Para desplazarnos hasta Pompeya, tomamos el tren Circumvesubiano.
La estación del Circumvesubiano se encuentra dentro de la estación de trenes de Garibaldi, en la planta baja.
Se accede fácilmente cruzando el hall de la estación a la derecha, para girar después a la izquierda, cruzar el pasillo y salir al exterior. Una vez “fuera”, hay unas escaleras mecánicas que llevan hasta el sótano o planta baja.
El Circumvesubiano es una opción muy barata para desplazarse por la zona Vesubiana.
Si adquirís la Artecard, todas sus variantes incluyen los transportes “Unico Campania”, por lo que podréis usar el Circumvesubiano de manera ilimitada y gratuita.
El sistema de convalidación es similar al del metro, teniendo que introducir la tarjeta en los lectores de los tornos.
El anden (binario) es el nº 2, y siempre tomando dirección a Sorrento
Información sobre las estaciones del Circumvesubiano.
Quizás no os suene Oplontis, pero merece la pena perder un par de horas en este bonito lugar.
Visitamos la villa en la más absoluta soledad. Ni un solo visitante, y a apenas unos kilómetros miles de ellos…
La parada del Circumvesubiano que corresponde a Oplontis es “TORRE ANNUZIATA - OPLONTI”.
Tarda aproximadamente 20 minutos en hacer el trayecto desde Nápoles.
Tenéis que andar un poco, pero está bastante bien indicado cómo llegar a la “Villa de Popea”, mujer de Nerón.
Horario:
8.30 - 17.00 (del 1 de noviembre al 31 de marzo. Última entrada, a las 15:30.
8.30 - 19.30 (del 1 de abril hasta el 31 de octrubre. Última entrada, a las 18 horas.
Cerrado: 1 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
Precio:
Entrada normal
5,50 € (estándar);
2,75 € (reducido).
Ticket múltiple
Con acceso a 3 sitios en el mismo día (Oplontis, Stabiae, Boscoreale): normal 5,50 €, reducido 2,75€.
Con acceso a 5 sitios durante 3 días (Pompei, Ercolano, Oplontis, Stabiae, Boscoreale): normal 20€, reducido 10€.
Gratuito: residentes UE menores de 18 años y mayores de 65.
Tarifa reducida: ciudadanos europeos entre 18-25 años (no cumplidos)
Tenéis que hacer una pequeña parada en el puesto de información turística de Oplontis. El hombre que lo lleva es bastante simpático y servicial, y seguro que os regala algún libro o póster, o bien os aconseja dónde podéis residir durante vuestra estancia. Insistirá en que protejáis vuestras pertenencias y no dejéis el bolso descubierto, como os dirán muchas veces en Nápoles y alrededores.
En la Villa de Popea total tranquilidad y una visita muy agradable. No es Pompeya, pero bien merece la pena perderse echándole un vistazo al mapa que se facilita en la entrada.
La chica de la taquilla fue muy agradable, incluso les dejamos los abrigos y demás mientras que hacíamos la vista.
Aunque nuestro viaje se desarrolló entre los meses de octubre y noviembre, hay que recalcar el buen tiempo del que disfrutamos. Mucha ropa de abrigo que se nos hacía “pesada” durante las visitas.
Una vez terminada la vista a Oplontis, nos dirigimos de nuevo a la estación del Circumvesubiano. La disponibilidad de horarios es muy amplia, casi cada 15-20 minutos pasa un nuevo tren.
La estación correspondiente al yacimiento de Pompeya es POMPEI – SCAVI VILLA MISTERI.
Qué decir de Pompeya, hasta en pleno otoño estaba atestada de turistas. Quizás algo menos que en primavera, pero muchísima gente.
Es aconsejable ir bastante temprano para aprovechar bien el día y la visita.
Hay muchas formas de acceder a Pompeya, ya que existen muchas puertas y accesos.
El precio de la entrada “normal” es de 20€, pero si usáis la Artecard está incluida.
Horario:
Noviembre-marzo, abierto todos los días de 8:30 - 17 horas. Última entrada a las 15:30
Abril-octubre, abierto todos los días de 8:30-19:30. Última entrada a las 18 horas.
Precio:
Entrada de un día
Normal: 11€
Reducida: 5,50€
Entrada especial con acceso a 5 sitios durante 3 días (Herculaneum, Pompeii, Oplontis, Stabiae, Boscoreale)
Normal: 20€
reducida: 10€
Gratuito: ciudadanos UE menores de 18 años y mayores de 65.
