Tercer día Sábado ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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Ese día lo dedicamos a la Ile de la Cité. Nos fuímos directos en metro a la parada de la Cité y nos llevamos una sorpresa porque las torres no las abren hasta la 10 de la mañana, por eso nos fuimos antes a la Saint Chapelle que está abierta desde la 9,30. Tiene dos pisos y el de abajo no es gran cosa, pero el de arriba tiene unas vidrieras de escándalo, maravillosas. De ahí salimos a la Conciergerie, está al lado, podíamos haber pasado de ella, si no la ves no pierdes nada.
Nos dirigimos directamente a las torres de Notre Dame, mucha escalera y un poco agobiante pero si merecen la pena llegar hasta todo lo alto, vistas y construcción de campeonato.
Al bajar nos metimos dentro de la catedral y nos maravillaron las vidrieras y rosetones.
Cruzamos el río y nos adentramos en el Quartier Latín, la Sorbonne para ver su capilla pero estaba cerrada, de paso nos fuimos al Panteón (Pendulo de Foucaullt), un edificio con reminiscencias clásicas, creo que se basaron en el de Agripa de Roma para construirlo.
Era hora de comer y nos planteamos ¿dónde?, a lo facil, un poco de comida rápida y a los Jardines de luxemburgo, comtemplado su estanques y el palacio del mismo nombre. Hay mucha gente comiendo en sillones de metal que los puedes poner donde te plazca y tomar un poco el sol mientras disfrutas de tu comida.
Después de descansar un poco yo tenía interés en ir a la iglesia de San Sulpicio (por lo del código da Vinci), lo del libro y la película no se basa en nada real con respecto a ella pero me hacía gracia. Es una iglesia enorme con una fachada muy parecida a un templo griego o romano. Delante de ella hay una fuente monumental con unas cortinas de aguas muy chulas.
Nos habíamos propuesto ir a St. Germain de Prés, pero antes nos paramos a tomarnos una con nutella en un puestecillo al lado de esta, y la disfrutamos como enanos.
Aunque en mi planing ya habíamos terminado, teniamos mucho tiempo de sobra y buscamos la forma de irnos en metro a Montmartre para ganar tiempo y poder hacer lo que os contaré el quinto día.
Al llegar a Montmartre (plaza pigalle) subimos andando hasta el Sacre Coeur, uff que de escaleras, merece la pena el ambiente que hay alrededor de ellas y lo chulo que se ve desde arriba. Dentro de la basílica un calor que te torras y demasiada gente haciendo un recorrido que no entendí.
De ahí nos fuimos al la Plaza du tertre que es donde están todos los pintores y hay un ambiente muy bohemio, aunque mucha gente y se rompe esa magia. Visitar todo ese barrio ya merece la pena y es un poco distinto al resto de París.
Bajamos andando y desembocamos en la plaza donde está Le Moulin Rouge, de día no es mucho pero de noche con las luces gana bastante.
Creo que por este día ya estaba bien, ¿no?, pues al hotel y a comer un poco de jamoncito envasado al vacío con una barras de pan típico francés.

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