Llegamos 2 horas antes al aeropuerto, retractilamos las maletas, facturamos y a dar vueltas por el aeropuerto hasta las 2:30 a.m. que salía el maravilloso vuelo de las Chinas Airlines. Medito si le digo a mi novia que voy a comprarme un tuk-tuk y me quedo allí. Con tal de evitar las 11 horas de vuelo, cualquier cosa. Me convence mi novia de que el vuelo será más cómodo que en tuk-tuk, ¿y un taxi?. Al final subo al avión. Espero dormir más que a la ida por las horas que son. ¡Qué alegría!, hay 3 centímetros más de separación entre los asientos, lo que me permite estirar mis piernas y llegar a dormir hasta 4 horas seguidas y hacer el viaje hasta Amsterdam más corto. Llegamos a Amsterdam, hacemos la escala de rigor y embarcamos para Madrid, y como no, salimos tarde gracias a nuestros maravillosos controladores españoles. Octavo y último avión que cogemos. Y octavo y último aterrizaje. No me lo creo, carteles en español y gente hablando en español.
Y este ha sido el viaje, el que he intentado contar, a mi manera pero contarlo y dejarlo escrito para que se me olvide lo menos posible por si vuelvo algún otro día. Muchas ganas de ver a la familia y a los amigos para enseñarles todas las fotos que hemos hecho, contar todas las experiencias que hemos vivido, todo lo que hemos visto… Contarles todo. Desde que llegué a Bangkok hasta que aterricé en Madrid, pasando por todos los sitios en los que estuvimos, iba pensando lo privilegiados que éramos y en la suerte que teníamos de haber podido hacer un viaje así. Nos sentimos más privilegiados incluso después de haber visto que hay sitios en que viven en la más absoluta pobreza y aún así tienen una sonrisa para regalarte, y que son capaces de vivir al día con lo que tú les des como propina. Confieso que al principio del todo cuando me dijo mi novia de ir a Tailandia no estaba muy ilusionado, pero gracias a todo lo que iba leyendo y sobre todo después de ver todo lo que he visto estoy muy contento de haber hecho este viaje que recomiendo a todo el mundo. Y sobre todo contento de haberlo hecho con la persona que quiero y que me ha dado el empujón necesario para hacerlo. Gracias por haberme “llevado” hasta allí. Y como siempre me pasa cada vez que vengo de un viaje, un poco triste por no poder contar a mi padre todo lo que he visto y he hecho, aunque seguro que él me habrá visto ya.
Espero os haya gustado.
Un saludo.
Víctor.
Y este ha sido el viaje, el que he intentado contar, a mi manera pero contarlo y dejarlo escrito para que se me olvide lo menos posible por si vuelvo algún otro día. Muchas ganas de ver a la familia y a los amigos para enseñarles todas las fotos que hemos hecho, contar todas las experiencias que hemos vivido, todo lo que hemos visto… Contarles todo. Desde que llegué a Bangkok hasta que aterricé en Madrid, pasando por todos los sitios en los que estuvimos, iba pensando lo privilegiados que éramos y en la suerte que teníamos de haber podido hacer un viaje así. Nos sentimos más privilegiados incluso después de haber visto que hay sitios en que viven en la más absoluta pobreza y aún así tienen una sonrisa para regalarte, y que son capaces de vivir al día con lo que tú les des como propina. Confieso que al principio del todo cuando me dijo mi novia de ir a Tailandia no estaba muy ilusionado, pero gracias a todo lo que iba leyendo y sobre todo después de ver todo lo que he visto estoy muy contento de haber hecho este viaje que recomiendo a todo el mundo. Y sobre todo contento de haberlo hecho con la persona que quiero y que me ha dado el empujón necesario para hacerlo. Gracias por haberme “llevado” hasta allí. Y como siempre me pasa cada vez que vengo de un viaje, un poco triste por no poder contar a mi padre todo lo que he visto y he hecho, aunque seguro que él me habrá visto ya.
Espero os haya gustado.
Un saludo.
Víctor.