![]() ![]() Y de repente, África ✏️ Blogs de Africa
Africa es un continente que sorprende, que atrapa y que hechiza de una forma embriagadora. Éste fue el viaje rumbo a un futuro jamás imaginado, un presente llamado TanzaniaAutor: PepaPS Fecha creación: ⭐ Puntos: 3 (1 Votos) Índice del Diario: Y de repente, África
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Vincent Van Gogh dijo una vez que él no era aventurero por elección, sino por el destino.
Esta es la historia de cómo mi destino me llevó a vivir esta aventura. Me llamo Pepa Pérez Sempere y soy periodista. La parte buena es que mi espíritu es inquieto y poseo una pasión desmedida por indagar y conocer. La mala –o no tan mala- es que en 30 años de profesión, que se dice pronto, he visto mucho, he escrito mucho, he callado mucho y he aprendido mucho. mi madre, lo servido por lo comido. En conjunto, hasta el momento en el que empieza mi aventura, tenía un buen trabajo, reconocimiento profesional, una familia maravillosa, amigos y una casa estupenda. Sin embargo, ahora lo sé, algo fallaba. Algo que, visto lo visto, me llevaba a estar atenta a los cambios, al viento, a lo que pudiese pasar. Inquieta, si sabes a lo que me refiero. Esta inquietud llevó a que, hace unos años y junto a dos buenos amigos, surgiese el pacto de realizar viajes a otros países para desintoxicarnos de nuestra rutina y conocer otra forma de ver la vida. Este año, el 2012, tocaba África. África que nos sonaba a misterio, a fuego y cena romántica, a animales salvajes y peligrosos. África que nos sonaba a Mogambo. Así que organizamos un viaje en plan safari, lejos de las zonas turísticas y de las rutas comerciales, de los grupos organizados y masivos y adentrarnos, casi por nuestros medios, en un país que se nos antojaba mágico. De entre todos los destinos escogimos el sur de Tanzania, empaquetamos nuestras ilusiones y nos lanzamos, como niños con zapatos nuevos, a nuestro nuevo viaje. El camino hasta allí empezó con un largo y pesado vuelo hasta Dar es Salaam (Remanso de Paz), la ciudad más grande de Tanzania. En el aeropuerto nos esperaba el equipo que iba a acompañarnos a lo largo de nuestro viaje: un chófer, un traductor y un cocinero. ¿Has tenido alguna vez cocinero? Yo no. Reímos mucho con la situación mientras nos adentrábamos en Tanzania a bordo del 4x4 que nos llevó a la Reserva de caza de Selous, nuestra primera parada, nuestro primer contacto con África. ¿Recuerdas que te hablé de Van Gogh y pensaste que tal vez no tenía nada que ver con esto y resultaba sólo un encabezamiento bonito? Verás, el destino quiso que, desgraciadamente, uno de mis amigos sufriese un percance médico. No era grave pero sí urgía tratamiento médico e incluso, una leve estancia en el Hospital. Mis dos amigos debían apearse del viaje. Me quedaba sola y no sabía qué hacer. Mis amigos insistieron en que siguiese la andadura. “Todo está pagado”, me decían. “Si estoy mejor nos vemos en Ruaha, y si no, nos veremos en Zanzíbar” ¿Y sabéis? Ya no dudé ni un instante. África me llamaba de una forma especial. Me había tocado el corazón. Así que me volví a subir al 4x4 y partí junto a mi chófer, mi traductor y mi cocinero a vivir la experiencia más increíble de mi vida, hasta entonces. Tras dejar a mis amigos subidos en una avioneta camino de Dar es Salaam regresé al campamento. Nos embarcamos por el rio Rufiji y navegamos al atardecer, rodeados de naturaleza salvaje. Todo era hermoso, por supuesto, pero había un problema. Mis compañeros de viaje se expresaban en dos lenguas, sí, pero ninguna que fuese la mía. Por supuesto, comprenderéis que no hablo swahili (y no, la experiencia de ver Tarzán en la tele no ayuda) y el inglés, lo chapurreo con alegría y voluntad pero no de forma fluida. Os preguntaréis que qué hacía el traductor entonces. Sinceramente, yo también. Su trabajo fue más descorazonador y entorpecedor que válido pero también cabe decir (oh sí, destino) que me obligó a esforzarme aún más para hacerme entender y entender. Volvamos al río. Después del viaje, exhausta, llegué al campamento para tomar mi primera cena africana. Abi, el chófer de la expedición (y también el guía, claro) me esperaba. Si el traductor me ponía de los nervios con su inoperancia, Abi me hacía sentir todo lo contrario. Amaba África, amaba su trabajo y se sentía orgulloso de ser quién era y pertenecer al lugar que deseaba con todas sus fuerzas hacerme conocer. Así que como dice
A la mañana siguiente, nos subimos de nuevo al 4x4. De Selous saltamos a Mikumi, después a Udzugwa y al valle del Kilombero. Finalmente llegamos a Ruaha.
