuevo en Lista di Spagna, y junto a turistas y venecianos, los cuales se distinguen por la elegancia en el vestir y en si llevan o no un trozo de pizza en la mano, .... ![]() ... desfilamos orgullosos calle arriba, a los ojos de expectantes máscaras carnavalescas, y ante los destellos de huevos, insectos, colgantes, animales, vajillas, frutas, figuras, piedras, corazones, góndolas, electrodomésticos, etcétera, etcétera, de cristal de Murano de los escaparates. Disipo mis dudas sobre si los comerciantes y dependientes son también de dicho material, al observar a uno de ellos mover los labios y emitir la palabra: “¡prego!”. ![]() Tras dejar atrás el Campo y la iglesia de San Geremia, cruzamos el puente de Cannaregio por la Salizada del mismo santo, faltaría más, derivamos en paralelo al Gran Canal por la concurrida, animada y comercial calle, Rio Terà San Leonardo, con posteriores "alias" de Rio Terà de La Madalena y Strada nuova, descendemos vadeando el teatro Malibran hacia Sta Maria de Formosa, ya en el sestiere de Castello, ![]() y aterrizamos en el muelle de San Zaccaria, desde donde entramos a la Plaza de San Marcos para, como bien se anuncia en los últimos diarios de Venecia, disfrutar de unas espectaculares vistas de obras y lonas publicitarias, que casi me hacen saltar las lágrimas de emoción y alegría, por mi morriña de esas magníficas zanjas, barricadas, excavadoras, gruas, socavones, taladros, apisonadoras, vallas, escombros, en el 60 por ciento de la ciudad donde habito. ![]() Eso sí, el palacio Ducal se muestra espléndido desde el exterior, aunque lo único que puedo explicar de él, es que a los itinerarios secretos, les permitimos que lo siguieran siendo, ya que continuamos obedeciendo las flechas de los numerosos carteles en dirección al Puente de Rialto, para poder cruzar el Gran Canal y patear de regreso al hotel. ![]() Como toda la manada humana que nos acompaña, se une al monumental atasco en el Ponte Rialto, que forma una apelotonada muchedumbre que sube y baja sus escalones, de frente, de espaldas, de lado y haciendo el pino; nosotros, sorteándolo por uno de los laterales, aparecemos teletransportados a la otra orilla, paseando primero por el desierto mercado de Rialto, ... ![]() y luego por callejuelas hipnóticas, solamente alteradas de vez en cuando, por los pasos de algunas almas con conocimiento de ruta que, como una ilusión, desaparecen de nuestra vista al virar a izquierda o derecha por angostos callejones en bifurcaciones inverosímiles, o levitan por los puentes que brincan los canales secundarios. ![]() La Ferrovía y la Plaza de Roma están bien indicadas, así que, tras el prometedor y nocturno paseo, no finalizamos a altas horas de la noche, la vuelta al ruedo, de toma de contacto con los laberintos de la ciudad de las góndolas. Etapas 1 a 3, total 7
![]() -Fecha y hora: 14 de febrero (última jornada) a 9'30h -Origen y final: Plaza de Roma - Lido -Vehículo: Vaporetto nº 1. -Pase: Tarjeta 12 horas de 16 euros de obtención sencilla y cómoda en las taquillas de la ACTV al pie del apagado y controvertido puente de Calatrava. -Frecuencia: cada 10 minutos. -Paradas: Piazzale Roma, Ferrovia, Riva di Basio, San Marcuola, San Stae, Ca d'Oro, Mercato, Rialto, San Silvestro, Sant'Angelo, S.Tomà, S.Samuele-Ca'Rezzonico, Accademia, S.M. del Giglio-Salute (Museo Peggy Guggenheim), San Marco, San Zaccaria, Arsenal, Giardini, Biennale, Sta. Elena, Lido. -Cadencia: pausada. ![]() El agua es el fluido que ha moldeado Venecia y a los venecianos a lo largo de su historia, y que asiduamente sigue reclamando la atención de los suyos, sobre todo en otoño e invierno, con sus crecidas durante el Acqua Alta, que despierta las sirenas y deja inundadas las partes bajas de la urbe, pero que, en contrapartida, ha forjado la personalidad y la vitalidad de la ciudad y de sus habitantes. ![]() Con esa premisa, dedicamos el día a navegar por su arteria principal, la autopista acuática del Gran Canal que, desde primeras horas de la mañana hasta últimas horas de la noche, es trajinada, recorrida, surcada, paseada, herida y corroída en sus fundamentos, por autobuses “vaporetto”, minibuses “traghetto”, barcazas mercantes, góndolas lustradas, lanchas-taxi acuáticos, barquitos de papel, y ondas espumosas. ![]() Como a esas horas de la mañana, los turistas están zampando tostadas untadas de cacao Nutella y quesitos con mermelada de ciruela, acompañadas de zumo de naranja con leche desnatada, y mojando cruasanes rellenos de macedonia de frutas almibaradas en yogur