Entrada reducida: jóvenes 18-24 años y profesores de colegios de la UE
En Pompeya hay que decidir qué tipo de visita se va a realizar.
En nuestro caso lo teníamos claro, nuestra visita iba a ser INTENSA para intentar ver lo máximo posible, así que nos pusimos a ello.
Os aconsejo fervientemente la adquisición de una AUDIOGUÍA, disponible en castellano y con un descuento considerable para los poseedores de la tarjeta Artecard. Creo recordar que nos costó 5€ a cada uno. Lo malo es que salimos en todas las fotos con el “mando” colgando del cuello.
Hay muchos grupos con guías autóctonos y profesionales pero creo que no merece la pena, ya que la audioguía es muy completa e interesante, y no tenéis que ir al ritmo que marque el grupo. No olvidéis recoger el mapa gratuito en la taquilla, es esencial para no perderos.
No quiero hacer muy pesada esta entrada del diario, así que omitiré algunos detalles de la visita. Aun así, os puedo asegurar que vimos, aproximadamente, un 80% de la superficie total de la ciudad, a sabiendas que muchas de las casas se encuentran cerradas por reformas o porque siguen excavando en ellas.
Hace poco leí que un grupo de científicos gaditanos han estado trabajando allí para demostrar que los pompeyanos consumían el rico pescado de las costas gaditanas en salazón.
Y qué decir, una auténtica maravilla. Aunque la mayoría de las casas se encuentren en ruinas o vacías y todo el “mobiliario” importante esté en el Museo Arqueológico de Nápoles, es increíble como al pasear por las calles de Pompeya te sumerges totalmente en la historia y vives las visita como si fueras un habitante más de la rica Pompeya romana.
Se dice que dos tercios de la ciudad, de 66 hectáreas, han sido recuperados desde que comenzaron las excavaciones hace 260 años.
Vamos, que aun queda mucho por descubrir. Y bien pudimos dar fe de ellos, ya que muchas casas se encontraban cerradas al público por labores de recuperación.
De todos modos, creo que la mayoría del conjunto arqueológico está bastante descuidado y desprotegido.
Os describiré algunas estancias.
Cerca del foro hay un gran almacén con calcos, vasijas y más objetos.
El famoso lupanar nos defraudó un poco. Es bastante pequeño y apenas se podía contemplar bien por la enorme afluencia de turistas.
Algunos frescos eróticos bien conservados, y camas de piedra para que los clientes no prolongaran su estancia durante mucho tiempo...
Es esencial el mapa y una buena planificación, ya que el área pompeyana es bastante extensa y las piernas no aguantan tanto al pasear por las empedradas aceras.
Os aconsejo que si vais a Pompeya, la disfrutéis al máximo y no perdáis la oportunidad de vivirla intensamente, aunque no seáis entusiastas de la historia clásica.
Ojo, llevad botellas del agua para el calor, aunque creo recordar que hay fuentes por el recinto. Y si podéis llevar bocadillos, mejor, ya que la oferta gastronómica es limitada. Además, es un placer sentarse a almorzar al lado del Foro o el Anfiteatro romano, rodeado de naturaleza y el Vesubio presidiendo el horizonte.
Esencial buen calzado y piernas “frescas”.
Es curiosa la figura del perro en Pompeya. Además de estar presentes en muchos de los mosaicos, a lo largo de la visita podré observar a decenas de canes plácidamente tumbados sobre las ruinas. Es más, creo recordar que existe una asociación protectora de animales que se dedica a cuidar a los perros de Pomepeya.
Un sitio un tanto siniestro es el Huerto de los Fugitivos. En él se exponen los calcos de cómo quedaron los cuerpos de algunos pompeyanos el fatídico día de la erupción del Vesubio en el 79 DC.
Los calcos no son los cuerpos originales, sino reproducciones en escayola que se obtuvieron a través del uso como molde de los huecos dejados por los cuerpos enterrados en la ceniza volcánica.
Otro sitio que no podéis dejar de visitar es la Casa de Venus:
El fresco de la izquierda representa a Narciso, enamorado de sí mismo. El de la derecha seguro que os suena, pues es una versión "romana" de los eternos amantes de Verona, Romeo y Julieta.
A los pompeyanos les encantaba comer fuera, y era justo una filosofía de vida muy mediterránea.
