![]() ![]() Sur de Perú a nuestro aire ✏️ Blogs de Peru
Viaje al sur de Perú a nuestro aire, sin pasar por el TiticacaAutor: Nachingo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (3 Votos) Índice del Diario: Sur de Perú a nuestro aire
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Etapas 4 a 6, total 13
Arequipa, también conocida como la Ciudad Blanca, debido a que para la construcción de los principales edificios se utilizó sillar de este color, se encuentra custodiada por tres guardianes: los volcanes Chachani (novia, el más alto de todos), Misti (señor, el más importante por su perfecta forma cónica) y el más pequeño, Pichu Pichu (pico pico). Después de un rico desayuno en el hotel nos zambullimos en la bulliciosa vida arequipeña. Nuestra primera parada importante (las anteriores habían sido para entrar en tiendas) nos llevó a la Catedral, en la plaza de Armas. Cuando fuimos a entrar nos dijeron que había que entrar por el museo, en visita guiada, con lo cual los postergamos, ya que uno de los vigilantes nos avisó que a partir de las cinco de la tarde la catedral estaba abierta para todos.. Nuestra siguiente parada nos llevó al museo Santuory, donde se expone la famosa momia Juanita. Aquí se repitió la jugada: había que tragarse obligatoriamente un audiovisual de 20 minutos sobre los ritos funerarios preincas, y luego otros 40 minutos de visita guiada. Además teníamos que esperar tres cuartos de hora para entrar. Nos dirigimos entonces a la Iglesia de la Compañía, que nos pareció bastante bonita. Casi por azar descubrimos los Claustros de la Iglesia, adonde se accedía directamente por la calle. Fue de las cosas que más nos gustó. Ahora los soportales están llenos de tiendas de productos de baby alpaca. Aquí degustamos por dos soloes un rico queso helado, dulce típico arequipeño compuesto de leche, coco, vainilla y canela (no, no lleva queso). Tiene un sabor parecido a la leche merengada. ![]() Seguimos callejeando hasta la iglesia de Santo Domingo, pero estaba cerrada, así que de vuelta sobre nuestros pasos a la plaza de Armas, y también por casualidad allí mismo descubrimos un mercado de artesanía donde hicimos nuestras primeras compras. A continuación nos dirigimos a la Iglesia de San Agustín, que sin estar del todo mal tampoco decía gran cosa. Prácticamente enfrente se encuentra la Casa del -Moral, una de las más importantes casonas coloniales. El nombre es debido a un moral centenario (y a por todas) que se encuentra en el patio principal. La casa (5 soles la entrada) está dispuesta a modo de museo. Su primer dueño, que además fue el primer alcalde de Arequipa, provenía de Valladolid. Esta visita nos gustó bastante. ![]() Después de dejar las bolsas de las compras en el hotel (que estaba muy bien situado) cogimos el bus turístico, un recorrido de dos horas y media (25 soles), para hacer el tour por los alrededores de Arequipa. La primera parada importante fue el mirador de Carmen Alto, donde pudimos ver el valle del Chilina, llamado así porque es el cauce del río Chili. Es muy verde y se puede apreciar perfectamente la forma de aprovechar el terreno en terrazas para el cultivo. De ahí nos encaminamos al mirador de Yanahuara, uno de los municipios cercanos a Arequipa. Allí vimos la fachada de la iglesia de San Juan Bautista, por supuesto de sillar blanco, de estilo barroco mestizo. La siguiente parada fue un minizoo ubicado en una tienda de ropa de alpaca. Allí nos enseñaron a distinguir los cuatro camélidos de los Andes: la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco. Comprobamos que efectivamente escupen, si bien, no sobre nosotros. De ahí ya nos llevaron al centro. Nos acercamos a ver la Iglesia de San Francisco, en cuyos alrededores había otro mercado de artesanía (en este no compramos). ![]() De nuevo, de vuelta al hotel. Eran ya las cinco de la tarde y en cuanto se empieza a poner el sol baja la temperatura un montón. Durante el día yo iba incluso en manga corta, con protector solar total, gorro para la cabeza y gafas de sol (el índice de rayos UV de Arequipa es el más alto del planeta), pero por la noche no subiría de cinco grados. A continuación, el plato fuerte del día, el Convento de Santa Catalina, una ciudad dentro de otra ciudad. Tuvimos la suerte de que los martes y jueves tienen sesión nocturna, donde iluminan el convento, así que decidimos ir a las cinco y media para poder verlo tanto de día como de noche. Nos encantó por la tranquilidad, lo a gusto que se estaba y por lo bonito que era. ![]() ![]() Después de casi dos horas de visita nos acercamos de nuevo a la Iglesia de Santo Domingo, ya que nos habían dicho que abriría de 18 a 20. El paseo no mereció mucho la pena. Después algunas compras en los mercados de la plaza de Armas, probamos el famoso chocolate La Ibérica (riquísimo), y de vuelta al hotel a coger más abrigo para prepararnos para cenar. Se nos hizo un poco tarde y descubrimos que las cocinas de los restaurantes a las 22:30 están cerradas. Menos mal que nuestra amiga Angie nos había recomendado uno que estaba abierto, el Chicha, un restaurante de postín, muy elegante y con precios a su nivel. Después de una rica cena a base de rocoto relleno (pimiento picante) y tañales de carne y queso, arroz con leche y suspiros de tres sabores nos dirigimos a nuestro bien merecido descanso sin que fuésemos capaces de tomar un pisco sour como habíamos previsto. ![]() Etapas 4 a 6, total 13
