19 de JULIO DE 2010
Nos levantamos temprano (ya hace calor) y con la idea de hacer más o menos el mismo viaje que nos llevó a Pompeya, solo que sin entrar a Pompeya. Nuestras hijas hoy van algo más ligeras y rápidamente estamos en la estación: Planta de abajo, tren que va a Sorrento y billete hasta Pompei.
El andén estaba abarrotado.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Llegamos a destino (casi nos pasamos), a la pequeña estación de Pompei-Scavi.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En algún lugar hemos cogido un folleto que habla de un Autobús público que sube al Vesubio y que tiene su parada en Piazza Anfiteatro. Les preguntamos a unos policías, que nos encaminan hacia unos señores vestidos de verde, a la entrada de un camping, que vienen rápidamente cuando se dan cuenta de nuestra pretensión de subir al volcán. En realidad pertenecían a una empresa privada que te ofrece igualmente subir al Vesubio.
No estamos muy seguros de querer eso, así que nos dirigimos hacia una caseta de información y preguntamos (folleto en mano) por el autobús público que era lo que nosotros queríamos coger. Allí nos indican que estamos justo al lado y sacamos tanto el billete de autobús (ida y vuelta diez euros, menores de 8 gratis) como la entrada al Parque que son 6,50 euros. No es mucha la diferencia con el otro autobús, pero este servicio tiene un amplio horario de subida y bajada. El autobús verde no parece tener gran éxito, aunque después, al mirar los folletos de publicidad nos dimos cuenta de que en realidad ofrecían un servicio más completo con un recorrido por el parque, guía vulcanológica…
Los autobuses de servicio público están fenomenal. Ningún problema de espacio y son muy cómodos. En el propio autobús te venden también, si quieres, la entrada al parque.
El recorrido hasta el volcán parece errático: salimos a la autopista, entramos y salimos por carreteras y, cuando por fin nos colamos por una población para tomar el camino, éste, como no podía ser de otra manera, es estrecho y lleno de curvas. No sé qué harán cuando, como ocurrirá a menudo, dos autobuses se encuentren en direcciones opuestas…
La vista desde las laderas va haciéndose cada vez más espectacular. Nápoles se distingue en la lejanía. Estamos rodeados de bosque y matorrales florecidos…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una vez arriba, los vehículos no pueden pasar y nosotros tenemos que ir a convalidar la entrada, lo que hacemos rápidamente ya que, aunque hay bastante gente, no resulta agobiante.
El Parque Nacional del Vesubio de 8.500 hectáreas forma parte desde 1997 de la Reserva de la Biosfera del Programa Unesco. Hay una red de senderos y se puede subir de diferentes maneras aparte del autobús, caminando o incluso en bici.
Ahora nos toca a nosotros subir la empinada cuesta. Pero se hace bien. Ves a personas mayores y a niños subir sin dificultad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Las faldas del Vesubio han cambiado desde la base, pasando del arbolado a los arbustos, y luego a la aridez. Lo que nos falta por subir es una mezcla de arbustos floreados de intenso aroma, así como polvo y rocas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En realidad mientras vas subiendo se ve la ladera del volcán verde. Dicen que en primavera se cubre de flores.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al parecer es una tierra fértil y en su parte más baja se plantan olivos o vides. Conforme más subiendo el paisaje es más marrón y las especies vegetales, cada vez más escasas y salvajes.
Poco antes de llegar al cráter, hay una caseta donde se pueden comprar recuerdos, alguna bebida y hay un grupo de guías.
Bien, pues ya estamos junto al cráter del Vesubio.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hemos visto el Vesubio decenas de veces en nuestra estancia en Nápoles. Siempre, a lo lejos, su imponente silueta. Hemos hablado de él en Pompeya. Pompeya y el Vesubio. Y ahora estamos aquí, ante el único volcán activo de la Europa continental. La última erupción fue en 1944 y en la actualidad no parece estar muy despierto.