Por ello disponían del Thermopolium, un lugar donde poder beber buen vino y degustar las viandas del lugar, que estaban guardadas en grandes tinajas y ánforas encajada en las barras / mostradores. Algunas se conservan bastante bien. Vienen a ser las tabernas de hoy en día.
Los pompeyanos eran muy "verdes", y era normal ver constantemente falos por toda la ciudad indicando cómo llegar a los lupanares. Nos contaron que traía buena suerte acariciarlos..
Hay más sitios peculiares y conocidos, como la Casa del Fauno (que visitamos al día siguiente), los pasos de peatones a nivel, el Foro, Templo de Isis, Foro Triangular, Termas, Plaestras (gimnasios), Teatro, Casa del Poeta Trágico, Puerta Marina, etc.
A priori cerraban las puertas a las 19h, pero oscureció totalmente a eso de las 17:30 y nos “obligaron” a irnos. Increíble, en apenas 10 minutos se hizo la noche y nos vimos en la Villa del Misterio en la más absoluta soledad y oscuridad, sólo perturbados por un guía con linterna que nos comunicó el cierre.
Se puede decir que fuimos los últimos en irnos de Pompeya, jejeje. Nos costó encontrar la salida entre las sombras. La Villa del Misterio en total oscuridad es bastante tétrica.
Una vez fuera nos tocó esperar unas horas, tiempo ideal para hacer la compra de souvenirs. Como siempre, es cuestión de dar vueltas y comparar precios, ya que el regateo es práctica común también por aquí. De paso, os aconsejo que os toméis un dulce (la sfogliatelle es deliciosa) o piscolabis (tipo pizza, con jamón y queso) en los establecimientos que hay frente a la entrada / salida de la Piazza Anfiteatro (punto de reunión de los autobuses turísticos).
Aunque os parezca mentira, nos quedamos esperando para… ¡entrar de nuevo!.
Durante el año existe un tipo de visita muy aconsejable y particular, la LUNA DE POMPEYA.
La Luna de Pompeya es una visita nocturna con un espectáculo de sonido, teatro, vídeo y luces que le da un toque mágico al yacimiento.
La visita es en italiano, pero os aseguro que se entiende perfectamente sin tener ni idea de italiano.
La ruta es:
- Necrópolis de la Puerta de Nocera
- Huerto de los fugitivos
- Puerta Nocera
- Casa del perfumador
- Cartel de Domenico Fontana (creador de las canalizaciones de agua pompeyanas) y los restos del canal.
- Vía de la Abbondanza (calle de los comercios), con “sorpresa”.
- Casa de Octavio
- Casa de Venus
- Anfiteatro
Para acudir a la visita hay que hacer la reserva ("prenotazione") a través de internet, y con bastante antelación, ya que son limitadas las plazas disponibles.
El coste de la entrada es de 20€, 14€ la reducida para los usuarios con Artecard.
Dura hora y media aproximadamente, y realmente merece la pena. No tenemos fotos, porque las fotos resultantes dejaban mucho que desear.
Os dejo la galería multimedia oficial en este enlace.
Una vez que terminó la visita, muy satisfechos nos dirigimos de vuelta a Nápoles con las piernas hechas polvo, pero sin duda alguna repetiríamos la experiencia.
De vuelta a Nápoles tuvimos un pequeño disgusto. El último tren Circumvesubiano partía a las 23h, y nosotros salimos a las 22:30 de la puerta de la Piazza Anfiteatro de Pompeya. El paseo hasta la estación de tren no lleva más de 10-15 minutos, pero nos despistamos y acabamos perdiéndonos. Presa de los nervios al ver que íbamos a tener que hacer noche en Pompeya, preguntamos a un guardia (a gritos desde el otro lado de la carretera), que tranquilamente nos cortó el tráfico para poder cruzar y consultarle. Corrimos lo más que pudimos e intentamos incluso hacer auto-stop, pero nadie nos quiso recoger. Afortunadamente, pudimos llegar a la estación con bastante mal cuerpo pero cogimos el último tren a Nápoles. Nos merecíamos un buen descanso, ya que al día siguiente nos esperaba el Vesubio.
Ya sabéis, no os arriesguéis NUNCA a tomar el último tren.
Webs interesantes sobre Pompeya:
www.pompeiturismo.it/ ...hp?lang=es
pompeya.desdeinter.net/pomp.htm