Budapest-Viena, del 6 al 11 de abril de 2010 ✏️ Blogs de Europa Central

Como he comentado, el hotel en Viena lo teníamos en las afueras, en plena naturaleza, por lo que para llegar al centro de la ciudad teníamos que coger un autobus y dos tranvías. Antes, nos llevamos el pic-nic que nos dieron en el hotel para comer durante el día:



Esperando al bus


Nuestro primer tranvía


En la estación de la zona universitaria, Schottentor


Destino final


Tras llegar a la parada de Karlsplatz vimos que cerca había un Starbucks, así que lo convertimos en nuestro punto de encuentro y, como todavía quedaban un par de horas para nuesra cita con la guía, dejamos a los chavales tiempo libre para que paseran por el centro.




Enfrente teníamos la Ópera de Viena y al lado, el Hotel Sacher donde unas alumnas dieron buena cuenta de sus famosas tartas





Nosotros dimos una vuelta por el centro, aunque luego íbamos a volver a hacer más o menos el mismo recorrido con la guía.




Había un par de osos sueltos por Viena...




Habíamos quedado con nuestra guía en Albertina Platz, al lado de la ópera y ahí empezamos nuestra visita guiada.


Monumento contra la guerra


Primero nos dirigimos hacia el complejo del Palacio Hofburg, pero solo estuvimos por el exterior. Vimos, por ejemplo, las cuadras de los famosos caballos de la Escuela Española de Equitación.




Por lo que nos contaron, estos caballos viven bastante bien y están muy cuidados y en todo momento atendidos.


Saliendo del Hofburg vimos unas antiguas ruinas de la época de los romanos:

y la iglesia donde está la Cripta Real y enterrados los emperadores del Imperio Austro-Húngaro

Por cierto, es muy frecuente encontarse con gente vestida de época. Se trata de personas que intentan venderte alguna entrada para conciertos u óperas.


Luego fuimos por una de las principales calles comerciales de Viena hasta llegar a la catedral.




y de ahí a la Ópera a la que entraríamos. Tuvimos suerte y nuestro grupo pudo entrar entre bambalinas, a ver como montaban el escenario para la sesión del día. Prácticamente hay ópera todos los días.





Después dejamos ya a la guía y también a los críos: tenían la tarde libre. Nosotros nos montamos en un travía y nos fuímos al Palacio Belvedere.




Al palacio no entramos, pero si estuvimos un buen rato paseando por sus jardines y contemplando sus fuentes.




Y antes de volver al Starbucks a recoger a los alumnos, nos metimos en un bar a tomar unas cervecitas. Una vez, con los alumnos vuelta a pillar los tranvías y el autobus para ir al hotel.


Y una vez allí, la cena nos esperaba..

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Al día siguiente, tras levantarnos y desayunar, recogimos nuestro pic-nic, idéntico al del día anterior, y nos fuimos a nuestra parada del bus, en medio de una carretera poco transitada.


Lo primero que veríamos, tras los pertinentes cambios de autobus, tranvía y metro, sería el Prater, una amplía zona verder cercana al Danubio, pero nosotros íbamos por el parque de atracciones que hay en el lugar y más en concreto por su famosa noria, la Riesenrad.


De hecho, había sido Silvia, la profesora que me acompañaba, la que había insistido en visitar el sitio. Por cierto, Silvia es la profesora de alemán, así que no tuvimos ningún problema con el idioma.



Antes de subir a la noria, hay un mini-museo

Pues nada, nos subimos a la noria y a disfrutar de las vistas...




Silvia se puso algo nerviosa pese a que la noria no se movía mucho. No sabemos por qué pero se asustó. Claro, nosotros nos dimos cuenta (de la docena que subimos, ella era la única chica) y no se nos ocurrió otra cosa que empezar a movernos de lado a lado y a hacer bromas. Sí, somos malos.


Disfrutando del espectáculo



Aquí ya estaba más tranquila


Después de bajar, ya nos separamos de casi todo el grupo citándonos por la tarde en el Starbucks. Nosotros nos dirigimos al mercado que hay al lado del Pabellón de la Secesión de Viena.


La Secesión de Viena fue un movimiento artístico


La entrada al mercado

El mercado está al aire libre (bueno, los puestos están en casetas) y es principalmente de alimentos aunque también había bastantes puestos de ropa y muchos establecimientos donde poder comer. Aprovechamos para comprar algunas cosillas, como camisetas y embutidos de la zona.





Luego volvimos al centro. Aunque estábamos prácticamente al lado, fuimos en el metro y vimos cosas curiosas como el número pi con muchos de sus decimales grabados y los últimos en un panel electrónico.



Volvimos a pasar por la Ópera y vimos a gente haciendo cola para comprar localidades



Despues de tomar algo en una cafetería cercana a Albertina Platz, mi compañera quería hacer algunas compras, así que fuimos a la calle principal, la que va a dar a la Catedral, llena de comercios.


La verdad es que yo me agobié un poco y al final me fui a la calle a sentarme en un banco y esperar que acabará con sus compras.


Aquí estuve sentado un buen rato


Recogimos a los alumnos por la tarde-noche pero no volvimos al hotel, ta que teníamos todavía que tomar un metro que nos llevaría a la Orangerie.



No íbamos a ver el Palacio Schönbrunn que hay allí, sino que teníamos previsto asistir a un mini-concierto. Así que entramos y tomamos asiento en nuestras localidades.



Este era el programa de la función:

- Programa: W.A. Mozart: aperturas, arias y duetos de “Don Giovanni”, “El Matrimonio de Figaro”, “La Flauta Mágica” al igual que alguna canción de cuna.

- Programa : J. Straus: con los valses y polkas más famosas, desde el Danubio Azul hasta la marcha Radetzky.

Todo interpretado por la orquesta, 2 cantantes de ópera (un soprano y un barítono) y una pareja de baile.


Después de la velada, vino a recogernos un autobus para llevarnos al hotel ya que era muy tarde para el transporte público. Como en el concierto no podíamos tener los móviles en marcha, nada más subir al bus muchos alumnos llamaron a su casa. ¿Por qué? Pues para saber como iba el Madrid-Barça, partido que ganó el Barça por 0-2

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Nuestro avión salía a eso de las 16:00 horas y, aunque en teoría disponíamos de la mañana libre, como teníamos el incoveniente de estar tan alejados del centro y de todas las combinaciones de transporte público necesarias, decidimos que no merecía la pena volver a Viena y que mejor les dejábamos descansar en el hotel y así que tuvieran tiempo más que suficiente para prepararse la maleta.


Algunos aprovecharon para hacer deberes

Otros para cultivar sus dotes musicales

y había gente que seguía cansaaaaaadaaaaaa

Nos hicimos la foto de grupo y salimos ya para el aeropuerto.


En el aeropuerto me enteré de un par de noticias que no quise comentarla a los alumnos para no ponerlos nervisosos: el accidente de avión en elque murió el presidente polaco y un volcan en Islandia que empezaba a dar guerra y a amenazar el tráfico aéreo.


Dejando Austria...


...y a punto de aterrizar en Barcelona

Pero bueno, el viaje fue bien y así os lo he contado...

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