El Vesubio se eleva 1281 metros y al llegar a la boca del cráter te asomas y hay un abismo de 200 metros de profundidad, que cae a plomo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La gente se agolpa frente al cráter. Hay una barandilla alrededor y puedes asomarte para ver el fondo. Uno no deja de pensar, admirando ese inmenso cráter, las poderosas fuerzas que esconde la naturaleza y que de vez en cuando desata. Cómo imaginar el estallido de una montaña que eleva una nube de cenizas miles de metros en tal cantidad ... capaz de sepultar una ciudad, a varios kilómetros de distancia ...
Lo increíble es que, a pesar del fuego y la destrucción, la vida se abre camino y en las laderas del interior del cráter crece vegetación.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estamos un rato descansando. Nos habíamos traído unos jerseys por si en la cima hacía frío. No, no hace nada de frío. El escaso vientecillo que sopla es una bendición.
Nos entretenemos cogiendo piedras o lava y viendo las maravillosas vistas de la ciudad que hay desde aquí, desde el otro lado. Pompeya se ve pequeñita. Cualquier población se ve diminuta y frágil…
Un poco más arriba descubrimos una imagen de una virgen protectora y una plegaria.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de recorrer hasta el límite el tramo permitido en la boca del volcán, regresamos tranquilamente hacia el aparcamiento. Antes hacemos una parada en la tiendecilla de recuerdos en la que compramos una cajita con muestras de minerales que nos costó 5 euros y que luego vimos en una tienda de la estación a 15. (¡Cómo se pasan!)
Tras descender tomando nuevamente el autobús nos dirigimos a la estación de Pompei, nos comemos unos bocatas que habíamos traído de casa y damos por finalizada la visita que, al final, ha sido mucho más fácil y sencilla de lo que habíamos pensado.
Llegamos a casa temprano pero cansados y calurosos, o sea que lo primero es descansar.
Por la tarde, descarto la visita inicialmente prevista a las solfataras de Pozzuoli, que es un terreno de volcanes inactivos en un terreno humeante. Me parecía una visita interesante para las niñas, pero las vemos con ganas de descansar.
La propuesta para esta tarde será visitar nuevamente la zona de Spaccanapoli y comprar algunos regalos, por si mañana no nos da tiempo.
Así lo haremos, aunque la tarde amenaza tormenta.
Vamos paseando por las pintorescas calles del primer día y, puesto que va a ser nuestra última tarde en Nápoles, hacemos acopio de esas imágenes de la ciudad que después quedarán en nuestro recuerdo.
La ropa tendida en las estrechas calles ...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
las omnipresentes motos ...
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
o simplemente un cartel que nos llama la atención.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y, como si de cerrar un círculo se tratase, volvemos a las dos arterias principales del Barrio, como el primer día: Vía Baggio dei Librai y Vía Tribunali, hasta llegar a los puestos de artesanos de San Gregorio Armeno, pero como nos hemos vuelto más atrevidos y encima está lloviendo, esta vez nos metemos dentro de alguna tienda y hasta sacamos fotos de algún artesano trabajando.
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Hay una mezcla tremenda de talleres de toda la vida con puestos que han proliferado más o menos cerca, en los que ya no está clara la calidad de lo que venden.
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De hecho en algunos de los puestos han puesto un cartel de “no china”, como demostrando que su producto es el auténtico.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Como sospecho que mañana, último día en Nápoles, no tendré tiempo, me dispongo a hacer alguna compra, pero es difícil encontrar el lugar adecuado.
Finalmente encuentro mi puesto. Muchas figuritas, verdaderas preciosidades, a diferentes tamaños y precios se distribuyen en estanterías. Si te fijas están elaboradas al detalle con una delicadeza exquisita. Aparte de las figuras de siempre, hay otras de la tradición napolitana, todo con su etiqueta y asequible.
Hechas las compras terminamos la jornada tomándonos un granita limone (irresistibles) y probando uno de los dulces típicos napolitanos: el babá, una especie de bizcocho bañado en ron que puedes comprar en numerosos puestos por aquí. Gran éxito. Está buenísimo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ha cesado de llover y volvemos lentamente a casa mientras la noche cae sobre las estrechas calles del viejo Nápoles que hoy, ya no nos parecen tan siniestras.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mañana será el último día.