con cereales y muesli, y la mayoría de los venecianos no laboran porque es domingo, vamos holgados en el vaporetto, ![]() sin codazos ni zooms en las narices, y podemos vagar al igual que la realeza, saludando como si enroscásemos una bombilla con el antebrazo tieso, a las piedras del Palazzo Ca'Pesaro, a la fachada de Ca'd'Oro, al Mercado al aire libre y el Ponte de Rialto, a la escalinata de Ca'Rezzonico, ... ![]() ... al Palazzo Grassi, y al Ponte y a la Galería de l'Accademia, punto éste donde interrumpimos el crucero, postergando para más tarde, los saludos a Peggy Guggenheim, al Dux en el Palazzo Ducale, y a San Giorgio Maggiore. ![]() Reemprendido el camino, el perezoso vaporetto rumbea moviendo las caderas por el caldo de espinacas, desperdigando cuerpos y succionando lenguas exóticas. Atraca, abre la boca, vomita, engulle, y zarpa; atraca, bosteza, escupe, sorbe, y zarpa; haciendo eses como si estuviera borracho tras una noche de copas. Y así, en un lapsus espacio-temporal, abordamos la isla de Lido, suntuosa y decadente, que cada año extiende su alfombra para recibir a las estrellas en su Palazzo del Cinema, y cada verano desplega las elitistas tumbonas en la arena para broncearse con los rayos de sol. ![]() Como dice la historia, aquí saben de fiestas. Quedó registrada la que le organizaron al joven y ambiguo rey de Francia, Enrique III, al que mientras se aproximaba en barcaza veneciana propulsada por 400 remeros, le iban amenizando los vidrieros, bufándole burbujas de vidrio, y al que agasajaron con banquete de 1200 cubiertos, 300 bombones y servilletas de azúcar, bajo los arcos triunfales erigidos por el deslumbrante arquitecto de "Il Redentore" y "San Giorgio Maggiore", Andrea Palladio, y decorados por los pinceles de Tintoretto y el Veronés. ![]() Tomamos rumbo hacia la punta sur, tras girar hacia la derecha al atracar en la estación del vaporetto, transitando por la secundaria Via Lepanto en la gozosa calma casi fantasmal de la isla, espiando las lujosas y ajardinadas villas cerradas a cal y canto en esta época del año, y disfrutando de las playas desiertas vigiladas por hileras de casetas blancas y gaviotas, ![]() bajo la protección del glamuroso hotel Excelsior, y de la culminación con deleite, a la hora del aperitivo, de los sorbos a un spritz de Campari en un apacible bar esquinero en la Piazza Antonio, frecuentado por las gentes de la isla, antes de desandar el camino, a primera hora de la tarde, para atravesar la laguna de vuelta a Venecia. ![]() Nos apeamos en S.Tomà para cruzar en diagonal el sestiere de Dorsoduro e ir a a comer una pizza al taglio en una pizzería rápida, con barra de madera a la salizada de San Pantalón, a los pies de un puente, pero como la persiana está echada, descendemos hasta el campo de Santa Margarita, donde ordenamos dos cortes y dos birras en el servicio de urgencias “Pizza al volo”. Son decentes y el precio es económico. ![]() Fuera llueve, salen a relucir los paraguas y el suelo se humedece, así que algo encogidos, regresamos a nuestra habitación rococó a ver caer gotas sobre el Gran Canal. Luego, ya a la luz discreta de las farolas, sacaremos a pasear nuestras sombras, que ya no son del todo inexpertas en proyectarse por los laberintos venecianos. Etapas 1 a 3, total 7
![]() Mientras tomo una cerveza, viendo el croquis del mapa de Venecia, visualizo los 6 sestiere como las piezas de un tangram. Castello es la muñeca, San Marco el dedo gordo y Cannaregio el dorso de una mano que agarra por el hocico a la cabeza de una serpiente que forman San Polo, Dorsoduro, y Santa Croce. Dorsoduro es la mandíbula inferior del ofidio imaginado. ![]() Desde nuestro hotel en la Fondamenta de San Simeon Picolo, frente a la Ferrovía de Santa Lucía, se baja en perpendicular al sestiere de Dorsoduro, cuyos confines incluyen como principales reclamos artísticos, si es que ya no es todo el sestiere en sí mismo arte, la “Chiesa di Santa María della Salute”, la Gallerie dell'Accademia y el Peggy Guggenheim. ![]() Con el fin de mantener un equilibrio y no sufrir un empacho pictórico, dejamos para otra ocasión la colección en la que invirtió Peggy Guggenheim, la fortuna que heredó de su padre, al morir ahogado el magnate en el hundimiento del Titanic, y la iglesia que levantaron los venecianos supervivientes a la peste de 1630, en ofrenda a Nuestra Señora de la Salvación, por no haberla palmado. ![]() Depués de tomar un café por 1 euro, evidentemente en la barra, puesto que como en todas las demás cafeterías, te soplan 1’50 