Nueva York y Washington DC bajo la nieve (2013) ✏️ Blogs de USA

Preparación

En verano de 2012 me quedé sin mi viaje anual veraniego, aunque no me puedo quejar, ya que en abril estuve 3 semanas en Nueva Zelanda. De hecho, me quedé sin viaje por los pelos, ya que tenía una reserva para una semana en la Riviera Maya para finales de agosto, que tuve que anular por motivos personales pocos días antes de la partida.
Así que tenía un mono horrible, y a finales de octubre me decidí a planificar una escapada a la costa este de USA para marzo abril de 2013. En principio, me decidí por hacer 3 semanas en total, con 9 días en Nueva York, un par en Washington y una semanita en Florida, recorriendo la península. Así que compré los billetes de avión en primer lugar a principios de noviembre:

- BCN-JFK (16 de marzo)
- WAS-MIA (27 de marzo)
- MIA-BCN (4 de abril)

El trayecto entre NY y Washington lo iba a hacer en tren, un recorrido de un par de horas largas. Ya podía ponerme a buscar alojamiento en NY, antes de planificar la ruta en coche por Florida: Orlando, Cabo Cañaveral, PN de Everglades, los Cayos...
Horrorizado, aluciné con los precios de los hoteles en la zona centro de Manhattan, que era dónde quería alojarme para no pasar infinitas horas en transporte público si me alojaba en Brooklyn u otras zonas. Empecé a rebajar mi "caché" y acabé alquilando una habitación privada con baño compartido en el Chelsea International Hostel, por poco menos de 500$ para 8 noches, con desayuno incluido. Acto seguido, me puse a buscar en Washington DC, y más de lo mismo, unos precios que tiran para atrás, pero iban a ser, en principio, sólo un par de noches, así que reservé en el The Allen Lee Hotel, en la zona universitaria de la George Washington University, a menos de 10 minutos andando de la Casa Blanca. Me costó unos 90$ la noche, con desayuno incluido también.
El viaje en tren lo estaba mirando con Amtrak, pero ya lo cogería a última hora. Tenía que organizar la ruta por Florida...
A todo esto, había pasado noviembre, y por las cosas de la vida, tuve que hacer cambio de planes... Tenía que suspender el viaje, o por lo menos, reducirlo en una semana, así que como no tenía derecho a devolución del importe de los billetes (Rumbo), ni a cambios en los mismos, me decidí por buscar un billete de sólo ida entre Washington y Barcelona, perdiendo el dinero pagado por los billetes WAS-MIA y MIA-BCN. Finalmente, en Kayak, lo más barato que encontré, fue un Washington-Moscú-Barcelona, por 400€, con parada de 8 horas en Moscú. Paciencia.
Los vuelos quedaron al final:

16/3: BCN-CDG-JFK
28/3: IAD-SVO-BCN

Así que a finales de 2012, ya tenía casi todo cogido, excepto el desplazamiento NY-WAS. No hay prisa. Tenía que organizarme las visitas diarias, pero ya había tiempo.
Pasaba el tiempo y yo seguía sin las dos cosas, ni recorridos diarios, ni billete de tren. Llegó el mes de marzo y seguía igual, hasta que me decidí a comprar el billete en Amtrak. Por supuesto, con el paso de los meses, el precio se había multiplicado por 6, me salía más barato ir en avión! Pero como buen catalán que soy, busqué alternativas económicas, hasta que encontré billete de autobús con Greyhound por 20$, con wifi en el vehículo. Un chollo. El trayecto es largo, 4 horas, pero se hace ameno. Además, salía de la Port Autorithy Bus Terminal, a un par de manzanas del Hostel. Perfecto. Sólo me quedaba organizar el día a día, pero ya no tenía tiempo. Guía de NY y Washington en mano, y con la maleta llena de ropa que no tenía intención de traer de vuelta, me dirigí al
aeropuerto.


