Amanecemos un día más temprano. Hoy algo menos. Parece como si el cuerpo entendiera y no quisiera levantarse. Ya queda poco por hacer...quemar el tiempo lo más amenamente posible



Luego a reservar las hamacas. Ir a la piscina no será mal comienzo. Desayunar en LAS TORRES tampoco.








Las horas mañaneras han dado de sí muchísimo, las nocturnas más bien poco. Nos ha faltado ver algún espectáculo. Pero que mayor espectáculo que nuestros amaneceres puntacaneros. Era una delicia verlos por el balcón. Acompañados del sonido del mar. Que grandes recuerdos

Vamos a la piscina. El día amenaza tormenta y se cumplen los presagios. Dura un instante y nos vamos a remojar. Hoy hay bastante ambiente y conocemos a los padres de los niños con los que mi hija jugaba en la piscina. A buenas horas, pensamos, pero es que nuestro fuerte no son las relaciones sociales


Luego nos encontramos con los valencianos. Nos comentan que si queremos nos ceden su habitación para ducharnos luego y prescindir de la de cortesía. Es un gran gesto, así que aceptamos agradecidos

Pasan las horas sin enterarnos en tan buena compañía y sobre las 12:45 nos dicen de ir a comer con ellos para despedirnos. Aceptamos sin dudar y vamos al BOHÍO.
El problema es que no nos hemos dado cuenta de que nos hemos dormido en los laureles y vamos con el tiempo justísimo


A las 13:50 tenemos que estar en el lobby para que nos recoja el transfer y aún tenemos que comer, ducharnos, uffff ¡que estrés!
Aquí ya se empieza a notar el fin de verdad. Nuestro humor cambia y nuestro chip europeo hace aparición, prisas prisas, estrés estrés, ¡a correr!
Tenemos que mal comer en el BOHÍO con el tiempo en nuestra contra y no compartimos ese tiempo como hubieramos querido con ellos. Nos despedimos precipitadamente con un amargo sabor de boca y volamos a la habitación.¡ Las agujas avanzan y aún quedan las duchas!
Las hacemos lo más apresuradas posible en detrimento de mis pelos que quedan indescriptibles


Dejamos una nota de despedida en la habitación. Han sido una familia encantadora y se lo hacemos saber

Vamos al lobby. Se notan las caras del adiós. El autocar no se olvida de nosotros, parece que de verdad nos tenemos que ir...

En el aeropuerto todo es descontrol. Todo bien para entrar pero salir es insufrible. Acorde con el estado de ánimo del viajero. Así vamos a juego.
La cola llega al infinito y más allá como diría Buzz, y para rematar, aunque lleves asientos reservados te la comes con patatas porque antes hay que pagar las tasas, o sea que no sirve de nada como había leído por ahí, al menos aquel día

El vuelo lleva una hora de retraso. A las 18:35 partimos a BCN.
La vuelta pues entre cabezadas se hace más liviana. Y más te vale que las des porque no proyectaron ni una peli. O duermes, o duermes


La niña lo siguió al pie de la letra, porque no se despertó ni por casualidad. Eso pese al tránsito insufrible del lavabo y las conversaciones improvisadas delante de él


Aquí se acabó nuestro gran viaje. Retorno a casa con caras largas y un sin fin de recuerdos.
El de los amaneceres únicos, los desayunos frente al mar, la sonrisa perpétua de mi hija, la felicidad de mi costillo con su cámara y la mia por tener esta gran familia y poder vivir estos grandes momentos con ellos

