Hoy tocaba madrugar. La idea era ver amanecer en el Gran Cañón, y para conseguirlo, debíamos estar allí sobre las 5 de la mañana, así que pusimos el despertador y a las 4:30 ya estábamos en marcha. Tras las dudas de hacia donde ir, y como veíamos que ya estaba amaneciendo, decidimos asegurar y fuimos al punto donde la tarde anterior habíamos intuido la inmensidad del cañón. Al llegar ya había gente, si bien conseguimos sentarnos en un buen punto. Lo más interesante es ir observando cómo el cañón va cambiando de color. Y como muestra un botón:


Estuvimos hasta que el sol ya había salido por completo y el cañón se veía perfectamente. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que iba a ser un día de mucho viento, tanto que finalmente decidimos volver al hotel y descansar un ratillo antes de ir a desayunar: desayuno buffet bastante abundante, con fruta, tostadas, zumo,...
Y llegaba el plato fuerte del día: tras el check-out nos encaminamos hacia las oficinas de Papillon, donde teníamos contratada la excursión en helicóptero, y además, era la que hacía el recorrido largo, de unos 50min! Antes de entrar en las oficinas mi novia se quedó un buen rato observando los helicópteros, porque decía que le daba miedo despegar con tanto viento. Entramos y nos desviaron hacia otra agencia, que estaba muy cerca. Allí nos dieron la noticia de que debido al viento el recorrido largo no se podía hacer, y nos daban la posibilidad de hacer el corto, de 30 minutos, o nos devolvían el dinero. Optamos por el vuelo corto, y tras una espera de unos 10 minutos, en la que ves un vídeo de seguridad, subimos al helicóptero junto a una pareja de italianos y otra de alemanes.
Desde el primer momento se notaba un fuerte viento, lo cuál puso bastante nerviosa a mi novia... y a mí. Aún así, el vuelo es espectacular, sobre todo el momento en que abandonas la extensa llanura de bosque y se observa la profunda hendidura del cañón.

El recorrido es bastante completo, y se ven distintas partes del cañón, con un momento clave, cuando el piloto se queda estático en medio del cañón, si bien ese día se veía que hacía esfuerzos para controlar el helicóptero en medio de tanto viento. No hace falta decir que las imágenes desde allí arriba son espectaculares:

Nada más bajarnos del helicóptero escuchamos por megafonía que se suspendían todos los vuelos de ese día, debido al viento...


Tras la experiencia volvimos al parque, aparcamos el coche y aprovechando los autobuses de conexión, comenzamos a hacer rutas por el south rim, y al final nos dio tiempo a recorrer gran parte del mismo. Seguía haciendo bastante viento, pero en parte se agradece, ya que así el calor no se nota tanto.


En la siguiente foto se aprecia el sendero que conduce al fondo del cañón, en una ruta que recomiendan hacer en dos días. La pinta que tiene es de ser durísima, pero la hace mucha gente:

Tras las rutas a pie cogimos el coche y nos dirigimos hacia la salida este del parque, por el Desert View Drive, parando en los diversos miradores
Tras salir del parque, carretera hasta nuestro destino: Mexican Hat. Como está en Utah, hay cambio horario, así que llegamos a las 23 horas, con la mala suerte de que en el hotel que habíamos cogido, el Hat Rock Inn, la recepción la cerraban a las 22h. Dejan un teléfono al que llamar, y fue un poco caótico, porque en la primera llamada no contestaba nadie. Al segundo intento hubo suerte, y con la ayuda de unos chicos que estaban tomando una cerveza enfrente del hotel, conseguimos la llave, que la dejan en un depósito con combinación. Estábamos tan cansados que nos dormimos enseguida.
Como resumen del día, el Gran Cañón espectacular, y aunque en gran parte sí te lo esperas por la gran cantidad de veces que lo has visto por televisión, la grandeza que tiene no se percibe en su totalidad hasta que estás allí. Planificándose bien (y madrugando bastante) da tiempo a ver amanecer y recorrer a pie gran parte del South Rim.