Suena el despertador!! Amanece nublado... no es un gran problema ya que la excursión que vamos a hacer, a pleno sol, tenía pinta de ser terrible!
No lo fue, se mantuvieron las nubes buena parte del día.
Salimos a las 8 de la mañana, después de desayunar en el Tikal. Fueron 3 horitas de viaje en Van en las que compartimos chistes, risas, y hicimos amigos con otra pareja que se añadió a las 2 que ya éramos, Juanma y Ana, que resultaron ser también parte del foro (aunque sólo fuera en la parte de lectura y no posteaban).
La primera parada fue Ek Balam, un pueblo del cual se dice que fue una capital Maya, en la que vivió durante muchos años un rey de reyes, y que era un lugar donde se guardaban los documentos mayas más antiguos, antes de que fueran quemados...
Lo más destacado, cómo no, era la pirámide, más alta que Chichén Itzá, en muy buen estado, y a la que se podía subir. Juzgar vosotros mismos por las fotos!
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Subir es fácil. Cansa, pero es fácil.
De bajar, no se puede decir lo mismo!! Da muchísima impresión! Yo pude bajar bien, pero a mi novia le costó un poquito más, igual que a Laia, Aaron, Juanma y Ana

Visitamos también el juego de pelota, un templo de "meditación" y varios templos más que había por la zona...



Llegó la hora de visitar el Cenote Ik-Kil!!
A 40 minutos, nos dirigimos en la Van hacia allí. Se hizo corto y enseguida nos vimos puestos con los bañadores y abajo, en el famoso cenote, en el cual nos dimos un bañito y poca cosa más hay que contar!
Sólo que era enorme y que la sensación que daba al ponerte en el medio del "estanque" y mirar al cielo era impresionante!



Y fuera! A secarnos y a comer!
Nos llevaron a un buffet que estaba bastante regular, y en el que nos hicieron un pequeño espectáculo.
Destacar lo mal que te sientes al ver que en México te piden propina descaradamente por todo, y que, lamentablemente, si le das propina a todo el mundo que te pide, el viaje te acaba costando el doble. Yo invertí en total en este viaje unos 30€ en propinas. No diré dónde los repartí, ni si lo creo suficiente o no. Cada uno que juzgue como quiera...

Llegamos a Chichén Itzá, monumento impresionante y visita obligada a todos los que visitamos la Riviera Maya.
Detrás de una historia en la que no me voy a entretener para nada en explicar (escucharla allí por primera vez debe ser impresionante, ojalá tengáis esa suerte!!!), puedo decir que es muy grande, está muy bien cuidada y reconstruida, y los fenómenos que suceden al hacer sonar las palmas enfrente de las escaleras, así como las luces que dibujan una serpiente en los días de los equinoccios, son una cosa, para mí, sobrenatural. Todo mi respeto a los antiguos Mayas. Eran unos tíos muuy listos. Si alguno me lee desde donde quiera que esté, felicidades. Me habéis hecho flipar mucho!!



Sobre el juego de pelota, comentar varias cosas.
1: Pensaba que estaba cerrado por reformas, y hasta hace muy bien poco así era. El día 1 de Febrero, que fuimos nosotros, ya estaba abierto al público.
2: Los fenómenos de sonidos que se suceden en el campo de juego de pelota son casi igual de impresionantes que los de la pirámide de Kukulcán, sólo que esta vez los apreciaréis mejor silbando.
3: Parece ser que este juego de pelota era especial, y se jugaba con algún tipo de raqueta, ya que los aros estaban altísimos y la cancha inclinada era muy pequeña... Eso me sorprendió bastante!
Llegó la hora de irnos, y empezó a tronar. El día nos había respetado mucho, pero quiso ser amable con los Mayas, ya que a última hora es cuando decidimos comprar los recuerdos.
Digo que quiso ser amable con los Mayas, porque la lluvia que empezó a caer no nos permitió regatear mucho y compramos objetos muy bonitos a precios normales (que no bajos!)
Nos llevamos dos calendarios Mayas redondos de madera tallados, 2 máscaras de piedra pintadas y talladas a mano y una pirámide del templo de Kukulcán en miniatura por unos 40€ en total.
Llegó la hora de volver, pues, mojados a la Van. De ahí volvimos a nuestros respectivos hoteles, y nos tocaba cena de luna de miel!!
Nos invitaron a cenar en el restaurante Bamboo, situado en el White Sand, así que llegamos, nos dimos una ducha, nos pusimos guapos, y a cenar!
La cena fué quizás la mejor del viaje. Y eso que no me acuerdo de casi todo lo que nos pusieron! Fueron un total de 5 platos de esos típicos que son de un bocado o dos... pero deliciosos! A destacar un helado que nos pusieron entre platos de lima y mandarina y el plato final, solomillo decorado con frutas y una salsa rarísima pero tremenda... uf!! Un 10 para el Palladium con este detallazo!! No me quiero olvidar del cóctel de bienvenida al restaurante, y de la rosa que le regalaron a mi pareja.
Una vez terminada la cena, toca dormir y descansar, ya que, una vez más, el día siguiente nos depararía muchas sorpresas y emociones inolvidables!