El segundo día en Estrasburgo amaneció tan soleado como el anterior y tras un buen desayuno en el hotel (era lo mejor del hotel que ya he comentado que no me gustó nada) nos encaminamos hacia la Plaza de la Catedral pues queríamos acceder a la visita del reloj astronómico. Como caminábamos despacito nos costó llegar más de lo previsto, amén de que fuimos dando un rodeo para conocer otras callejuelas. Llegamos a la Plaza de la catedral desde la Rue des Orfevrès, una calle estrecha y comercial de productos típicos alsacianos, plagada de banderines con los estandartes de las diversas familias de comerciantes y muy concurrida. Esta calle desembocaba en la Rue des Hallebardes (calle de las alabardas) que era el camino pretoriano del campamento romano del cual nació Estrasburgo y que en las fachadas sigue conservando las alabardas que recuerdan a los armeros que se establecieron aquí en la Edad Media.
Entramos así en la Plaza de la Catedral por el lado norte, al pie de la casa Kammerzell la más grande y más decorada de las casas de entramados de Estrasburgo. Tiene más de sesenta ventanas cuyos marcos están esculpidos en madera, con esculturas de temas religiosos y profanos. La casa pertenece al municipio y fue declarada monumento histórico. En los bajos hay un restaurante un poquito selecto. Vamos que se nos iba de presupuesto.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Otro de los elementos representativos de la Plaza es la ex "Pharmacie du Cerf" (farmacia del ciervo) que hasta hace unos pocos años era la farmacia más antigua del mundo (data del siglo XIII). En nuestra opinión fue un tremendo error del muncipio no quedarse con la gestión de la misma, por el asunto turístico y también por el histórico. Una pena la verdad, cositas de estas sin sentido. La planta baja (del siglo XIII) fue construida en piedra y las arcadas están adornadas con ramas y serpientes. Los pisos altos son de entramado y están fechados en 1567. La fecha está grabada en la columna de arenisco, llamada "medidor de vientre", porque los canteros que trabajaban en la construcción de la catedral estaban obligados a no superar cierta corpulencia para poder escurrirse entre las rendijas de la catedral. Por supuesto hice pasar por ella a Antonio y doy fe de que cabía

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Faltaba todavía media hora para que abrieran las puertas para entrar a ver el reloj, pero ya había mucha gente en fila, así que nos pusimos en ella a esperar que se hiciera la hora. La catedral la cierran a las visitas durante la proyección del documental sobre el reloj (a las 12.00) y el desfile de los apóstoles-autómatas delante de Cristo (a las 12.30 antigua hora alsaciana), que les da la bendición uno a uno para después bendecir a la muchedumbre. Durante este desfile, el aleteo y el canto de un gallo (tres veces) situado en la parte alta a la izquierda, recuerda las negaciones de San Pedro. El reloj es una maravilla de la ciencia, de la tecnología y de la estética.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Junto a él, el Pilar de los Angeles que es en realidad un Juicio Final esculpido en piedra y que marca el inicio del gótico en la construcción de la catedral. Y la catedral en sí es un museo: las vidrieras, el crucero, el púlpito esculpido, la pila bautismal que data de 1843. Me había gustado por fuera, pero por dentro me encantó.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A la salida, en la Plaza del Castillo nos montamos en el tren turístico para que la Pilarín descansara. Una experiencia más. No tan bonito como el barco de la noche anterior pero también tenía su encanto porque era un recorrido por el interior de la ciudad y a la luz del día. Casi muero aplastada por un tranvía (EL TREN SE QUEDÓ PARADO EN MITAD DE LAS VÍAS MIENTRAS CRUZABA UN PEATÓN Y YO VEÍA VENIR EL TRANVÍA HACIA MÍ, Y VENÍA, Y VENÍA.....HASTA QUE PARÓ Y EL TREN ARRANCÓ, UFFFF QUE SUSTO) pero por lo demás estuvo bien. También te ponían los cascos con las explicaciones en español y así nos enteramos por ejemplo de que las casas de entramados (vigas de madera que se entrecruzan y se rellenan de adobe, ladrillo o piedra) no se consideran bienes inmuebles, sino muebles por su facilidad para desmontarse y trasladarse la construcción a otro lugar. Hicimos muchas fotos y nos quedamos con las ganas de ver la Petite France, así que por la tarde nos fuimos hacia allí de cabeza.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A la vuelta nos comimos unos bocatas en otra de esas panaderías Paul porque se nos había hecho tardísimo y no nos daban de comer en ningún sitio y tras la frugal comida nos fuimos a descansar un ratito al hotel.