Es gracioso pensar ahora el aspecto que ofrecía a los demás viajeros turistas de otros viajes. Yo iba tan campante en un vehículo para 7 personas, acompañada en exclusiva por tres residentes africanos que se deshacían por hacer mi viaje cómodo. Abi me contó que los demás guías, al cruzarse, le preguntaban quién era esa mzungu (blanca) tan rica que les había tocado en suerte. Realmente, me sentía como la Reina de África y ese debía parecer mi aspecto a los ojos de los demás. Durante todo el trayecto Abi no dejó de hacerme preguntas y contestar las mías. Al principio me pareció extraño y un poco sospechoso. Luego, empezó a darme igual. Al final me pareció de lo más normal y agradable. Por fin entendía un poco África a través de Abi. ¿Qué más daba cuatro preguntas directas sobre mí? Cuando llegamos a Ruaha, el último de los parques naturales que iba a encontrar en mi viaje, Abi inició su conversación de preguntas y respuestas para poner, de repente, sobre la mesa sus verdaderas intenciones. Por lo visto quería saber si yo era la persona indicada. ¿Indicada?, pensé, ¿para qué soy indicada yo? Pues para trabajar juntos en África. Abrí los ojos como platos porque mientras mi corazón lanzaba un fuerte y sonoro sí, mi mente empezaba a gritar “sí, hombre” y en medio de la cacofonía que era yo misma, Abi me explicaba, ajeno a todo, que necesitaban traductores castellanos, que una mujer blanca aportaba confianza al equipo, me habló de sueldo y alojamiento… Él sin inmutarse, yo hecha un manojo de nervios. Por supuesto, y visto que mi cerebro y mi corazón se estaban discutiendo a voces, cuando terminó le dije que debía pensarlo porque estaba de vacaciones y ya se sabe que cuando uno está de vacaciones el mundo suele parecer más amable, mágico y sencillo de lo que es realmente y que, aunque me parecía algo maravilloso y excitante, tenía que consultarlo.
Tomé el vuelo hacía Zanzíbar para reunirme con mis amigos. Su experiencia de “turismo sanitario” había terminado bien y se morían de ganas de verme. Yo más, como comprenderéis. Por primera vez en días podía hablar sin detenerme a pensar sintaxis, vocabulario o sinónimos mímicos así que me lancé como una loca a contar… Ellos me escucharon, me pidieron que por favor tomase un descanso y que mañana ya hablaríamos como era debido. Hablamos, vaya si hablamos, y en ese mismo momento les explique que mi respuesta la tenía clarísima, que era un sí, un sí a irme a vivir a Tanzania, un sí a trabajar en un nuevo país y en una nueva profesión, un sí a probar la aventura.
Así pues, desde octubre de 2012 que vivo en Tanzania, en Mikumi, al lado del Parque Natural de Mikumi…pero hay más. Lo que en un principio empezó siendo un trabajo nuevo en un sector nuevo ha acabado en algo más concreto. He creado empresa propia en Tanzania junto a mi socio tanzano Abi. Hemos puesto a disposición de todo aquel que quiera conocer Tanzania la experiencia de más de 30 años como guía de Abi y su satisfacción y cariño por cada uno de los rincones de su país, y mi experiencia en el mundo de la comunicación y, ¿por qué no decirlo? mi atrevimiento, a estas alturas de mi vida, y hemos iniciado una nueva aventura en común. (Editado moderación). Una compañía de nueva creación en la que hemos depositado toda nuestra sabiduría y andanzas profesionales, todas nuestras esperanzas y todos nuestros sueños. Los de Abi, que siempre soñó con hacer su trabajo directamente desde su propia empresa, y no a través de terceros, vendedores de humo que ni tan siquiera conocen cada palmo de esta tierra africana; y los míos, en los que la intención es comenzar de nuevo, viviendo la vida y disfrutando del trabajo y no disfrutando del trabajo sin vivir la vida, y en los que África siempre ha estado presente. Ante nosotros un grandísimo reto, dar a conocer y hacer que crezca (editado moderación), con una idea concreta, ofrecer viajes por el sur de Tanzania, una zona poco frecuentada, y ofrecerlos a aquellos viajeros que no se quieran pasar todo el safari encima de un camión, de parque en parque, y sin poder disfrutar ni un solo minuto ni del entorno ni de las gentes del país…”porque nos salimos de ruta”. Queremos que cada uno de los safaris sea una experiencia propia para cada uno de los viajeros…y de momento hemos iniciado nuestro camino por esta senda africana, paso a paso, y con la confianza y el convencimiento de que este sueño, esta aventura, saldrá adelante y que (editado moderación) será la que nos proporcione plena satisfacción a nuestras vidas. Porque (editado moderación) no es otra cosa que un agradecimiento a este continente tan fascinante, es un Gracias Africa. Desde Tanzania, sed bienvenidos Karibu Tanzania 📊 Estadísticas de Diario ⭐ 3 (1 Votos)
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