Hoy teníamos previsto sólo dedicar la mañana al Vaticano y sus Museos, así que un buen madrugón no nos lo iba a quitar nadie, ya que queríamos subir a la Cúpula en primer lugar, ver la basílica, y a las 11: teníamos entradas para los Museos Vaticanos. Sí, hoy tocaba agenda apretada.. Para subir a la Cúpula son 7 euros, subiendo una parte en ascensor y los últimos 320 escalones a pie, a través de una escalera de caracol, un tanto claustrofófica. Merece mucho la pena, hay vistas sobre la plaza, los jardines Vaticanos, y sobre buena parte de Roma:
A la salida visitamos la basílica de S.Pedro, era la segunda vez que la visitaba, la anterior había sido unos 12 años atrás, y todavía recordaba como si fuera ayer esa sensación de inmensidad, frescor y color azul que te produce al entrar.
Son muchos los puntos de interés, pero por citar los que más nos gustaron, me quedo con: la estatua ecuestre de Bernini, la Piedad de Miguel Ángel, el Baldaquino, también de Bernini, la tumba de San Pedro, y sobre todo el interior de al Cúpula.



Cuando salimos al exterior, y para no variar el sol quemaba, y hoy íbamos sin sombrero.
Las entradas para los Museos Vaticanos las reservamos por internet (15 € c.u. + 4 de venta anticipada, vamos carisísimo, visto lo poco que lo disfrutamos). Eran las 11, y parecía que el mundo se había puesto de acuerdo para visitar entonces los Museos, no se podía caminar por las salas, era horrible, empujones... tapones de grupos con su guía. No entiendo como puede haber tanta desorganización, está claro que se busca hacer caja sin pensar para nada en el visitante, y menos en la conservación de las obras. Era tal el ruido que no podías escuchar ni la audioguía. De esta visita podríamos decir aquello de "Por allí pasé" hasta llegar a la Capilla Sixtina, auténtica obra de arte, y sede entre otras ceremonias solemnes de los Cónclaves para elegir nuevo Papa.
Aquí un ejemplo de la saturación de los Museos Vaticanos:
Escalera de salida de los Museos Vaticanos
Para colmo, a la salida de los Museos no había cola para entrar, vamos, que más nos habría valido ir a las 12 o la 1, que además de ahorrarnos 4 euros cada uno, habríamos podido disfrutar un poco más de la visita, pero eso ya no tenía solución, así que lo mejor era echarse un trago antes de morir deshidratados e ir pensando sitio para comer, no era fácil elegir, pues la lista que habíamos sacado de este foro era casi como la guía de viaje.
Elegimos La Montecarlo, en Vicolo Savelli 13, unos spaguetti con almejas, una pizza, 2 cervezas y 1 tiramisú: 25 €, ni ticket ni nada, te escribe directamente en la mesa 25, y listo. Exquisito
De vuelta al hotel para descansar un rato, nos dimos una vuelta por la Piazza Navona, mientras nos tomabamos un granizado de limón. Umm que rico! y que fresco!
Por la tarde cogimos el metro para ir hasta el Cirmo Máximo, y luego desde allí subir al monte Aventino.
Escondido entre la colina Palatina y Aventina se encuentra el Circo Máximo, hay que hacer uso de la imaginación para ver lo que en su día fue un gran circo para carreras de cuádrigas.
Circo Máximo con el Palatino al fondo
Después de un buen paseo llegamos a la Plaza de los Caballeros de Malta. Una vez aquí, si miras por la cerradura del nº 3, podrás ver esto:
La bajada de la colina fue muy agradable, empezaba a refrescar un poco, y pudimos disfrutar de un bonito paseo, sin prisa.
Para completar el día un paseo nocturno desde Piazza del Popolo, Via del Corso, Via Condotti -para ver tiendas carísimas- Piazza di Spagna y Fontana de Trevi.
Piazza del Popolo
Barcacia de Bernini, en Piazza di Spagna