Recorrido

Al final el recorrido y las visitas diarias, quedaron más o menos de la siguiente manera:

16/3: Llegada a NY.
17/3: Midtown (Flatiron, Empire State); Harlem (Grant Memorial, Apollo Theater, St. John the Divine); Central Park (Strawberry Fields, Dakota, Natural History Museum); Columbus Circle.
18/3: Times Square; Broadway; Grand Central Terminal; Rockefeller Center; Radio City Music Hall; 5th Avenue; St. Patrick Cathedral; New York Public Library; Chrysler Building; Gramercy Park; Union Square; Penn Station.
19/3: Lincoln Center; Central Park; ONU; Washington Square; Rockefeller Center.
20/3: Times Square; Broadway; Battery Park; Ferry a Staten Island; estatua de la Libertad; Bowling Green; Finantial District; Wall Street; 9/11 Memorial; City Hall; Madison Square Garden (Knicks-Magic).
21/3: Park Avenue; Yankee Stadium (Bronx); Central Park; Coney island; Brooklyn Bridge Park.
22/3: Brooklyn; City Hall; Broadway; China Town; Little Italy; High Line Park.
23/3: Port Autorithy Bus Terminal; Finantial District; Pier 17; Nolita; Soho; Central Park; Brooklyn Bridge.
24/3: Port Autorithy; Bus hasta Washington; Casa Blanca.
25/3: Pentagon; Arlington Cemetery; Capitol.
26/3: The Mall; Casa Blanca; Chinatown; Union Square.
27/3: Arlington Cemetery; Smithsonian Museum.
28/3: Vuelo WAS-Moscu y Moscu-BCN
29/3: Llegada a BCN.

Como veréis, muchas partes en NY las visité más de una vez, pero no cansa, porque tuve la suerte de poder verlas completamente nevadas y más tarde limpias de nieve, tuve un tiempo muy variable durante los 7 días que estuve allí. Es muy importante aprender a moverse en el metro para ahorrar tiempo y cansancio. La Metro Card para 7 días, me costó 30$ y os aseguro que la amorticé como un campeón.
Con todos mis respetos, Washington al lado de NY es un muermo, con un día y medio tienes bastante y de sobra para ver lo esencial, el resto es deambular para nada. El metro en la capital deja mucho que desear, aparte de ser bastante más caro que en NY, y es muy difícil encontrar algún sitio para ir a comer barato. En NY está lleno de "Delis" y vendedores ambulantes por todos lados, hay una gran variedad y oferta gastronómica, en Washington, poca cosa encontré. Eso sí, la nieve me siguió hasta la capital.

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16 de marzo

Pues bien, allá voy: a la Gran Manzana!!
Después de facturar la maleta en el aeropuerto de BCN, me empiezo a mentalizar para la paliza de horas en el avión, ya la espera en la sala de embarque se me hace larga...
El primer tramo hasta París CDG, es relativamente corto y rápido, un par de horitas. Una vez allá, otra vez colas y más esperas hasta la hora de salida del vuelo que me dejará en JFK. Sin preocupaciones del sitio en que me toca sentarme, me dirijo a mi asiento, y en cuanto algún pasajero se da cuenta que viajo solo, me pide amablemente de cambiar el sitio con el suyo para poder estar al lado de su pareja, les han dado asientos separados. Ningún problema por mi parte, me toca en la salida de emergencia, con lo que voy a poder ir con las piernas estiradas todo el trayecto. Estupendo, esto empieza bien.
Entre comidas, lectura y episodios de mis series favoritas grabadas en la Tablet, el viaje me pasa volando .
Al llegar a JFK, la cosa se lía. El vuelo llega puntualmente a las 5 de la tarde hora local, con lo que si los trámites de inmigración y demás son rápidos, aún podré ver alguna cosa de la festividad de San Patricio, que adelantan al sábado, cuando la fiesta del patrón de los irlandeses cae en domingo. Obviamente, no voy a tener tanta suerte, y los controles de inmigración se eternizan. Otras veces, en menos de media hora está todo resuelto; hoy tardamos más de dos horas. Supongo que al ser festivo, mucha gente no trabaja, ya que de los veintitantos mostradores, sólo están activos 8. Después de desesperarme en la cola, llega mi turno: preguntas, huellas dactilares y foto para estar fichado: Ya puede usted recoger su equipaje. A la hora que es, he perdido toda esperanza de ver algo del desfile, o sea que me lo tomo con calma al esperar mi maleta.
Normalmente, llevo una muda de ropa interior en el equipaje de mano, pero esta vez he pasado. Como bien dijo el Sr. Murphy, mi equipaje no ha llegado a NY con mi vuelo, se ha quedado en BCN. Esto lo descubro cuando llego a la cinta de recogida de mi vuelo y veo que está parada y casi vacía. Casi todos los pasajeros ya han recogido sus maletas. Así que me dirijo al mostrador de Air France para presentar la reclamación con el resguardo de equipajes que adjuntan a la tarjeta de embarque. Sin este resguardo, todo hubiera sido mucho más complicado, pero con el número en él, en seguida me informan de que mi maleta ha salido en el vuelo siguiente y llegará en el vuelo de las 19:45. Queda poco más de media hora, pero me explican muy amablemente que entre registros, comprobaciones y demás, me pueden dar las 12 esperando, que si quiero me la entregan en el alojamiento que les diga. Les doy la dirección del Hostel, y a cambio y como consuelo, me dan una bolsita con unos objetos de aseo, una camiseta y unos calcetines, y me informan de que dispongo de un dinero para comprar ropa(hasta 100€) y objetos de aseo que me falten, válido hasta el momento de la entrega del equipaje. Debo guardar los tiquets de caja y al llegar a BCN me lo abonarán. Menos mal.