euros más por sentarte, nos cobramos nuestra cuota de arte, pagando sólo una (6’50 euros) de las dos entradas, por ser San Valentín (día que por primera vez me alegro que sirva para algo), a la Galeria de l'Accademia, en el Campo della Caritá, cuyas puertas abren todos los días de 8’15 a 19’15, excepto los lunes que está cerrado por la tarde. ![]() La Gallerie de l’Accademia, para un analfabeto artístico como yo, pero con primitiva sensibilidad ante el arte, aplaca adecuadamente con los lienzos que contiene, representativos de la historia de la colorida escuela veneciana, mi síndrome de abstinencia. ![]() La escuela con regusto bizantino, que sobrevivió en el tiempo a las de Florencia y Roma, con pintores como Tiépolo, Guardi o el paisajista Canaleto, marca diferencias con los estilos y tendencias preponderantes de la época. Yo, simplemente me dejo seducir por el color y la luz, el paisajismo y la perspectiva, que atrapan y se fugan, en cuadros del maestro Giovanni Bellini; su discípulo Vittore Carpaccio; su influenciado Tiziano, preferido del poder y la burguesía; el alumno, que no amigo, de éste, por el cual siento debilidad, “Il furioso” Tintoretto, que pintaba sin descanso en la semioscuridad de un entresuelo húmedo sin ventana, encargos mal pagados de pescadores y tenderos para poder subsistir; ![]() el prebarroco y arquitectónico veronés que aprendió de todos ellos, Paolo Veronese; y los más contemporáneos, Tiepolo el italo-español, que influenció a Goya; y el paisajista urbanita Canaleto que retrató su ciudad. Tras tres horas relajantes de ensimismamiento, abandonamos l’Accademia para retomar el perezoso vaporetto del capítulo anterior. ![]() Quizás, el centro neurálgico de Dorsoduro, sea el Campo de Santa Margherita, que se extiende en forma de calcetín a la sombra de su iglesia, y que sufre de un acentuado trastorno bipolar, exhibiendo sus varias personalidades según la hora del día. Nuestra habitual ruta desde el sestiere de Santa Croce, es bajar a esta alargada plaza por la Fondamenta dei Tolentini, cruzando el campo del mismo nombre, ![]() localización de la pequeña tasca del Bacareto da Lele, que ofrece paninos y una copa de vino a unos precios inusuales, doblar en el río Malcanton por la Fondamenta Minotto, continuando por la salizada de San Pantalón, calles Vinanti i dei Preti crosera y regatear a la derecha, debajo de la Scuola Grande di San Rocco. ![]() Durante el día, el Campo de Santa Margherita, patrona de las embarazadas, con sus arbolado central y las terrazas de los bares, cobija a lectores y jubilados mirones sentados en los bancos, a madres con niños o a niños con madres, a transeuntes con bolsas de la compra, a cafeinómanos en las varias terrazas de los laterales ... Mientras los pescateros de las paradas del sur de la plaza, extraen y limpian las piezas que van colocando en el puesto. ![]() Grupos de turistas, aparecen por el callejón de la iglesia en la parte norte y, van haciendo paradas para investigar la calle del Forno, tomarse un respiro o fotografiar las escenas o las fachadas de las nobles casas de la plaza, y derivan en diagonal hacia Rio Terà Canal al fondo izquierdo, para dirigirse a las inmediaciones de Ca'Rezzónico en el Gran Canal. ![]() Cuidadosamente, durante el transcurrir del día, Santa Margherita va vertiendo sus otras caras, para suministrar animación y actividad. Trabajadores, turistas, comerciantes, parejas, ociosos, toman de pie en las puertas o dentro de los bares, un aperitivo antes de comer, un capuccino, un machiato o un helado en la "Gelateria Doge" después, antes de dar paso a la tarde noche, a los corrillos de gente más joven, riendo, charlando, divirtiéndose, o flirteando, mientras sostienen vasos rojos de spritz o de cerveza, a las puertas color sangre del "Caffé" u otros, muerden un taglio de pizza al funghi en "Pizza al Volo" o una entera en "Ai Sportivi", o simplemente, discurren. ![]() Hablando como en un folleto turístico, en Dorsoduro, para que no falte de nada, también oferta para los días soleados, las vistas a la laguna desde el muelle del Zattere que, antiguamente, eran balsas cargadas de madera procedentes de los bosques de los Dolomitas, destinada a la construcción de los palazzos o a la de navíos en los astilleros navales. En este muelle, donde antes atracaban embarcaciones de mástiles y remos, se puede utilizar la imaginación mientras se pasea, para retroceder a aquella época y recomponer la escena. ![]() Etapas 1 a 3, total 7
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