El Dragón de Indochina, las Diosas de Angkor ✏️ Blogs de Vietnam

Tras la cena de ayer hoy nos tocaba continuar despidiéndonos de Angkor, y qué mejor forma de hacerlo que con un masaje tradicional khmer. Nos decidimos a darnos uno de 90 minutos en el propio hotel, por 24$. Primero te lavan los pies, masajeándolos y demás, que, la verdad, después de tres días de subir y bajar templos, viene muy, pero que muy bien. Luego te llevan a una habitación con dos camillas de masajes, donde te facilitan una especie de pijama de algodón. Una vez listo, empieza el masaje integral… Una auténtica pasada! Estiraron todos y cada uno de nuestros músculos, fue una maravilla, y se nos hizo cortísimo!

A la salida, dejamos la habitación, y, como teníamos tiempo, nos fuimos a la piscina. Otra cosa buena del hotel es que tienen una especie de cuarto de baño con ducha y demás para estos casos, de manera que después del baño, pudimos ducharnos y asearnos y estar listos para el viaje. Comimos en el propio hotel, yo, en concreto, unos espagueti con alcaparras y chorizo, jaja no era cuestión de arriesgar para el viaje, y, de postre, el mismo que Diego se pidió ayer por la noche, que estaba de vicio (plátano frito con caramelo). Y, ahora ya sí, llegó el momento de decir adiós. En recepción estaba Naarom, encantadora como siempre, encargada de despedirnos. Y así, con una última sonrisa, y un último “awkum”, pusimos fin a nuestro viaje.

Lo que vino a continuación lo sabéis de sobra: la temida vuelta a casa, y por reiterado, no lo reproduzco. Eso sí, todo sin problemas. En Hanói, donde hicimos breve escala, era fin de año. Se iba el Dragón, y llegaba la Serpiente (en el calendario lunar, claro) con lo que el ambiente era bastante festivo en el aeropuerto. Y, con el Dragón, nos despedimos. En las tarjetas de memoria de las cámaras, casi 2.000 fotografías. En las nuestras, muchos más recuerdos, muchas más sonrisas, muchas más sensaciones, el Dragón, las apsaras. Mucho, mucho agradecimiento por las lecciones aprendidas, por los sabores degustados, por las experiencias vividas, por los amaneceres, por los atardeceres, por haber tenido la oportunidad de conocer personas maravillosas y destinos increíbles. A ellos, por estar ahí durante nuestro viaje, y a vosotr@s, por estarlo antes de iniciarlo, con vuestros consejos y recomendaciones, y después de concluirlo, leyendo este diario que, si ha conseguido transmitir sólo una parte de lo vivido, animar a los indecisos a iniciar esta andadura, y ayudar a los decisos en su preparación, ya ha cumplido su objetivo. Como siempre, nos vemos en otros viajes, en los nuestros, en los vuestros, en todos. Saludos, viajer@s.

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