Sonrie en Tailandia ✏️ Blogs de Tailandia

Tocaba madrugar ya que nos pasaban a recoger temprano por la playa donde estaba el hotel. Después de estar esperando un buen rato apareció una lancha rápida pequeña, seríamos unos 10. La primera isla que visitabamos era donde estabamos, fue bastante gracioso y la playa la de al lado. Mientras dabamos una vuelta una chica que debía ser japonesa paró a Jair y le dijo que si se podía hacerse una foto con ella, Jair se asombró un poco, se hizo la foto y no sería la única vez que le pidieron hacerse fotos con ella, es lo que tiene ser tan guapa.:D. Las islas que ibamos a visitar a continuación no estaban muy lejos, así que aquello empezó a acelerar y más que navegando ibamos dando saltos por encima de las olas. Primero nos acercamos a una isla que la llamaban Chicken Island, porque tenía una piedra enorme que supuestamente era como la cabeza de un pollo, aunque bueno echándole imaginación.. Lo primero que hicimos fue una parada en la playa de esta isla para hacer un poco de Snorkel, así que cogimos las gafas el tubo y al agua. Lo más gracioso fueron 3 chinas que iban en la excursión que saltaron al agua con vestido y chaqueta de punto para hacer Snorkel, pero bueno despúes del trekking en tacones y pamela no nos sorprendimos mucho. Despúes de estar un buen rato viendo peces de colores, volvimos a la lancha, nos tocaba visitar otra isla. Hicimos una parada muy rápida en una a la que volveriamos más adelante, asi que continuamos. La siguiente era más grande y tenia un edificio en el medio que no sabiamos muy bien que era. Nos dejaron tiempo para relajarnos, bañarnos, dar un paseo y acabaríamos comiendo en esa isla. Dimos una vuelta, el día estaba completamente despejado y el sol pegaba con fuerza, al final nos acabaría pasando factura.

Después de estar un tiempo a nuestra bola, empezaron a sacar comida de la barca, sobre todo arroz, bebidas, fruta y más cosas. Las colocaron alli y la gente empezó a comer, la verdad es que era bastante abundante, sobró mucha comida. Nos dejaron otro rato libre y partimos hacia una playa muy bonita, que eran 3 pequeñas islas unidas por unos bancos de arena, donde apenas cubría, el agua era transparente y la arena muy blanca. La verdad es que las playas eran increibles. Después de darnos unos cuantos baños y hacer alguna foto, volvieron a parar a Jair para hacerse una foto con ella, a ver si iba a ser famosa y no lo sabiamos. Empezabamos a ponernos rojos del sol y nosotros sin protector.¡Qué listos somos!. Tras estar un buen rato en esa playa, volvimos a montar en la lancha y regresariamos de nuevo al hotel, de camino de vuelta vimos uno de los mejores atardeceres de todo el viaje. La excursión estuvo muy bien, las playas eran muy bonitas y el sol nos había pillado, el problema es que no sería sólo el haberse quemado. Tras llegar de la excursión fuimos a darnos una ducha y a contratar otra excursión a la isla de James Bond para el día siguiente, está incluía la visita a la isla de James Bond, de ahí su nombre, a un poblado flotante donde viven los gitanos de mar, unas cascadas, una cueva y un paseo en canoa por unos manglares que estuvo muy chulo, eso sí la excursión fue de las más caras del viaje. Después de todo esto fuimos a cenar algo, amí se me quitó el hambre de golpe y me empecé a sentir un poco mal, Jair tampoco estaba muy bien así que fuimos para el hotel. Yo me pasé la noche de la cama al baño y del baño a la cama, estabamos congelados casi tiritando a 35 grados tapados con las sábanas hasta las orejas, doña insolación nos paso a hacer una visita. Teniamos miedo a la excursión del día siguiente porque no sabiamos como nos ibamos a levantar.

Otro día que tocaba madrugar, costó un poco más ya que pasamos muy mala noche. Nos pasaron a recoger por el hotel de nuevo, nos llevaron a Ao Nang donde cogeríamos una furgoneta que nos llevaría a Phangnga. Más tarde cogeriamos un Long Tail Boat enorme que nos llevaria al Parque Nacional de Phangnga para ver las enormes piedras sobre las aguas que estaban muy chulas y un manglar gigantesco. Primero nos llevaron a la famosa isla de James Bond (Phing Kan island) donde nos dejaron tiempo libre para dar una vuelta por la isla que no era muy grande y estaba llena de gente, había puestos de souvenirs por todos lados así que perdía bastante encanto. Tras un buen rato nos recogieron de nuevo y nos llevaron a un barco en medio del parque nacional donde cogimos unas canoas y fuimos a ver los manglares más de cerca, nos metieron por unas cuevas muy chulas y después de dar más vueltas que otra cosa volvimos de nuevo al barco. Montamos de nuevo en el Long Tail y nos llevaron a comer a un poblado encima del mar donde vivian los gitanos de mar. Después de un buen rato comiendo dimos un paseo y volvimos de nuevo al embarcadero.