Me dirijo a la salida para coger el shuttle que alquilé en la red, junto con otros pasajeros que se dirigen a Manhattan. La empresa es GO AIRLINK NYC, y el precio, unos 18$, sin compromiso de horario dentro del día para el que hayas reservado. Menos mal, porque con el retraso que llevo, ya me veía cogiendo un taxi.
Un trayecto de unos 40 minutos en el shuttle, haciendo recorrido casi turístico por Manhattan, pues mi alojamiento es la última parada de las 5 o 6 hechas, me empieza a dar una idea de la enormidad de esta ciudad. Las luces, el tráfico y la gente hacen que me quede embobado a medida que avanzamos hacia Chelsea.


La dirección del Hostel es 251 West 20th, entre la 7ª y 8ª avenidas. Muy bien situado por lo que veo, con paradas de metro de las líneas 1,2 y3 (roja), en la 7ª con la 18, y en la 7ª con la 23. También muy cerca de paradas de la línea A,C y E (azul), en la 8ª con la 14 y en la 8ª con la 23.
A la hora que llego al hostel, tengo tiempo de hacer el registro, ver la habitación, pedir que me guarden el equipaje cuando lo traigan y poco más. La habitación de lo más espartana, vieja pero limpia, de unos 6 metros cuadrados, con una cama individual, una taquilla sin candado (traigo el mío) y un grifo con agua corriente. El lavabo está en la puerta de enfrente, para todas las habitaciones de la planta, y la ducha, también común a toda la planta, al volver la esquina en el pasillo. En la planta inferior se encuentra el comedor y zona común, con salida a un patio.


Ya instalado, me voy a dar una vuelta y a cenar algo. Lo de comprar algo de ropa no va a dar resultado, pues todas las tiendas a esta hora están cerradas, y estoy muy cansado como para patear buscando algún 24 horas. Así que salgo en dirección a la 8ª y me meto en el primer "deli" que veo, me cojo un "Philly Steak" y una cerveza y me voy al hostel a descansar. El barrio parece animado, hay mucha gente por la calle a pesar del frío que hace. En cuanto he comido, me tumbo en la cama, a esperar los efectos del jetlag. Me quedo dormido en seguida. Mañana, con mi ropa o sin ella, empiezo a explorar New York.

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17 de marzo

A eso de las 7 de la mañana suena el despertador para recordarme que estoy en New York, y sin ropa. Me pongo lo que llevaba en el vuelo y me dirijo a recepción a ver si hay suerte y ha llegado mi equipaje. BINGO! Está aquí, así que me lo llevo a mi "suite" y me voy a dar una ducha antes de bajar a desayunar (bollo, fruta y café) y empezar mis andaduras por New York.

Mi primer destino, al que pretendo dirigirme andando, es el EMPIRE STATE BUILDING, uno de los imprescindibles en cualquier visita a NY. Intentando acostumbrarme al tráfico, al bullicio de las calles a todas horas y al entramado de calles y avenidas, sin darme cuenta, llego a la esquina de la 5ª avenida con la calle 23, es decir al FLATIRON BUILDING. El diseño en forma de plancha del edificio es particular y curioso, y aprovecho para sacar mis primeras fotos, con la luz de la temprana hora dando un colorido especial al edificio situado en el punto de cruce de la 5ª Avenida, Broadway y la calle 23, justo enfrente del Madison Square Park (no Garden).


Satisfecho por la primera vista, continúo subiendo por la 5ª avenida, mirando al cielo para ver la punta del edificio probablemente más emblemático de la historia. Sé que tiene que estar por aquí, pero como no he estudiado mucho el tema (y no he leído suficiente esta página), no doy con él casi hasta que me meto dentro por accidente, en la 5ª con la 34.