Tal como habíamos con la agencia, a las ocho de la mañana pasaron a buscarnos por nuestro hotel para hacer esta excursión organizada. Íbamos doce personas (más conductor y guía). Antes de salir de Arequipa nos pararon en una pequeña tienda a comprar hojas de coca y agua para mitigar el mal de altura. La siguiente parada, ya en el camino, fue en la reserva natural de las Salinas, donde observamos vicuñas salvajes. Un poco más adelante volvimos a parar a ver un rebaño de llamas y alpacas, que sí que estaban domesticadas. ![]() ![]() Como a mitad de camino nos pararon en el típico sitio de carretera para ir a los servicios, tomar mate de coca e ir habituándonos a la altitud. Aquí estábamos a 3600 m. sobre el nivel del mar. La siguiente parada, un mirador de volcanes, ya fue el punto más alto de todo el recorrido: 4910 m. Afortunadamente no sufrimos de mal de altura, ni dolor de cabeza ni nada, pero sí es cierto que das dos pasos rápidos y te fatigas sin darte cuenta. ![]() Total, tras un trayecto de cinco horas desde que salimos de Arequipa, llegamos al que creíamos que iba a ser nuestro destino, Chivay, capital del valle del Colca. La excursión tenía incluida la comida, así que todos juntos disfrutamos de los típicos guisos del valle. ![]() Cuando salimos y empezaron a llevar a la gente a sus hoteles nos dijeron que el nuestro no estaba allí, sino en otro pueblo más pequeño a 25 minutos de coche. Nosotros teníamos el hotel reservado aquí, pero al llegar a Perú Angie nos dijo que nos habían tenido que cambiar. No le dimos mayor importancia porque pensábamos que también estaría en el mismo pueblo. Yo quería ir a los baños termales de la Calera, y Adela a mirar tiendas de alpaca, así que el guía se portó y nos dejó quedarnos hasta después de los baños. Además nos enseñó el mercado, las tiendas y la iglesia en lo que la gente se ubicaba en sus hoteles y se preparaban para ir a los baños. Los baños termales de la Calera son dos piscinas, una cubierta y otra al aire libre, con el agua a 38 grados. Finalmente solo fuimos dos personas, pero mereció la pena. Tras una hora en el agua, acabas totalmente relajado. Tras recoger a Adela, nos llevaron a Yanque, el nuevo pueblo, donde se encuentra el Eco Inn, nuestro hotel, una chulada, y de donde ya no nos movimos en el resto de la tarde, porque, por un lado, teníamos la cena incluida, y por otro, no había absolutamente nada que hacer en el pueblo. Etapas 4 a 6, total 13
Habían quedado en pasar a buscarnos a las 6 y media de la mañana, así que nos tuvimos que levantar a las cinco y media, nada en comparación con lo que nos esperaba más adelante. Puntuales nos llevaron a ver la plaza del pueblo de Yanque, donde estábamos alojados. Allí ya había unas señoras con sus puestecitos para ver si caía algún turista. El guía nos explicó que a las 8 de la mañana esas señoras desaparecen de allí y ya se van a sus trabajos al campo. Solamente van a esa hora por los turistas. A continuación nos esperaban 45 km. por trocha, es decir, camino de tierra-piedras-baches... que hicimos como pudimos. Finalmente a eso de las 9 y media llegamos a la Cruz del Cóndor. Antes nos habían parado una vez para ver a un grupo de cóndores jóvenes, pero en seguida llegamos a la Cruz. ![]() ![]() Tras disfrutar durante una hora del vuelo de estos seres majestuosos, emprendimos el regreso. Hicimos varias paradas a lo largo del camino para poder observar bien el sistema de terrazas que utilizan para cultivar. El sistema es el siguiente: una base de rocas, luego una capa de arenisca (que obtienen del lecho del río Colca) y por último, la capa de tierra fértil. En las paradas, estratégicamente situadas, hay señoras con sus puestos ofrenciendo su mercancía. ![]() La última parada la hicimos en el pueblo de Maca, donde en 1991 hubo un gran terremoto que destruyó prácticamente todo el pueblo, y cuya iglesia ha sido reconstruida gracias a la cooperación española. De vuelta a Chivay tuvimos allí el almuerzo, aunque un poco pronto (a las 12:30). Ya solo nos quedaba volver de nuevo a Arequipa, lo que hicimos del tirón. Nos dejaron en el hotel a las 16:00, con lo cual nos quedaba gran parte de la tarde libre para poder rematar visitas que nos habían faltado. Mientras yo me dedicaba a ver a Juanita, Adela aprovechó para mirar algunas tienditas. Cuando nos reencontramos visitamos la catedral, que nos gustó mucho. Luego fuimos al mercado de San Camilo, el típico mercado con frutas, pescados, carnes... En fin, lo que viene a ser un mercado. El tiempo en Arequipa iba llegando a su fin, así que entramos en un par de tiendas más y para rematar nos tomamos una cerveza de coca, que estaba riquísima. Con tiempo suficiente volvimos al hotel a recoger las maletas. Desde allí mismo nos llamaron a un taxi que nos acercó al terrapuerto, la terminal de autobuses de Arequipa. Allí tuvimos que pagar las tasas por su uso, como si fuera un aeropuerto. Nuestro autobus salió prácticamente puntual, y nos dejaría, a la mañana siguiente, en la ciudad del Cuzco. Etapas 4 a 6, total 13
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