Ahora tocaba volver a tierra firme y de nuevo en furgoneta ir a visitar el Suwankhuha Temple que se encontraba dentro de una cueva rodeada de monos. Después de huir de los monos un buen rato entramos en la cueva, donde un monje nos puso una pulsera a cada uno de la excursión, era fea de narices pero bueno tenía su encanto. La cueva tenia unos desniveles que muy valientemente subimos con nuestro material de escalada llamado chanclas, y para bajar entre lo empinado, que el suelo estaba mojado y la estabilidad brillaba por su ausencia, lo pasamos mal, pero lo conseguimos todo gracias a nuestra nueva y bonita pulsera. Nos recogieron de nuevo en la furgoneta para llevarnos a unas pequeñas cascadas, donde nos podiamos bañar, pero no teniamos el cuerpo para baños la verdad. Tras un buen rato allí y hablar bastante tiempo con nuestro guía que era muy gracioso, volvimos en furgoneta hasta el embarcadero de Ao nang, desde el cual nos dejaron de nuevo en nuestro hotel de Railay. La excursión no estuvo mal pero fue la que menos nos gustó de todas las que hicimos, y debió ser la más cara de todas ya que el precio andaba sobre los 40 euros. Nos relajamos un poco en el Jacuzzi, por llamarlo de alguna manera y fuimos a cenar, este día con un poco más de hambre que el día anterior. Al día siguiente cogeriamos de tarde el avión para Bangkok, donde pasaríamos nuestra última noche en Tailandia.

Nos tocaba regresar de nuevo a Bangkok después de nuestros días de playa y relax. Igual nos hubiese sobrado la última excursión para poder disfrutar un día entero de playa sin hacer nada, pero bueno.. Aprovechamos la mañana para dar una vuelta por la playa y disfrutar de nuestras últimas horas en Railay. Nuestro vuelo Krabi-Bangkok salía después de comer y no queriamos ir muy apurados, así que fuimos a coger un Long Tail que nos acercase hasta Ao Nang. Normalmente tienes que esperar a que se llene, y aquello no tenía pinta de que se fuese a llenar muy rápido, así que las 6 personas que estabamos esperando decidimos pagar un poco más y marchar para no ir luego con prisas. En Ao Nang cogimos un taxi que nos salió un poco caro que nos dejó en el mismo aeropuerto de Krabi. Tanta prisa por llegar y ahora nos sobraba tiempo, pero bueno vale más prevenir que no luego perder el vuelo. En el aeropuerto había más personas que asientos, muchas más, es más, casi no había asientos, así que nos toco esperar sentados en el suelo. Sólo nos quedaba un día en Tailandia y nos empezabamos a estresar sólo de pensar que nos teniamos que ir, es lo que tiene Tailandia que engancha. Cogimos el vuelo con un poco de retraso pero finalmente llegamos a Bangkok. Esta vez observamos que había Sky Train que haciendo un transbordo nos dejaría de nuevo en el hotel, pero era broma, nos equivocamos de parada o simplemente para hacer el transbordo tenías que salir de la estación y entrar en otra, no lo sabíamos muy bien así que nos pasamos un buen rato caminando por calles de Bangkok sin rumbo fijo y sin saber si algún día llegariamos al hotel. Después de preguntar a unas cuantas personas y que ninguna nos entendiese, llegamos a otra parada de Sky Train, lo cogimos y casi que habíamos recorrido medio Bangkok con las mochilas a cuestas, porque un par de paradas más y estabamos en Silom. ¡Qué inteligencia la nuestra! Repetimos hotel ya que nos había gustado, y además teniamos el SkyTrain al lado para ir al día siguiente a dejarnos los Baht en Chatuchak y luego regresar al Aeropuerto. Por fin en el hotel, nos dimos una ducha y salimos por última vez a dar una vuelta por Patpong y por la zona de Lumpini. Al día siguiente nos tocaba perdernos por el enorme mercado de fin de semana de Chatuchak.