UN PASEO DE 5000 KM POR ALEMANIA ✏️ Blogs de Europa

Nos levantamos temprano para no perder la costumbre, desayunamos y a callejear. Empezamos por la Alexander Platz, Torre de la Tv y el Ayuntamiento. Como curiosidad en las cercanías de la Torre de la Tv había una chavala en pelotas a la que todo el mundo fotografiaba y que ella misma se ofrecía a ello. No se si estaba borracha o metida pero más pena daba la gente que le echaba las fotos. Paseamos hasta la casa okupa Tacheles (cerrada por el ayuntamiento) Y llegamos a la Estación Central de Berlín. Es enorme, como un gran centro comercial. Tiendas y restaurantes por todas partes, varias plantas donde se entrelazan metros, cercanías, larga distancia, etc. Inma quiere comer en un turco con muy buena pinta. Pilla la comida y mientras da buena cuenta de ella me entretengo dando órdenes a Hanna; sienta, tumba, pum pum muerta…mientras cumple el dueño observa y sonríe a la vez que aplaude. Cuando nos vamos a ir nos ofrece un plato (una ración de las que sirven a cualquiera) para la perra. Hacemos un poco el paripé y Hanna encantada. Nos despedimos entre risas y nos dice que volvamos mañana, que buen tipo. Seo y yo preferimos unos fish & chips y unas currywurst. Salimos de la estación y nos acercamos hasta el Bundestag, unas fotillos y a la Puerta de Brandemburgo. Pillamos el metro y nos vamos al East Side Gallery. Buen arte callejero estropeado y empañado por muchos firmotes y recordatorios con rotulador de gente que no tiene respeto ni aprecia este estilo. Cruzamos el Puente Oberbaum y paseamos hasta el barrio donde descubrimos que tenemos al lado de casa el mercado turco pero ya cerrando.
Paseamos buscando un cibercafé para mandar unos correos y buscar algo de información (18´ por 40 céntimos). Paseamos y vemos un restaurante vietnamita donde hay mucha gente. Decidimos probar. No entendemos nada y pedimos los platos del día. Raros y picantes pero buenos como la cerveza vietnamita Saigon. Algo curioso a la hora de pagar es que los grupos se acercaban a la caja y cada uno pagaba su cuenta diciendo lo que cada uno había comido. Me resultó curioso porque cuando comemos un grupo de amigos nosotros pagamos a escote poniendo un bote, costumbres….

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Desayunamos y a callejear. Con el metro llegamos al Tiergarten, paseamos y vemos la Columna de la Victoria. Cruzamos el parque y llegamos al mercado de las pulgas (mercadillo de antigüedades). No me gusta lo antiguo pero he de reconocer que estaba muy bien. Todo muy limpio y ordenado. Merece la pena visitarlo aunque se ve pronto. De aquí nos vamos a Friederich strabe. Avenida con muchas tiendas de las que hay en en todas partes del mundo. Nada más que decir. Comemos en una pizzería italiana muy cerca del Check Point Charlie. 3 pizzas, agua y 2 cervezas por 23 euros. Tomamos un muffin, berlina, bizcocho, zumo y cocacolas por 5´70 euros…topicazo….
Nos vamos hasta el antiguo aeropuerto de Tempelhof ahora convertido en un enorme espacio de ocio y esparcimiento para la gente de Berlín. Gente patinando, con bici, con sedways, haciendo barbacoas, tomando el sol, con los perros…sin palabras, que envidia más sana tengo.
Nos dirigimos hasta Alexanderplatz y empezamos a pasear por la avenida Karl Max donde se puede apreciar la arquitectura típica de la época comunista, muy sencilla, sin florituras y muy seria. Llegamos a una zona punky cerca del East Side Gallery, buen ambiente y mucha gente joven. Paseando llegamos al barrio y cenamos en China Box. Por 17 euros: 2 big box (me costó comerla, muy buena pero mucha cantidad),1 small box, 9 rollitos y 3 aguas. Fin de la jornada.
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A las 9 llega puntual Mr Heinz. Todo ok, llenamos el depósito y nos despedimos de esta ciudad joven, en construcción y con muchas ganas de vida.
Ya en la carretera (autopista) pasan las horas y paramos a comer en un área de servicio con B.King. Al poco de pasar Sttutgar nos metemos de lleno en un gran atasco. Llegamos sobre las 19horas y parecemos los únicos habitantes de la zona. Claudia nos lleva hasta la Gästehaus . Llamamos y se asoma una mujer mayor que sólo habla alemán. Con el nieto baja y nos entendemos. Nos da la llave y se despide. Vive en la misma casa pero apenas la vemos en todos los días. No hacemos papeleos, sólo rellenamos un papel para la oficina de turismo de la zona, que confiados y buena gente parecen (más tarde el parece se convierte en son). La casa es preciosa de sueño. La zona nos transporta a los bosques y campos de Heidi. Vamos al pueblo grande más cercano Freudeustadt a cenar y echar gasoil. Encontramos un kebab. Pedimos 2 pizzas buenísimas, 2 jarras de cerveza del lugar y agua por 20 euros. Volvemos a casa. Hanna la goza revolcándose por las praderas y todos a su vez con la bajada drástica de las temperaturas, por fin el fresquito (frio para alguno/a).
El lugar es mágico, se entrelazan al unísono la oscuridad del anochecer, la neblina de las montañas y los bosques que nos rodean.

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