Día 1 y 2: Johannesburgo
4 y 5 de agosto : Aterrizamos a las 9 de la noche, después de haber salido de casa a las 4 de la mañana. La primera sensación fue extraña. Nos tuvimos que esperar cerca de media hora, con un frío que pelaba a que nos vinieran a recoger del backpackers dónde nos alojábamos, Diamons Diggers Backpackers y aquí los negros no hacen cara de muchos amigos. El precio del backpackers es razonable, la zona donde está situado está bien y te vienen a recoger al aeropuerto gratis, pero no tenían calefacción así que pasamos un poco de frio.
Cuando nos hemos levantado, hemos dado una vuelta por el barrio y nos ha sorprendido ver todas las casas con vallas electrificadas y que la chica que nos ha abierto nos ha aconsejado no llevar cámaras ni dinero más que el justo para comprar en el super. Hemos contratado un chico que nos llevara a visitar el museo del Aparthead, la casa de Nelson Mandela y Soweto. Hemos tenido que contratar a alguien ya que Johannesburgo no es una ciudad para recorrerla libremente, muy a nuestro pesar ya que nos gusta nada que nos lleven los sitios. La salida nos ha salido un pelín cara, 45€ por persona, pero no teníamos muchas más opciones. Compartimos el tour con un chico irlandés que se ha animado a venir con nosotros.
A pesar de no ser grandes fans de visitar museos, hemos de reconocer que el museo de l’Aparthead merece la pena. Se nos han pasado dos horas y media volando y nos habríamos quedado más rato de no ser que se nos hacía tarde para ir hacía Soweto.
Soweto es un barrio de Johannesburgo donde viven cerca de 2 millones de personas. Hemos recorrido la parte alta donde está la casa de Nelson Mandela y del obispo Desmond Tuto entre otras.
También hemos estado en las favelas. Hemos podido ver cómo vive la gente en las xabolas. En un espacio de 24 metros cuadrados llegan a vivir de 6 a 8 personas.
Hemos llegado reventados al backpackers y muertos de hambre ya que no hemos comido nada des de la mañana, así que nos hemos apañado unos espaguetis, que a pesar de no estar demasiado buenos, han entrado bien. Lo mejor de la noche ha sido compartir un rato con la gente del bakcpackers alrededor de la chimenea.