Antes de las 9 de la mañana ya hay una larga cola y un par de autobuses de japoneses esperando para entrar, así que pregunto a la amable encargada si hay que tener reserva y me contesta que no es necesario, que me limite a hacer cola con los demás mientras dura la explicación del edificio que tiene lugar en la planta baja. Después de pagar la entrada (20$ creo), y pasar el control de seguridad, en el que amablemente me guardarán mi navaja multiusos hasta el descenso (pardillo de mí, no pensar en la rigurosa seguridad...), entro con un grupo de turistas de distintas nacionalidades en el ascensor que nos dejará en la planta 86, en el mirador que se eleva sobre Manhattan desde su edificio nuevamente más alto desde los atentados del 11-S. El día es muy claro y la vista, espectacular, como era de esperar: desde la Estatua de la Libertad al suroeste, el Puente de Brooklyn al sureste, el Chrysler al noreste y Central Park a lo lejos hacia el norte. Me hincho a hacer fotos del paisaje y de pedir a otros turistas maravillados que me inmortalicen con la ciudad a mis pies. Eso sí, pasando un frío del carajo, con un viento incesable y helado en los cuatro miradores que rodean el edificio.



Al cabo de un rato bajo y me meto en la tienda que hay justo enfrente de la entrada, para comprar mis primeros souvenirs: llavero y gorra de los Yankees! Con el abrigo calado hasta las cejas, bajo por la 5ª y me dirijo al hostel a dejar trastos, para después volver a salir y dirigirme a la estación de metro de la 7ª con 23 para comprar el Metro Card (31$, viajes ilimitados durante 7 días). En el banco sólo tenían billetes grandes y no tienen cambio de 100$, o sea que salgo del metro y me meto en una tienda de ropa, en la que curioseo y acabo comprando unos vaqueros Levi's y 1 docena de calcetines de la misma marca, todo por 40$. Lo admito, soy comprador compulsivo. Con el cambio en el bolsillo y tras otro viaje al Hostel a dejar el paquete, vuelvo al metro. Esta vez triunfo y ya tengo el pase en mi poder. El funcionamiento del metro es relativamente sencillo (excepto noches de fines de semana, en que suprimen algunas líneas), pues en la boca ya pone si los trenes van Uptown (norte) o Downtown (sur). Lo único más o menos complicado, es acertar si el tren es "local" o "express". El primero hace todas las paradas, el segundo se salta varias de ellas. En fin, me meto en la línea 1 (roja) dirección Uptown hasta la 125 a la entrada de Harlem. La intención es dar una vuelta por allí, ver el teatro Apollo y bajar por Central Park. Nada más salir del metro en la estación, me encuentro de bruces al lado de la Tumba del General Grant, en Riverside Drive, junto al río Hudson.



El parque está nevado, pero no mucho, y doy un paseo sin entrar al monumento ni a la Riverside Church. Me dirijo al Apollo Theatre, en la 125, entre el Blvd Frederick Douglas y el Blvd Adam Clayton Powell. Voy bajando por las avenidas hacia el sur, cruzando de este a oeste de vez en cuando (y viceversa), y llego hasta la entrada noroeste de Central Park, tras haber atravesado el Morningside Park y pasado frente a St. Luke's Hospital y la Catedral de St. John the Divine, dejando en el olvido la Universidad de Columbia.
Me meto de lleno en Central Park y voy deambulando por los cientos de caminos que lo atraviesan en todas direcciones, hasta llegar a la altura de la calle 81, dónde decido refugiarme del frío pasando un rato en el NATURAL HISTORY MUSEUM, protagonista de varias películas.


Montones de fotos de dioramas y esqueletos después, y bastante cansado ya, salgo y me tomo un bocadillo en uno de los múltiples chiringuitos ambulantes que se encuentran por toda la ciudad. Sigo más al sur hasta el edificio DAKOTA, residencia del difunto John Lennon, y ya en el parque, más o menos a la misma altura, el STRAWBERRY FIELDS, dedicado a la memoria del autor de Imagine (entre otras). Más al sur, una de las torres Trump, junto al COLUMBUS CIRCLE, con estatua de Colón incluída. Ya no puedo con mi alma, y me meto en una entrada de metro dirección Downtown de la línea 1 (roja), hasta Penn Station, dónde doy una vuelta junto al Madison Square Garden (esta vez sí), y bajo andando hasta el hostel.




Tras un merecido descanso, salgo a dar una última vuelta para encontrar algún lugar para cenar, y a un par de calles del Hostel, me meto en una pizzería en la que sirven unas gigantescas porciones de varios tipos de pizza a precio de risa (no recuerdo el nombre ). De regreso, distingo a lo lejos el Empire State, iluminado con los colores de la bandera irlandesa en la cima. Mañana más...

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